13 Sep

El Fin del Imperialismo Español y la Cuestión Marroquí (1898-1925)

El Desastre del 98 marcó el fin del imperialismo español. Sin embargo, en un momento de apogeo para otras potencias imperialistas, Marruecos era de las pocas regiones que quedaban por repartir. Este hecho provocó importantes tensiones internacionales. Las potencias se reunieron en la Conferencia de Algeciras en 1906 y allí se acordó el reparto de Marruecos entre Francia, que se quedó la mayor parte del territorio, y España, que se apoderó de la franja norte del país.

Conflictos en el Protectorado: El Desastre de Annual

Muy pronto aparecieron conflictos con los indígenas, bajo el liderazgo de Abd el-Krim. El ejército español, mal pertrechado y dirigido, sufrió importantes reveses como el Desastre del Barranco del Lobo, cerca de Melilla. En 1912, las tropas españolas se embarcaron en una acción mal planificada dirigida por el general Fernández Silvestre, que recibió un golpe muy duro por parte de los independentistas marroquíes. El ejército español tuvo que retirarse, lo que costó la muerte de más de 12.000 soldados, en lo que se conoció como el Desastre de Annual. Lo cual provocó una fuerte presión de la opinión pública contra la guerra, generando grandes protestas en el país.

Consecuencias Políticas: Expediente Picasso y Dictadura de Primo de Rivera

Esto conllevó al Expediente Picasso, una investigación sobre las responsabilidades del gobierno, altos cargos y el propio rey. En 1923, el general Primo de Rivera dio un golpe de Estado y estableció una dictadura militar. Su acción más relevante fue la resolución del problema de Marruecos. En 1925, de acuerdo con Francia, España acabó con las tropas de Abd el-Krim, después de unas operaciones en la bahía de Alhucemas.

La Caída de la Monarquía y el Advenimiento de la II República (1930-1931)

Tras la caída de la dictadura de Primo de Rivera y el fracaso de la Dictablanda del general Berenguer, el rey Alfonso XIII decidió nombrar en 1931 al almirante Juan Bautista Aznar para que presidiera un gobierno de concentración monárquica y colaboración regionalista. Este convocó elecciones municipales, en lugar de generales, para el 12 de abril de 1931. Debían elegirse unos 80.000 concejales en todos los ayuntamientos de España, pero lo que estaba en juego era la continuidad de la monarquía de la Restauración.

Resultados Electorales y Proclamación de la República

Los partidos monárquicos fueron los que ganaron las elecciones municipales de 1931; sin embargo, la coalición republicano-socialista consiguió una victoria aplastante en las grandes capitales como Madrid o Barcelona. Esto se debió, en parte, a que la sociedad rural tenía un pensamiento mucho más conservador y estaba más influida por el caciquismo, mientras que la población urbana poseía una mayor conciencia política. Las candidaturas republicanas consiguieron la mayoría en 41 capitales de provincia, frente a solo 9 monárquicas.

Instauración del Nuevo Régimen y la Constitución de 1931

Esto hizo posible la proclamación de la República, lo que llevó al exilio al rey Alfonso XIII. El 14 de abril se proclamó la II República, instaurándose el Gobierno Provisional de Niceto Alcalá-Zamora, formándose las Cortes Constituyentes y aprobándose la nueva Constitución el 9 de diciembre de 1931.

El Alzamiento Nacional y el Inicio de la Guerra Civil Española (1936)

El Alzamiento Nacional en España contra los republicanos se enmarca en el contexto político del siglo XX. El 18 de julio se alzó en Sevilla el general Queipo de Llano y durante la noche del 18 al 19, el general Mola y otros comandantes militares declararon el estado de guerra en toda España. Inicialmente, la insurrección no tuvo éxito en todo el territorio, y el 20 de julio el país quedó dividido. Los rebeldes triunfaron en la España rural.

División del País y Primeros Gobiernos

El resto del país se mantuvo fiel a la República, creándose numerosos comités locales y provinciales. El Gobierno republicano, durante los tres primeros días, tuvo tres presidentes: Santiago Casares Quiroga, Diego Martínez Barrio y José Giral. En la zona insurrecta, los generales rebeldes fueron sustituyendo, mediante la violencia, a los alcaldes, gobernadores, comandantes militares, etc.

Desarrollo de la Guerra Civil: Avance Franquista (1937-1938)

Las tropas insurrectas intentaron de nuevo conquistar Madrid pero fracasaron. Franco decidió centrar su ataque por la parte de Andalucía y hacer desaparecer las resistencias en Asturias y el País Vasco. Después del bombardeo de Guernica en 1937, Bilbao cayó, quedando todo el País Vasco en manos de los franquistas. Los republicanos lanzaron una ofensiva contra Teruel que al poco volvió a ser franquista. Y el Gobierno republicano se trasladó de Valencia a Barcelona.

El Frente de Aragón y la División Republicana

En 1938, el ejército de Franco comenzó una ofensiva contra el frente de Aragón, situado entre los Pirineos y el Ebro. También llegaron a Vinaròs, en el margen del Ebro, lo cual dividió la zona republicana.

Transformaciones Sociales en el Franquismo: La Migración Interior (Década de 1960)

En la década de los 60, coincidiendo con la expansión económica, la migración interior se intensificó y se mantuvo hasta finales del franquismo, aunque en los últimos años la tendencia remitió. En el éxodo rural se aprecian dos tendencias: de las zonas agrícolas del interior hacia la periferia industrial y, dentro de cada región, de los núcleos de población más pequeños hacia los más grandes.

Zonas de Acogida y Origen de la Migración

Las zonas de acogida más importantes fueron Cataluña, Madrid y el País Vasco, seguidas de Valencia, Canarias y Baleares. En cuanto a las principales zonas emigratorias, Andalucía, Extremadura y la actual Castilla-La Mancha se sumaron también a las ya tradicionales: Galicia, Castilla y León y Aragón.

Impacto Urbano y Social de las Migraciones

Las familias inmigrantes se establecieron en áreas suburbanas con pocas infraestructuras, donde vivían en condiciones muy precarias. El problema de la vivienda se agudizó dramáticamente y el chabolismo aumentó. Las ciudades crecieron desmesuradamente y de forma anárquica, lo cual provocó auténticos desbarajustes urbanísticos que aún perduran en la actualidad.

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