16 Jul

El Poder Político y sus Fundamentos

El poder se manifiesta de diversas formas en las agrupaciones humanas. Las personas ocupan distintas posiciones, desempeñan funciones específicas y poseen diferentes grados de influencia sobre los demás. No todos ostentan el mismo poder ni la misma autoridad reconocida. Las relaciones de poder son comunes en diversos entornos, como colegios y otras instituciones.

Generalmente, asociamos el poder político con el Estado y su capacidad para crear leyes. Sin embargo, quienes ejercen el poder político deben justificar la legitimidad de su autoridad mediante argumentos sólidos y explicar la obligación de quienes están sujetos a él de cumplir sus órdenes. A lo largo de la historia, se han desarrollado diversas teorías para abordar la cuestión de la legitimidad del poder.

Clasificación de las Teorías del Poder según Ortega y Gasset

Ortega y Gasset clasifica estas teorías en tres grupos, que se corresponden con las grandes épocas de la historia occidental:

  • Antigüedad Clásica: Cosmocentrismo.
  • Edad Media: Teocentrismo.
  • Edad Moderna: Antropocentrismo.

Teorías Cosmocéntricas

Estas teorías conciben la naturaleza como un organismo regido por leyes intrínsecas que le permiten alcanzar sus fines. La naturaleza, según esta visión, capacita a unos para gobernar y a otros para obedecer, distinguiendo entre libres y esclavos. En el siglo XIX, pensadores renovaron estas ideas, utilizando las teorías de Darwin para defender un darwinismo social. Esta perspectiva sostenía la supervivencia de los más fuertes en el orden social, considerando a los «inferiores» (según raza o nación) como los perdedores.

Teorías Teocéntricas

Estas teorías postulan que todo poder y autoridad emanan de Dios. Los reyes y gobernantes reciben su poder directamente de la divinidad. El obispo Bossuet fue un destacado defensor del fundamento divino del poder y del poder monárquico absoluto en la Edad Moderna, afirmando que Dios designa a los reyes como sus ministros y reina sobre los pueblos a través de ellos.

Teorías Antropocéntricas

A finales de la Edad Media, se comenzó a considerar que el poder y las leyes derivan de la voluntad racional de los seres humanos. Durante los siglos XVII y XVIII, varios filósofos propusieron una teoría para explicar el origen del Estado: el contrato social. Las tres teorías más influyentes sobre el pacto social son:

  • Thomas Hobbes: Sostenía que los seres humanos en estado de naturaleza se comportan como «lobos». Para evitar el caos, renuncian a sus derechos individuales y crean un Estado que ostenta el monopolio de la fuerza. Esto implica una pérdida de libertad a cambio de seguridad.
  • John Locke: Defendió el pensamiento democrático liberal, priorizando al individuo y su libertad como fundamento legítimo del poder y del Estado. Creía que los seres humanos nacen libres y con derechos individuales que el Estado debe garantizar, enfocándose en la protección de la propiedad y el establecimiento de un Estado de derecho.
  • Jean-Jacques Rousseau: Propuso que, mediante el pacto social, los seres humanos ceden su libertad individual para adquirir libertad política. Se someten a leyes que son expresión de la «voluntad general», no necesariamente de la mayoría. Al obedecer estas leyes, los ciudadanos se obedecen a sí mismos. Su objetivo era crear una organización que protegiera a la persona y sus bienes.

Ética y Derecho: La Búsqueda de la Justicia

Existen valores morales que se consideran condiciones necesarias para que una ley sea justa. El derecho positivo, emanado de un legislador, debe tener en cuenta el derecho natural, el bien común y los derechos humanos.

El Derecho Natural

Los defensores del derecho natural sostienen que este es superior al derecho positivo, de modo que una ley contraria al derecho natural se considera injusta. Las características principales de este derecho son:

  • Objetividad: Similar a las leyes de la naturaleza.
  • Universalidad: Fundamentado en la naturaleza humana.
  • Intemporalidad: La naturaleza humana no varía con el tiempo.

Es crucial considerar la naturaleza humana en su dimensión natural e histórico-social. Sin embargo, uno de los desafíos filosóficos radica en la dificultad de conocer las leyes naturales, dada la falta de consenso más allá de principios muy generales. En ocasiones, el derecho natural ha sido utilizado para justificar intereses dominantes, mientras que en otras ha servido para subvertir el orden establecido.

El Bien Común

Una ley que no se percibe como razonable o que no busca el beneficio de toda la comunidad suele considerarse injusta. Diversos autores a lo largo de la historia han señalado esta premisa:

  • Tomás de Aquino: Afirmó que la ley es una ordenación de la razón orientada al bien común.
  • Platón: Consideraba que la finalidad de las leyes es asegurar que la polis sea un todo orgánico y armónicamente configurado.
  • Aristóteles: Sostenía que la finalidad de la política es alcanzar el bien de la sociedad en su conjunto, promoviendo la comunicación y la convivencia.

En sociedades con diversas concepciones del bien, el desafío reside en establecer procedimientos equitativos donde todos puedan argumentar sus puntos de vista en igualdad de condiciones. Los comunitaristas, por su parte, defienden el derecho de las comunidades a mantener su cultura e identidad dentro de una sociedad mayor.

Los Derechos Humanos

La Declaración Universal de Derechos Humanos representa un programa ético-político que consolida la tradición de los derechos civiles, políticos y sociales. A lo largo de la historia, hemos tomado conciencia de nuestra condición humana, de la dignidad inherente a ella y de los derechos que poseemos y reconocemos, cuyo respeto es fundamental para nuestro desarrollo y la convivencia fraterna.

La Declaración consagra el concepto de persona como fundamento de todos los derechos. Como señaló Kant, la persona no debe ser tratada como un objeto, sino como un fin en sí misma, poseyendo valor y dignidad en lugar de precio.

El Ser en Aristóteles y la Concepción de la Muerte

El Ser según Aristóteles

Aristóteles abordó la cuestión de la existencia del «ser en sí» y conceptos como la sabiduría o la bondad mediante distinciones fundamentales:

  • Sustancia y Accidentes: El ser se predica de la sustancia, que es el ser individual, particular y concreto. La sustancia es el sujeto del que se predican propiedades (accidentes), las cuales existen en una sustancia.
  • Materia y Forma: Aristóteles negó la existencia de las «ideas» platónicas separadas de los individuos. Para él, las sustancias materiales están compuestas de materia y forma. La forma es lo que determina la esencia de un ser, por ejemplo, lo que hace que Sócrates sea humano y no un perro.
  • Potencia y Acto: Distinguió entre el ser en potencia (lo que algo puede llegar a ser) y el ser en acto (lo que algo es actualmente). Por ejemplo, una semilla de tomate es una semilla en acto y un tomate en potencia. Esta distinción explica el cambio como el paso de la potencia al acto.

La Acepción de la Muerte

Martin Heidegger describió al ser humano como un «ser para la muerte», considerándola el destino último e inevitable de la existencia. Según Heidegger, el individuo puede evadir esta realidad refugiándose en el anonimato o asumirla conscientemente.

Platón consideraba el ejercicio de la filosofía como una preparación para la muerte. El filósofo dedica su vida a despreciar lo material y a buscar el conocimiento de la verdadera realidad, accesible a través de la inteligencia y no de los sentidos mortales. Para Platón, la auténtica realidad reside en las ideas eternas e inmateriales, y la muerte del cuerpo es una condición necesaria para que el alma alcance dicho conocimiento.

Epicuro buscaba desterrar el miedo a la muerte, uno de los mayores temores humanos. Argumentaba que la muerte no es un estado que se experimente: mientras vivimos, la muerte no está presente; cuando morimos, dejamos de existir y, por tanto, no podemos temerla.

La pregunta «¿Podemos prepararnos para la muerte?» es fundamental, ya que atraviesa la existencia humana desde perspectivas filosóficas, emocionales y prácticas. Pensadores como Heidegger, Platón y Epicuro ofrecieron enfoques distintos: asumir la muerte como parte de la existencia auténtica (Heidegger), practicar el desapego material para elevar el alma al conocimiento (Platón), o liberarse del miedo irracional a la muerte (Epicuro).

Ética y Política: Tensiones y Reflexiones

La relación entre ética y política es a menudo problemática. La moralidad en la política también genera conflictos en el ámbito personal, lo que sugiere que no es un estado fijo, sino un esfuerzo continuo.

Se pueden observar diversas situaciones:

  • El revolucionario terrorista que emplea la violencia en pos de sus ideales de justicia.
  • Quien utiliza la violencia legal, es decir, la fuerza del Estado, para mantener el orden establecido.
  • La ambigüedad moral de quienes viven sometidos a un régimen injusto, actuando por miedo o resignación.
  • Aquellas personas que reconocen situaciones de injusticia y reaccionan con indignación y acción transformadora para cambiar la realidad.

La Democracia Social y el Estado del Bienestar

En el siglo XX, se adoptaron políticas sociales más equitativas y redistributivas para mitigar las desigualdades económicas y sociales. Un Estado que implementa estas políticas se denomina Estado social o Estado del bienestar.

La Gran Depresión de 1929 y la Segunda Guerra Mundial impulsaron el desarrollo del Estado del bienestar, que institucionaliza la consecución y defensa de los derechos sociales de los ciudadanos. Entre sus políticas destacan:

  • Prestaciones económicas a los ciudadanos.
  • Provisión de servicios generales gratuitos.
  • Políticas de ayuda para el acceso a la vivienda, el transporte público, etc.

Estas funciones del Estado se reflejan en la Constitución, que establece que «…la soberanía nacional reside en el pueblo, del que emanan los poderes del Estado.»

Seres Humanos: Naturaleza Social y Desarrollo

Los seres humanos somos una de las especies más sociales, con un nivel de organización que supera a las especies más gregarias. Cooperamos de manera más efectiva y recurrimos a complejas fórmulas organizativas para gestionar nuestros desafíos.

Adquirir habilidades sociales es un objetivo prioritario en nuestro proceso de educación y maduración. La convivencia social implica aprender y dominar diversas competencias.

Existen grupos no elegidos, cuyas relaciones pueden ser complejas, y grupos elegidos, que requieren el cumplimiento de sus reglas. La no aceptación en grupos deseados puede generar frustración.

Teísmo: Fe y Razón

El teísmo postula que la razón puede descubrir la existencia de Dios, creador y sustentador de todo lo creado, quien se revela al ser humano. El teísta mantiene una relación personal con Dios que influye en todos los aspectos de su vida.

Diferencias de Comportamiento Humano

Los seres humanos exhiben comportamientos únicos, imposibles de replicar en otros animales debido a la complejidad de nuestro desarrollo cerebral, que exige una alta capacidad para procesar información y elaborar respuestas. Algunos aspectos distintivos incluyen:

  • Lenguaje articulado: Utilizado para funciones complejas, incluido el metalenguaje.
  • Dominio del fuego y fabricación de instrumentos: Facilitan la socialización y fundamentan el proceso de humanización.
  • Modificación del medio ambiente: Adaptación del entorno a nuestras necesidades, como la agricultura y la domesticación de animales.
  • Alta capacidad de aprendizaje: Una infancia prolongada permite asimilar complejas reglas sociales. La curiosidad infantil se mantiene a lo largo de la vida.
  • Capacidades cognitivas superiores: Incluyen la autoconciencia (reconocerse en un espejo) y la habilidad para realizar cálculos y elaborar teorías.

Aristóteles definió al ser humano como «animal racional», mientras que Michael Tomasello sugiere que el salto cualitativo se debe a la conciencia moral humana.

Transhumanismo y el Futuro de la Humanidad

Comprender nuestras similitudes y diferencias con otros primates y animales nos ayuda a entendernos mejor a nosotros mismos.

Por un lado, ha crecido el movimiento por los derechos de los animales, como el Proyecto Gran Simio, que busca el reconocimiento de personalidad jurídica y moral para los primates.

Por otro lado, nuestra capacidad transformadora ha aumentado significativamente. Algunos autores sugieren que el paso a lo transhumano y la aparición de robots con inteligencia artificial podrían otorgarles una superioridad sobre los seres humanos.

Ray Kurzweil predice la llegada de la singularidad tecnológica, un punto de crecimiento tecnológico irreversible y explosivo, controlado por una superinteligencia artificial autónoma.

Surgen preocupaciones éticas significativas:

  • Modificación genética: Para dotar a los humanos de características superiores.
  • Aplicación de artefactos tecnológicos y drogas: Para mejorar el rendimiento y la esperanza de vida.
  • Prolongación de la esperanza de vida: Implicaciones éticas y sociales.

Los avances científicos plantean interrogantes que requieren un análisis ético profundo para discernir entre lo que es factible y lo que es deseable o correcto.

Los Tres Mundos de Karl Popper

Karl Popper distinguió tres «mundos» que componen la realidad:

  • Mundo 1: El mundo de los objetos físicos.
  • Mundo 2: El mundo de los fenómenos mentales, los estados de conciencia.
  • Mundo 3: El mundo de los productos de la mente humana, como el arte y las teorías científicas.

Popper afirmó la realidad de los objetos de los mundos 2 y 3, argumentando que no pueden reducirse a los objetos del mundo 1. Esta teoría valida la existencia de objetos reales no corpóreos.

René Descartes: Sustancia y Dualismo

Descartes, siguiendo a Aristóteles, definió la sustancia como aquella realidad que existe por sí misma, sin depender de nada más. La única sustancia infinita y completamente independiente sería Dios, un ser necesario y perfecto.

Además, Descartes reconoció la existencia de dos sustancias finitas: la sustancia extensa (material) y la sustancia pensante (mental). Estas sustancias, aunque no existen completamente por sí solas, pueden hacerlo si Dios las sustenta.

La existencia del cuerpo (sustancia extensa) no es una verdad totalmente evidente. Sin embargo, la duda y el pensamiento son indudables: «Pienso, luego existo». El «yo» que duda y piensa es una sustancia pensante.

La existencia de Dios garantiza que nuestras ideas y percepciones tienen un fundamento real, correspondiendo a un mundo exterior material (sustancia extensa), cuya característica esencial es la extensión espacial.

Para Descartes, el ser humano es una combinación de cuerpo (sustancia extensa) y alma (sustancia pensante). El cuerpo opera según leyes físicas, mientras que el alma confiere conciencia, creatividad y libertad, cualidades que, según él, no poseen los animales.

La Evolución Humana: De Homininos a Homo Sapiens

Los detalles de la evolución humana continúan siendo objeto de investigación, con nuevos descubrimientos, como el análisis de ADN de restos óseos, que modifican hipótesis previas.

Los homininos aparecieron en África hace aproximadamente cinco millones de años. Se distinguen de otros primates por el bipedismo, el pulgar oponible, un encéfalo más desarrollado y la transformación de la laringe.

En el Paleolítico Medio coexistieron tres especies: neandertales, denisovanos y sapiens. Mantuvieron interacciones e incluso hibridaron, compartiendo genes con nosotros. De estas tres, solo el Homo sapiens sobrevivió.

El Homo sapiens surgió en África hace unos 300.000 años, con un encéfalo más desarrollado. Sus restos muestran instrumentos más sofisticados y diversos. Hace unos 35.000 años aparecieron manifestaciones simbólicas, como las pinturas rupestres.

Los mecanismos evolutivos básicos son las mutaciones genéticas aleatorias y la adaptación selectiva, complementados por factores culturales y medioambientales.

Sociales por Naturaleza: La Pirámide de Maslow

Los seres humanos somos una de las especies más sociales, con un nivel de organización que nos sitúa por encima de las especies más gregarias. Cooperamos de manera más efectiva y recurrimos a complejas fórmulas organizativas para gestionar nuestros desafíos.

Adquirir habilidades sociales es un objetivo prioritario en nuestro proceso de educación y maduración. La convivencia social implica aprender y dominar diversas competencias.

Existen grupos no elegidos, cuyas relaciones pueden ser complejas, y grupos elegidos, que requieren el cumplimiento de sus reglas. La no aceptación en grupos deseados puede generar frustración.

A12tjbly2OEMAAAAAElFTkSuQmCC

Parmenides y Spinoza: La Unidad de la Realidad

Las teorías monistas sostienen que toda la realidad es una y puede reducirse a un solo principio o sustancia que se manifiesta de diversas maneras.

Parmenides afirmó que solo existe el ser, único, inmutable, increado e imperecedero. En esta concepción, las cosas sensibles tienen una realidad secundaria y no son objeto de conocimiento riguroso. La filosofía platónica postula el Uno como principio supremo de la realidad. Plotino identificó al Uno, a veces con Dios, como algo trascendente e incognoscible, del cual emanan todas las demás realidades.

El panteísmo identifica a Dios con la naturaleza y todo lo existente.

Spinoza, influenciado por Descartes, concibió la realidad como una unidad. Definió la sustancia como aquello que es en sí y se concibe por sí, sin necesidad de otro concepto. Para Spinoza, la única sustancia es Dios, ya que las sustancias finitas de Descartes requieren a Dios para existir. Si Dios es infinito, nada puede existir fuera de Él. Por lo tanto, la sustancia pensante y la extensa son atributos infinitos de Dios, constituyendo su esencia y siendo inseparables entre sí. La realidad es un todo ordenado y necesario.

La Pregunta Fundamental: ¿Por Qué Hay Algo en Lugar de Nada?

¿En qué coinciden todas las cosas?

Como seres vivos, nos relacionamos con un mundo de significaciones. Ortega y Gasset describió nuestra existencia como una relación con el mundo, donde «yo y mi mundo» están interrelacionados.

El mundo, entendido como universo o realidad, no es una entidad objetiva independiente de nosotros. La pregunta fundamental es: ¿en qué consiste el ser de las cosas?

Más allá de las características particulares de los entes, surge la interrogante sobre «qué son en cuanto que son». Aristóteles denominó a esta disciplina metafísica.

Los enfoques dominantes en la pregunta por el ser, correspondientes a etapas históricas, son:

  • Filosofía griega y medieval: Se centró en el ser en sí mismo.
  • Filosofía moderna: Priorizó el conocimiento del ser.
  • Filosofía contemporánea: Se enfoca en el análisis del lenguaje sobre el ser.

¿Y si lo que hay no fuera más que materia?

Los primeros filósofos buscaron un principio fundamental de la realidad. Tales de Mileto propuso el agua; Anaxímenes, el aire; Heráclito, el fuego; Empédocles, los cuatro elementos; Demócrito, los átomos; y Aristóteles, el éter.

Estos pensadores creían que el sustrato último de la realidad era material y que los fenómenos naturales estaban regidos por leyes y racionalidad, no por caprichos divinos.

Las teorías materialistas explican el origen de las cosas a partir de la materia, sosteniendo que esta constituye la única realidad y explica todo mediante leyes naturales.

El materialismo dialéctico, influenciado por Marx y Engels, considera la materia como sustrato de toda realidad, física y abstracta, en constante desarrollo y evolución.

¿Y si lo que hay no fuera más que ideas o espíritus?

A menudo, calificamos algo de «auténtico», presuponiendo la existencia de una autenticidad intrínseca.

Platón argumentó que las cosas sensibles están sujetas al cambio y la multiplicidad, mientras que la auténtica realidad debe ser inmutable, eterna e inmaterial. Propuso el mundo de las ideas como la verdadera realidad, siendo las ideas la esencia de las cosas sensibles.

Las teorías idealistas, en contraste con las materialistas, otorgan primacía a las ideas en el orden del ser o del conocer. Hegel representa el idealismo absoluto.

Revisión de la Acepción de la Muerte

Martin Heidegger describió al ser humano como un «ser para la muerte», considerándola el destino último e inevitable de la existencia. Según Heidegger, el individuo puede evadir esta realidad refugiándose en el anonimato o asumirla conscientemente.

Platón consideraba el ejercicio de la filosofía como una preparación para la muerte. El filósofo dedica su vida a despreciar lo material y a buscar el conocimiento de la verdadera realidad, accesible a través de la inteligencia y no de los sentidos mortales. Para Platón, la auténtica realidad reside en las ideas eternas e inmateriales, y la muerte del cuerpo es una condición necesaria para que el alma alcance dicho conocimiento.

Epicuro buscaba desterrar el miedo a la muerte, uno de los mayores temores humanos. Argumentaba que la muerte no es un estado que se experimente: mientras vivimos, la muerte no está presente; cuando morimos, dejamos de existir y, por tanto, no podemos temerla.

La pregunta «¿Podemos prepararnos para la muerte?» es fundamental, ya que atraviesa la existencia humana desde perspectivas filosóficas, emocionales y prácticas. Pensadores como Heidegger, Platón y Epicuro ofrecieron enfoques distintos: asumir la muerte como parte de la existencia auténtica (Heidegger), practicar el desapego material para elevar el alma al conocimiento (Platón), o liberarse del miedo irracional a la muerte (Epicuro).

Ética y Política: Reflexiones sobre la Acción

La relación entre ética y política es a menudo problemática. La moralidad en la política también genera conflictos en el ámbito personal, lo que sugiere que no es un estado fijo, sino un esfuerzo continuo.

Se pueden observar diversas situaciones:

  • El revolucionario terrorista que emplea la violencia en pos de sus ideales de justicia.
  • Quien utiliza la violencia legal, es decir, la fuerza del Estado, para mantener el orden establecido.
  • La ambigüedad moral de quienes viven sometidos a un régimen injusto, actuando por miedo o resignación.
  • Aquellas personas que reconocen situaciones de injusticia y reaccionan con indignación y acción transformadora para cambiar la realidad.

Parmenides y Spinoza: La Unidad de la Realidad

Las teorías monistas sostienen que toda la realidad es una y puede reducirse a un solo principio o sustancia que se manifiesta de diversas maneras.

Parmenides afirmó que solo existe el ser, único, inmutable, increado e imperecedero. En esta concepción, las cosas sensibles tienen una realidad secundaria y no son objeto de conocimiento riguroso. La filosofía platónica postula el Uno como principio supremo de la realidad. Plotino identificó al Uno, a veces con Dios, como algo trascendente e incognoscible, del cual emanan todas las demás realidades.

El panteísmo identifica a Dios con la naturaleza y todo lo existente.

Spinoza, influenciado por Descartes, concibió la realidad como una unidad. Definió la sustancia como aquello que es en sí y se concibe por sí, sin necesidad de otro concepto. Para Spinoza, la única sustancia es Dios, ya que las sustancias finitas de Descartes requieren a Dios para existir. Si Dios es infinito, nada puede existir fuera de Él. Por lo tanto, la sustancia pensante y la extensa son atributos infinitos de Dios, constituyendo su esencia y siendo inseparables entre sí. La realidad es un todo ordenado y necesario.

Deja un comentario