19 Oct
Fígaro: La Prosa Periodística de Mariano José de Larra
Si bien Larra escribió diversas composiciones en verso, alguna obra teatral y cierta novela histórica, sin duda alcanzó la talla de escritor con su actividad periodística. La prensa periódica en el siglo XIX supuso un medio de comunicación imprescindible para la sociedad moderna.
La literatura se acomodó a los reducidos formatos de la prensa, y esta se convirtió, asimismo, en un vehículo perfecto de propaganda de las nuevas ideas, de opiniones y proyectos. Nace así el artículo periodístico como género caracterizado por una prosa llana y directa y por un tono didáctico.
Clasificación Temática de los Artículos de Larra
Una posible clasificación de los artículos suele ser de orden temático:
Artículos de crítica literaria y cultural
Reseñan estrenos teatrales, conciertos y muestran sus gustos literarios, en los que defiende la libertad creadora: «Libertad en literatura, como en las artes, como en la industria, como en el comercio, como en la conciencia.»
Artículos políticos
Comentan las vicisitudes políticas de cada momento. Larra se muestra como un hombre comprometido socialmente y, además, muestra una visión pesimista de la política y de la existencia en general. Destacan Nadie pase sin hablar con el portero o Tres no son más que dos.
Artículos de costumbres
Son fundamentalmente satíricos. En ellos, se censuran comportamientos y usos sociales diversos: la holgazanería, la hipocresía, la suciedad, el mal gusto, las casas pequeñas o la burocracia. Su intención es modernizar España. Algunos títulos son: El casarse pronto y mal, El castellano viejo, Las casas nuevas, Vuelva usted mañana.
Larra, en sus últimos artículos (El día de difuntos o La nochebuena de 1836), va más allá de lo social para alzarse a un plano existencial y expresar una concepción desengañada y trágica de la vida.
La Poesía en la Segunda Mitad del Siglo XIX: Tendencias y Contexto
Durante la segunda mitad del siglo XIX se compuso abundante y variada poesía, que debe entenderse en un contexto en el que la burguesía dominante impone sus gustos dentro de un modelo de sociedad donde cultura y política parecen unidas. Pueden distinguirse tres tendencias poéticas:
Poesía realista antirretórica
Adoptó formas expresivas nuevas que la alejaban del Romanticismo. Es la lírica que con más propiedad puede denominarse realista. Se reivindica un lenguaje prosaico y antirretórico, que supere la retórica romántica, y que, de acuerdo con la mentalidad positivista y burguesa, sirva de cauce para las nuevas ideas y no las oculte bajo el peso de la carga ornamental. Esta poesía se abre camino desde mediados de siglo gracias a la figura de Ramón de Campoamor. El ideal poético de Campoamor es el prosaísmo: el uso de un lenguaje claro y sencillo que acerque la poesía a la prosa. Otras características de su poesía son la ironía, el escepticismo, la sentenciosidad, las apelaciones al sentido común, etc. Entre sus obras destacan Doloras (1846), Pequeños poemas (1872-4) y Humoradas (1886-8).
Poesía realista grandilocuente
La poesía realista grandilocuente enlaza con el neoclasicismo a través de la figura de Quintana, tanto en sus temas de carácter cívico como en su preocupación por la forma rotunda y bien construida. El autor más representativo de esta tendencia es Gaspar Núñez de Arce, que compone poemas de tono declamatorio próximos a la grandilocuente oratoria política de la época.
Poesía intimista posromántica
La poesía intimista posromántica, cuya figura fundamental es Gustavo Adolfo Bécquer, busca superar el Romanticismo retórico y trivial a través de la condensación y la simplificación formales, como medio de sugerir con la palabra, la imagen y el símbolo las ideas que rozan lo inefable. Junto a Bécquer, Rosalía de Castro constituye uno de los máximos exponentes de la lírica posromántica, caracterizada por el intimismo y la melancolía.
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870): La Consagración de la Lírica Posromántica
La Obra Lírica: Las Rimas
La obra lírica de Bécquer está recogida en su obra Rimas que, en su edición de 1871, son setenta y nueve poemas breves, asonantados en general, y de metros variados, en los que se funda la importancia de Bécquer en la literatura. De estos poemas, solo quince se publicaron en vida del autor.
Bécquer las reunió para editarlas en un libro y se las entregó a su protector, el ministro González Bravo, que se había comprometido a publicarlas, pero en un saqueo en el domicilio de este durante los tumultos de 1868, desapareció el original. Posteriormente, el autor reprodujo los textos de memoria, sin un orden determinado, al final de un cuaderno que, con el título de Libro de los gorriones, bajo el epígrafe “Poesías que recuerdo del libro perdido”, se conserva en la Biblioteca Nacional.
Tras la muerte del poeta, sus amigos prepararon una edición de las Rimas, publicada en 1871, en la que los poemas aparecen ordenados en cuatro grupos:
Rimas I – XI: La Poesía y la Creación
El tema de estos poemas es la reflexión sobre la creación poética y sus motivos básicos: el amor, el misterio, etc. Trata además del deseo de expresarse mediante la poesía.
Rimas XII- XXIX: La Belleza y el Amor Confiado
Las diecisiete rimas de este grupo obedecen a una contemplación afirmativa y confiada de la belleza femenina y del amor.
Rimas XXX- LI: El Desengaño Amoroso
El más abundante cuerpo de la poesía becqueriana está constituido por rimas amargas y dolientes, con tonos que van de la melancolía hasta la ira y la desesperación, en las que poetiza su experiencia de amor desengañado por Elisa Guillén, quien lo abandonó por otros hombres.
Rimas LII-LXXVI: Soledad y Muerte
Tratan de la soledad y de la muerte desde un punto de vista desolado y pesimista.
En 1914 se dio a conocer el manuscrito del Libro de los gorriones, que cuestionaba el ordenamiento de la edición de 1871 e incluía tres rimas más (LXXVII-LXXIX). En las ediciones posteriores de las Rimas, los poemas llevan un número romano (el de la edición de 1877) y otro arábigo (el del Libro de los gorriones).
Núcleos Temáticos de la Poesía de Bécquer
Los núcleos temáticos de la poesía de Bécquer están relacionados con el ordenamiento que sus amigos hicieron de las Rimas:
Poesía y creación artística
Bécquer concibe la poesía como una forma de expresión inmediata de emociones íntimas que están más allá del poeta mismo y que solo esperan al escritor que sepa formularlas. Se trata de una concepción romántica de la literatura, frente a la idea clásica del arte como elaboración meditada y concienzuda. Sin embargo, Bécquer se aleja de estos conceptos románticos debido a su formación literaria. Llega así a una poesía sintética, normalmente breve, nada grandilocuente y en la que la expresión de las ideas se apoya a menudo en objetos materiales. La inspiración no se explica sin la razón que da la forma definitiva al poema. Por tanto, es difícil desligar por completo a Bécquer de la estética realista que empezaba a dominar en su época. Los poemas de Bécquer, partiendo de la realidad cotidiana, intentan expresar ideas (belleza, amor, poesía) que se resisten a ser formuladas con palabras.
Amor, desengaño amoroso y decepción
El amor, relacionado con la poesía, la naturaleza y Dios, es el tema central de las Rimas; es un ideal inalcanzable, y la amada, expresión máxima de la belleza, resulta ser un ideal, un ser inaccesible, un misterio intangible, que se desvanece como un sueño. El resultado final no es otro que el fracaso de la experiencia amorosa, el desengaño. La decepción se muestra, unas veces, con ironía, crueldad y sarcasmo, y otras, con la angustia más profunda y la desesperación sin límites del yo poético.
Soledad y muerte
La soledad es un sentimiento consustancial al yo lírico romántico, para el que la naturaleza, aun en su aspecto más agresivo, puede constituir un refugio. El individuo se siente solo en la soledad del mundo y no encuentra respuestas para los interrogantes vitales (¿De dónde vengo?; ¿Adónde voy?). La soledad se intensifica frente al enigma de la muerte y queda simbolizada en la tumba abandonada, que ya todos ignoran.
El sueño y la naturaleza
La realidad se percibe como una integración de lo racional y lo soñado; existe una fusión entre mundo y sueño. Los sueños permiten la expresión del espíritu y la fantasía, en ellos se presentan zonas y seres misteriosos, desconocidos, un mundo de visiones que enriquece la percepción del universo. Aunque la naturaleza es a veces un marco impasible e indiferente, en muchos de los poemas de Bécquer es expresión de los sentimientos del yo lírico, quien busca la integración en el mundo natural. En general, se presenta en constante movimiento, y las imágenes relacionadas con la luz y el aire adquieren especial importancia.
Estilo Poético y Métrica de Bécquer
Tras su aparente sencillez y espontaneidad, hay una cuidada elaboración de los textos. Buena parte de los aciertos expresivos de Bécquer proceden de su maestría en amalgamar los artificios retóricos de la poesía culta con los de la poesía popular.
Así sucede, por ejemplo, en la métrica: utiliza, a veces, estrofas clásicas (octava real, serventesio, quintilla, combinaciones de endecasílabos y heptasílabos), así como el empleo de formas populares (copla asonantada, seguidilla). Rasgo general de sus versos es la preferencia por la rima asonantada, con la que evita la sonoridad estridente del Romanticismo.
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