03 Jul

Crónicas  3

Por lo que respecta a su contenido, nos encontramos ante un fragmento perteneciente al final de la novela. En este caso, Santiago Nasar ocupa un lugar importante, ya que todo el texto gira en torno a la descripción de su muerte.
Desde un principio, su autor nos describe el comienzo de dicho crimen y los gritos que se escucharon en el mismo. Para ello, se apoya del testimonio de su madre, Plácida Linero, quien, al asomarse a la ventana, observó cómo su hijo estaba tirado bocabajo. Y es que, a raíz de ello, el texto continúa haciendo una descripción del mal estado de Santiago Nasar; un personaje que, tras haber sido apuñalado por los hermanos Vicario, sosténía en sus manos sus entrañas y que, pese a ello y como dice su narrador, “caminó más de cien metros para darle la vuelta a la casa”. De este modo, durante su trayecto a la puerta trasera de su hogar, fue visto por varios de sus vecinos, tales como Poncho Lanao, su esposa y sus cinco hijos, así como también por la tía del narrador, Wenefrida Márquez. Todos ellos nos ofrecen sus opiniones sobre cómo vieron a Santiago en ese momento: con un olor desagradable, con pasos bien medidos o incluso con una gran belleza. Sin embargo, entre todos ellos coinciden en que su imagen les dejó impresionados. De este modo, se puede observar que la descripción de su estado es abundante y termina así con el fin del mismo, derrumbándose así en la cocina de su casa; todo ello por no haber tenido conocimiento de su muerte, la cual ya había sido previamente anunciada.

El tema fundamental no solo de este fragmento sino de la novela en general es el relacionado con la violencia, tan carácterística del contexto histórico en el que se mueve el autor. Ya en la descripción de la muerte del personaje nos refleja Márquez la visión de la más absoluta violencia, en la que la descripción detallada de la brutalidad del acto no pasa desapercibida, pero la violencia es aún mayor cuando el que la comete es aquel que calla ante la conciencia de un hecho que aún no se ha cometido y que se ve reflejado en todos los lectores que desde el capítulo primero y gracias a los saltos en el tiempo nos permiten formar parte del pueblo que sabe el crimen que se acomete antes de que suceda.

 Las funciones del lenguaje implicadas en el texto son, en primer lugar, la función referencial ,dado que en forma de crónica, se nos informa acerca de unos hechos ocurridos, como muestran estas palabras “Caminó más de cien metros para darle la vuelta completa a la casa”. También observamos la función poética debido al carácter literario del texto que se manifiesta en un lenguaje expresivo como el que se refleja en: “llevando en las manos el racimo de sus entrañas”. Además, la función expresiva se ve en las palabras que expresan el pensamiento de algún personaje, como el de la esposa de Poncho Lanao “pero pensamos que era la fiesta del obispo”.

Son numerosos los personajes que aparecen en la obra, en el fragmento a comentar se mencionan los siguientes personajes: Santiago Nasar es la principal víctima de una historia que lo colocó en el lugar erróneo. Es acusado de deshonrar a Ángela Vicario, acto que no ha cometido y por el cual se le condena a una muerte que ha sido anunciada no solo a los lectores sino a todo el pueblo. Su madre Plácida Linero aporta premoniciones y sueños que siempre se cumplen, aunque nunca llega a predecir la muerte de su propio hijo. Los gemelos Vicario, hermanos de Ángela, son personajes que se dejan llevar por los códigos de honra y honor, planifican la muerte de Santiago Nasar y no reparan en las consecuencias de sus actos, pues se prevalece el sentido de honra frente a la posibilidad de la inocencia de la víctima. La familia Lanao supone parte del testimonio de lo que aconteció ese día en el pueblo en el que gracias a los diferentes miembros de la familia podemos observar como las realidades de la historia se dispersan dependiendo del punto de vista que las narren. El narrador omnisciente es de importante mención, alterna la primera persona con la tercera y es el encargado de narrar mediante los saltos en el tiempo la historia de lo que aconteció aquel día de la muerte de Santiago Nasar. Aunque no se mencione en este fragmento, Ángela Vicario supone un personaje fundamental en la novela, se trata de una mujer tímida que se deja llevar por una sociedad matriarcal en la que el machismo imperante del momento le impide ser libre de elegir con quien casarse o quien ser, por ello, cuando es devuelta a su familia por su marido, se ve en la obligación de salvarse a sí misma, acusa injustamente y actúa de verdugo acusando a Santiago Nasar de un pecado que no ha cometido.


Por último, otro de los personajes importantes de la obra lo ocupa Bayardo San ROMán, quien a pesar de ser adinerado busca el amor a través del dinero que posee, devuelve a su mujer tras darse cuenta de que no es virgen, pero al final vuelve a su lado con las cartas que ella le ha escrito durante años, ya destrozado por la ruptura con su esposa.

El espacio en el que se desarrolla la acción del fragmento se mueve entre la casa de Plácida Linero y Santiago Nasar y el pueblo en el que ocurre el asesinato del protagonista, en un pueblo cercano al Caribe.

Desde el punto de vista técnico, el mayor logro de la novela es la precisión del uso del tiempo. La obra no sigue un orden lineal, existen saltos en ocasiones de días y a veces de más de 20 años. Hay un continuo avance y retroceso. La obra empieza igual que finaliza, posee por tanto una estructura circular.

El género al que corresponde esta obra es al narrativo, dado que está escrito en prosa y contiene las carácterísticas propias de dicho género; espacio, tiempo, personajes, acción y un narrador que conoce a todos los personajes, tanto sus vida como pensamientos y sentimientos. Se encuentra dividido en capítulos y cada vez que alguien abre un diálogo se indica poniendo o la raya de diálogo o las comillas que encierran las palabras literales.

En cuanto a la estructura interna del fragmento podríamos dividirlo en tres partes, la introducción formada por las diez primeras líneas en las que se describen como tras el apuñalamiento de Santiago Nasar, los hermanos Vicario huyen de la justicia y la represión del pueblo ante el suceso cometido. El nudo formado por las siguientes nueve líneas en las que la familia Lanao establece la visión de lo ocurrido con Santiago Nasar desde sus diferentes puntos de vista y el desenlace del fragmento y de la obra en sí misma que termina con las últimas palabras de Nasar y su muerte en la cocina de su casa.

En cuanto a la estructura externa de la obra debemos tener en cuenta que se divide en cinco capítulos en los que los saltos en el tiempo son los principales protagonistas, eso permite al autor introducir al lector dentro de la historia. El primer capítulo comienza con la muerte de Santiago Nasar y a partir de ahí se produce la niebla entre el pasado, el presente y el futuro.

Prevalecen en el texto léxico propio del campo semántico relacionado con la violencia: «escopeta de matar tigres», «sangre», «vísceras colgantes», «entrañas», «mataron» y «tripas». La metáfora utilizada en el texto dota de cierta belleza la violencia que esconde la acción «… Llevando en las manos el racimo de sus entrañas.» que hace referencia al manojo de tripas que ya asomaban tras su apuñalamiento. Pero, sin duda, el uso de los verbos supone en este fragmento de importante mención, ya que el uso alterno entre el presente «vio» y el pasado «Oímos» nos permite viajar entre la acción desarrollada por Santiago Nasar, aún vivo y la visión pasada de los testigos que vivieron ese momento. Sucede que en boca de Santiago Nasar aún vivo y representando se presente la utilización del verbo pasado «Que me mataron», cuando aún sigue vivo, supone la aceptación del personaje con respecto a su futura muerte.

En definitiva, el fragmento comentado de Crónica de una muerte anunciada nos muestra el magistral uso del discurso narrativo por parte del autor en aspectos relevantes como el manejo del tiempo, la fusión del estilo directo con la narración pura, la recreación del lenguaje coloquial en combinación con el literario, y su capacidad para mostrarnos a los personajes a través de sus palabras y de sus acciones. Y ese universo literario recoge también los valores de una sociedad caribeña, que ponen de manifiesto los marcados roles de género que relegan a la mujer a un papel de sacrificio en aras de las conveniencias familiares y sociales, ignorando su libertad para decidir en cuestiones tan determinantes para su vida como el matrimonio



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