25 Jun

Friedrich Nietzsche: Crítica a la Metafísica y la Moral Tradicional

El Problema de la Realidad y el Conocimiento en Nietzsche

Nietzsche criticará la metafísica tradicional de Platón, que ha considerado como realidad verdadera las ideas (estáticas, fijas e inmutables), distinguiendo entre una realidad verdadera y superior, y una falsa (aparente). Para Nietzsche, la “invención” de otro mundo es producto del temor hacia la vida. Esto, para Nietzsche, es denominado “Voluntad de Verdady consiste en utilizar la razón para afirmar la superioridad de las ideas (lo cual, para Nietzsche, es falso). Además, este pensamiento lleva al nihilismo, es decir, a la nada.

Frente a esta metafísica platónica, Nietzsche es vitalista (afirma que lo más importante es la vida y que esta es algo radical); además, afirma que la realidad es un devenir sin finalidad (criticando la teleología de Aristóteles). Nietzsche defiende el perspectivismo: la realidad es cambiante y se presenta a través de múltiples perspectivas. Nietzsche defenderá la “Voluntad de Poder”, que supone asumir y enfrentarse a la realidad cambiante, reconociendo que no existe una verdad única y admitiendo las múltiples posibilidades de perspectivas.

Desde la “Voluntad de Poder” se comprende que los conceptos no son en realidad más que metáforas. La primera metáfora es la imagen mental (nuestra percepción). La imagen se convierte en palabra, y la palabra se establece como única para una multiplicidad de realidades. Por lo cual, cada vez nos alejamos más de la realidad.

De esta forma, la filosofía llama “verdad” a lo más alejado de la realidad. Nietzsche también criticará las ciencias positivas, pues no atienden a las diferencias reales ni cualitativas. Así, para Nietzsche, no hay una verdad absoluta, y solo podrá considerarse “verdad” aquello que favorezca a la vida (la “Voluntad de Poder”). Así, la metáfora es una perspectiva que nos ayuda a vivir plenamente.

El Problema de Dios, del Ser Humano y la Moral en Nietzsche

Nietzsche afirma una visión pesimista del hombre, que solo tiene la inteligencia. Para el filósofo, el ser humano es débil, pero este debe seguir evolucionando para llegar al superhombre (mediante la “Voluntad de Poder”).

El hombre débil sigue los dictados de la moral tradicional (la “moral de esclavos”), donde lo fundamental es la resignación y el rechazo de la vida. Es antinatural, niega los instintos vitales y su fundamento es Dios (la “Voluntad de Verdad”), que postula que la vida individual actual debe ser sacrificada por una vida futura; esto era defendido por el cristianismo y el platonismo. Para Nietzsche, para llegar al superhombre es necesario negar a Dios.

Esta negación ocurrió en la Edad Moderna, donde “Dios ha muerto”; con esto, los valores tradicionales se derrumban, y así surgió una nueva época denominada nihilismo. Este puede tener dos sentidos: uno negativo, en el que se derrumban los valores tradicionales y se pierde el sentido de la existencia; y otro positivo, en el que la muerte de Dios sea una oportunidad para la transmutación de los valores y el surgimiento del superhombre.

La transmutación de los valores significa no valorar desde el resentimiento de la vida, sino desde la “Voluntad de Poder”, es decir, desde los instintos. Esto llevará desde un hombre débil, dominado por la “Voluntad de Verdad”, hacia el superhombre: un humano fuerte, instintivo, dominado por la “Voluntad de Poder”.

La evolución del espíritu hasta el superhombre pasa por tres estadios:

  • El **camello**, paciente y de carga, que representa al hombre débil que valora más la otra vida (Dios), basándose en la “Voluntad de Verdad” (la “moral de rebaño”).
  • El **león**, fuerte y fiero, que rompe con todo lo anterior, es nihilista pero no es capaz de crear nuevos valores.
  • Y el **niño** (el *suprahumano*), que crea nuevos valores basados en esta vida (“Dios ha muerto”), fundamentados en la “Voluntad de Poder”, siendo un ser humano inocente más allá del bien y del mal.

René Descartes: La Razón y la Duda Metódica

El Problema de la Realidad y el Conocimiento en Descartes

Descartes afirma el carácter universal de la razón, la cual es necesaria para acceder a la verdad. Por ello, es necesario establecer un método para garantizar el correcto desarrollo de la mente; por “método”, Descartes entiende una serie de reglas ciertas y fáciles:

  • Regla de la evidencia: no dar nada por verdadero que no sea claro y distinto.
  • Regla del análisis: descomponer el problema en sus partes más simples para facilitarlo.
  • Regla de la síntesis: ordenar el pensamiento de lo más simple a lo más complejo.
  • Regla de la enumeración y revisión: realizar revisiones exhaustivas para asegurar la completitud.

Este método es fundamental para el correcto desarrollo de las operaciones de la mente, que son la intuición y la deducción. La intuición sirve para captar la verdad de forma evidente, sin dudas. La deducción permite derivar una conclusión particular a partir de una afirmación general, o viceversa, encadenando intuiciones.

Descartes se plantea la necesidad de deshacerse de todas las falsas opiniones mediante un paso previo al método: la **duda metódica**. Primero, Descartes duda de los sentidos, ya que estos nos engañan. En segundo lugar, duda de la existencia del mundo, dada la imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño. Y por último, duda de nuestros razonamientos; para esto, plantea la hipótesis de la existencia de un *genio maligno* o dios engañador que nos engaña al razonar. Después de aplicar la duda, Descartes la pone en práctica. Entonces, Descartes afirma que de lo único que no puede dudar es de que está dudando; por lo cual, si puede pensar, es porque existe. “Pienso, luego existo” (*Cogito, ergo sum*), el cual es el criterio general de certeza. Descartes define la sustancia como una cosa existente que no necesita más que de sí misma para existir. Descartes, además, distinguirá tres tipos de sustancia:

  • _Res Cogitans_: sustancia pensante, el alma.
  • _Res Infinita_: sustancia infinita, Dios.
  • _Res Extensa_: sustancia extensa, material, el cuerpo.

El Problema de Dios en Descartes

Tras haber descubierto la verdad indudable, el *Cogito, ergo sum*, que es el criterio general de certeza y una proposición clara y distinta, concluye que todas las cosas que concebimos muy clara y distintamente son verdaderas (aplicando la regla de la evidencia). Además, explica que dentro del “Yo” hay unos pensamientos o ideas: **ideas innatas** (“parecen” nacidas conmigo), **ideas adventicias** (venidas de fuera) e **ideas ficticias** (inventadas por mí). Pero Descartes había planteado la hipótesis de un Dios engañador (o genio maligno) que hubiese constituido el entendimiento humano para que se equivocara. Por lo cual, hay que probar la existencia de Dios y asegurar que no nos engaña:

  • Debe de haber un ser perfecto que sea la causa de la idea que el sujeto tiene de Dios; esta idea no puede ser inventada por mí.
  • Somos seres contingentes; sabemos con evidencia que dependemos de algún ser diferente a nosotros.
  • Dios es un ser perfecto y veraz, por lo tanto, no puede ser engañador; de ahí que tengamos un cuerpo y que el mundo exterior sea real.

El Problema del Hombre: El Dualismo Cartesiano

El dualismo antropológico aborda la relación entre el cuerpo y el alma. El hombre es el resultado de la unión del alma (_Res Cogitans_) y el cuerpo (_Res Extensa_), los cuales se rigen por el mecanicismo (la realidad es concebida como una máquina, similar a un reloj) y están unidos por la glándula pineal. La _Res Cogitans_ o sustancia pensante tiene dos facultades de pensamiento: el entendimiento y la voluntad; esta última es libre. La libertad, para Descartes, es la capacidad de poder elegir, guiado por el entendimiento, lo que es bueno y lo que no. Descartes denomina **pasiones** a los sentimientos que afectan al alma, las cuales tienen un carácter involuntario; el alma tiene que ordenarlas conforme a la razón.

El Problema de la Virtud: La Moral Provisional

Según Descartes, toda la filosofía es como un árbol, donde la metafísica es la raíz, la física el tronco, y las ramas son la medicina, la mecánica y la moral. La moral es el último grado de sabiduría. Descartes adopta una **moral provisional** que consistirá en:

  • Ser fiel a las costumbres del país.
  • Permanecer firme en las resoluciones adoptadas.
  • Tratar de vencerse a uno mismo antes que al destino.

Platón: La Teoría de las Ideas y el Mundo Dual

El Problema de la Realidad y el Conocimiento en Platón

Platón explica la existencia de dos mundos mediante la **Teoría de las Ideas**, que los separa en el mundo sensible y el mundo de las Ideas. El **mundo sensible**, el cual se percibe por los sentidos y es material, contiene ideas múltiples, corruptibles e imperfectas (o más bien, copias imperfectas). El **mundo de las Ideas** no es material y se percibe mediante la razón. Estas Ideas son la esencia y la realidad verdadera. Por lo cual, las ideas del mundo sensible son solo copias del modelo original que son las Ideas del mundo inteligible.

La relación entre estos dos mundos se explica mediante la **Teoría de la Participación** platónica, que postula que los seres concretos y materiales del mundo sensible solo existen según su participación en los grados de perfección de las Ideas; por eso son múltiples y diversos, según sean mejores o peores copias. Con el **mito del Demiurgo** se explica la creación del mundo sensible: Platón explica que el mundo de las Ideas existía desde siempre, al igual que la materia imperfecta, y un dios menor (el Demiurgo) ordena y copia las Ideas perfectas en la materia imperfecta.

Por lo cual, el mundo de las Ideas es el real y perfecto, y ha existido desde siempre. Además, Platón explica que estas Ideas están jerarquizadas desde las menos generales a las más abstractas: desde las ideas sensibles y matemáticas, hasta la Idea de Belleza y Justicia, y en la cúspide, la **Idea del Bien**. La Idea del Bien es el **fundamento ontológico**, ya que es la Idea que soporta a las demás y por la cual existen; y el **fundamento epistemológico**, pues las Ideas no se conocen plenamente hasta el conocimiento del Bien.

En la metafísica de Platón, mediante el **mito de la caverna**, se explica el dualismo ontológico (la existencia de dos mundos) y el fundamento gnoseológico, por el cual se explican dos formas de conocer: la **_doxa_** (es la opinión y está en el mundo sensible) y la **_episteme_** (que es la ciencia o conocimiento y está en el mundo de las Ideas). Para poder llegar al conocimiento o Idea del Bien, se pasa por un proceso dialéctico explicado en el **símil de la línea**. Primero se pasa por la opinión (imaginación y creencia) hasta el conocimiento (razón discursiva e inteligencia).

Según la teoría del conocimiento platónica, para conocer las Ideas hay que recordarlas, ya que para Platón ya existían en el mundo de las Ideas, pero cayeron al mundo sensible por un accidente, olvidando así su vida pasada; lo explica con el **mito del carro alado**. Platón intenta que las personas recuerden las Ideas mediante el método de la **mayéutica**, haciéndoles preguntas para que piensen.

El Problema Antropológico del Ser Humano y Ético en Platón

Platón defendía el **dualismo antropológico**, en el cual el hombre se dividía en alma (inmortal) y cuerpo (material y mortal); estas dos eran sustancias distintas que se unían mediante una unión accidental, y viven en continua lucha. Para Platón, el cuerpo es una cárcel para el alma, y al morir el cuerpo, el alma se va reencarnando de cuerpo en cuerpo hasta que se purifica y vuelve al mundo de las Ideas, explicando así la **Teoría de la Reminiscencia**.

Esto también lo explica mediante el **mito del carro alado**, donde el **auriga** representa el alma racional (esencial, situada en la cabeza, procedente del mundo de las Ideas); es llevado por dos caballos: el caballo blanco, que representa el **alma irascible** (caracterizado por ser bueno, que proporciona la voluntad y el esfuerzo, situada en el pecho); y el caballo negro, que representa el **alma concupiscible** (el caballo malo, que ofrece el deseo y las pasiones, situada en el vientre). Para el desarrollo del bien humano (y el equilibrio del alma racional) son necesarias las virtudes universales. Se separan según el alma:

  • La **sabiduría** o **prudencia** en el alma racional.
  • La **valentía** en el alma irascible.
  • Y la **templanza** en el alma concupiscible.

El Problema de la Sociedad y la Política en Platón

Las virtudes se desarrollan en sociedad, por lo cual el ser humano es un ser sociable por naturaleza. Según Platón, el gobierno debe pensar en el bien común y conseguir la justicia social (la **República** o el Estado ideal). Para Platón, la división social debía realizarse según el alma que predomine en cada individuo; para descubrir esto, la educación es muy importante. Platón distingue tres funciones sociales:

  • El **gobernante** (en quien debe predominar el alma racional, debe gobernar y ser el filósofo que posea la _episteme_ y la sabiduría).
  • Los **guerreros** (con predominio del alma irascible), cuya virtud sea la valentía, deben mantener el orden.
  • Y el **pueblo** o los **artesanos** (con alma concupiscible), cuya virtud sea la templanza, deben proveer las necesidades.

Platón lo explicaba con el **mito de los metales**, según el cual el alma racional era el oro, el alma irascible la plata y el alma concupiscible el bronce. Para Platón, la mejor forma de gobierno era la **Aristocracia** (gobierno de los filósofos); después, la **Timocracia** (gobierno de los honorables); la **Oligarquía** (gobierno de los ricos); y por último, la **Tiranía** (el desorden democrático).

Santo Tomás de Aquino: Fe, Razón y la Existencia de Dios

El Problema de Dios, la Realidad y el Conocimiento en Santo Tomás

Santo Tomás asemejará sus pensamientos a varias teorías de Aristóteles. Santo Tomás distinguirá dos formas de ser distintas: la de Dios y la de las criaturas. Afirmará que Dios es el creador de todo el universo y es un **Ser Necesario** (no puede no existir). Por el contrario, las criaturas son **seres contingentes**, ya que hay diferencia entre su esencia (su definición) y su existencia. La esencia es **potencia de ser** (posibilidad) y la existencia es **acto de ser** (el hecho). Igualmente, Santo Tomás establecerá una organización jerárquica de los seres basada en los grados de perfección según su semejanza a Dios. Santo Tomás afirma a Dios como el Ser Necesario, **Acto Puro** y perfecto, cuya actividad es pensarse a sí mismo, como en Aristóteles. Pero Aquino defiende el **creacionismo**; por lo tanto, Dios conoce el mundo, además de cuidar y amar a sus criaturas. Aquino considera que es necesario explicar razonablemente la existencia de Dios.

En primer lugar, criticará el **argumento ontológico de San Anselmo** (la idea de Dios no está en la mente de todos, sino que hay que demostrarla). Aquino diferencia las ideas evidentes en sí mismas para nosotros (donde el predicado está implícito en el sujeto) y las ideas evidentes en sí mismas pero no para nosotros, como es el caso de Dios, pues “Dios existe” es una proposición evidente en sí misma, pero no para nosotros. Aquino distinguirá dos tipos de demostración: **_a priori_**, en la que conociendo la causa podemos deducir el efecto; y **_a posteriori_**, en la que al darse el efecto podemos demostrar la causa. Y con esto, afirma que solo es posible demostrar la existencia de Dios utilizando la demostración _a posteriori_, pues conocemos el efecto (las criaturas) y buscamos su causa (Dios).

Aquino presentará cinco vías para demostrar la existencia de Dios. Todas son _a posteriori_ y siguen cuatro pasos:

  1. Constatación de un hecho de experiencia.
  2. Aplicación del principio de causalidad.
  3. Afirmación de la imposibilidad de una regresión infinita, debiendo haber una causa primera.
  4. Afirmación de la existencia de Dios como motor inmóvil.

Las cinco vías son:

  1. Vía del movimiento: parte del movimiento de los seres para afirmar la existencia de Dios como Primer Motor Inmóvil.
  2. Vía de la causalidad eficiente: parte de la existencia de causas causadas para demostrar la existencia de Dios como Primera Causa Incausada.
  3. Vía de la contingencia y la necesidad: parte de la existencia de seres contingentes para afirmar la existencia de Dios como Ser Necesario.
  4. Vía de los grados de perfección: parte de la existencia de seres con distintos grados de perfección para afirmar la existencia de Dios como Ser Perfectísimo.
  5. Vía de la finalidad o teleológica: parte del orden y finalidad de los seres naturales para afirmar la existencia de Dios como Inteligencia Ordenadora.

Así, afirma que el orden de la naturaleza se realiza mediante la **Ley Eterna**, que regula a los seres naturales con la ley física y a los seres humanos con la **Ley Natural**, la cual posibilita su libertad.

Santo Tomás explicará su **Teoría del Conocimiento**, distinguiendo dos fuentes distintas de conocimiento: la razón y la fe. La razón conoce de manera imperfecta la esencia de Dios, conocimientos que pueden ser ampliados por la fe. Para Aquino, la razón y la fe son independientes, pero no debe haber contradicción entre ellas y deben ayudarse mutuamente: la razón ayuda a la fe para construir la teología, y la fe a la razón para establecer un criterio extrínseco negativo (es decir, la fe puede indicar qué proposiciones racionales son falsas si contradicen la revelación). Además, su teoría del conocimiento es idéntica a la de Aristóteles en muchos aspectos.

El Problema del Ser Humano, la Moral y la Política en Santo Tomás

El entendimiento y la capacidad racional son facultades propias del alma humana, la cual es su esencia y principio de vida. Para Aquino, el hombre es, al igual que para Aristóteles, una **unión sustancial** entre el cuerpo y el alma. Además, el alma tiene tres facultades: la **vegetativa**, que posibilita la alimentación y el desarrollo; la **sensitiva**, que posibilita las sensaciones; y la **racional**, que posibilita el pensamiento y es única para el ser humano. Tomás defiende una concepción teleológica, donde el fin último de la felicidad solo se puede conseguir de forma plena con la contemplación de Dios en la otra vida (la **visión beatífica**).

Aquino afirma que Dios ha impuesto en nosotros la **Ley Natural** (ley moral). Esta tiene varios preceptos que se fundamentan en uno principal: **realizar el bien y evitar el mal**. De este derivan tres preceptos fundamentales para desarrollar las facultades del alma: **conservar la vida**, **procrear y educar a los hijos**, y **respetar la justicia social**. El alma humana tiene facultades que solo pueden desarrollarse correctamente en sociedad, ya que para Santo Tomás el hombre es un ser social por naturaleza. Además, el desarrollo de la esencia humana se realiza siguiendo la Ley Natural de Dios; esta debe ser concretada mediante la **ley positiva**, es decir, las leyes que rigen una sociedad concreta. Estas leyes son convencionales y deben estar regidas por la Ley Natural y respetarla, ya que, de lo contrario, existe el derecho a desobedecerlas. La búsqueda de la justicia es la unión entre la moral y el derecho. Para Santo Tomás, las mejores formas de gobierno son la **Monarquía**, la **Aristocracia** y la **Democracia**, siempre que respeten la Ley Natural al elaborar sus leyes positivas.

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