29 Dic

Doctrina Filosófica de Aristóteles: Saber, Ser y Cambio

Aristóteles cree que todo ser humano, por naturaleza, tiende al saber. Divide las ciencias en tres ramas principales:

  • Ciencias Teóricas: Buscan el saber por el saber (Metafísica, Física, etc.).
  • Ciencias Prácticas: Utilizan el saber con vistas a la perfección moral (Ética y Política).
  • Ciencias Productivas: Tienden a la producción de determinados objetos (Poética, Retórica, etc.).

Epistemología Aristotélica: El Conocimiento Empírico

A diferencia de Platón, Aristóteles sostiene que el ser humano al nacer no posee ideas innatas. El conocimiento se obtiene partiendo de los sentidos y mediante un proceso de abstracción, en el cual el entendimiento alcanza las esencias de las cosas.

Frente a Platón, quien defiende que los conceptos universales o ideas existen con independencia de este mundo, Aristóteles postula que:

  • En el mundo existen las sustancias concretas.
  • Cada una de estas posee una esencia, sustancia segunda o forma, que le hace ser lo que es.
  • Las esencias son inmanentes a las cosas mismas y no trascendentes.

El Proceso Cognoscitivo

El proceso de conocimiento comienza con los sentidos, que captan información empírica ordenada por la imaginación, obteniendo una imagen sensible de una sustancia. Al obtener varias imágenes sensibles de sustancias similares, el entendimiento agente es capaz de obtener su esencia, creando así un concepto universal y abstracto. Este concepto es recibido por el entendimiento paciente, quien hará uso de él cuando sea necesario.

Metafísica y la Estructura de la Realidad

Aristóteles describe una realidad que se encuentra en constante cambio. Para poder conocerla, aborda dos ciencias fundamentales:

  1. La Metafísica: Es la ciencia del ser en cuanto ser y sus propiedades esenciales.
  2. La Física: Es la ciencia del ente móvil.

Ambas ciencias le sirven para describir este mundo como un mundo de sustancias, las cuales, a su vez, están compuestas por materia y forma (teoría hilemórfica). Estas sustancias pueden encontrarse:

  • En acto: Lo que es, coincide con la forma de la sustancia.
  • En potencia: Lo que puede ser; la potencialidad es aportada por la materia de la sustancia.

El Cambio y las Cuatro Causas

El paso de potencia a acto es denominado por Aristóteles como cambio o movimiento. Se distinguen:

  • Cambios sustanciales: Se crea o se destruye una nueva sustancia.
  • Cambios accidentales: Variación de algún accidente o atributo de una sustancia.

Todo cambio tiene cuatro causas:

  1. Causa material.
  2. Causa formal.
  3. Causa eficiente (agente o productor del cambio).
  4. Causa final (el *para qué* del cambio).

Aristóteles cree que la naturaleza es teleológica y siempre tiende a perfeccionarse a través de los cambios; es decir, todo en la naturaleza persigue un fin. La causa final última de este mundo es el Motor Inmóvil (acto puro y forma pura), que se encuentra en la esfera de las estrellas fijas en el mundo supralunar.

La Antropología y Política en Platón

Dualismo Antropológico Platónico

Platón tiene una concepción dualista del ser humano, distinguiendo en él dos partes diferentes y opuestas:

  1. El Alma: Es una realidad inmaterial, inmortal y eterna, perteneciente al mundo de las ideas. Por un conflicto interno, se precipitó al mundo sensible uniéndose al cuerpo de modo accidental.
  2. El Cuerpo: Es de naturaleza material, mortal, imperfecta y pertenece al mundo sensible.

El alma, para Platón, es el principio que anima el cuerpo (dándole vida y movimiento) y el principio del conocimiento. Posee tres partes:

  • Racional: Se sitúa en la cabeza, es inmortal y es capaz de reminiscencia de las ideas y de gobernar las otras dos partes del alma inferiores a ella.
  • Irascible: Se sitúa en el pecho, es mortal y es la fuente de pasiones o tendencias nobles (valor, esfuerzo…).
  • Concupiscible: Se sitúa en el vientre, es mortal y es la fuente de pasiones innobles que arrastran al hombre hacia los placeres.

Platón también tiene una visión peyorativa del cuerpo: crea necesidades que impiden al hombre conocer la verdad, siendo una cárcel de la que el alma tiene que liberarse poco a poco, purificándose para poder acceder a la contemplación de las ideas.

La Inmortalidad del Alma en el Fedón

Si el alma logra purificarse no siguiendo las tendencias del cuerpo, se reencarnará en cuerpos cada vez más perfectos, volviendo al mundo de las ideas, donde será plenamente feliz contemplando la verdad. De lo contrario, se reencarnará en cuerpos peores. En el diálogo Fedón aparecen una serie de argumentos para demostrar la inmortalidad del alma. Destacamos los siguientes:

  1. La Sucesión de Contrarios: A cada cosa le sucede su contrario. Lo mismo ocurre con la vida y la muerte: a la vida debe sucederle la muerte y a esta la vida.
  2. El Alma como Principio de Vida: El alma es principio de vida porque trae la vida al cuerpo y no puede traer consigo lo contrario, que es la muerte. Por la misma razón que las ideas no pueden recoger en ellas lo contrario de lo que son, el alma es inmortal.
  3. La Reminiscencia: Si conocer es recordar, es necesario que el hombre haya aprendido en un tiempo anterior lo que ahora recuerda. Esto sería imposible si el alma no preexistiera antes de verse encarcelada en su cuerpo.
  4. Semejanza con las Ideas: El alma es semejante a las ideas y, por tanto, no se puede descomponer ni corromper; es, pues, inmortal.

La Organización del Estado Ideal Platónico

Platón trata de establecer cuál es el estado ideal porque considera que el individuo solo puede ser feliz en un estado excelente, formado por ciudadanos excelentes. En La República, organiza el estado dividiendo a los ciudadanos en tres clases sociales, correspondientes a las tres partes del alma y sus virtudes:

  • Artesanos y Campesinos: Realizan actividades productivas para la comunidad. Predomina en ellos el alma concupiscible y su virtud debe ser la templanza.
  • Guerreros: Participan en la defensa del estado y garantizan el orden dentro de la ciudad. Predomina en ellos el alma irascible y su virtud debe ser la fortaleza.
  • Gobernantes (Filósofos): Dirigen la sociedad; pretenden plasmar en la ciudad un modelo ideal de justicia. Predomina en ellos el alma racional y su virtud es la prudencia.

Solamente cuando estos tres grupos vivan en armonía, cuando cada uno cumpla con su función que le es propia, se dará el ideal de justicia. Platón establece un modelo educativo a partir del cual se determina la clase a la que pertenecerá cada uno: los menos dotados (artesanos), los más aptos (guardianes), los mejores (gobernantes).

El Filósofo Gobernante y la Corrupción Política

El filósofo será el mejor capacitado para gobernar, ya que conoce mejor que nadie el Bien y la Justicia. En este estado, los intereses privados se supeditan al interés público. No hay movilidad social, salvo excepciones. Los únicos que disfrutan de propiedad privada (aunque es común y controlada por el estado) son los artesanos.

Por último, Platón reflexiona sobre el proceso de corrupción del gobierno:

  1. Aristocracia: Es el régimen más perfecto, ya que gobiernan los más justos y sabios, donde prevalece el alma racional.
  2. Timocracia: Surge cuando una rutina simple de alguien se impone a la racionalidad; entonces, la fama y los honores importan más que el bien común.
  3. Oligarquía: Es el gobierno de unos pocos dominados por su alma concupiscible, empobrecerán a la gente llevados por su avaricia.
  4. Democracia: Es el gobierno del pueblo que se sublevará contra los oligarcas cuando la situación se haga insostenible. Las personas acabarán por incumplir las leyes y reinará el desorden.
  5. Tiranía: Surge cuando un hombre astuto se hace con el poder y gobernará a capricho la ciudad. Esta es la forma más injusta de gobierno.

La Ética Eudemonista de Aristóteles: La Felicidad como Fin Supremo

Este fragmento pertenece a uno de los libros de la Ética a Nicómaco de Aristóteles, en el cual trata el tema de la felicidad. Aristóteles nació en Estagira (Macedonia), fue educado en la Academia de Atenas y muere debido a una enfermedad a los 62 años. Es considerado, junto a Platón, padre de la filosofía occidental.

Se puede apreciar cómo Aristóteles trata de transmitir al lector la importancia, según él, de llevar una vida contemplativa y perfeccionar el alma racional, ya que de esta forma se logrará alcanzar la máxima felicidad. Se puede decir que se trata de un texto argumentativo con una estructura encuadrada, de modo que la tesis se encuentra al principio y al final.

Para comprender el texto, se debe conocer que para Aristóteles la felicidad (eudaimonía) es la actividad del alma racional dirigida con virtud durante una vida completa. Es decir, alguien que durante su vida actúe de forma racional conseguirá su fin natural, que es la felicidad (ética teológica y eudemonista). Además, para Aristóteles, la vida más feliz es la vida contemplativa, ya que considera que es una vida similar a la de los dioses y, por tanto, superior a la vida humana.

Virtud y Vida Contemplativa

Aquellos que utilicen el alma racional para orientar sus acciones llegarán a conocer la esencia de las cosas y comprender el mundo tal como es, considerando que la actividad de las virtudes dianoéticas (intelectuales) es superior a la actividad del resto de las virtudes que alcanzan los seres humanos, ya que son aquellas en las que perfeccionamos el alma racional y, por consecuencia, nos acercamos más a la vida divina.

Es decir, la felicidad es la vida conforme a la virtud, y la vida virtuosa es vida de esfuerzo, defendiendo que en nuestra vida debemos hacer todo lo posible para vivir de acuerdo con la excelencia (areté) que se encuentra en nosotros mismos y esforzarnos por conseguir esa máxima felicidad, cuyo resultado es llevar una vida contemplativa actuando en todo momento de forma racional.

Por último, añadir que, además de Aristóteles, otros autores como Platón también tienen una ética eudemonista, ya que su objetivo es alcanzar la felicidad. Además, identifican la felicidad como virtud, entendida esta como excelencia de carácter o *areté*.

Deja un comentario