02 Sep

La Crisis del Antiguo Régimen en España (1789-1814)

1. Crisis de la Monarquía Borbónica: Carlos IV y el Despotismo Ilustrado

Durante el reinado de **Carlos IV**, se inició la profunda crisis del Antiguo Régimen en España, marcando el final de la sociedad estamental y de la monarquía absoluta. Carlos IV no fue capaz de continuar el reformismo moderado y autoritario de su padre, lo que evidenció la decadencia del despotismo ilustrado.

Las características de este periodo incluyen:

  • El rey mantuvo el equipo de ministros de su padre, pero pronto dejó el gobierno a cargo de su valido, **Manuel Godoy**. Esta anticuada forma de gobernar debilitó el poder y la imagen del monarca.
  • La **Revolución Liberal y Burguesa** estalló en Francia en 1789 y dividió a los ilustrados españoles. Los más moderados vieron un peligro y la necesidad de evitar todo contagio con los revolucionarios franceses; los más radicales, en cambio, vieron un modelo a seguir, aunque evitando sus excesos.
  • España se enfrentó a los revolucionarios franceses entre 1793 y 1795, junto a las demás monarquías europeas, siendo derrotada.
  • Cuando el régimen republicano francés se moderó, la monarquía española volvió a su tradicional alianza con Francia, frente a Inglaterra. La dependencia de Francia se hizo mayor con **Napoleón** como máxima autoridad. España quedó aislada del resto del continente europeo.
  • Sufrió el **bloqueo marítimo inglés** (1796), que impidió la comunicación con las colonias americanas; la derrota naval de **Trafalgar** (1805), donde España perdió su flota a manos de los ingleses; y, por último, el paso de las tropas francesas por España para someter Portugal.
  • Los gastos militares y el bloqueo naval pusieron a la Hacienda Pública al borde de la bancarrota. Para poder pagar las deudas, el Estado se apropió de bienes de la Iglesia y los puso en venta, iniciándose así la **desamortización de bienes del clero**.
  • Las epidemias, la carestía del pan y la inflación generalizada afectaron sobre todo a los grupos populares más desfavorecidos, dando lugar a un fuerte **malestar social**, que se manifestó a través de motines y revueltas populares.

2. La Oposición a Godoy y el Estallido de la Guerra

La oposición política al gobierno de Godoy aumentó cada día. Por un lado, estaban los enemigos del absolutismo, partidarios de una constitución o ley fundamental que limitara el poder del rey; por otro lado, los aristócratas, el clero e ilustrados marginados por el monarca, liderados por el Príncipe de Asturias (futuro Fernando VII), organizaron **conspiraciones** contra Carlos IV y su valido.

Una de estas conspiraciones, la de **Aranjuez** (marzo de 1808), tuvo éxito. Fue un levantamiento popular, organizado y financiado por los partidarios del propio heredero, contra el monarca y su ministro Godoy. Tuvo lugar en Aranjuez, residencia de los reyes. Godoy fue encarcelado y Carlos IV fue obligado a abdicar en nombre de su hijo Fernando VII. Estos incidentes evidenciaron la **descomposición política de la monarquía española** y permitieron a Napoleón convertir a España en una monarquía satélite de Francia, poniendo en ella a uno de sus hermanos como rey. La resistencia armada dio lugar a una guerra de liberación: la **Guerra de Independencia** (1808-1814).

2.1. La Abdicación de Bayona y los Sucesos del 2 de Mayo

Napoleón atrajo a Bayona a Carlos IV y a Fernando VII. Ambos renunciaron a la corona española (mayo de 1808) a favor de **José Bonaparte**, hermano de Napoleón, quien aplicaría un programa de reformas. Los incidentes con las tropas francesas fueron continuos en Madrid. El **2 de mayo** estalló un **motín popular** al llevarse hacia Francia a los últimos miembros de la familia real. La represión del ejército francés contra los amotinados fue muy dura. Estos sucesos fueron el inicio de un levantamiento general contra la ocupación francesa y el nuevo estado de José Bonaparte, iniciándose así una larga y cruel **Guerra de Independencia**.

3. Modelos Políticos Durante la Guerra de Independencia

3.1. El Modelo de José Bonaparte: El Reformismo Afrancesado

El modelo político de **José Bonaparte** fue heredero del **despotismo ilustrado**. Se rodeó de **afrancesados** españoles para dar legitimidad a su reinado, un grupo diverso donde se mezclaban ilustrados convencidos de que esta era la única vía de modernización que tenía España, y oportunistas, temerosos de perder su empleo. En una asamblea de notables convocada en Bayona se aprobó el **Estatuto de Bayona** (julio de 1808), una **carta otorgada** que definía a España como un régimen autoritario, garantizaba una serie de derechos individuales y libertades económicas, y establecía unas cortes de representación estamental. La guerra no hizo posible la puesta en práctica de este reformismo, continuador del despotismo ilustrado del siglo XVIII.

3.2. El Modelo Nacional de los Patriotas: De las Juntas a las Cortes de Cádiz

El modelo político nacional de los **patriotas**, contrarios a Bonaparte y a las instituciones del Antiguo Régimen (AR), fue revolucionario.

3.2.1. Las Juntas de Defensa

Surgieron de manera espontánea nuevas instituciones, las **Juntas de Defensa** de ámbito local, compuestas por ilustrados, militares y clérigos elegidos por los ciudadanos, cuya finalidad era organizar la defensa. Para coordinarse política y militarmente, se crearon Juntas de Defensa Provinciales y, más adelante, la **Junta Suprema Central** (septiembre de 1808), que se estableció en Cádiz ante el avance de los franceses. **Jovellanos** era su figura más representativa. La Junta Suprema Central asumió la soberanía en nombre del rey, convocó Cortes (1809) de diputados o representantes de las distintas provincias de España, y en 1810 cedió el poder a una Regencia que actuaría en nombre de Fernando VII y se estableció en Cádiz.

3.2.2. Las Cortes de Cádiz

Las Cortes se constituyeron en Cádiz (septiembre de 1810). Solo algunas provincias libres de franceses pudieron elegir abiertamente a sus diputados; a las ocupadas por el ejército francés las representaban ciudadanos de esas provincias que se encontraban en Cádiz. Esta circunstancia hizo posible que en una misma asamblea de Cortes se reunieran individuos y no los estamentos por separado, como era tradicional en el **Antiguo Régimen**.

Composición Ideológica de las Cortes de Cádiz:

La mayoría de los diputados a Cortes pertenecían a la **clase media urbana**: eran eclesiásticos, funcionarios, abogados y comerciantes. Se diferenciaban ideológicamente en tres grupos:

  • Los **liberales**: defendían cambios radicales y que la soberanía debía residir en la Nación, representada en las Cortes. Lograron imponer sus criterios.
  • Los **reformistas** (jovellanistas): buscaban un compromiso entre la nación y el rey, quien debía seguir conservando un poder importante. Fracasaron en Cádiz, pero su criterio se impondría a lo largo del siglo XIX.
  • Los **absolutistas**: no querían ninguna reforma, defendían mantener el sistema tradicional y que la soberanía procedía de Dios. Representaban el pasado.
Labor Legislativa de las Cortes de Cádiz:

El significado de su labor legislativa fue la sustitución de las antiguas estructuras sociales, económicas y políticas del Antiguo Régimen (AR) por las de un **Estado liberal**.

Las **reformas políticas**: La más importante fue la aprobación de la **Constitución de 1812**, inspirada en la francesa de 1789. Estableció la **soberanía nacional**, la **separación de poderes**, Cortes de una sola cámara elegida mediante **voto universal masculino e indirecto**, una **monarquía parlamentaria**, el reconocimiento de los **derechos individuales** y la confesión católica del Estado.

Medidas liberalizadoras en el terreno social y económico:

  • **Igualdad de todos ante la ley**.
  • **Supresión de los señoríos jurisdiccionales**, pero sin afectar la propiedad de la tierra de los señores.
  • **Desamortización de propiedades eclesiásticas**.
  • **Supresión de la Inquisición**.
  • **Supresión de aduanas internas y de los gremios**.

Todas estas reformas apenas se pudieron aplicar debido a la guerra y a los cambios políticos posteriores. Habían sido hechas en nombre de la nación española, pero la inmensa mayoría de los españoles desconocían la labor de las Cortes de Cádiz y no podían entenderlas. Sin embargo, formaron parte del programa de los liberales durante gran parte del siglo XIX.

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