18 May
La Sociedad en Edipo Rey
Edipo Rey está basada en el mito de Edipo. Sófocles la escribió. En la representación de la obra en el siglo V a.C., los atenienses podían interpretarla y comprenderla desde su propia perspectiva y llegar a la catarsis planteada por Aristóteles. Uno de los temas fundamentales de la obra es la adivinación del porvenir o la profecía. La profecía es revelada por el oráculo de Delfos a dos personas: Layo, padre de Edipo, consultó al oráculo para saber el futuro de su hijo; por el otro, Edipo. De esta revelación se siente condenado a desterrarse de la que considera su ciudad natal (Corinto). Layo y Edipo intentaban evitar que se cumplieran las funestas predicciones de los dioses: uno, haciendo desaparecer a su hijo; el otro, huyendo de quienes considera sus padres.
Tiresias le adelanta a Edipo su destino trágico: «La aterradora maldición de un padre y una madre te acosa y te echará de este país, y tú, que ves claramente la luz, pronto no verás más que tinieblas».
La Predestinación
La revelación de Tiresias, junto con la aportada por los oráculos, muestra la concepción del futuro: El destino de los hombres está fijado de antemano y nada ni nadie puede torcerlo. Esta concepción de la predestinación se relaciona con la creencia religiosa de que los hombres eran juguetes y marionetas de los dioses. Nada de lo que las personas hacían podía modificar este principio. La predestinación se opone al concepto de libre albedrío, que sostiene que el destino es obra de cada uno, forma de pensar sostenida por el Cristianismo: son los actos personales los que determinan la suerte individual y cada uno es dueño de su propio destino. Los hombres dependen del destino prefijado y de los actos de los dioses. Las actividades humanas eran atribuidas a la ira de algún dios que castigaba a los hombres induciéndolos a entrar en el estado de hamartia, que llevaba a los héroes trágicos a cometer la falta que conduciría al desenlace trágico.
La Religión
Los griegos eran politeístas y cada uno de los dioses a los que adoraban regía un aspecto de la vida humana. Según los griegos, los dioses podían comunicarse con los mortales a través de los oráculos. Los oráculos eran las respuestas que los dioses brindaban a los hombres por medio de sacerdotes o sacerdotisas. En Edipo Rey, la falta de explicaciones precisas por parte del oráculo provoca las confusiones que suceden y que desencadenan en un final trágico. Edipo, como gobernante de Tebas, se compromete y jura investigar el asesinato del rey Layo para librar a la ciudad de la peste.
La Familia
Edipo Rey presenta la relación incestuosa y el tema del parricidio como ejes de la tragedia, aunque la sociedad griega era más liberal y permisiva en cuanto a las relaciones familiares y de pareja. En el siglo V a.C. no se consideraba que el círculo íntimo y familiar fuera la base de la formación del individuo, sino que lo primordial era su actuación pública.
Cuando los hombres se casaban, vivían con sus mujeres ocasionalmente solo para asegurar el nacimiento de los hijos. Esta concepción se refleja en Edipo Rey en las figuras de Layo y Yocasta, que aceptan sin remordimiento desprenderse de su primogénito para evitar que se cumplan los oráculos. Los griegos aceptaban el mandato de los dioses; la familia no era un valor básico de la sociedad, dado que el estado funcionaba gracias a la participación de los ciudadanos y la vida familiar quedaba relegada a un plano secundario.
La Verdad y la Justicia
La búsqueda de la verdad se presenta como un conflicto que implica dos cuestiones:
- Se debe llegar a la verdad para que la sociedad viva en paz.
- La verdad se expresa de dos maneras: a través de predicciones de los dioses y a través de testimonios humanos.
La Verdad por Mitades
La primera revelación de la verdad por mitades corre por cuenta de los dioses: El oráculo de Apolo afirma que la peste que aflige a Tebas es consecuencia de un crimen no resuelto. Tiresias, siguiendo las revelaciones que los dioses le han transmitido, afirma que Edipo es el culpable de la muerte del rey Layo y que será desterrado y cegado. Estas dos mitades se unen para dar a conocer una verdad predictiva, una verdad sobre el futuro.
La segunda revelación está a cargo de los reyes: Yocasta le cuenta a Edipo de qué manera varios hombres han asesinado a Layo en el cruce de tres caminos. Edipo completa esta información hablando de su llegada a Tebas y de qué forma mató a varios hombres en el cruce de tres caminos. Yocasta no presenció el hecho, por eso solo puede reproducir lo que otros le han contado.
La tercera revelación es la que surge de unir los testimonios de los hombres comunes (el sirviente y el pastor): El primero le informa a Edipo que no es hijo de los reyes de Corinto, sino que había sido entregado a ellos porque no podían procrear. El pastor confirma que el niño que le había entregado el mensajero era el hijo de Yocasta y Layo.
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