13 Ago

La Economía Española del Siglo XIX

España experimentó un proceso de modernización similar al de Europa occidental, en el marco de la Revolución Industrial y liberal-burguesa. Sin embargo, en España la industrialización no alcanzó un gran desarrollo y la agricultura continuó siendo el sector más importante de la actividad económica. Aun así, a finales de siglo la economía se modernizó y se produjo un gran desarrollo de la industria textil catalana y de la siderurgia vasca. Comenzó la explotación minera a gran escala en manos de compañías extranjeras y mejoraron notablemente las comunicaciones con la creación de la red de ferrocarriles y la mejora y ampliación de las carreteras.

Agricultura

Tras la desigual distribución de la propiedad de la tierra, la Revolución Liberal implantó la propiedad privada mediante desamortizaciones, supresión de mayorazgos y abolición de los señoríos, que fueron transformados en propiedad privada. A las desamortizaciones de Godoy y la eclesiástica de Mendizábal le siguieron las de Espartero y Madoz.

La producción agrícola aumentó gracias a la mejora de los transportes, el aumento de la población y la política proteccionista. Los cultivos mayoritarios eran la patata, el maíz, el trigo y el olivo.

Industria y Minería

La industria textil fue la primera en mecanizarse y, gracias a la política proteccionista que gravaba con altos aranceles los tejidos extranjeros, experimentó un fuerte crecimiento a pesar del alza de precios provocada por la Guerra de Secesión estadounidense.

La industria siderúrgica estaba retrasada debido a que los yacimientos en España estaban muy dispersos. Esto retrasó la industrialización. Sin embargo, a partir de 1880 se impuso la siderurgia vasca con la constitución de la empresa Altos Hornos de Vizcaya.

La minería se desarrolló debido a la cantidad de recursos y la demanda, llegando a convertir la exportación de metales en la mayor partida del comercio exterior español.

El Ferrocarril

Fue decisivo para la formación de un mercado nacional y para la consolidación de una industrialización moderna. La construcción de la red se aceleró a partir de la Ley de Ferrocarriles en 1855.

Se aprobó durante el Bienio Progresista y dio un empuje decisivo a la construcción de la red. La ley facilitó la formación de sociedades anónimas ferroviarias, el pago de subvenciones estatales y permitía la importación de material ferroviario. También provocó una gran inversión de capitales, tanto españoles como extranjeros, destacando notablemente el capital francés. Anterior a ella, la Real Orden de diciembre de 1844 facilitó la especulación y el negocio ilícito.

Cambios Sociales del Siglo XIX

Eliminada la sociedad estamental por la Revolución Liberal, se dio paso a la moderna división de clases, propia de una sociedad capitalista: igual ante la ley y con derecho de propiedad, pero desigual por su nivel de renta y por la posesión o no de los medios de producción. Poco a poco, se fue formando una sociedad moderna: la sociedad industrial de clases.

La mujer, a pesar de su incipiente incorporación a trabajos fabriles, sobre todo en el sector textil y en los comercios, en su mayor parte trabajaba en el servicio doméstico. A cambio de un bajo jornal, techo y comida, se encargaban de las labores de la casa. En el campo, los braceros sin tierras que trabajaban a jornal formaban, junto con los que poseían un par de mulas o bueyes para arar, el grupo de los asalariados rurales.

Los asalariados del campo constituían un grupo muy importante en un país predominantemente rural, sobre todo en la mitad sur, donde abundaba el latifundio. Dada la precaria situación laboral, las condiciones de vida de la población urbana y rural se degradaron notablemente. El proletariado, desengañado de los partidos políticos, los abandonó y buscó en el movimiento obrero (marxismo o anarquismo) la solución a sus problemas.

En el siglo XIX, comenzó en España el movimiento feminista y la lucha por el sufragio universal.

La primera organización de mujeres en España, creada en 1868, fue la Sociedad de Matronas, encargada de defender los derechos de las mujeres en el ámbito laboral y social. A partir de ahí, surgieron distintas asociaciones y agrupaciones feministas.

La Oposición Política al Régimen de la Restauración

1. Carlismo

Tras su derrota, Cándido Nocedal representó el movimiento en la península. Continuaron defendiendo la monarquía tradicional y los valores religiosos. Sin embargo, su unidad era bastante frágil, hasta el punto de que en 1888 un grupo carlista radical se separó formando el Partido Integrista.

2. El Surgimiento de los Nacionalismos Periféricos

Durante la Restauración surgieron movimientos contrarios al centralismo defendido por el Estado Liberal español, apoyados principalmente por la burguesía.

a) Nacionalismo Catalán (Catalanismo)

Surgió en un primer momento de la Renaixença, cuyo objetivo era la reivindicación cultural. Sin embargo, las primeras reivindicaciones políticas surgieron de la mano de Valentí Almirall con el Centre Català, fundado en 1882. En 1885 presentaron el Memorial de Greuges (o Agravios), a favor del mantenimiento de los intereses catalanes.

Posteriormente, se creó la Unió Catalanista (1891), que aprobó un año después las Bases de Manresa, donde se consideraba a Cataluña como una entidad autónoma dentro de España.

Con la crisis de 1898 se acrecentó aún más el espíritu nacionalista, y en 1901 se constituyó la Lliga Regionalista de Catalunya. Así, en las elecciones de 1901, la Lliga triunfó en Barcelona, comenzando a aparecer un nuevo panorama político.

b) Nacionalismo Vasco

Se vio impulsado por la pérdida de los fueros y por los efectos de la industrialización al poner en peligro las tradiciones vascas. El nacionalismo surgió con la figura de Sabino Arana, de ideario tradicionalista y defensor de la superioridad de la etnia vasca. Fundó el Partido Nacionalista Vasco (PNV). Tras su fallecimiento, el movimiento se suavizó, aceptándose la vía hacia la autonomía.

3. Los Partidos Republicanos

Tras el fracaso de la Primera República, perdieron fuerza y se dividieron. Además, desaparecieron los líderes principales. Aun así, a comienzos del siglo XX aparecieron nuevas opciones como la de Alejandro Lerroux del Partido Radical.

4. El Movimiento Obrero

Como consecuencia de la explotación obrera surgida con la industrialización, el movimiento obrero comenzó a adquirir fuerza en la península. Se dividieron en dos corrientes: anarquistas y socialistas.

En 1870 se formó la Federación Regional Española (FRE) de la AIT, aunque tuvo que disolverse tras el golpe de Estado de 1874 y el movimiento entró en la clandestinidad.

a) Anarquistas

Pasaron de la clandestinidad a la legalidad en 1881, cuando Sagasta llegó al poder. El movimiento volvió a adquirir confianza y en un congreso celebrado en Barcelona ese mismo año se fundó la Federación de Trabajadores de la Región Española. Sin embargo, el anarquismo andaluz sufrió una fuerte represión por el asunto de la Mano Negra.

Además, para destruir el orden político existente, realizaron numerosos atentados, asesinando incluso al presidente del Gobierno Cánovas en 1897. El movimiento predominó principalmente en Levante, Cataluña y Andalucía.

b) Marxismo o Socialismo

Esta otra tendencia del movimiento obrero casi no adquirió fuerza hasta que en 1879 Pablo Iglesias fundó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Defendían los objetivos marxistas: la conquista del poder por medio de una revolución obrera y la implantación de una dictadura del proletariado para acabar con el capitalismo y las desigualdades sociales.

En 1888 se creó el sindicato socialista, la UGT. En cuanto a las zonas de influencia, destacaron Madrid, Vizcaya y Asturias.

Crisis del Parlamentarismo y Hundimiento de la Restauración

El Impacto de la Primera Guerra Mundial

España se declaró neutral, pero esto no impidió que la opinión pública se dividiera entre germanófilos y aliadófilos. Esta neutralidad supuso un «boom» económico al convertir el país en suministrador de los países beligerantes.

Crisis de 1917

a) Crisis Militar

Descontento de los oficiales peninsulares por las prebendas de los africanistas, que ascendían por méritos de guerra en vez de por antigüedad. Eduardo Dato consintió la creación de las Juntas Militares de Defensa.

b) Crisis Parlamentaria

Debido a la crisis, Dato se negó a abrir las Cortes y Cambó convocó una Asamblea de Parlamentarios en Barcelona que tuvo poco éxito. La Guardia Civil la disolvió.

c) Crisis Social

UGT y CNT se aliaron contra el gobierno debido al alza del coste de la vida. En marzo de 1917 se produjo una huelga general que amenazaba con ser indefinida. La Lliga criticó la huelga y el Ejército la reprimió duramente. Los sectores renovadores querían ir contra el sistema, pero diferían respecto al contenido de la reforma. Dato cayó y nacieron los gobiernos de concentración.

Hundimiento del Régimen de la Restauración

Entre 1917 y 1923 se acentuó la crisis; el turnismo dejó de funcionar y se sucedieron más de 10 gobiernos.

Las reivindicaciones autonomistas se incrementaron y la conflictividad social se radicalizó, en parte debido a la crisis económica tras la I Guerra Mundial. La situación se agravó con el Desastre de Annual, en Marruecos, que dejó 13.000 soldados masacrados.

a) Inestabilidad Política

En 1918 se iniciaron los gobiernos de concentración, tan inestables que se sucedieron hasta 12 gobiernos, con García Prieto y Maura. La Lliga de Cambó se unió a los gobiernos de Alfonso XIII, provocando la escisión en el nacionalismo catalán. Se radicalizó la política, fundándose partidos como Acció Catalana.

b) Conflictividad Social

La crisis económica y social favoreció la afiliación a los sindicatos UGT y CNT. La huelga en Barcelona de la empresa eléctrica «La Canadiense» paralizó la ciudad y obligó al gobierno a aprobar la jornada de 8 horas diarias. Esto supuso enfrentamientos entre patronal y obreros, con el cierre de empresas y la conformación del Somatén en un intento de frenar la violencia callejera que llevó a Barcelona a una guerra social.

c) Desastre de Annual

Persiguiendo al líder guerrillero Abd-el-Krim, el Ejército español se adentró en el Rif, alejándose de los centros de aprovisionamiento.

Un régimen parlamentario quedó herido de muerte, con una oposición pidiendo responsabilidades al Ejército, al gobierno y a la monarquía. Pero el golpe de Estado del general Primo de Rivera contra el gobierno acabó con su nombramiento como presidente de un Directorio Militar, encargado de gobernar el Estado.

La Guerra Civil Española (1936-1939)

Los Inicios de la Guerra y la Internacionalización del Conflicto

1. La Sublevación Militar y su Fracaso: La División de España

El clima de radicalización comenzó tras las elecciones de febrero de 1936. Dos asesinatos marcaron este periodo: el 12 de julio fue asesinado por la extrema derecha José del Castillo, teniente socialista de la Guardia de Asalto. En respuesta, el 13 de julio fue asesinado uno de los líderes monárquicos, Calvo Sotelo. Este fue el detonante de la conspiración. A partir de las elecciones de febrero, los militares estaban tramando una conspiración para acabar con la República. El 17 de julio de 1936 se sublevó la guarnición de Melilla, extendiéndose por el resto del Protectorado español en Marruecos y por la Península. El golpe militar fue un fracaso, ya que parte del Ejército y de las fuerzas del orden se mantuvieron del lado de la República. Sin embargo, en otras partes la sublevación militar se impuso, por ejemplo, en Galicia, Castilla y León, parte de Extremadura, Álava y Navarra. Además, el general Franco triunfó en Canarias, y tras la victoria, voló hacia el Protectorado español en Marruecos y asumió el mando del Ejército de África. La sublevación fracasó en Madrid, Cataluña, Levante, Asturias, etc.

España se dividió en dos: los sublevados, que consideraban que había que restablecer el orden y acabar con los «enemigos del país» (anarquistas, comunistas, socialistas, separatistas…), a quienes clasificaban como «rojos». La otra parte, que permaneció fiel al gobierno legal de la República, luchaba por terminar con el fascismo.

2. Balance de los Dos Bandos Enfrentados: Las Fuerzas Militares

La mayor parte de las zonas mineras e industriales, con mayor población, se encontraba del lado de la República, que además contaba con los recursos financieros (el oro depositado en el Banco de España sirvió para financiar la compra de armamento). La España rebelde estaba en una zona con menos población y una industria menor; sin embargo, los recursos agrícolas eran mayores. En cuanto a las tropas, para el lado de la República fue un grave problema la falta de mandos intermedios, ya que el 80% de los oficiales se pasaron a los sublevados. Los rebeldes adoptaron el nombre de «nacionales». Por otro lado, el lado republicano tuvo que improvisar un nuevo Ejército y nombrar nuevos oficiales sin demasiada experiencia, además de contar con voluntarios procedentes de sindicatos y partidos políticos. Aparecieron las Brigadas Mixtas: unidades militares compuestas por milicianos y tropas del ejército regular. Por todo esto, el ejército de los nacionales era mucho más efectivo.

3. La Internacionalización y Prolongación del Conflicto

Sin la masiva ayuda extranjera, la Guerra Civil Española no hubiese durado más de medio año debido a la escasez de material militar y de repuestos en ambos bandos. Los Estados democráticos no quisieron comprometerse a favor de la República, y así surgió la política de «No Intervención», que decidía no ayudar a ninguno de los dos bandos y controlar que no entrase material de guerra en España. El objetivo era que la guerra en España no fuera el detonante de la II Guerra Mundial, que se veía venir. Para asegurar esta política se creó el Comité de No Intervención de Londres. Formaron parte de esta política un total de 27 países europeos. Pero todo esto fue papel mojado: Alemania, Italia y la URSS facilitaron material bélico a los contendientes. La ayuda extranjera a la España republicana fue inmediata por parte de la URSS y en menor cantidad por parte de Francia y México. La ayuda soviética fue pagada con el oro del Banco de España, también conocido como «oro de Moscú». Las Brigadas Internacionales llegaron, sin demasiada experiencia militar y con una ideología comunista, para luchar contra la propagación del fascismo. La ayuda extranjera a la España rebelde fue masiva y pagadera en materias primas. Recibió ayuda de Italia, Alemania, Portugal e Irlanda.

La Crisis del 98: Liquidación del Imperio Colonial

1. La Guerra en Cuba y Filipinas

a) La Política Española en Cuba

El mejor periodo para haber realizado cambios en la política española sobre sus colonias fue durante el «Gobierno Largo» de Sagasta. Incluso contaban con el apoyo del Partido Autonomista Cubano. Sin embargo, las reformas fueron mínimas y no hubo ningún cambio significativo en su autonomía. Además, como consecuencia del arancel proteccionista de 1891, el descontento en Cuba y EE. UU. aumentó.

b) La Guerra de Cuba y Filipinas

Como consecuencia de este descontento, José Martí formó el Partido Revolucionario Cubano en 1892. El levantamiento tuvo lugar en 1895 («Grito de Baire»). La respuesta del gobierno español, presidido por Cánovas, fue el envío de tropas dirigidas por Martínez Campos. Como consecuencia de los fracasos militares, fue relevado por el general Valeriano Weyler, defensor de métodos más contundentes para acabar con la rebelión.

Tras el asesinato de Cánovas y la subida al poder de Sagasta, se decidió probar con una política de reconciliación, realizando concesiones políticas (autonomía). Sin embargo, ya era demasiado tarde para frenar a los independentistas.

Paralelamente, en Filipinas surgió otro movimiento independentista llamado Katipunan. Su principal dirigente, José Rizal, acabó siendo ejecutado (1896). En diciembre de 1897 se negoció el fin de las hostilidades.

c) La Intervención de Estados Unidos

En 1898, Estados Unidos decidió declarar la guerra a España con el pretexto de que uno de sus explosivos había hundido uno de sus buques de guerra, el Maine. De esta manera, EE. UU. envió un ultimátum a España amenazando con intervenir, y finalmente le declaró la guerra el 25 de abril.

España fue duramente derrotada en Filipinas (Batalla de Cavite) y en Cuba (Batalla de Santiago). La guerra terminó con la Paz de París de 1898, que significó el abandono de Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

2. Las Consecuencias del 98

Significó la destrucción del mito del imperio español y la relegación de España a un papel secundario en el contexto internacional.

a) Repercusiones Económicas y Políticas

A pesar de la envergadura del «desastre» y su significado simbólico, no hubo una gran crisis económica ni política. Por tanto, el turno dinástico se mantuvo. Sus consecuencias fueron fundamentalmente morales e ideológicas.

b) Regeneracionismo

Tras el 98 surgieron una serie de movimientos regeneracionistas que defendían la modernización de España. Para ello, era necesario renovar la vida política y social. Además, criticaban el régimen parlamentario caciquil (el turnismo). Su principal representante fue Joaquín Costa.

Por otra parte, del «desastre» surgió la Generación del 98, caracterizada por su pesimismo hacia España.

c) El Fracaso del Gobierno Regeneracionista

El desastre provocó la caída de Sagasta, y Silvela, al frente de los conservadores, ocupó su lugar. Intentó introducir una serie de reformas políticas necesarias para atenuar las consecuencias económicas de la guerra. El gobierno decidió aprobar una reforma fiscal que encontró una gran oposición entre la burguesía catalana, que respondió con una huelga (el «tancament de caixes» o cierre de cajas). Ante las críticas, la regente María Cristina decidió devolver el poder a Sagasta en 1901 (liberales), demostrando que el turnismo había conseguido amoldarse a cualquier intento de cambio. Mientras, el 17 de mayo de 1902, Alfonso XIII daba comienzo a su reinado.

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

Inicio y Causas del Golpe de Estado

El inicio de la Dictadura de Primo de Rivera (1923) tuvo lugar durante el reinado de Alfonso XIII. Una vez que se llevó a cabo el golpe de Estado el 13 de septiembre de 1923, el rey mandó formar gobierno.

Este golpe de Estado se vio producido por causas políticas, debido al fracaso del sistema político, y causas sociales (los desórdenes públicos como las huelgas obreras y los atentados anarquistas). Por otro lado, estaba además el separatismo catalán y vasco. La última causa fue el apoyo de la Iglesia al golpe de Estado, el apoyo del rey Alfonso XIII y el de la burguesía. En contra estaban los anarquistas, republicanos, socialistas, regionalistas, etc., debido a la erradicación del parlamento.

Primo de Rivera presentó la dictadura como un régimen transitorio para eliminar el caciquismo y poner fin al desorden, al desgobierno y al separatismo catalán.

Medidas del Directorio Militar

El Directorio Militar suspendió la Constitución de 1876, disolvió las Cortes y estableció la censura de prensa. Los ayuntamientos y las diputaciones fueron disueltos y sus miembros fueron sustituidos por gente adicta al nuevo régimen. Por ello, en 1924, se creó un partido propio, la Unión Patriótica, donde se daban cita la burguesía de comerciantes, industriales, terratenientes y nuevos caciques.

La Cuestión Regional: Catalanismo

Sobre el problema regional, Primo de Rivera se mostró muy duro con el catalanismo. Se prohibió el uso del himno, de la bandera catalana y la utilización del catalán en los actos oficiales. Rivera, al haber restablecido el orden público, contaba con la simpatía de la burguesía catalana y con el catalanismo moderado de la Lliga de Cambó. Consiguió con todo ello crearse enemigos en Cataluña.

El Fin de la Guerra de Marruecos

El mayor éxito fue poner fin a la Guerra de Marruecos. El líder de los rifeños, Abd-el-Krim, facilitó las cosas. En 1924, atacó a las tropas españolas causando bajas y heridos. Abd-el-Krim atacó a los franceses, lo que provocó que Francia y España se aliaran. España protagonizó el Desembarco de Alhucemas, que fue un éxito, derrotando a Abd-el-Krim y logrando que en 1927 Marruecos dejara de ser un problema para España.

El Directorio Civil y la Política Económica y Social

Tras este éxito, Primo de Rivera decidió transformar el Directorio Militar en un gobierno en el que incluyó a civiles, el llamado Directorio Civil. Su objetivo era reinsertar el régimen, y debido a esto se convocó, en 1927, una Asamblea Nacional, compuesta por representantes del Estado, de la Unión Patriótica y de distintas provincias.

En cuanto a la política económica, la economía española creció. Se crearon monopolios, hubo una disminución del número de huelgas y además un importante crecimiento industrial.

En cuanto a la política social, el Estado construyó viviendas baratas, escuelas, institutos… Sin embargo, debido al Crack del 29 y la reaparición de conflictos sociales y huelgas, la dictadura agonizaba.

El Fin de la Dictadura

Finalmente, Primo de Rivera decidió presentar su renuncia al rey el 30 de enero de 1930 y marchó a París, donde falleció dos meses más tarde.

El rey encargó a Berenguer formar un nuevo gobierno con el fin de retornar a la normalidad constitucional. Se puso en vigor la Constitución de 1876; sin embargo, el intento de Alfonso XIII de volver al régimen anterior fracasó.

El Gobierno de Berenguer cayó y Aznar convocó elecciones municipales el 12 de abril de 1931. En el conjunto del Estado, las candidaturas monárquicas ganaron, pero en las capitales de provincia ganaron las candidaturas republicanas. Esto se consideró una desautorización de la monarquía. El 14 de abril se proclamó la República y el rey Alfonso XIII abandonó España.

Desarrollo de la Guerra Civil: Etapas

1. Primera Etapa: El Ataque a Madrid (Julio 1936 – Marzo 1937)

Mola, desde el norte, se atascó por la resistencia de milicianos y tropas leales, pero tomó Irún y San Sebastián, aislando al bando republicano.

Franco, desde el sur, organizó un puente aéreo con aviones italianos y alemanes, pasando a la península las tropas marroquíes y asegurando el dominio de gran parte de Andalucía.

Los sublevados consiguieron hacerse con Mérida, Badajoz, Toledo, Talavera… y así lograron enlazar las dos zonas sublevadas. Franco y su Ejército iban sumando éxitos cuando el 1 de octubre se designó un mando único en las fuerzas armadas, eligiendo a Franco como «Jefe del Gobierno del Estado español» y «Generalísimo» de los Ejércitos.

La Batalla de Madrid fue un conjunto de acciones durante cinco meses de combate, incluyendo las batallas del Jarama y Guadalajara. La República comenzó a mostrar su capacidad de resistencia. El Gobierno de la República se trasladó a Valencia, creándose la Junta de Defensa de Madrid, presidida por el general Miaja. El 7 de noviembre comenzó la batalla. La primera tuvo lugar cuando los nacionales cruzaron el Manzanares y ocuparon parte de la Ciudad Universitaria, pero fueron detenidos. Sin embargo, en una maniobra envolvente para el aislamiento de la capital, Franco decidió cortar la carretera de Valencia por el Jarama. Esto fracasó, y entonces decidió realizar esta operación por la zona de Guadalajara, pero fracasó también.

2. Segunda Etapa: El Frente Norte (Marzo – Octubre 1937)

Madrid no caía y Franco decidió liquidar el frente norte con la participación de legionarios, requetés, tropas italianas y la Legión Cóndor alemana (bombardeo de Guernica). La República intentó defenderse con fuertes ataques en otros frentes, pero sin éxito. Perdido el Norte para la República, la guerra se reanudó en diciembre de 1937. Ahora Franco se preparó para volver a su objetivo inicial: conquistar Madrid. La Batalla de Teruel (15 de diciembre) se inició con éxitos republicanos, pero Franco acabó reconquistando la ciudad.

La última gran batalla de la guerra fue la Batalla del Ebro (25 de julio – 15 de noviembre de 1938), que comenzó con el paso del río Ebro por parte de los republicanos en Mequinenza. Durante esta batalla, las Brigadas Internacionales se despidieron de España en Barcelona. Fue una batalla de desgaste que terminó con buena parte de las reservas republicanas. Tras esta batalla, la República tenía los días contados.

3. Tercera Etapa: El Frente Este y el Fin de la Guerra (Octubre 1937 – Abril 1939)

Madrid seguía siendo prioritaria, pero Franco tuvo que centrarse en recuperar Teruel a principios de 1938.

De allí a Valencia, separando Cataluña del resto de la zona republicana. Había que unir de nuevo las dos zonas. La Batalla del Ebro sería la más dura de toda la guerra, 3 meses que acabaron con la vida de más de 20.000 soldados.

Evolución Política de las Dos Zonas y Consecuencias del Conflicto

a) Evolución Política de la España Republicana

La sublevación provocó la inmediata dimisión del gobierno, dirigido por Casares Quiroga. El presidente, Manuel Azaña, le encargó a Diego Martínez Barrio formar gobierno; sin embargo, este dimitió y el 19 de julio Azaña pidió a José Giral formar un nuevo gobierno, integrado por republicanos de izquierda. El 5 de septiembre de 1936 se le encargó formar gobierno a Francisco Largo Caballero (líder de la izquierda del PSOE). Formó una amplia coalición integrada por nacionalistas vascos y catalanes, republicanos, PSOE y el Partido Comunista, además de la participación de cuatro ministros anarquistas. El gobierno se trasladó de Madrid a Valencia.

Tuvieron lugar varias reformas políticas durante este gobierno, como la continuación de la reforma agraria y la nacionalización de industrias… Sin embargo, los problemas con los comunistas y los anarquistas afectaron al gobierno. El POUM y los anarquistas no renunciaban a su propia política, que insistía en las colectivizaciones; para ellos era esencial la revolución proletaria para acabar con el fascismo, mientras que para los comunistas, el PSOE y la UGT, lo primordial era fortalecer el Estado para poder ganar la guerra. Estos mostraban una imagen moderada, no revolucionaria. Los enfrentamientos llegaron a su culminación en mayo de 1937 en Barcelona entre partidarios de ambos partidos. Fue asesinado el líder del POUM, Andreu Nin; como consecuencia, cayó el gobierno de Largo Caballero, dejando paso a uno nuevo dirigido por el socialista Juan Negrín. En este gobierno se trasladó la sede del gobierno de Valencia a Barcelona el 31 de octubre de 1937. Se intentó lograr un acuerdo con los nacionales y pactar una paz, así que el gobierno aprobó un documento (1 de mayo de 1938) conocido como los «Trece Puntos de Negrín». Pero estos fueron rechazados por Franco. Más adelante, se sublevó el coronel Casado contra el gobierno de Negrín para poder negociar con Franco el final de la guerra, pero fracasó.

b) Evolución Política de la España Nacional

Los sublevados se definían como «nacionales». Construyeron un Estado autoritario donde el poder recaía en una persona. Todo el protagonismo cayó sobre Franco después del accidente de aviación que tuvo el general Sanjurjo el 20 de julio de 1936, y del otro accidente de aviación que mató al general Mola el 3 de junio de 1937. Así Franco se puso en primer plano. La Junta de Defensa Nacional, creada por los rebeldes en Burgos en 1936, funcionó como embrión de un nuevo gobierno opuesto al régimen republicano. Al morir el general Sanjurjo, los militares sublevados decidieron que tenía que haber un único mando; por eso, las Juntas de Defensa desaparecieron y Franco fue elegido «Jefe del Gobierno del Estado español» y «Generalísimo», es decir, jefe supremo de los ejércitos sublevados. La proclamación tuvo lugar en Burgos el 1 de octubre. Franco se puso a la cabeza del partido Falange tras la detención y fusilamiento de su anterior líder, José Antonio Primo de Rivera. Esto lo consiguió por medio del Decreto de Unificación de 1937, por el que Franco se constituyó en jefe nacional del partido único conocido como Falange Española Tradicionalista y de las JONS, una fusión de los falangistas y carlistas. Ahora, Franco reunía en su persona todo el poder: el Ejército, el gobierno del Estado y el partido único. En enero de 1938 se constituyó el primer gobierno del nuevo Estado, que constituía un agregado de las fuerzas conservadoras: tradicionalistas, falangistas y militares.

2. Las Consecuencias de la Guerra

Se calcula que la cifra de muertos estaría en torno a unos 450.000, que incluye las muertes ocasionadas por la guerra y las actividades represivas (asesinatos en la retaguardia de ambos bandos, el «terror rojo» y el «terror blanco»). Los emigrados políticos y el exilio republicano fueron otra consecuencia. En cuanto a los prisioneros de guerra, las cárceles franquistas se llenaron de personas acusadas por delitos políticos; algunos ingresaron en campos de trabajo forzado y en prisiones al acabar la guerra. Se introdujo la depuración entre los sectores de la administración. La destrucción de las infraestructuras, la pérdida de reservas y la disminución de la población llevaron al desastre económico. Las consecuencias políticas fueron el final de la experiencia modernizadora y democratizadora que España había intentado llevar a cabo anteriormente. El inicio de un gran periodo de represión, la falta de libertades políticas y la supresión de derechos fundamentales de las personas caracterizaron este periodo.

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