24 Nov

El Legado del Pensamiento: Recorrido Histórico por la Filosofía Moderna y Contemporánea

I. Los Fundamentos de la Modernidad (Siglos XVII y XVIII)

La filosofía moderna se inició con René Descartes en el siglo XVII al colocar al sujeto en el centro de la reflexión filosófica y considerar que se debía construir la filosofía desde un conjunto de verdades indudables que resistieran todos los ataques del escepticismo. La proposición cogito ergo sum («pienso, luego existo») colocó al sujeto pensante y sin cuerpo en la base de la epistemología y la antropología, e hizo del racionalismo una poderosa corriente filosófica. Para los racionalistas, la razón es la única fuente de conocimiento, y los sentidos son una fuente continua de error y de engaños. El yo es una «sustancia que piensa».

Racionalismo vs. Empirismo

Frente al racionalismo surgió en Gran Bretaña una corriente filosófica opuesta, ya que basaba todo el conocimiento en la sensación y la percepción, y consideraba que las ideas no eran más que una combinación de percepciones. Esta corriente se denominó empirismo, pues defendía que todo saber procede de la experiencia (empeiria en griego) y que la razón humana no puede construir conceptos más allá de la experiencia externa o interna. El empirismo supuso un ataque frontal a la metafísica tradicional, que se basaba en las ideas de alma, Dios y mundo como algo objetivo y realista. El empirismo tuvo su mejor representante en David Hume, que fue el precursor de todo el empirismo lógico del siglo XX.

La Ilustración y la Razón Crítica

El siguiente giro importante de la filosofía se produjo en el siglo XVIII con la Ilustración. Este movimiento filosófico y cultural, vinculado al desarrollo científico y técnico en toda Europa, se propuso llevar la luz de la razón y el progreso a todos los seres humanos, y creó sistemas de pensamiento liberal muy críticos con todo tipo de supersticiones, mitos y religiones. Entre los filósofos más representativos de la Ilustración podemos citar a Jean-Jacques Rousseau e Immanuel Kant. Ese movimiento a favor de las luces y en contra de la ignorancia colocó a la filosofía en el centro de la vida educativa, social y cultural, aunque probablemente exageró las posibilidades reales de la razón humana.

La Moral Kantiana: El Imperativo Categórico

En cuanto a la moral, Kant sostiene que la norma o imperativo moral debe ser racional, universal y necesario; es decir, lo que pretende es fundamentar la moralidad humana en un tipo de ley que tenga las mismas características que se exigen a los juicios sintéticos a priori de la razón teórica pura. Por eso, los imperativos morales son para él categóricos y proceden de la razón de todos y cada uno de los seres humanos. Son la expresión de la obligación moral por sí misma; es «el deber por el deber» que la razón se propone y a la que el ser humano se somete.

II. El Siglo XIX: Idealismo, Materialismo y la Crisis de Valores

En el siglo XIX europeo aparecieron nuevos problemas sociales y culturales que influyeron en gran medida en la configuración del pensamiento filosófico, y de ese modo los idealismos y los materialismos fueron los grandes contendientes en el campo de las ideas y la política.

Hegel, Marx y el Positivismo

  • Idealismo de Hegel: Frente al idealismo espiritualista de Friedrich Hegel, que explicaba el dinamismo de la historia como una contraposición entre elementos opuestos derivados de la evolución del espíritu.
  • Materialismo Histórico: El materialismo de Karl Marx y sus seguidores aportó una explicación materialista del mundo y la historia humana basada en una lucha de clases sociales en la que, en último término, el proletariado se haría con el poder político y derrotaría al capitalismo.
  • Positivismo de Comte: Otro autor importante del siglo XIX fue Auguste Comte, el fundador del positivismo. Este autor consideraba que la ciencia era el estadio último y superior de la evolución cultural de la historia humana, y que las etapas anteriores del desarrollo histórico, religioso y de la metafísica habían sido superadas definitivamente.

El positivismo consideraba que las ciencias positivas, es decir, experimentales, eran las únicas que hacían progresar a la humanidad, ya que eran las que observaban con acierto los fenómenos naturales e históricos y elaboraban leyes que servían para conocer el mundo y la historia. En el siglo XX, el neopositivismo o empirismo lógico que de él se deriva reafirmó el valor absoluto de la ciencia como forma de conocimiento humano. Esa corriente filosófica se llamó también cientifismo por su empeño en mitificar la ciencia como único saber valioso para los seres humanos.

Friedrich Nietzsche: El Profeta de la Decadencia

Un autor importante por su influencia en todo el siglo XX (y que murió en 1900, ya al final del siglo XIX) fue Friedrich Nietzsche. El clima filosófico y cultural de los siglos XX y XXI le debe mucho a su modo de reinterpretar la historia cultural de Occidente. El modo fragmentario y aforístico de exponer su filosofía y su tesis nihilista acerca de la evolución histórica de Occidente, en la que culpa a los filósofos clásicos griegos y al cristianismo de la decadencia moral occidental, siguen influyendo poderosamente en muchos estilos filosóficos actuales. Su filosofía sigue siendo hoy provocativa, es decir, sigue incomodando a todos los que ostentan el poder político y moral en la sociedad, y sigue exigiendo un gran coraje para sobrevivir con dignidad tras la «muerte de Dios» y la «muerte del ser humano». Su irracionalismo vital está penetrando hoy día en muchos agitadores culturales que ven en Nietzsche un profeta de nuestro tiempo.

III. El Siglo XX: Lenguaje, Existencia y Crítica Social

Una de las principales corrientes filosóficas del siglo XX fue sin duda la filosofía analítica del lenguaje que dominó gran parte de ese siglo. Su tesis principal era que la filosofía debería dedicarse a construir oraciones con sentido lógico y hablar solamente de lo que es observable, en vez de perder el tiempo en elaborar pseudoproposiciones sin sentido acerca del ser, la esencia, Dios y el mundo.

Filosofía Analítica y la Ciencia

Uno de los mejores representantes de la filosofía del lenguaje fue Ludwig Wittgenstein. La relación de los filósofos del lenguaje con la ciencia derivó en grandes desarrollos de la filosofía y la historia de la ciencia que nos han permitido comprender el valor real de la ciencia como constructo social y la ha despojado de aquella falsa superioridad que le otorgó el positivismo de Auguste Comte en el siglo XIX.

El Existencialismo y la Condición Humana

Otra de las grandes corrientes filosóficas del siglo XX fue el existencialismo, que, tras las experiencias trágicas de dos guerras mundiales en Europa, trató de analizar la existencia humana desde un ángulo nuevo y una lectura fenomenológica que pusiera de relieve la especificidad de lo humano frente a los demás seres. Las nociones de angustia y libertad y el compromiso existencial con la realidad social y política fueron los ejes principales del humanismo existencialista de autores tan diferentes como Martin Heidegger y Jean-Paul Sartre.

Todos los existencialismos fueron muy críticos con el olvido filosófico de la existencia singular de cada persona, que es radicalmente libre y responsable de sus actos. Junto con Sartre destacó también Simone de Beauvoir por su compromiso intelectual con el movimiento feminista, su defensa de la libertad personal y su crítica a todas las convenciones e instituciones sociales, empezando por el matrimonio. Su visión de la mujer como sujeto racional y político con capacidad de ser dueña de su propia vida sentó las bases del feminismo moderno y la lucha contra la razón patriarcal.

La Escuela de Fráncfort y la Crítica al Totalitarismo

Las dos guerras mundiales del siglo XX y el holocausto causado por el nazismo fueron el contexto histórico que propició la renovación del pensamiento marxista, que tuvo en la Escuela de Fráncfort su mejor expresión filosófica. Autores como Herbert Marcuse, Max Horkheimer, Theodor Adorno y Jürgen Habermas han puesto de manifiesto las insuficiencias teóricas y prácticas del comunismo denunciando la falta de libertad y las injusticias del socialismo real, pero criticando al mismo tiempo el sistema capitalista por su mercantilización de la vida humana y su alienación cultural en un tipo de sociedad hiperconsumista e individualista.

Entre las filósofas más originales del siglo XX hay que nombrar a Hannah Arendt, que, después de haber estudiado con Martin Heidegger, ideó una teoría filosófica original basada en la crítica al totalitarismo y la defensa de la igualdad entre hombres y mujeres. Su condición de judía exiliada le permitió entender la raíz profunda del nazismo como una manifestación del mal, una perversión radical pero real de la racionalidad y la libertad en los seres humanos.

IV. El Siglo XXI: Posmodernidad y el Desafío Transhumano

En el siglo XXI estamos asistiendo al surgimiento de unas nuevas filosofías basadas en la negación y la superación de corrientes de pensamiento anteriores. Así, se habla de posmodernismo, posmarxismo, posestructuralismo, posnihilismo, posmetafísica y poshumanismo.

Es difícil saber con precisión lo que se encierra tras el prefijo «pos», porque realmente este prefijo solo indica que algo es lo que viene después, pero, en principio, no dice si niega y supera lo anterior o solo sucede a continuación. Si bien las corrientes filosóficas del siglo XXI se inspiran en escuelas filosóficas anteriores, en estos últimos años no ha surgido ninguna gran corriente nueva de pensamiento.

El Transhumanismo: La Promesa Tecnológica

Una de las principales corrientes filosóficas actuales es el transhumanismo o poshumanismo, cuya importancia deriva de que se plantea en clave tecnológica la solución de los grandes problemas de nuestro tiempo al confiar ciegamente en la inteligencia artificial, la biotecnología y la cibernética para el logro de una nueva especie transhumana caracterizada por:

  • Superlongevidad
  • Felicidad indolora
  • Superinteligencia de los nuevos sapiens

Dicha corriente calcula que hacia 2050 se logrará alcanzar esa meta sobrehumana. El transhumanismo se basa en la creencia de que se alcanzará una nueva especie superhumana o poshumana en la que la biotecnología, la cibernética y la inteligencia artificial nos harán superlongevos, superinteligentes y superfelices.

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