03 Ago

El Franquismo: Fundamentos Ideológicos y Evolución Política (1939-1975)

El franquismo es un fenómeno de reacción frente a la República, sin una ideología inicial definida, que se desarrolla en torno a la figura del propio Franco. A pesar de su imprecisión, complejidad y capacidad de adaptación, tuvo como pilares ideológicos el antiparlamentarismo, el anticomunismo, el tradicionalismo y el nacionalcatolicismo.

Pilares Ideológicos del Régimen Franquista

  • Anticomunismo: Los dirigentes, intelectuales y propagandistas acusaron a los bolcheviques de ser los responsables de todos los males y desastres de España en los años treinta. Prueba de ello es que en 1940 se creó el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo con carácter retroactivo.
  • Antiliberalismo: El liberalismo también fue objeto de animadversión, pues se consideraba que había contribuido a los males de España con la implantación de un régimen democrático que había derivado en la República. De ahí su constante denostación en la retórica de Franco.
  • Nacionalcatolicismo: Afirmaba la necesidad del mantenimiento de una fuerte vinculación entre patria y religión, y defendía la convicción de que el catolicismo representaba la esencia de la nación española.
  • Antinacionalismo Periférico: Se persiguió el nacionalismo periférico, considerándolo un elemento desintegrador de la unidad de la nación española.

Estos principios fueron cambiando en función de los vaivenes políticos internacionales: al principio se relacionaron con la Europa fascista, pero cuando cambió el sentido de la Segunda Guerra Mundial se intentó alejar de estas influencias, «maquillando» el régimen.

La Construcción del Estado Franquista y su Adaptación Internacional

La construcción del Estado franquista se adaptó a las coyunturas nacionales e internacionales.

La «Época Azul» y la Proximidad al Fascismo (1939-1942)

Así, desde incluso antes del fin de la guerra, el régimen se acercó a posturas fascistas (Fuero del Trabajo, 1938). Es la denominada «época azul» (1939-1942), que coincide con el éxito del Eje en la Segunda Guerra Mundial. Durante este periodo se promulgaron la Ley de Unidad Sindical (1940), se firmaron los tratados de Hendaya y Bordighera, y se declaró la no beligerancia (1940), además de crearse el Instituto Nacional de Industria (1941).

El «Maquillaje» del Régimen y el Aislamiento Internacional (1942-1953)

El cambio de rumbo del conflicto mundial (1942) provocó una desvinculación del fascismo, lo que se conoció como el «maquillaje» del régimen. Este periodo incluyó los incidentes de Begoña (1942), la Ley Constitutiva de Cortes (1942), el Fuero de los Españoles (1945) y la Ley del Referéndum Nacional (1945).

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, España sufrió un bloqueo internacional por su cercanía a las derrotadas potencias fascistas. Por ello, el régimen franquista buscó un reconocimiento internacional mientras afianzaba su ideología interna. En esta época se elaboró la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado (1947) como respuesta al Manifiesto de Lausana (1945).

La Salida del Aislamiento y la Guerra Fría (1953-1958)

La Guerra Fría provocó la salida del aislamiento del régimen franquista, facilitando su entrada en organismos internacionales (OMS, UNESCO, OIT), la firma del Concordato con la Santa Sede y el Tratado de Madrid con EE.UU. (1953), el ingreso en la ONU (1955) y la promulgación de la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958).

Giro y Desarrollismo (1959-1969)

A partir de 1956 se produjo un giro en el régimen franquista con el fin de prepararlo para el futuro. En esta época, los cambios se centraron fundamentalmente en lo económico (el desarrollismo), caracterizándose en política por el inmovilismo. El presidente Eisenhower visitó oficialmente España (1959).

Las medidas legislativas aprobadas fueron la Ley de Bases de la Seguridad Social (1963), la Ley de Prensa (1966) y la Ley Orgánica del Estado (1967). En 1969 se designó a Don Juan Carlos como sucesor de Franco con el título de rey.

Fue una época de intensa actividad diplomática: se intentó la admisión en la OTAN y en la CEE, se buscó recuperar Gibraltar, se libró la Guerra de Ifni, se concedió la independencia a Marruecos y Guinea Ecuatorial, y se inició el conflicto del Sáhara.

Crisis y Declive Final (1969-1975)

A finales de los años 60, surgieron enfrentamientos en el seno del régimen franquista (como el caso Matesa, 1969). En 1973, el almirante Carrero Blanco fue nombrado Presidente de Gobierno hasta que le sucedió, tras su asesinato, Carlos Arias Navarro.

El régimen sufrió de nuevo un rechazo internacional, evidenciado por el ataque a la embajada de Lisboa, la Marcha Verde, el rechazo del Vaticano a las últimas condenas a muerte y las manifestaciones en Europa.

Transformaciones Sociales y Económicas durante el Franquismo

La Autarquía: Intervencionismo y Escasez (Postguerra – 1952)

Inicialmente, la autarquía se implantó en la economía española tanto por ideología como por necesidad (debido al aislamiento), lo que supuso un gran intervencionismo estatal. Se impulsó el proteccionismo, la organización de la producción, comercialización y distribución de productos básicos (cereales, patatas, aceite, leche, etc.), la implantación de cartillas de racionamiento y la creación de monopolios como el INI o RENFE. Las consecuencias fueron nefastas, con un estancamiento del crecimiento económico y un aumento de la inflación.

Aperturismo Económico y Crisis (1952-1958)

Con el fin del aislamiento internacional y debido a la escasez de productos, primero se suprimieron las cartillas de racionamiento (1952) y luego el resto de los principios autárquicos. El acercamiento político a EE.UU. coincidió con la llegada de ayuda norteamericana, marcando la época del aperturismo económico. Sin embargo, el aumento de las importaciones frente a las casi inexistentes exportaciones condujo a que en 1958 las divisas estuvieran prácticamente agotadas y el Estado al borde de la bancarrota.

El Plan de Estabilización y los Planes de Desarrollo (1959-1975)

La economía se recondujo con el Plan de Estabilización (1959), elaborado por Mariano Navarro Rubio y Antonio Ullastres, que incluyó la devaluación de la peseta y el aumento de impuestos. Este plan saneó la economía y sentó las bases para los tres Planes de Desarrollo que Laureano López Rodó ideó entre 1964 y 1975. Estos planes, junto con la emigración y el turismo, impulsaron un crecimiento económico basado en bajos costes. España dejó de ser un país agrario y rural para transformarse en una sociedad más industrializada y urbana.

Impacto Social y Demográfico

  • La estructura social de España cambió significativamente en función de las transformaciones de su economía (industrialización, éxodo rural, crecimiento urbano) y, con ella, los valores familiares. En este proceso, la educación tuvo una gran importancia.

Represión, Oposición y Cultura en la España Franquista

La Dura Represión de la Posguerra

Al acabar la guerra, hubo una dura represión hacia los vencidos: encarcelados, fusilados, depurados de la administración, etc.

La Oposición al Régimen: De la Clandestinidad a la Protesta Social

Primeras Formas de Oposición (Años 40 y 50)

La oposición en los años 40 tuvo múltiples variantes. Al principio, coexistieron una «pacífica» o monárquica (representada por el Manifiesto de Lausana) y otra «violenta» (como los maquis o las huelgas en Bilbao o Barcelona). En los años 50 se produjeron «boicots» populares, huelgas por la escasez de productos y conflictos universitarios (con figuras como Laín Entralgo o Aranguren).

El Desafío Final al Franquismo (Años 60 y 70)

El gran reto del franquismo en sus últimos años fue intentar perdurar tras la muerte del dictador. Para ello, se proclamó a Don Juan Carlos como sucesor de Franco (1969). Sin embargo, comenzaron las luchas en el interior del régimen (como el caso Matesa, 1969), y desde fuera crecieron las protestas (ejemplificadas por el Proceso de Burgos, 1970). La conflictividad laboral (con el auge de CC.OO.) y la oposición política (como la Platajunta) aumentaron. La Iglesia manifestó cierta disconformidad (con figuras como el cardenal Enrique y Tarancón), la Universidad se agitó (con la expulsión de Tierno Galván, García Calvo y Aranguren, y el conflicto de los PNNs), y en el ejército apareció la disidencia (U.M.D.). Surgieron también el movimiento vecinal y los movimientos feministas (MDM).

Cultura y Censura: Exilio, Oficialismo y Realismo Social

La Cultura del Exilio y la Cultura Oficial

Al principio de la posguerra, hubo una diferenciación clara entre la cultura del exilio (la «España peregrina») y la oficial. A la primera pertenecen grandes intelectuales (Juan Ramón Jiménez, Alberti, María Zambrano, Ortega y Gasset, etc.) que eligieron el exilio (principalmente en Hispanoamérica) frente a la represión. Los que se quedaron no fueron los más destacados y optaron por una exaltación del régimen y sus valores.

El Surgimiento de una Oposición Cultural

Ante la carencia de una cultura propia y de calidad, el Franquismo terminó por aceptar otra de carácter liberal basada en el krausismo y en la ILE (con figuras como Azorín, d’Ors, Julián Marías, Entralgo, etc.). Hasta los años 50 no surgiría una auténtica oposición cultural, que se concretó en el «realismo social» (con autores como Sánchez Ferlosio, Ana María Matute, Luis Martín Santos, Lauro Olmo, etc.). En los años 60, con la Ley de Imprenta, se generalizaron los libros de todo género de inspiración marxista. También la cultura comenzó a centrarse en cuestiones estéticas, predominantes por esos años en Europa (como el movimiento de los Novísimos).

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