25 Nov
La Monarquía de los Reyes Católicos: Contexto y Unión Dinástica
En el siglo XV, la península ibérica estaba dividida en cinco reinos. Los dos principales eran el Reino de Castilla (gobernado por la familia de Isabel I) y la Corona de Aragón (gobernada por la familia de Fernando II). Este periodo estuvo marcado por numerosos conflictos sociales y guerras civiles. En 1469, Isabel y Fernando se unieron en matrimonio, sentando las bases de la futura Monarquía Hispánica.
El Modelo de Monarquía Dual
Esta unión dio inicio a un nuevo modelo de monarquía dual. Aunque se conservaba la independencia de ambos reinos, Isabel y Fernando trabajaron conjuntamente en la política exterior, así como en asuntos religiosos y militares.
Fernando fue proclamado rey de Aragón en 1479. Ese mismo año, Isabel venció a su sobrina Juana, hija de Enrique IV, conocida como La Beltraneja (apodo derivado del rumor de que su padre biológico era Beltrán de la Cueva), en una guerra civil que se prolongó durante cinco años.
A pesar de la unión dinástica, los territorios de Castilla y Aragón eran distintos. Mantuvieron sus propias fronteras, sus propias Cortes, leyes, instituciones e incluso monedas distintas. No obstante, Isabel y Fernando se unieron en ambos reinos, siendo ambos reconocidos como reyes de Castilla y Aragón.
Expansión Peninsular y Unificación Territorial
Los Reyes Católicos buscaron la unificación de todos los territorios peninsulares bajo su corona. Para ello, llevaron a cabo las siguientes acciones:
El Reino de Granada
Granada estaba gobernada por los nazaríes, los últimos musulmanes en la península. Tras una larga guerra y un acoso constante, el rey Boabdil aceptó la rendición. En 1492, Granada pasó a formar parte del Reino de Castilla, culminando la Reconquista.
El Reino de Navarra
Ante la alianza de Navarra con Francia, Fernando invadió el reino con un ejército, alegando derechos dinásticos hereditarios. En 1515, Navarra se incorporó a Castilla, aunque conservó sus leyes e instituciones propias.
El Reino de Portugal
Se propuso una alianza con Portugal mediante una política de alianzas matrimoniales. Esta estrategia daría sus frutos más tarde, cuando Felipe II (nieto de los Reyes Católicos) heredó la corona portuguesa en 1580.
Política Exterior de los Reyes Católicos
La política exterior de los Reyes Católicos se desarrolló en tres direcciones principales:
1. En el Mediterráneo
Fernando continuó la tradicional intervención aragonesa en el Mediterráneo y se enfrentó a Francia. Conquistó el Reino de Nápoles, obligando a los franceses a abandonar el sur de Italia. Los enfrentamientos con Francia fueron frecuentes, y Fernando recuperó los condados de Rosellón y Cerdaña.
Para frenar a los berberiscos que atacaban las costas, se conquistaron plazas estratégicas como Melilla y Orán, entre otras.
2. En el Atlántico
Los Reyes Católicos comenzaron a explorar el Océano Atlántico, conquistando las Islas Canarias, que fueron incorporadas a la Corona de Castilla entre 1478 y 1496.
Tras el descubrimiento de América por Cristóbal Colón en 1492, el Atlántico se convirtió en el gran eje comercial, mientras que las rutas comerciales del Mediterráneo perdían importancia.
3. Alianzas Matrimoniales
Con el objetivo de aislar a Francia y fortalecer su presencia en Europa, los Reyes Católicos casaron a sus hijos herederos con las principales casas reales europeas (Portugal, Inglaterra y la Casa de Austria).
Organización de la Nueva Monarquía
La Corona de Castilla: Centralización del Poder
La alta nobleza y el alto clero habían apoyado a Juana la Beltraneja y eran contrarios a Isabel. Por ello, Isabel implementó una política destinada a limitar el poder de los privilegiados:
- Se limitó la participación de la nobleza en los Consejos Asesores del Rey y se les prohibió acudir a la guerra al mando de ejércitos de vasallos.
- Para asegurar la obediencia real, se nombró a expertos (juristas o contadores de Hacienda) escogidos y pagados directamente por el rey.
- El ejército dejó de depender de los nobles. Se contrataron soldados a sueldo para crear un ejército profesional y permanente.
La Corona de Aragón: Mantenimiento del Pactismo
En Aragón, Fernando también quiso reducir la influencia de la nobleza. Dictó la Sentencia Arbitral de Guadalupe (1486), que ignoraba algunos derechos de la nobleza feudal. Además, instauró el sorteo de los cargos municipales, reservándose el rey la aprobación de la lista de candidatos.
Sin embargo, la centralización no fue tan intensa como en Castilla. En Aragón se mantuvo la práctica del pactismo, donde el monarca se comprometía a pactar y negociar las leyes e impuestos con instituciones como las Cortes, la Diputación General y los municipios.
Unidad Religiosa: La Homogeneización de la Fe
La unidad religiosa fue uno de los grandes objetivos de los Reyes Católicos. Para lograrla, llevaron a cabo tres acciones fundamentales:
El Tribunal de la Inquisición
Se creó el Tribunal de la Inquisición (o Santo Oficio) en 1478. Su misión era juzgar a los sospechosos de herejía o delitos de fe y sancionar a los condenados con castigos ejemplarizantes.
Cuando la Inquisición recibía una denuncia de herejía, iniciaba una investigación secreta y sometía a los sospechosos a un juicio. En caso de ser condenados, el castigo podía llegar hasta la muerte en la hoguera. Aquellos que reconocían su herejía y se arrepentían eran castigados a vestir un sambenito.
Conversión y Expulsión
Tras la conquista de Granada (1492), inicialmente se garantizó a los musulmanes la práctica de su religión y el mantenimiento de sus costumbres. Sin embargo, a partir de 1502, se les obligó a convertirse o abandonar el reino. A los musulmanes que se bautizaron se les llamó moriscos.
De manera similar, en 1492 se decretó la expulsión de los judíos que se negaron a convertirse al cristianismo.

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