26 Ago
La Novela en España antes de 1939
La novela anterior a 1939 presenta tres generaciones o grupos principales: la Generación del 98, el Novecentismo y la Generación del 27.
La Novela de la Generación del 98
La fecha clave es 1902, cuando se publican en España cuatro títulos con una nueva concepción de la novela:
- Amor y pedagogía, de Unamuno
- Sonata de otoño, de Valle-Inclán
- La voluntad, de Azorín
- Camino de perfección, de Baroja
Estos autores inician un camino marcado por los siguientes rasgos:
- Denuncia de los males de España: el caciquismo, el hambre y la ignorancia, entre otros.
- Pesimismo: ante la situación histórica (el desastre colonial de 1898) y ante el desmoronamiento de los valores sociales y espirituales.
- Influencia de la filosofía: los planteamientos existencialistas de Kierkegaard, Nietzsche y Schopenhauer (el escepticismo, la vida como algo absurdo y carente de sentido).
- El dolor de España y Castilla: como profundo símbolo de patriotismo casticista.
- Renovación estética o del estilo mediante:
- El subjetivismo o antirrealismo: no se persigue, como en la estética realista, la reproducción exacta de la realidad, sino la expresión de la realidad interior.
- Concepción totalizadora: la novela es un género multiforme, en el que tienen cabida también la reflexión filosófica, el ensayo, el lirismo… (Azorín habla de ‘novela permeable’).
Miguel de Unamuno (1864-1936)
Unamuno acuñó el término nivolas; se sirvió de la novela para dejar testimonio de su intimidad agónica, para la reflexión sobre sus ideas obsesivas sobre la religión, la vida, la muerte y la propia conciencia. Para ello, interviene en el relato, dialoga con sus personajes, interpela al lector, etc.
Obras destacadas de Unamuno:
- En 1914 publica Niebla, su novela más reconocida. Lo que más sorprende al lector de esta obra es la utilización del conocido juego vida-literatura: Augusto Pérez, el protagonista, se enfrenta con su creador en un ambiente de confusión entre lo que es verdad y lo que es ficción.
- Unamuno también se sintió atraído por el tema de la lucha entre hermanos, por la historia bíblica de Caín y Abel. Este motivo fratricida sirve de base a su novela Abel Sánchez (1917).
- Tras La tía Tula (1921), Unamuno publica San Manuel Bueno, mártir (1930). En esta obra aparecen todos los motivos de su producción:
- La lucha agónica del individuo en este mundo.
- El creer y el aparentar creer.
- La soledad.
- Los problemas de la fe.
- La vida como sueño, etc.
Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936)
Dos estilos definen la obra de Valle-Inclán: el modernismo y el esperpento.
- Etapa modernista: Los años iniciales están marcados por la tendencia modernista y representados por las cuatro Sonatas, subtituladas “Memorias del Marqués de Bradomín”: Sonata de otoño (1902), Sonata de Estío (1905), Sonata de Primavera (1904) y Sonata de invierno (1905); supuestas memorias del Marqués de Bradomín, una especie de ‘donjuán’, «feo, católico y sentimental». De esta primera época también es la trilogía de La guerra carlista (1908-1909), que narra episodios de la última guerra carlista de España.
- Etapa del esperpento: Entre las obras marcadas por el esperpento destaca la que, sin duda, es una de las mejores novelas de la primera mitad del siglo XX, Tirano Banderas (1926). Por último, las tres novelas del Ruedo ibérico (1927-1932) reflejan la historia y vida de nuestro país desde el reinado de Isabel II hasta el desastre del 98.
José Martínez Ruiz, Azorín (1873-1967)
En las novelas de Azorín (José Martínez Ruiz) la narración se fragmenta en instantáneas que congelan el tiempo y captan la impresión del instante. Ejemplos de novela impresionista son La voluntad, Antonio Azorín y Confesiones de un pequeño filósofo. Más tarde escribe Don Juan (1922) y Doña Inés (1925), en las que se describe minuciosamente el ambiente y la sensibilidad de los personajes.
Pío Baroja (1872-1956)
Sus novelas se caracterizan por los siguientes rasgos:
- Novelas centradas en un personaje activo y dominador o pasivo y sin voluntad.
- Acción y diálogos abundantes.
- Marcada presencia del narrador a través de comentarios y reflexiones.
- Descripciones impresionistas a base de pinceladas o unos pocos detalles físicos y psicológicos.
- Cierto desaliño expresivo (exagerado por los críticos).
Su producción narrativa se suele organizar en grupos de tres novelas que siguen un tema común. En estos relatos, el autor parte de una observación de la realidad en muy variadas manifestaciones:
- Primera Etapa (1900-1912):
- Trilogía I: La lucha por la vida (La busca, Mala Hierba, Aurora roja).
- Trilogía II: La tierra vasca (La casa de Aizgorri, El mayorazgo de Labraz, Zalacaín el aventurero).
- Trilogía III: La raza (La dama errante, La ciudad de la niebla, El árbol de la ciencia).
- Trilogía IV: El mar (Las inquietudes de Shanti Andía, El laberinto de las sirenas, Los pilotos de altura).
- Segunda Etapa (1913-1936): Memorias de un hombre de acción, serie de novelas sobre un personaje llamado Avinareta.
- Tercera Etapa (1939-1956): Desde la última vuelta del camino (Memorias).
Novela Novecentista (Generación del 14)
Los novecentistas comparten con la Generación del 98 el deseo de regenerar España, pero rechazan la visión dramática. Se caracterizan por:
- El antirrealismo, el antirromanticismo y cierto antinoventayochismo.
- La defensa de la pureza formal y estilística de sus obras, ya que pretenden configurar un arte selectivo y minoritario.
- Una sólida formación universitaria.
- La decantación por una novela deshumanizada, alejada del sentimiento.
Destacan Gabriel Miró y Ramón Pérez de Ayala. Gran influencia tendrá la figura de Ramón Gómez de la Serna, pero más en el terreno de la poesía.
Gabriel Miró
Destacan sus obras Nuestro Padre San Daniel (1921) y El obispo leproso (1926). Transcurren en Oleza (trasunto de Orihuela), representación de un mundo nebuloso, casi desaparecido, que el autor pretende rescatar. Las cerezas del cementerio (1910) y El abuelo del rey (1915) son otras obras importantes.
Ramón Pérez de Ayala (1880-1962)
Sus primeras cuatro novelas, Tinieblas en las cumbres (1907), La pata de la raposa (1912), A.M.D.G. (1910) y Troteras y danzaderas (1913), tienen un marcado carácter autobiográfico. Relatan la crisis de conciencia individual, próxima a los tipos pasivos y existencialmente desorientados de las novelas de principios de siglo. En los años veinte escribe novelas intelectuales como Belarmino y Apolonio (1921) y El curandero de su honra (1926). Lo importante de estas novelas no es la trama, sino las reflexiones diversas (filosóficas, literarias, estéticas…) que las acercan al ensayo. Predomina el tono reflexivo, la ironía y, en cuanto a la técnica, el perspectivismo (contraste de varios puntos de vista).
Ramón Gómez de la Serna
La base de su producción literaria es la greguería, frase o apunte breve que encierra una pirueta verbal o una metáfora insólita: «Humorismo + Metáfora = Greguería». Como novelista, Gómez de la Serna rompe los moldes del género. En sus obras cabe de todo. La más famosa es El torero Caracho (1927). No podemos olvidar El Novelista (1924), historia de un autor en busca de motivos para sus novelas y de imaginación. El doctor inverosímil (1921) narra la historia de un médico que cura por medio de extraños métodos.
La Novela hacia 1927
Hacia 1927, nos encontramos con una serie de líneas narrativas diferentes:
- Novela en la línea del arte deshumanizado, por ejemplo, Benjamín Jarnés.
- Novela comprometida con la revolución, como Ramón J. Sender.
- Novela de humor con técnica realista, por ejemplo, Wenceslao Fernández Flores.
En los mismos años en los que llega a su auge la generación poética del 27 (Guillén, Lorca, etc.), están escribiendo en líneas distintas al menos otros dos grupos de autores:
- El primero está formado por novelistas republicanos que padecieron el exilio: Benjamín Jarnés, Rosa Chacel (Memorias de Leticia Valle), Juan José Domenchina, Max Aub (Campo cerrado, Campo de sangre, Campo del Moro, Campo francés, Campo de los almendros) y Francisco Ayala (Muertes de perro, La cabeza del cordero, El fondo del vaso, Los usurpadores). Estos autores, en sus primeras obras, practican una novela en línea con el “arte deshumanizado” que planteaba Ortega y Gasset.
- El segundo grupo (llamado ‘nuevo romanticismo’) plantea una novela social muy comprometida con la ideología revolucionaria: José Díaz Fernández, Ramón J. Sender y César María Arconada.
La Poesía en España: Modernismo, Generación del 98 y Vanguardismo
Modernismo y Generación del 98 en Poesía
En España, al principio, se llamó modernistas a todos los escritores que tenían impulsos estéticos y artísticos innovadores. Posteriormente, se reservó este término para quienes se preocupaban especialmente por la estética y adoptaban una postura escapista y de evasión de la realidad cotidiana.
Temas modernistas:
- Mundo sensorial: mediante la evocación de todo tipo de sensaciones, se recrean ambientes exquisitos y extraños. Son frecuentes princesas; salones versallescos; jardines maravillosos con sus estanques, sus cisnes, la mitología grecolatina, germánica y de otros pueblos.
- Mundo interior: todo lo concerniente a la intimidad, a veces vitalista y sensual, y otras marcada por la tristeza, la melancolía y la nostalgia.
Y se reservó el término de Generación del 98 para los que adoptaban una actitud de reflexión y de crítica ante la situación política, social y económica de España; pretendían con sus obras calar en la conciencia de sus conciudadanos e influir en la realidad social española.
Los temas del 98:
- Tema de España: las tierras de España que recorren y describen (y sobre todo el paisaje castellano cuya belleza descubren), y la historia de España, sobre todo lo que Unamuno llamó la “intrahistoria”. Ven en Castilla (antimercantil, austera y espiritual) el alma de España.
- Preocupaciones existenciales: se interrogan sobre el sentido de la existencia humana, el paso del tiempo, la muerte.
Entre los poetas modernistas y noventayochistas, destacan:
- En Hispanoamérica: Rubén Darío.
- En España: Francisco Villaespesa, los hermanos Manuel y Antonio Machado (la época de Soledades, galerías y otros poemas; su obra posterior suele incluirse entre los noventayochistas), Valle-Inclán y el novecentista Juan Ramón Jiménez.
Antonio Machado (1875-1939)
En su obra poética, se observa una evolución desde el modernismo de los primeros libros hacia una depuración formal en busca de la palabra sencilla y verdadera.
- Etapa modernista: Soledades, galerías y otros poemas (1907). Está dentro del Modernismo intimista (expresión de sus emociones). Le interesa expresar el amor, el paso del tiempo, la conciencia de la muerte, Dios, etc. Es una poesía simbolista: la tarde, el camino, el río, un árbol son símbolos de realidades profundas, de estados de ánimo o de obsesiones íntimas.
- Etapa noventayochista: Campos de Castilla es una reflexión sobre la realidad de España, sus tierras y sus gentes. Hay una actitud crítica que da testimonio del atraso y la pobreza, y de las desigualdades e injusticias.
- De inquietud filosófica: las preocupaciones y reflexiones filosóficas abarcan estos poemas y otros textos en prosa en los que se funden el subjetivismo y el objetivismo. Está representada por Nuevas canciones (1924) y sus últimos poemas, que aparecen agrupados en diversos conjuntos poéticos: Los complementarios y los Cancionero(s) apócrifo(s) de Abel Martín y de Juan de Mairena.
Novecentismo o Generación del 14
Es el movimiento cultural español característico de la segunda década del siglo XX. La decadencia del Modernismo es evidente y las nuevas tendencias literarias preconizan una literatura diferente. Lo significativo de la fecha 1914 —comienzo de la Primera Guerra Mundial y fecha de la aparición pública de la “Liga de Educación Política”, de la que forman parte intelectuales como Ortega, Manuel Azaña, Américo Castro, etc.— ha hecho que a los novecentistas se les suela denominar también con el nombre de “Generación del 14”, cuyos rasgos estéticos más importantes son:
- Racionalismo: se concede gran importancia al rigor intelectual y a la claridad expositiva.
- Antirromanticismo: se rechaza lo sentimental y lo pasional y se prefiere lo clásico y las actitudes equilibradas y serenas.
- Defensa del “arte puro”: El arte solo debe proporcionar placer estético, sin ser vehículo de preocupaciones religiosas o políticas. Ortega en La deshumanización del arte decía: “el poeta empieza donde el hombre acaba”.
- Aristocratismo intelectual: El arte y, en consecuencia, la literatura estará concebida para minorías selectas (para la “inmensa minoría”, en expresión de Juan Ramón Jiménez).
Juan Ramón Jiménez (1881-1958)
Premio Nobel en 1956, la poesía de Juan Ramón es, en palabras del propio poeta, una poesía en sucesión, una obra en marcha. La necesidad de ofrecer una muestra general del estado de su Obra llevó al poeta a realizar varias antologías de la misma. El propio poeta establecía en sus últimos años tres etapas en su producción:
- Etapa sensitiva (hasta 1916): marcada por la influencia de Bécquer, el Simbolismo y el Modernismo. Se trata de una poesía emotiva y sentimental: Arias tristes (1903), Jardines lejanos (1904), La soledad sonora (1911), Platero y yo (prosa poética, 1914) y Estío (1916), entre otros.
- Época intelectual (1916-1936): Expresión de la experiencia sin ropajes retóricos. Esta etapa viene marcada por la publicación en 1916 de Diario de un poeta recién casado, que rompe definitivamente con el Modernismo y abre la poesía española a las innovaciones vanguardistas.
- Etapa suficiente o verdadera (1937-1958): todo lo escrito durante su exilio americano. Juan Ramón continúa replegado en sí mismo en busca de la belleza y la perfección. Su ansia por la trascendencia lo lleva a identificarse con Dios. Obras destacadas son Animal de fondo (1949), En el otro costado (1936-42) y Dios deseado y deseante (1948-49).
El Vanguardismo y la Generación del 27
Vanguardismo Español (1910-1920)
Es un movimiento efímero cuyo máximo representante y creador es Ramón Gómez de la Serna y en el que se produce una ruptura con toda la literatura anterior, siendo, a su vez, el punto de partida para autores como Rafael Alberti y Federico García Lorca. Este movimiento abarca todas las tendencias que engloba el término de ismos:
- El futurismo y el cubismo cantan la belleza de la velocidad y las máquinas.
- El ultraísmo se define por el deseo de escandalizar y por la libre asociación de imágenes.
- El surrealismo piensa que es posible alumbrar un hombre nuevo, pues la cultura occidental ha mutilado al hombre con la razón: hay que alumbrar la realidad que subyace bajo la razón y para ello exalta la imaginación, el deseo, la infancia o el sueño. Entró en España con fuerza, influyendo sobre los autores antes mencionados, llevándolos a escribir Sobre los ángeles de Rafael Alberti y Poeta en Nueva York de Lorca.
Por otra parte, hay que reseñar la importancia que desempeñó para el vanguardismo español la obra teórica de Ortega y Gasset, con libros como La rebelión de las masas y publicaciones en la Revista de Occidente.
El Teatro en España antes de 1939
A finales del siglo XIX, las obras más representadas eran las llamadas de «alta comedia» de José de Echegaray y sus seguidores. Melodramas que buscaban la emoción del espectador mediante los abundantes golpes de efecto y la truculencia de las escenas. Los gustos del público, poco depurados, y el escaso interés de los empresarios teatrales, impedían cualquier intento renovador del panorama teatral.
Pervivieron en el primer tercio de siglo:
- La comedia burguesa (alta comedia y drama rural).
- El sainete de ambiente madrileño o andaluz que evoluciona hacia otras formas como la tragedia grotesca o el astracán.
- El espíritu modernista finisecular desdeñó el teatro realista y cultivó un teatro poético y simbólico que presentaba una visión idealizada de la historia y utilizaba el verso como vehículo principal del lenguaje dramático.
Los intentos renovadores más serios vinieron de los hombres del 98 (Unamuno, Azorín y Valle-Inclán) en principio y, en los años treinta, de los poetas de la Generación del 27 (García Lorca). Los diferentes grupos y tendencias del teatro español anterior a 1936 pueden agruparse en los siguientes apartados:
Teatro Comercial
- La comedia burguesa de Benavente: Jacinto Benavente propuso un teatro sin grandilocuencia, sin excesos, con atención preferente a los ambientes cotidianos. Su obra supone una crítica amable de los ideales burgueses. Así sucede en su obra más valorada, Los intereses creados. Benavente se ganó el favor del público y una popularidad enorme a nivel nacional y en 1922 se le concede el Premio Nobel.
- Teatro en verso: supone ante todo la presencia en los escenarios del arte verbal modernista. De los cultivadores de esta línea merecen citarse: Francisco Villaespesa con Abén Humeya y La leona de Castilla; Eduardo Marquina con Las hijas del Cid; y los hermanos Manuel y Antonio Machado en obras escritas en colaboración como Juan de Mañara o La Lola se va a los puertos.
- Teatro cómico: los tipos y ambientes castizos que habían sido la materia de los cuadros costumbristas del Romanticismo vuelven ahora a la escena de la mano de autores como:
- Los hermanos Álvarez Quintero presentan en sus obras la imagen de una Andalucía superficial, tópica e incluso falseada. Algunas de sus obras más celebradas son: El ojito derecho o Las de Caín.
- Carlos Arniches, por una parte, produce sainetes de ambiente madrileño, y por otra parte escribe lo que él mismo denomina «tragedia grotesca«, obras en las que se mezcla lo risible y lo conmovedor, como La señorita de Trévelez.
- Pedro Muñoz Seca, quien usó el astracán, que busca la gracia a toda costa, con chistes vulgares y chabacanos, como La venganza de don Mendo.
Teatro Renovador: Valle-Inclán y García Lorca
Muchos son los que pretenden hacer un teatro diferente en estos años y en la mayoría de los casos cosecharon un rotundo fracaso con sus obras.
Teatro en la Generación del 98
Destacan Unamuno, Azorín y Valle-Inclán, que al margen de pretensiones comerciales, pretenden hacer un teatro que sirva como cauce para la expresión de sus conflictos religiosos, existenciales y sociales.
Ramón María del Valle-Inclán: Teatro en Libertad
Su producción es variada e incluye novelas, cuentos, poesía, teatro… En todos esos géneros que cultiva se observa una evolución paralela al cambio ideológico por el que pasa de un modernismo elegante y nostálgico (las Sonatas, entre 1902 y 1905) a una literatura crítica, basada en una feroz distorsión de la realidad, el ‘Esperpento‘ a partir de 1920. Su obra teatral suele agruparse en tres ciclos:
- El Mito: La acción transcurre en una Galicia mítica, intemporal: Comedias bárbaras, Divinas palabras (1919).
- La Farsa: Obras situadas en un espacio más ‘ridículo’, propio del siglo XVIII: jardines, rosas, cisnes: La marquesa Rosalinda.
- El Esperpento: Luces de Bohemia (1920) y la trilogía crítica con el ejército Martes de carnaval (Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto, La hija del capitán).
El esperpento es un intento de presentar la realidad española, pero dando no una visión natural y real, sino presentando los hechos de una manera exagerada y burlesca. Nos presenta una realidad deformada, para que el espectador quede sorprendido y tome conciencia de la misma. Se presenta en el escenario un mundo insólito y sorprendente, para que el espectador lo relacione con su propia realidad cotidiana y se dé cuenta de lo que esta tiene también de insólito. El teatro esperpéntico es un teatro de crítica de una realidad falsa y de unos valores que ya no tienen sentido.
Luces de Bohemia inicia la estética del esperpento. La obra cuenta el recorrido (el último, porque al final muere) de Max Estrella y su compañero Latino de Hispalis por la noche madrileña. Max Estrella, después de haber sido desposeído de la posibilidad de hacer vivir malamente a su familia, después de haber sido encarcelado, abofeteado, perdido su dignidad al aceptar una arbitraria pensión, se muere arrimado al quicio de una puerta y es traicionado y esquilmado por su lazarillo (le roba la cartera).
Teatro en la Generación del 27
Son interesantes las obras escritas por Salinas (El dictador), Rafael Alberti (El adefesio), Miguel Hernández (El labrador de más aire). Alejandro Casona fue un dramaturgo puro con obras como La dama del alba. Max Aub, que en España escribe “comedias de vanguardia”, pero sus grandes obras son las del exilio como Morir por cerrar los ojos.
Federico García Lorca: Espectáculo Total
La obra dramática de Lorca puede agruparse en tres grandes bloques:
- Primeras piezas teatrales: En 1920 estrena El maleficio de la mariposa, obra de influencia modernista sobre el amor entre una cucaracha y una linda mariposa, que inaugura ya el tema fundamental de la dramaturgia lorquiana: la insatisfacción amorosa. El estreno fue un fracaso del que Lorca se resarció pronto con Mariana Pineda, drama histórico basado en la heroína ajusticiada por Fernando VII en Granada por haber bordado una bandera liberal. A estas dos obras se unen las farsas trágicas sobre amores desgraciados de La zapatera prodigiosa y Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín. En esta primera época también compone varias piezas breves de teatro de marionetas, al que dio la denominación de ‘Los títeres de cachiporra‘; en ellos desarrolla otro de los temas nucleares de su dramaturgia: el conflicto autoridad/libertad.
- Teatro vanguardista: las comedias imposibles o misterios. Lorca dio este nombre a las comedias creadas bajo el influjo surrealista. La técnica surrealista le vale para explorar en los instintos ocultos del hombre. Así, en El público (incompleta), Lorca defiende el amor como un instinto ajeno a la voluntad, que se manifiesta de formas muy diversas, entre ellas, la homosexual; y critica a una sociedad que condena a todo el que es diferente.
- Etapa de plenitud: Lorca escribe durante los años treinta obras teatrales que sí alcanzan el éxito comercial: Bodas de sangre, Yerma, Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores y La casa de Bernarda Alba. Todas ellas tienen en común el protagonismo de las mujeres, cuya situación de marginación social es tema común en las cuatro.
Bodas de sangre y Yerma son dos tragedias de aire clásico, en las que Lorca mezcla la prosa y el verso, utiliza coros como en la tragedia griega para comentar la acción, maneja elementos simbólicos y alegóricos… En Bodas de sangre (una novia huye con su antiguo novio el día de su boda) aparecen temas conocidos de Lorca (el amor, la violencia, la muerte, las normas sociales que reprimen los instintos). Yerma aborda otros temas muy lorquianos: la esterilidad, la opresión de la mujer, el anhelo de realización que choca con la moral tradicional… Doña Rosita la soltera es un drama urbano, que trata de las señoritas solteras de provincias condenadas a esperar inútilmente el amor en un medio burgués mediocre que ahoga sus deseos de felicidad; el drama de «la cursilería española”. La casa de Bernarda Alba es un apasionado alegato contra el autoritarismo familiar que encarna la figura de Bernarda Alba y que desemboca en muerte y dolor.
Tras el final de la Guerra Civil española, vendrán autores como Antonio Buero Vallejo o Alfonso Sastre.
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