14 Sep
Las Regencias de Isabel II (1833-1843)
La Regencia de María Cristina de Borbón (1833-1840)
Este periodo estuvo condicionado por la Primera Guerra Carlista y la paulatina implantación del sistema liberal. Se produjo una división del liberalismo en dos corrientes principales:
- Moderados: Partidarios de la soberanía compartida, el predominio del orden y la autoridad sobre la libertad, y el compromiso con la nobleza y la Iglesia.
- Progresistas: Defensores de la soberanía nacional, el predominio de las libertades individuales y un programa de reformas económicas y sociales.
Además, la inestabilidad política fue una constante. Los continuos cambios de gobierno fueron resultado de decisiones de la regente, determinadas por presiones.
Gobierno Moderado
El gobierno de Martínez de la Rosa inició la transición al sistema liberal mediante tímidas reformas y la promulgación del Estatuto Real. Este documento, una carta otorgada, establecía la soberanía real y unas Cortes bicamerales:
- Estamento de Próceres: Cámara alta designada por la reina.
- Estamento de Procuradores: Cámara baja elegida por sufragio muy restringido.
Los Progresistas en el Poder
Los progresistas accedieron al poder tras las revueltas urbanas de 1835. Sus gobiernos establecieron definitivamente el liberalismo mediante reformas clave, como la Desamortización de 1836, impulsada por Mendizábal. Esta consistió en la nacionalización de los bienes de monasterios y conventos, vendidos posteriormente en pública subasta. Con ella se intentaba obtener recursos económicos para hacer frente a la Guerra Carlista y acabar con la deuda, creando además un grupo social vinculado al liberalismo. Sin embargo, también se rompieron las relaciones con la Iglesia, y la mayoría de los exclaustrados se incorporaron a la causa carlista.
La regente se oponía a poner en vigor la Constitución de 1812 hasta que se produjo el Motín de los Sargentos de La Granja. Así se aprobó la Constitución de 1837, que recuperaba parte de los principios progresistas de la de 1812. Sus características mostraban la influencia de ambas corrientes del liberalismo:
- Soberanía nacional.
- Derechos individuales amplios.
- Cortes bicamerales: Congreso de los Diputados y Senado.
- La Corona ampliaba sus poderes con el derecho de veto.
- Sufragio censitario masculino (aproximadamente el 2% de la población).
Otras Reformas Progresistas
- Abolición de señoríos, mayorazgos y diezmos.
- Libertad de comercio e industria.
- Reorganización del ejército, dirigida por Espartero.
- Restablecimiento de la ley de los ayuntamientos.
Caída de María Cristina
A partir de 1837, los moderados volvieron al gobierno. Su intento, apoyado por la regente, de reformar la ley de ayuntamientos provocó una serie de levantamientos populares que la obligaron a marchar al exilio.
La Regencia de Espartero (1841-1843)
Espartero, héroe nacional tras la victoria en la Guerra Carlista y líder de los progresistas, accedió a la regencia. En ella continuó el proceso de reformas económicas, adoptando el librecambismo, pero no logró la estabilidad política debido a sus métodos autoritarios. El bombardeo de Barcelona, tras los conflictos provocados por su política librecambista, le retiró el apoyo tanto de los moderados como de muchos progresistas.
La oposición a Espartero, tanto de moderados como de progresistas, culminó con un nuevo levantamiento dirigido por el general Narváez, líder de los moderados. Espartero renunció a la regencia, marchó al exilio y se adelantó la mayoría de edad de Isabel II a los 13 años.
El Reinado de Isabel II (1843-1868)
Tras la caída de Espartero en 1843, se abrió una etapa de transición y se adelantó la mayoría de edad de Isabel II a los 13 años, con una nula preparación política. En 1844, Narváez tomó las riendas del poder, iniciando una larga etapa de gobierno moderado.
La Década Moderada (1843-1854)
Objetivos Políticos de los Moderados
Los moderados buscaban consolidar definitivamente el Estado liberal centralizado y uniforme, y lograr la estabilidad política para conseguir el desarrollo económico y la consolidación de la burguesía.
Realizaciones
- Nueva Constitución de 1845: Acorde con el pensamiento moderado, establecía la soberanía compartida entre la Nación y la Corona. Esta última aumentaba sus atribuciones, como la potestad legislativa. Las Cortes eran bicamerales (Congreso elegido por sufragio restringido del 1% y Senado designado por la reina). Las libertades eran muy limitadas y el Estado era confesional, sin recoger la libertad de cultos.
- Creación de la Guardia Civil (1844): Sustituyó a la Milicia Nacional, que quedó suprimida. Fue un cuerpo de policía profesional de ámbito nacional y controlado por el gobierno.
- Leyes Centralizadoras: Para establecer una legislación uniforme, se implementaron reformas como:
- La reforma fiscal, que establecía los mismos impuestos en todo el Estado («consumos»).
- La reforma de la administración local y provincial: el gobierno nombraba a gobernadores civiles para las provincias y alcaldes para los ayuntamientos.
- Publicación del Código Penal y reforma de la administración de justicia.
- Establecimiento del sistema métrico decimal.
- Firma del Concordato de 1851: Permitió la reconciliación con la Iglesia. La Santa Sede reconocía la desamortización y, a cambio, el Estado reconocía el catolicismo como religión oficial y asumía el mantenimiento del clero.
Problemas Políticos
Este periodo estuvo marcado por:
- El descontento popular y político provocado por la falta de libertades individuales y la represión.
- La corrupción económica y política.
- La exclusión del sistema de la mayor parte de la oposición política, que tuvo que recurrir a la fuerza:
- Carlistas: Segunda Guerra Carlista (1846-1849).
- Progresistas: Pronunciamientos fallidos, como el de 1848.
- Demócratas: Surgieron a la izquierda del progresismo con un programa centrado en la defensa del sufragio universal.
- La propia división interna de los moderados: A partir de 1851, la corrupción política y el autoritarismo provocaron el creciente descontento de un sector de los moderados, partidarios de respetar el sistema parlamentario e incorporar a los progresistas al sistema. De este sector «puritano», liderado por O’Donnell y Serrano, surgiría la Unión Liberal.
El Bienio Progresista (1854-1856)
Origen
La Revolución de 1854 fue el resultado de la confluencia del pronunciamiento de O’Donnell en Vicálvaro, que se acompañó del Manifiesto de Manzanares (redactado por Cánovas), en el que se prometían reformas como la ampliación del sufragio o la garantía del sistema constitucional, y el levantamiento popular impulsado por progresistas y demócratas. La revolución provocó la caída de los moderados y la formación de un gobierno presidido por Espartero y con O’Donnell como ministro de Guerra.
Medidas Adoptadas
- Elaboración de una nueva Constitución (1856): De carácter progresista, establecía la soberanía nacional, un poder legislativo compartido (Cortes y Corona), Cortes bicamerales (Congreso elegido y Senado con el sistema de 1837), amplias libertades individuales y tolerancia religiosa. Sin embargo, este proyecto de Constitución no llegó a aprobarse, por lo que se conoce como la Constitución «non nata» de 1856.
- Reformas Económicas: Destaca la Desamortización de Madoz de 1855, que afectaba a bienes de la Iglesia (clero secular) y de los ayuntamientos.
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