17 Jun

La Epistemología de David Hume: Origen y Límites del Conocimiento

1. Teoría del Conocimiento: La Experiencia como Fuente Única

David Hume sostiene que el origen de todo nuestro conocimiento y de todos los contenidos de nuestra mente (ideas) reside en la experiencia. Sin embargo, para Hume, la ‘experiencia’ se reduce exclusivamente a los datos que nos proporcionan los sentidos. Por consiguiente, no podemos afirmar ni negar la existencia de nada más allá de esos datos sensoriales.

El punto de partida y el límite de nuestro conocimiento son lo que René Descartes había denominado ‘cualidades primarias y secundarias’: colores, olores, formas, etc. Para Descartes, estos eran los datos menos relevantes para el conocimiento, ya que se manifestaban en algo que él consideraba más real y permanente: la sustancia, entendida como soporte o sujeto de esas cualidades. En contraste, para Hume, el objeto en sí mismo o el supuesto soporte de esas cualidades (colores, formas) nunca nos es revelado directamente por los datos de la experiencia.

Hume denominará ‘impresiones’ a esos datos inmediatos que nos ofrecen los sentidos: colores, olores, formas, etc., lo que Descartes llamaba ‘cualidades secundarias’. Estas impresiones son tanto el origen como el límite de nuestro conocimiento. No podemos afirmar ni negar la existencia de nada más allá de estos datos. Por tanto, el ‘objeto en sí mismo’ o la ‘realidad en sí misma’ es algo que la experiencia no nos ofrece.

Hume denominará ‘percepciones’ a cualquier contenido de nuestra mente. Sin embargo, dado que ciertos contenidos mentales poseen propiedades diferentes, dividirá las percepciones en dos categorías principales:

  • IMPRESIONES: Son percepciones de mayor fuerza, intensidad y viveza que se presentan a nuestra conciencia con gran claridad. Se refieren a los datos de lo que denominamos percepción sensorial inmediata o experiencia directa que nos ofrecen los sentidos (por ejemplo, esta rosa que veo, este sonido que escucho, esos colores que percibo al usar mis sentidos).
  • IDEAS: Son percepciones de menor intensidad y viveza. Son como una especie de copias o imágenes debilitadas de las impresiones. Estas copias o imágenes son las que utilizamos al pensar, recordar, imaginar, razonar, etc. Tienen un significado similar al de las ideas para Descartes. No obstante, la gran diferencia entre ambos autores radica en que Descartes afirmaba que la mente poseía ciertas ideas de forma innata, es decir, al margen e independientemente de la experiencia de los sentidos. Hume, por su parte, considera que ‘toda idea de nuestra mente procede necesariamente de alguna impresión de los sentidos’.

2. Conclusiones Fundamentales del Empirismo Humeano

El empirismo de Hume se asienta sobre las siguientes premisas básicas:

  1. La mente humana, al principio, está vacía de contenido, es como una hoja en blanco (tabula rasa). Se va rellenando a medida que recibe datos de la experiencia por medio de los sentidos. Por tanto, no existen ideas innatas.
  2. La mente humana es pasiva en el proceso de conocimiento. Es decir, al estar vacía de contenido y no poseer ninguna idea por sí misma, no puede elaborar ningún tipo de conocimiento de forma autónoma. Siempre necesitará del apoyo de la experiencia.
  3. Toda idea de nuestra mente procede necesariamente de alguna impresión de los sentidos. Consecuentemente, la experiencia es el origen de todo nuestro conocimiento válido y el límite de todo lo que podemos conocer.

La única actividad que posee nuestra mente es la capacidad de asociar y combinar ideas según tres leyes fundamentales:

  • SEMEJANZA: La mente puede asociar impresiones o ideas que se asemejan entre sí. De este modo, elabora lo que llamamos CONCEPTOS (hombre, casa, mesa…). Por ejemplo, el concepto de ‘mesa’ se elabora a partir de impresiones o ideas diferentes, en principio, pero que comparten ciertas características comunes que las hacen semejantes.
  • CONTIGÜIDAD: La mente puede asociar impresiones diferentes e independientes, en principio, pero que se presentan contiguas (unas al lado de otras) o continuas en el espacio y en el tiempo. Aunque estrictamente pueden considerarse impresiones distintas, la mente les confiere una unidad e interdependencia en forma de OBJETO INDIVIDUAL: esta casa, esta mesa concreta, Juan, Antonio, este bolígrafo, etc. El único requisito para que la mente las asocie es que muestren una unidad espacio-temporal.
  • CAUSALIDAD: La mente asocia impresiones o ideas diferentes entre sí, pero que se presentan como sucesivas (siempre una después de la otra) en el espacio y tiempo. La diferencia con respecto a la ley anterior aquí consiste en que, en las relaciones causales, la mente establece que el primer fenómeno espacio-temporal se considera la causa que produce el segundo fenómeno. Así elaboramos afirmaciones como: ‘el calor dilata los cuerpos’, ‘la lluvia me ha mojado’, ‘la violencia me produce tristeza’, etc.

Tres condiciones son necesarias para que nuestra mente una objetos diferentes en forma de una relación causa-efecto.

Crítica Humeana a la Ciencia y la Metafísica

1. Tipos de Conocimiento Válido según Hume

El conocimiento, para Hume, procede de la asociación y combinación de las ideas de la mente, las cuales, a su vez, provienen de las impresiones de los sentidos. Las ideas que poseemos pueden clasificarse en dos tipos básicos, que se corresponden con los únicos dos tipos de conocimiento legítimo o válido. Sin embargo, veremos que ambos tipos de conocimiento válido presentan ciertas limitaciones o ‘defectos’:

Nuestra mente puede establecer:

  • RELACIONES ENTRE IDEAS: Son la base del conocimiento lógico y matemático. Estas ciencias establecen acuerdos o desacuerdos entre ideas (verdad y falsedad), pero sin referirse necesariamente a nada de la experiencia. Sus verdades pueden considerarse universales y necesarias, y por tanto, válidas para todo el mundo. Las razones son las siguientes:
    • Son meras TAUTOLOGÍAS, es decir, no aportan información nueva. Se limitan a repetir en el predicado la información ya contenida en el sujeto. Si conocemos el sujeto, podemos extraer toda la información del predicado. Ejemplos de este tipo de relaciones entre ideas son: ‘Todo triángulo tiene tres lados y tres ángulos’, ‘los ángulos de un triángulo suman 180 grados’, ‘el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los catetos’, etc.
    • Son proposiciones ANALÍTICAS, es decir, su verdad no puede ser extraída de la experiencia. Aunque toda idea proceda de la experiencia, las relaciones entre ellas no pueden ser extraídas directamente de la experiencia, sino que las establece nuestra mente. Esas relaciones que establece nuestra mente se pueden reducir a ‘identidad’ o ‘diferencia’; ‘acuerdo’ o ‘desacuerdo’. De ahí procede la verdad y la falsedad matemática.
  • RELACIONES ENTRE HECHOS: Son la base de las ciencias empíricas. Establecen relaciones entre ideas que se refieren directamente a hechos de la experiencia. Por tanto:
    • No son tautológicas, es decir, aportan información nueva. No se limitan a repetir en el predicado la información que hay en el sujeto. Ejemplos de este tipo de relaciones son: ‘El calor dilata los metales’, ‘el gato es un mamífero’ o ‘la casa de Juan tiene dos plantas’, etc.
    • No pueden considerarse universales o verdaderas de forma universal, sino particular. Solo son válidas con respecto a los hechos y objetos concretos a los que se refieren. La ciencia, cuando elabora leyes universales a partir de este tipo de enunciados, comete un error y se convierte en una ciencia ilegítima.

2. Crítica de la Ciencia: El Problema de la Causalidad

La causalidad, las relaciones causales o las relaciones causa-efecto, que son la base del establecimiento de leyes universales por parte de la ciencia, solo son válidas en el plano individual y en los casos en los que tenemos impresiones de los sentidos en las que fundamentar directamente dichas relaciones. Al establecer un enunciado universal (por ejemplo, ‘Todos los hombres son mortales’), se pierde el fundamento empírico de dichas afirmaciones (no tenemos datos sobre el futuro) y se anticipan acontecimientos sin poseer impresiones de los sentidos.

La ciencia comete este tipo de error cuando establece leyes universales. Sus leyes postulan una conexión necesaria entre fenómenos (relación causal) a partir de observaciones realizadas en el pasado, y consideran que dichos fenómenos ocurrirán siempre del mismo modo. Sin embargo, solo podemos tener impresiones del presente e impresiones y fenómenos consecutivos que han ocurrido en el pasado.

La conclusión de Hume es que el principio de causalidad y el principio de inducción, a partir de los cuales los científicos establecen leyes universales, tienen su origen en el hábito y la costumbre, pero no en la experiencia. Consecuentemente, no pueden establecer conocimiento universal, sino solo probable. Es decir, cuantos más casos se acumulen con respecto a dos fenómenos que se producen de forma sucesiva (por ejemplo, calentamos un metal y se dilata), más probabilidad hay de que se repitan en el futuro. Pero no hay nada en la experiencia que nos garantice que siempre ocurrirá así.

3. Crítica de la Metafísica: Las Sustancias Cartesianas

El problema de la metafísica y de los objetos que estudia, y más concretamente, de las tres sustancias fundamentales de la metafísica de Descartes (Dios, Alma y Mundo), es que ni siquiera hay impresiones de los sentidos que nos permitan construir tales ideas. Por mucho que indaguemos en la experiencia, en los datos que nos ofrecen los sentidos o en las ‘impresiones’, estos objetos no aparecen por ninguna parte.

Immanuel Kant: La Síntesis del Conocimiento

La filosofía de Kant surge como un intento de superar las limitaciones del racionalismo y el empirismo:

  • El racionalismo restaba valor a los sentidos y afirmaba que nuestro conocimiento verdadero procedía de la actividad del entendimiento y sus ‘ideas innatas’.
  • El empirismo, por su parte, insistía en la pasividad de la razón, que no podía generar conocimiento por sí misma, sino que se limitaba a recoger los datos de los sentidos para asociarlos según varias leyes.

1. El Conocimiento como Síntesis de Entendimiento y Sensibilidad

Sin entrar en detalles, puede decirse que Kant entiende el conocimiento como una relación intrínseca entre el entendimiento y la sensibilidad. La sensibilidad es pasiva: se limita a recoger las intuiciones que proceden de los sentidos (‘impresiones’ en Hume). Pero el entendimiento es activo, es decir, tiene la capacidad de crear ciertos conceptos al margen de la experiencia. A esta actividad la llama ‘espontaneidad’.

El conocimiento, o el acto de conocer, será la capacidad de referir o unificar esas ‘intuiciones’ de los sentidos a un concepto del entendimiento. El conocimiento es una síntesis de lo que aporta el entendimiento (conceptos) y lo que aporta la sensibilidad (intuiciones o impresiones). Ambos elementos son necesarios; cada uno por separado no produce conocimiento. Los conceptos están vacíos, no tienen ningún contenido, y las impresiones son algo inconexo, sin ningún orden ni estructura que los unifique.

2. El Sujeto y el Objeto en el Proceso Cognitivo Kantiano

En Kant, también podemos hablar del conocimiento como una relación entre el sujeto y el objeto. La sensibilidad ‘pone’ los objetos, que en sí mismos no son objetos todavía, sino impresiones inconexas. Y el entendimiento (sujeto) unifica esas impresiones. ¿Cómo? Refiriéndolas a un concepto, unificándolas bajo un concepto del entendimiento. Y ahora, el objeto puede ser pensado por el sujeto. Por eso, en Kant, conocer será poder referir o unificar varias intuiciones o impresiones de los sentidos bajo un concepto del entendimiento.

3. Niveles del Conocimiento: Sensibilidad, Entendimiento y Razón

El conocimiento, en toda su amplitud, es un fenómeno complejo en el que intervienen tres niveles sucesivos pero integrados:

  • LA SENSIBILIDAD: Recibe las intuiciones o impresiones y realiza la primera síntesis o unificación: sintetiza o unifica esas intuiciones en un objeto individual (‘Esta rosa’ o ‘esta casa’).
  • EL ENTENDIMIENTO: Recibe los objetos individuales y les aplica los conceptos, realizando una síntesis o unificación superior (el concepto de ‘rosa’ en general o ‘casa’ en general). Distingue dos tipos de conceptos:
    • CONCEPTOS PUROS O CATEGORÍAS: Como el de ‘sustancia’, ‘causa’ o ‘necesidad’, que no tienen contenido empírico todavía, sino que son formas o modos de enlazar conceptos.
    • CONCEPTOS EMPÍRICOS: Como ‘casa’ o ‘rosa’, que derivan de la experiencia.
  • LA RAZÓN: Partiendo de los conceptos del entendimiento, tiende a realizar síntesis superiores hasta llegar a las síntesis máximas. Distingue tres síntesis máximas a las que llama ‘lo incondicionado’, por ser causa o condición de todo lo demás sin ser ellas condición de ninguna otra cosa: DIOS, ALMA y MUNDO.

Esta sería una de las explicaciones que Kant da de estas ideas, consideradas innatas por los racionalistas y criticadas por Hume como injustificadas. En la ética y la moral, estas ideas desempeñarán un papel importante para Kant al considerarlas como las condiciones necesarias para que pueda darse la moral, junto con la idea de ‘libertad’. Sin embargo, en el ámbito del conocimiento puro, no tendrían justificación al no poder ser referidas a ningún fenómeno, experiencia o impresión de los sentidos. DIOS, ALMA y MUNDO son el resultado de la propia actividad de la razón, que tiende a realizar síntesis cada vez más elevadas y omniabarcantes, intentando justificar y explicar todo a partir de un elemento superior y anterior.

Deja un comentario