23 Ago

Contexto Filosófico de Immanuel Kant

En sus primeros años en la universidad, Kant recibió la influencia del racionalista Wolff, a quien siempre tuvo como modelo en la exposición de las ideas filosóficas, por su sistemático y su método matemático deductivo. Su obra crítica mantiene esa estructura. Pero ese racionalismo quedaba amortiguado por la influencia de Newton, lo que lo orientaba hacia el empirismo. El método hipotético-deductivo de Newton le parecía el prototipo del verdadero método filosófico: «La razón solo reconoce lo que ella misma produce según su bosquejo». La filosofía debe tener en cuenta no solo los conceptos, sino también la experiencia.

Desde su propia evolución, se abre paso a la influencia del empirismo inglés de David Hume, quien lo despertó de su «sueño dogmático» y lo impulsó a criticar los presupuestos dogmáticos de Wolff: la pretensión de avanzar ilimitadamente en el conocimiento mediante puros conceptos sin examinar el derecho de la razón para ello. En el plano teórico (epistemología y metafísica), el criticismo de Kant somete a juicio la capacidad de conocer de la razón para ajustar sus afirmaciones a lo justificable, tanto en física como en metafísica. Así, discute con el racionalismo, para el cual incluso la metafísica es ciencia, y con el empirismo, para el cual ni siquiera la física de Newton es ciencia, sino mera creencia. Ambas epistemologías adolecen, para Kant, igualmente de dogmatismo, porque no justifican sus concepciones según principios necesarios de la propia razón y, por tanto, no pueden reconocer los límites precisos del saber, con lo cual fluctúan entre la pretensión de saberlo todo o no saber nada (solo creer).

En el plano práctico (ética y política), la influencia de Rousseau fue mayor que la de los moralistas ingleses (los emotivistas). Se suele ver en el ideal de libertad civil propuesto por El contrato social el precedente del concepto kantiano de libertad moral como autonomía racional. La subordinación de la voluntad privada y egoísta a la «voluntad general» rousseauniana nos introduce en un mundo inmaterial, inteligible, en una comunidad de los espíritus. La moral, y no la especulación teórica, es la vía segura de acceso a las realidades metafísicas. En la fe moral se nos asegura suficientemente la vida futura y la existencia de Dios. «Es totalmente necesario estar convencido de la existencia de Dios, pero igualmente necesario demostrarlo».

La Ilustración según Kant: Emancipación y Autonomía

En este texto, Kant pretende aclarar la Ilustración y someterla a una crítica que precise sus sentidos. Así, ofrece una definición tanto negativa como positiva. La negativa, «el abandono de una minoría de edad» cuyo responsable es uno mismo, podríamos denominarla emancipación, cuya responsabilidad es moral, pues radica en la voluntad y el valor de cada individuo. Lo mismo ocurre con la positiva, «atreverse a pensar por sí mismo», que el propio Kant llama autonomía en otros escritos más académicos, poniendo en ella el principal valor y la dignidad del ser humano.

Por lo tanto, para Kant, la Ilustración es una exigencia ética, un fin en sí mismo, porque repercute no solo en la utilidad social, sino en una moral y una política dignas de la mayoría de edad de la humanidad.

Sapere Aude: Atrévete a Saber

La traducción literal es «atrévete a saber». Pero saber no es cualquier tipo de conocimiento o información, sino aquel que uno ha comprobado y, por lo tanto, comprendido, lo que implica necesariamente usar el propio entendimiento. Dicho de otro modo: a diferencia de la mera erudición, el saber implica comprender o entender, lo cual solo es posible mediante el propio entendimiento.

Justificación Filosófica del Autor

Este texto es representativo de Kant, ya que toda su filosofía es un intento de ejercer la propia razón; así, al definir la Ilustración, la identifica con su propio quehacer como filósofo. Hay que acostumbrarse a ejercitar nuestra propia inteligencia sin seguir las pautas determinadas por cualquier otro.

La filosofía kantiana, su criticismo, se dirige a la investigación de las condiciones de posibilidad del conocimiento: cuál es su naturaleza y cuál es su límite. Era fundamental iniciar la filosofía con una crítica del conocimiento, porque solo con las luces de la razón se podría combatir la superstición y el fanatismo y transformar así el orden establecido, «civilizando a la humanidad».

El resultado de la crítica es que solo conocemos lo que se manifiesta a nuestra experiencia sensible: los fenómenos, nunca las cosas en sí mismas. Y, en segundo lugar, la metafísica no puede ser ciencia como la física o las matemáticas, porque sus objetos (Dios, alma y mundo) no hacen referencia a ninguna impresión sensible, que es la que inicia el conocimiento.

Pero, además de la experiencia sensible en la que se basa la ciencia física, hay una experiencia moral que justifica una fe racional en la posibilidad de la inmortalidad personal y de Dios. Se trata de la conciencia de un deber absoluto o imperativo categórico, que en una de sus formulaciones dice: «Obra de tal modo que trates a la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre al mismo tiempo como un fin y nunca solo como un medio». Es el imperativo de respeto al único ser con valor absoluto (el ser humano) que explica un mandato absoluto. Y aunque la moral es autónoma (independiente de que haya inmortalidad y Dios), se basa en la esperanza de conseguir el bien al que aspira la razón, integrado por el bien moral de la justicia y el bien natural de la felicidad.

Finalmente, Kant aplica su moral a la política, exponiendo el ideal de la comunión de toda la humanidad: el cosmopolitismo. Desarrolla un régimen apropiado para el cosmopolitismo, una federación mundial de repúblicas como condición necesaria para una paz mundial perpetua que supere una convivencia natural o salvaje y realice el trato civilizado y moral propio de nuestra humanidad.

Obstáculos para la Ilustración: Pereza y Tutelaje

Kant va a señalar los obstáculos que dificultaron la Ilustración, los cuales podemos clasificar en subjetivos y objetivos. Subjetivamente, son responsables tanto la voluntad como el entendimiento. La voluntad puede ser perezosa y acabar así acobardada en el uso de las propias luces; el entendimiento, por su parte, puede quedar sin uso al valerse de fórmulas y prejuicios que se convierten en ataduras que impiden el cultivo del propio ingenio. Objetivamente, existen tutores que alimentan nuestra pereza y nos producen desconfianza hacia nuestras propias capacidades. Para Kant, la Ilustración significa dejarse de excusas y asumir nuestra responsabilidad.

Minoría de Edad

Significa la incapacidad para servirse del propio entendimiento sin verse guiado por algún otro. Uno mismo es el culpable de dicha minoría de edad cuando su causa no reside en la falta de entendimiento, sino en la falta de resolución y valor para servirse del suyo propio sin la guía de algún otro.

Conciencia Moral

Equivale a la razón práctica que se ocupa de cómo debe ser la conducta humana, de los principios que mueven a obrar para que su conducta sea racional y, por tanto, moral. Un hombre actúa moralmente cuando actúa por deber. El deber es una acción que se hace por respeto a la ley.

La Dificultad de la Emancipación y el Uso del Entendimiento

Resulta difícil salirse de esa minoría de edad porque el pueblo no cifra su empeño en la libertad, sino en sus «fines naturales» que, según Kant, son: gozar de buena salud, tener a salvo nuestro dinero y superar el temor a la muerte. Con las expresiones «reglamentos y fórmulas» se hace referencia tanto a lo práctico como a lo teórico; es decir, Kant avisa del peligro de renunciar a nuestra propia conciencia, tanto en lo moral como en lo científico, si abusamos de procedimientos o procesos que la suplan. Pero, como pensar por uno mismo lleva tiempo y esfuerzo, son pocos quienes liberan sus ataduras.

El Entendimiento: Uso Teórico y Moral

Tiene una doble vertiente: el uso teórico, que se dirige al conocimiento de la ciencia y que mejora el bienestar material de la humanidad; y el uso moral, en el que radica la dignidad humana y que es condición para cualquier transformación política auténtica.

Revolución vs. Reforma: El Camino hacia el Cambio Moral

Tras haber señalado la definición y los obstáculos, Kant indica las condiciones que promueven la Ilustración. Anteriormente ha señalado la libertad; ahora apunta una segunda condición: el tiempo, «lentamente». Por eso, mediante una revolución solo se puede derribar o cambiar un tirano y la «opresión generada por la codicia y la ambición», es decir, la opresión económica o política; pero no un cambio moral, que es donde radica, según Kant, la dignidad de la persona. El cambio moral solo se consigue a través de la reforma que expurga poco a poco los prejuicios y que supone un cambio de pensamientos y valores.

Revolución

Se sobreentiende revolución violenta: cinco años después tendría lugar la Revolución Francesa, que al cabo de cuatro años decapitaría al rey absolutista Luis XVI, iniciándose el período del Terror jacobino. Frente a la reforma, que supone progreso y evoca el crecimiento orgánico y constructivo de la vida, es decir, frente a la evolución. La revolución implica una alteración destructiva, no orgánica, no ordenada y, por tanto, no estable ni constructiva; en una palabra, contraproducente.

Reforma

Es evolución o cambio ordenado y constructivo, el propio de la vida, en lugar del cambio violento y destructivo que se asocia a la «revolución». La reforma es el verdadero progreso, la evolución que se opone a la revolución. La reforma es la revolución verdadera, radical, profunda: la del modo de pensar y los valores que conlleva.

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