21 Oct

🏛 La Romanización de Hispania: Conquista y Transformación Cultural

1. El Proceso de Romanización

La intervención de Roma en la Península Ibérica se produjo con motivo de la Segunda Guerra Púnica. Cartago y Roma, las dos grandes potencias del Mediterráneo occidental, se disputaban el dominio de los países limítrofes.

La conquista se desarrolló a lo largo de unos doscientos años (del 218 a.C. al 19 a.C.). El proceso tuvo dos aspectos fundamentales:

  1. Uno militar de conquista.

  2. Otro civil, llamado propiamente romanización, que incluía los factores económicos, políticos, administrativos y culturales.

El proceso fue rápido en la zona costera mediterránea y el valle del Guadalquivir, entre las tribus íberas más civilizadas, aprovechando la red de ciudades preexistentes. En el área cantábrica la vida urbana era inexistente y los romanos no consiguieron imponer totalmente su modo de vida. En el centro y oeste la romanización fue más difícil; se crearon nuevas ciudades según el modelo romano para romper las formas indígenas.

2. Factores Clave del Proceso de Romanización

Factores Políticos y Sociales

El asentamiento de ciudadanos romanos en colonias de nueva creación o en tierras confiscadas a los indígenas extendió el modelo de vida romano. Ejemplo destacado es Mérida (*Emérita Augusta*), fundada por orden de Augusto para asentar a los veteranos de las guerras cántabras.

El ejército fue un importante vehículo de difusión: se reclutaron tropas auxiliares entre los pueblos peninsulares; al término del servicio militar podían obtener la ciudadanía romana y lotes de tierras.

La concesión de la ciudadanía se usó como reclamo político: empezó con la aristocracia indígena y, tras el Decreto de Caracalla (212 d.C.), se otorgó a todos los habitantes del Imperio.

Factores Económicos

Hispania se integró en el sistema esclavista. La riqueza económica se basó en:

  • Agricultura metódica, con la trilogía mediterránea (cereales, vid y olivo), técnicas de barbecho y abonos, instrumental nuevo y regadíos en Murcia y Valencia. Destacó la ganadería lanar en Duero y Guadalquivir.
  • Minería: oro (Asturias), plata (Sierra Morena), cobre y plomo. Las minas eran propiedad del Estado y trabajadas por esclavos.
  • Industria urbana (aceite, esparto, *garum*, salazones).
  • Comercio colonial: Hispania exportaba materias primas y productos agrícolas e importaba manufacturas de Italia y Oriente. Puertos principales: Tarraco, Cartago Nova y Gades. Circulaba el denario romano.

3. Organización Territorial y Administrativa

El sistema romano giraba en torno a la ciudad, centro de producción, comercio y administración. Las más florecientes estaban en la costa mediterránea.

Se construyeron calzadas romanas que unían Hispania con Roma, enlazando regiones ricas con ciudades comerciales y la costa, fundamentales para el comercio y el control.

La administración se basó en la división provincial: provincias dirigidas por un gobernador y un consejo. Había provincias senatoriales (Bética) e imperiales (Tarraconense). Durante la conquista (197 a.C.) hubo dos: *Ulterior* y *Citerior*; con Augusto (14 a.C.) tres: *Bética*, *Lusitania* y *Tarraconense*; con Diocleciano (297 d.C.), la Tarraconense se fragmentó en *Tarraconense*, *Gallaecia* y *Cartaginense*.

4. La División Provincial y sus Consecuencias

Esta división permitió administrar mejor el territorio, organizar los impuestos y asegurar la romanización de los pueblos. Las calzadas, ciudades y explotaciones mineras se articularon con esa red provincial, integrando Hispania en la estructura económica y política del Imperio.


Preguntas de Repaso – Tema 1

¿Cuánto tardaron los romanos en conquistar la península Ibérica y las Islas Baleares?
Tardaron unos doscientos años, desde el 218 a.C. hasta el 19 a.C., completando la conquista militar y la asimilación del territorio hispano.

¿Qué diferencias hubo entre la zona mediterránea y la cántabra?
La zona mediterránea y el valle del Guadalquivir se romanizaron con rapidez gracias a sus ciudades previas; la zona cántabra carecía de vida urbana y mantuvo sus formas indígenas, por lo que la romanización fue difícil e incompleta.

¿Qué tipo de productos se comercializaban en Hispania?
Se comerciaban metales preciosos, aceites, vinos, esclavos, caballos, además de salazones y productos del esparto.

¿Por qué son importantes las calzadas romanas para el comercio?
Porque conectaban las regiones productoras con las ciudades y los puertos, uniendo Hispania con Roma y favoreciendo el desarrollo comercial y el control político.

Explica el proceso de división provincial romana de la península Ibérica.
Al principio hubo dos provincias (*Ulterior* y *Citerior*). Con Augusto (14 a.C.) se reorganizaron en tres (*Bética*, *Lusitania* y *Tarraconense*) y con Diocleciano (297 d.C.) se añadieron *Gallaecia* y *Cartaginense*, cada una bajo la autoridad de un gobernador y un consejo.


🌙 Al-Ándalus: Evolución Política y Máximo Esplendor (711-1031)

1. La Conquista Islámica (711)

Al-Ándalus es el nombre dado por los musulmanes a la península durante la Edad Media. En el 711, el ejército islámico al mando de Tarik cruzó el Estrecho de Gibraltar y venció al rey visigodo don Rodrigo en la batalla de Guadalete.

La conquista fue rápida debido a la crisis política visigoda y a los pactos con nobles como Teodomiro, que conservaron territorios y religión a cambio de vasallaje. Solo quedaron libres algunos reductos en la Cordillera Cantábrica y los Pirineos.

2. El Emirato Dependiente de Damasco (711–756)

Tras la conquista casi total, Al-Ándalus se convirtió en provincia del Califato Omeya gobernada por un emir dependiente del califa de Damasco. Fueron años de inestabilidad y enfrentamientos, aunque continuaron las campañas militares.

La batalla de Covadonga (722) garantizó la independencia del pequeño núcleo cristiano de Asturias, y la batalla de Poitiers (732) detuvo el avance islámico hacia el norte de los Pirineos.

3. El Emirato Independiente (756–929)

En el 750, los Omeyas fueron destronados por los Abasíes, que trasladaron la capital a Bagdad. Abd al-Rahman I huyó y fundó en Al-Ándalus un emirato independiente, manteniendo solo la autoridad religiosa del califa.

Reformó el poder creando un ejército profesional de mercenarios, centralizando la autoridad y aumentando los impuestos. Realizó razzias contra los reinos cristianos del norte para obtener tributos y vasallaje.

Durante el gobierno de Abd al-Rahman II (822-852) hubo sublevaciones de muladíes, revueltas de mozárabes y ataques de piratas normandos (en 843 llegaron a Sevilla). El emir organizó una flota de guerra y fundó la ciudad de Mursiya (Murcia) en 825.

Las malas cosechas y epidemias posteriores causaron una crisis económica y nuevas rebeliones fronterizas.

4. El Califato de Córdoba: Esplendor y Desintegración (929–1031)

Durante el reinado de Abd al-Rahman III (912-961), Al-Ándalus alcanzó su máximo esplendor. En el 929 se proclamó califa, concentrando el poder político y religioso.

Realizó más de veinte campañas militares contra los cristianos, que pagaban tributos para evitar sus ataques. Intervino en el norte de África ocupando Melilla (927) y Ceuta (929) y mantuvo relaciones diplomáticas con el Sacro Imperio y Bizancio.

Su sucesor Al-Hakam II (961-976) impulsó obras públicas y reunió una biblioteca de más de 400.000 volúmenes.

A la muerte de Al-Hakam, subió al trono el niño Hixam II, bajo la tutela de Almanzor, quien gobernó con un ejército de bereberes y mercenarios y realizó numerosas campañas de saqueo (Barcelona, Santiago de Compostela). Tras su muerte en 1009, comenzó la desintegración del Califato, que concluyó en 1031 con el surgimiento de los reinos de taifas.

Actividades Finales – Tema 2

a) Observa este cuadro cronológico. Expón de forma razonada, según esa cronología, la evolución política del Emirato Independiente andalusí (1 punto).
El Emirato Independiente se estableció en 756 cuando Abd al-Rahman I, último omeya superviviente, se proclamó emir en Córdoba tras huir de Damasco. Organizó un ejército profesional y centralizó el poder para consolidar su autoridad. Durante los siglos VIII y IX fortaleció la administración y el control territorial mediante reformas y campañas militares contra los reinos cristianos del norte, que debieron pagar tributos y aceptar vasallaje. Bajo Abd al-Rahman II (822-852) se fundó Mursiya (825) y se formó una flota para defender las costas. Sin embargo, las revueltas de muladíes y mozárabes y las crisis económicas provocaron inestabilidad. Finalmente, con Abd al-Rahman III (912-961) el emirato alcanzó su madurez y en 929 se transformó en Califato de Córdoba, culminando la evolución política del periodo.

b) Esta imagen corresponde a la mezquita de Córdoba, explica el desarrollo y la importancia del Califato de Córdoba.
El Califato de Córdoba (929-1031) fue la etapa de mayor esplendor de Al-Ándalus. Creado por Abd al-Rahman III, reunió el poder político y religioso bajo su figura de califa. Impulsó la expansión militar, la intervención en el norte de África y el desarrollo económico y cultural de Córdoba, una de las capitales más florecientes de Occidente. La mezquita de Córdoba simboliza este esplendor y la difusión de formas culturales y artísticas de gran influencia posterior; refleja la riqueza, el poder religioso y el nivel artístico alcanzado por el califato en el siglo X.


⚔️ Modelos Políticos en la Baja Edad Media: Castilla vs. Corona de Aragón

1. Modelo Político e Institucional

A continuación, se presenta una comparación de los modelos institucionales de los principales reinos cristianos durante la Baja Edad Media:

Castilla

Modelo de corona multirregional unitaria; tendencia a la unificación de las leyes y al reforzamiento del poder real. Instituciones centrales: Consejo Real, Audiencia, Real Hacienda. Las Cortes (nacidas en 1188) ejercían control sobre impuestos extraordinarios, pero con menor poder legislativo permanente. La administración local reposaba en los Concejos y, a finales del siglo XIV, aparece la figura del corregidor que representa a la Corona en los municipios.

Corona de Aragón

Modelo plurirregional o confederal (reinos de Aragón, Valencia, Mallorca y Principado de Cataluña) con instituciones propias y leyes distintas (*fueros*). Existían Cortes separadas para cada reino y la Generalitat en Cataluña. La figura del Justicia de Aragón protegía los privilegios estamentales frente al rey. La monarquía aragonesa se describe como pactista: el rey debía pactar con la nobleza, las ciudades y la Iglesia, respetando los fueros.

2. Relación Rey–Nobleza y Poder Real

Castilla

Proceso de fortalecimiento del poder real frente a la nobleza (aunque existieron sublevaciones y luchas internas, como la guerra civil entre Pedro I y Enrique de Trastámara).

Corona de Aragón

El poder del monarca era más limitado y dependiente de pactos; la oligarquía urbana y la nobleza catalana alcanzaron elevadas cotas de poder (conflictos como la guerra civil de Juan II con los catalanes, 1462–1472).

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