El Empirismo Radical de David Hume
Hume sostiene que la razón humana tiene límites estrictos, ya que depende exclusivamente de la experiencia y el testimonio de los sentidos. Toda idea simple debe derivarse de una impresión sensorial previa; de lo contrario, es una pseudoidea. Las ideas complejas surgen mediante la asociación de ideas simples según principios como la semejanza, la contigüidad y la causalidad. Así, el conocimiento se rige por el principio empirista de la copia: “toda idea es una versión debilitada de una impresión sensorial más intensa”.
La Crítica Humeana a los Conceptos Metafísicos
Este principio de copia será aplicado por Hume al análisis crítico-destructivo de toda una serie de conceptos, principios y doctrinas metafísicas: la causalidad ontológica, la sustancia, Dios o la identidad del yo.
La Causalidad
Hume critica la idea de causalidad, que tradicionalmente se ha considerado una conexión necesaria basada en la razón. Según él, la experiencia solo nos muestra que en el pasado ciertos eventos han ocurrido juntos, pero no nos permite asegurar que siempre será así en el futuro. La conexión causa-efecto no se basa en la razón, sino en la costumbre o el hábito: al ver repetidamente que un fenómeno sigue a otro (como el fuego y el calor), desarrollamos la expectativa de que ocurrirá lo mismo en el futuro. Esta expectativa genera en nosotros una creencia, que es una convicción más fuerte que una simple imaginación, pero que no tiene un fundamento racional. Hume no niega el principio de causalidad, sino que rechaza la idea de que pueda demostrarse racionalmente. La costumbre nos lleva a creer que el futuro se parecerá al pasado, lo que ha sido esencial para la supervivencia humana.
La Sustancia
Hume critica la idea de sustancia, que la metafísica tradicional consideraba como una realidad permanente más allá de sus cualidades. Según él, solo son válidas las ideas que provienen de impresiones sensoriales, y la sustancia no es perceptible. Por ejemplo, al hablar de un bolígrafo, solo podemos percibir sus propiedades como color, forma o tamaño, pero no una sustancia aparte de ellas. Si pensamos que “bolígrafo” se refiere a algo más que la suma de sus atributos perceptibles, estamos usando el término de manera ilegítima.
La Existencia de Dios
Por otra parte, Santo Tomás, Descartes y Locke utilizaron el principio de causalidad para demostrar la existencia de Dios a posteriori. Sin embargo, Hume considera esta inferencia injustificada, ya que no se basa en una impresión directa. Dios no es objeto de ninguna impresión sensorial, por lo que su existencia no puede probarse racionalmente. Ahora bien, si no podemos justificar racionalmente la existencia de Dios ni de un mundo externo, surge la pregunta sobre el origen de nuestras impresiones. El empirismo de Hume no permite responder a esta cuestión: simplemente, no lo sabemos ni podemos saberlo.
La Identidad del Yo
Intentar explicarlo apelando a un mundo externo, a la mente o a un genio maligno es ir más allá de nuestras impresiones, que marcan el límite de nuestro conocimiento. Tenemos impresiones, pero desconocemos su origen, y eso es todo. Otra de las ideas oscuras de la metafísica cartesiana es la idea de yo, entendida como una sustancia en la que inciden las percepciones y que es distinta de ellas. Sin embargo, si la sustancia no proviene de una impresión, no tenemos una idea real de ella, y el término carece de significado. En cuanto a la identidad personal, creemos ser los mismos a lo largo del tiempo, pero si toda idea debe derivarse de una impresión y el yo se concibe como algo invariable, debería existir una impresión constante que lo origine. Como no hay impresiones invariables, la idea de yo no tiene fundamento real. Entonces, ¿de dónde surge la identidad personal? De la memoria, que nos permite reconocer la conexión entre impresiones sucesivas. Así, atribuimos identidad a lo que en realidad es solo una serie de percepciones relacionadas entre sí.
En definitiva, toda esta crítica destructiva a los conceptos tradicionales de la metafísica hace de Hume un filósofo acusado de haber postulado el fenomenismo en metafísica, el escepticismo en epistemología y el agnosticismo en cuanto a la religión.
Comparación con René Descartes
- Lo primero que vamos a señalar en esta comparativa es que Descartes es un autor perteneciente a la Modernidad (siglo XVII), mientras que Hume es un ilustrado (siglo XVIII) y fue contemporáneo de Rousseau.
- En segundo lugar, Descartes era racionalista (como Spinoza y Leibniz). Es decir, para él, el origen de todo conocimiento se debía a la razón y las ideas innatas que esta contiene. Sin embargo, Hume fue empirista (como Locke y Berkeley); a su entender, el origen del conocimiento es la experiencia (pues nada hay en la razón que antes no estuviera en los sentidos).
- En tercer lugar, para Descartes el modelo de las ciencias eran las matemáticas (en concreto, la Geometría de Euclides), mientras que según Hume constituían tal arquetipo las ciencias naturales (en particular, la Física de Newton) y la ética.
- En cuarto lugar, para Descartes el conocimiento necesario y universalmente válido es innato, aparece en nuestra mente por Dios y, aparte de las ideas de las matemáticas, este conocimiento es el de las sustancias: Yo, Dios, Mundo. En cambio, Hume cree que las relaciones de ideas (las matemáticas) constituyen un conocimiento verdadero, pero que, sin embargo, la noción de sustancia solo se impone por hábito. Ciertamente es un concepto inevitable, pero las sustancias no existen (pues no se corresponden con ninguna impresión, ni simple ni compleja).
- En quinto lugar, Descartes compara una idea con una lente a través de la cual captamos la realidad (o la esencia de las cosas). En cambio, para Hume (al igual que para Locke), las ideas son o bien, por un lado, la copia debilitada que queda en nuestra mente de una impresión o bien, por otro, el resultado que por hábito se produce en nuestra mente al asociar varias impresiones.
- Y, finalmente, Descartes puede ser comparado con San Anselmo y Santo Tomás, pues en sus Meditaciones Metafísicas, emplea el argumento ontológico del primero y el de la causalidad (segunda vía) del segundo.
Disertación: Hume y la Razón de las Pasiones
David Hume, filósofo del siglo XVIII, planteó una idea radical sobre la naturaleza humana. Según él, nuestras ideas derivan de las impresiones sensibles, es decir, nuestras emociones y percepciones son la base de todo pensamiento. Esto significa que, para Hume, los seres humanos somos, ante todo, emocionales y no racionales. Su famosa frase “La razón es esclava de las pasiones” subraya que la razón no gobierna nuestras decisiones; más bien, está subordinada a lo que sentimos. Esto desafía la visión tradicional, que ponía a la razón en el centro de la vida humana.
Hoy en día, esta idea de Hume resuena en la teoría de la inteligencia emocional, que destaca la importancia de reconocer y gestionar nuestras emociones, en lugar de suprimirlas. La inteligencia emocional no solo implica razonamiento, sino también la habilidad para comprender y controlar nuestras emociones de manera efectiva. Sin embargo, la teoría de Hume pone en duda si realmente podemos racionalizar algo tan instintivo como nuestras emociones. Según su perspectiva, las emociones son un motor fundamental en nuestra vida, por lo que intentar racionalizarlas podría ser un desafío.
En conclusión, aunque la inteligencia emocional busca integrar las emociones en nuestra vida racional, Hume podría argumentar que es complicado racionalizar algo tan fundamental y primitivo como las emociones. La razón, según él, nunca podrá controlar completamente las pasiones.
Análisis de Textos Clave de Hume
Texto A: Impresiones e Ideas
Identificación del problema
El texto presenta la diferencia entre las ideas y las impresiones como las dos clases de percepciones de la mente humana.
Exposición de la tesis
Hume defiende que, de entre nuestros contenidos mentales o percepciones, se distinguen y diferencian dos clases a las que se refiere como impresiones e ideas. Señala que la principal diferencia entre ambos tipos de percepción es la fuerza o vivacidad con la que se manifiestan en nuestra mente, siendo las impresiones las más vivaces, pues son el resultado inmediato de experiencias sensoriales o emocionales directas como ver, oír, amar u odiar. Por su lado, las ideas son percepciones mucho más débiles porque son el producto de una posterior reflexión que podemos hacer sobre las impresiones.
Identificación de la problemática en el conjunto de la obra del autor
El presente texto pertenece a la obra Investigación sobre el Entendimiento Humano, cuyo propósito es resumir y enfatizar las principales ideas acerca de la naturaleza del conocimiento humano que aparecen en su principal obra, Tratado de la Naturaleza Humana, pero de forma más simple y accesible al público lector. En esta obra Hume expone de forma polémica las principales ideas que se derivan de su visión empirista del conocimiento y sus consecuencias, tales como las leyes psicológicas de asociación de ideas y la consecuente crítica a las nociones metafísicas de causalidad o sustancia.
Texto B: Límites del Pensamiento
Identificación del problema
El presente fragmento trata acerca de la aparente libertad ilimitada del pensamiento y de los límites reales en los que este se ve restringido.
Exposición de la tesis
Hume comienza argumentando que el pensamiento parece no poseer límites en sus posibilidades, pues el poder de la imaginación escapa a toda autoridad, tanto del ser humano como de la naturaleza, siendo la contradicción absoluta lo único capaz de resistírsele. Posteriormente, señala que, analizando detenidamente lo anteriormente dicho, realmente tenemos que reconocer lo contrario; es decir, que todo ese supuesto poder de la mente se reduce a “trabajar” con los materiales suministrados por los sentidos (ya sean internos o externos) y la experiencia, y que, por tanto, se encuentra sujeta a límites muy definidos. Por último, concluye el fragmento exponiendo la tesis filosófica de la obra: todas nuestras ideas son copias debilitadas de nuestras impresiones procedentes de la experiencia.
Identificación de la problemática en el conjunto de la obra del autor
El presente texto pertenece a la obra Investigación sobre el Entendimiento Humano, cuyo propósito es resumir y enfatizar las principales ideas acerca de la naturaleza del conocimiento humano que aparecen en su principal obra, Tratado de la Naturaleza Humana, pero de forma más simple y accesible al público lector. En esta obra Hume expone de forma polémica las principales ideas que se derivan de su visión empirista del conocimiento y sus consecuencias, tales como las leyes psicológicas de asociación de ideas y la consecuente crítica a las nociones metafísicas de causalidad o sustancia.
Texto C: Origen de las Ideas Complejas
Identificación del problema
El presente fragmento trata el tema de cuál es el origen de las ideas compuestas o complejas.
Exposición de la tesis
El autor comienza afirmando que el análisis de nuestras ideas compuestas revela que su origen se sitúa en aquellas ideas simples que son copias de sentimientos o estados de ánimo precedentes. Y esto afecta incluso a aquellas ideas que, por su máximo grado de abstracción y sublimidad, parecen alejarse de dicho origen sensible, como es el caso de la idea de Dios, cuyo origen, señala Hume, está en aumentar indefinidamente las cualidades de bondad y sabiduría. Por último, para reforzar su tesis insta a quienes quieran refutarla que sean capaces de mostrar una idea donde este principio no se cumpla, es decir, a la que no podamos atribuirle una impresión correspondiente.
Identificación de la problemática en el conjunto de la obra del autor
El presente texto pertenece a la obra Investigación sobre el Entendimiento Humano, cuyo propósito es resumir y enfatizar las principales ideas acerca de la naturaleza del conocimiento humano que aparecen en su principal obra, Tratado de la Naturaleza Humana, pero de forma más simple y accesible al público lector. En esta obra Hume expone de forma polémica las principales ideas que se derivan de su visión empirista del conocimiento y sus consecuencias, tales como las leyes psicológicas de asociación de ideas y la consecuente crítica a las nociones metafísicas de causalidad o sustancia.
Etiquetas: Causalidad, David Hume, empirismo, escepticismo, Filosofia moderna, Metafísica, sustancia
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