25 Abr

Introducción Biográfica

Aristóteles nació en 384 a. C. en Estagira, Macedonia. Su padre, Nicómaco, era un reconocido médico con vínculos en la corte macedónica. A los 17 años ingresó en la Academia de Platón en Atenas, donde permaneció 20 años hasta la muerte de su maestro. Luego, viajó por Asia Menor durante 12 años.

En 343 a. C., el rey Filipo II lo nombró tutor de su hijo Alejandro Magno hasta 340 a. C. Posteriormente, fundó el Liceo en Atenas, también llamado Peripato, donde promovió una investigación científica enciclopédica. Murió en 322 a. C., dejando obras en lógica, filosofía, zoología y política.

La Ética de Aristóteles

Introducción a la Ética a Nicómaco

Alrededor del 330 a. C., Aristóteles publicó la Ética a Nicómaco, un conglomerado de escritos que en su origen no fueron concebidos para formar un «tratado de ética». Sin embargo, con su composición en diez libros, Aristóteles desgrana los conceptos fundamentales de su teoría ética; su objeto de estudio se basa en los principios que rigen la conducta humana.

Comparación Ética: Aristóteles vs. Sócrates

Una postura anterior, la de Sócrates, sostenía que la virtud era conocimiento y que nadie obraba mal a sabiendas, ya que el verdadero saber conducía inevitablemente al bien. Aristóteles, sin embargo, rechazaba esta idea, argumentando que la virtud no era solo cuestión de conocimiento, sino también de hábito y práctica. Mientras Sócrates defendía principios morales universales descubiertos mediante la razón, Aristóteles consideraba que la ética dependía del contexto y de la prudencia, estableciendo su famosa doctrina del término medio. Además, Sócrates veía la razón como el único camino hacia la virtud, mientras que Aristóteles afirmaba que el equilibrio entre razón y emociones era esencial para una vida ética.

La Política de Aristóteles

Introducción Biográfica

Aristóteles nació en 384 a. C. en Estagira, Macedonia. Su padre, Nicómaco, era un reconocido médico con vínculos en la corte macedónica. A los 17 años ingresó en la Academia de Platón en Atenas, donde permaneció 20 años hasta la muerte de su maestro. Luego, viajó por Asia Menor durante 12 años.

En 343 a. C., el rey Filipo II lo nombró tutor de su hijo Alejandro Magno hasta 340 a. C. Posteriormente, fundó el Liceo en Atenas, también llamado Peripato, donde promovió una investigación científica enciclopédica. Murió en 322 a. C., dejando obras en lógica, filosofía, zoología y política.

Fundamentos de la Política Aristotélica

Su obra Política puede considerarse una continuación de la Ética a Nicómaco. Está basada en la idea de que el ser humano es un «animal político» (zóon politikón), es decir, un ser que solo puede alcanzar su plenitud viviendo en sociedad. En su obra Política, Aristóteles analiza las diferentes formas de gobierno y defiende un modelo basado en el equilibrio y la estabilidad, donde el bien común debe prevalecer sobre los intereses individuales.

Comparación Política: Aristóteles vs. Platón

Una postura filosófica contraria a la de Aristóteles en política es la de Platón, su maestro. Mientras Aristóteles defendía una política basada en la observación y la experiencia, proponiendo un gobierno mixto que equilibrara monarquía, aristocracia y democracia, Platón abogaba por una república ideal gobernada por filósofos-reyes, quienes, al poseer el conocimiento del Bien, estarían mejor capacitados para gobernar.

Platón desconfiaba de la democracia, pues la consideraba propensa a la corrupción y al desorden, mientras que Aristóteles la veía como una forma aceptable de gobierno, según las circunstancias. Además, Platón defendía una sociedad estructurada en tres clases (gobernantes, guardianes y productores), con una estricta división de roles, mientras que Aristóteles creía en una comunidad política más flexible, donde los ciudadanos debían participar activamente en la vida pública.

La Felicidad (Eudaimonia) en Aristóteles

Como idea principal, podemos destacar todas las características que se encuentran en la definición de felicidad (eudaimonía) y, por tanto, todos los elementos que contribuyen a la adquisición de la vida buena (desde la virtud al placer), entendida como diferentes acciones y actividades del alma a lo largo de la vida.

Concepto Central: Eudaimonia

Para unificar todas las consideraciones sobre la felicidad (eudaimonía), Aristóteles advierte la superioridad de los bienes del alma sobre los del cuerpo y los exteriores. Estos bienes superiores se adquieren a través de acciones y actividades a lo largo de una vida, tal y como se repite en varias ocasiones. Esto se debe a que la felicidad (eudaimonía) consiste en llevar a cabo la función específica del ser humano, y esta función no es más que una actividad del alma conforme a la facultad racional. Sin embargo, no consiste únicamente en dicha actividad, sino que refiere al ejercicio pleno de esta, esto es, con virtud o excelencia (areté). De esta forma, la virtud encaja con la definición de felicidad, tal y como se señala.

Virtudes Dianoéticas y Éticas

Precisamente, Aristóteles diferencia entre dos tipos de virtudes: las dianoéticas y las éticas. Las primeras son las referidas al intelecto, y las principales son la prudencia y la sabiduría. La sabiduría sería la virtud que mejor desempeñaría la función específicamente humana y, por tanto, con la cual alcanzaríamos la felicidad. Sin embargo, como no somos dioses, necesitamos de la vida activa (en comunidad) para complementar la sabiduría en la adquisición de la felicidad. La vida activa se llevaría a cabo a través de las virtudes éticas, que serán disposiciones habituales adquiridas (hábitos).

Esto se refiere a la felicidad como modo de vida, es decir, con acciones y actividades (virtudes) a lo largo de la vida, de forma reiterada. Las virtudes éticas se alcanzarían con la guía de la prudencia, virtud dianoética asociada al uso práctico del intelecto.

Condiciones Externas para la Felicidad

Hemos visto cómo los conceptos de prudencia, sabiduría y virtud contribuirían a alcanzar la eudaimonía y, por tanto, «se encuentran en nuestra definición» de felicidad. Sin embargo, no serían las únicas condiciones para alcanzar de forma plena la felicidad, pues tal y como defiende Aristóteles, el ejercicio pleno de las virtudes a lo largo de una vida solo es posible cuando están dadas ciertas condiciones exteriores mínimas. De esta forma, los bienes del cuerpo y los bienes exteriores, o como aparece cuando se menciona «placer» y «prosperidad material» respectivamente, son condiciones necesarias para alcanzar la felicidad, y en este sentido, no se equivocarían aquellos que los asemejan a la felicidad.

Conclusión y Comparativa Final

Para finalizar, podemos destacar que mientras que Aristóteles defiende un eudemonismo en el que la felicidad es el fin último al que aspira el ser humano, unos años más tarde, Epicuro de Samos, con su hedonismo, defendería que la felicidad se alcanza procurando el placer y evitando el dolor. Para ello, establecería una ética que se orientaría a la imperturbabilidad del alma (ataraxia) y a la ausencia de dolor corporal (aponía).

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