07 Mar

4.3. La España del Siglo XVIII. Expansión y transformaciones económicas: agricultura, industria y comercio con América. Causas del despegue económico de Cataluña.
La agricultura era la principal ocupación de los españoles y por tanto la base de su economía, lo que quedó demostrado con el Catastro de Ensenada y el censo de Floridablanca. Esto hace que los políticos de la época (Campomanes, Olavide o Jovellanos) se preocupasen por su buena salud. Por ello presentan un Informe sobre la Ley Agraria (1794) donde proponen la derogación de los obstáculos jurídicos, sociales  y naturales que manténían a la agricultura española en una situación de precariedad. El s. XVIII fue modesto en cuanto a productividad por culpa del atraso en medios técnicos. En la primera mitad del siglo se aumentó la producción porque nuevas tierras fueron puestas en cultivo por los campesinos a través de la desecación de pantanos y albuferas y de ambiciosas construcciones hidráulicas. Así pues, la mayor producción agrícola fue resultado de la extensión antes que de la intensificación.
La industria artesanal fue la que caracterizó al sector secundario. La industria española estuvo durante todo el siglo presa de sus elevados costes de producción y, por tanto, de sus escasas posibilidades de conquistar mercados. Dificultades en la obtención de materias primas, exceso de impuestos, pobreza tecnológica y limitaciones gremiales, provocaron una producción escasa. En estas condiciones, el margen de beneficios era pobre y la reinversión por consiguiente precaria. Las medidas comerciales trataron de hacer de los dominios españoles en América un centro exportador de materias primas e importador de productos industriales españoles. De acuerdo con el mercantilismo, este comercio colonial aumentaría los ingresos del estado. Se combatíó el contrabando y las intromisiones comerciales y se utilizó cada vez más el método de los navíos de registro. Cabe mencionar en este panorama general el despegue económico de Cataluña. Con los Decretos de Nueva Planta se produjo la abolición de las instituciones y libertades civiles catalanas. A pesar de la difícil situación interna, Cataluña lograría a lo largo del Siglo XVIII una notable recuperación económica, centrada en un crecimiento demográfico importante, un aumento considerable de la producción agrícola y una reactivación comercial, transformaciones éstas que marcarían la crisis del Antiguo Régimen y posibilitarían después la industrialización, un primer paso de la cual se daría en el Siglo XVIII, especialmente centrado alrededor del algodón y otras ramas textiles.

4.4. Ideas fundamentales de la Ilustración. El despotismo ilustrado: Carlos III


La Ilustración, no aspira a popularizar la cultura, sino que la mantiene dentro de círculos elitistas. Habrá una profunda preocupación por reformar los métodos de enseñanza también se intenta impulsar la ciencia y fruto de este interés será la creación de instituciones como las Reales Academias. Se llevó a cabo la reforma de Madrid en la que además de infraestructuras como alumbrado o alcantarillado  destacaron edificios como el Museo del Prado y monumentos como la Puerta de Alcalá. Tras la muerte de Fernando VI llega a España Carlos III (1759) precedido por una larga experiencia como rey en Nápoles; su gobierno supone el establecimiento del despotismo ilustrado, una forma de absolutismo en la que el rey es benefactor de su pueblo. En un primer momento Carlos confía en un ministro italiano, el Marqués de Esquilache, que pronto se ganará la oposición de los sectores más conservadores. En 1765 liberaliza el precio del trigo, lo que desata una oleada de especulación que dispara los precios; la propaganda contra él se hace cada vez más intensa y cuando en 1766 emite una ley contra la vestimenta tradicional castellana estalla en Madrid un motín que obliga al rey a destituir a Esquilache y a dar marcha atrás en su política. Carlos aprovechará para expulsar a los jesuitas a la vez que confiaba en hombres como Aranda y Floridablanca y da un giro conservador a su programa de gobierno. En general casi todas las medidas que se tomaron fueron insuficientes; en agricultura se encargó un informe sobre la situación de los campos a Jovellanos pero luego no se cumplíó ninguna de las medidas que propónía; en industria siguió dominando el sistema gremial. El comercio se favorecíó con la liberalización del comercio colonial. En la Hacienda se continuó con los intentos de racionalizar la fiscalidad, pero las guerras arruinaron el sistema. Al calor de las ideas ilustradas surgieron las Sociedades Económicas de Amigos del País, que propónían soluciones aunque su acción se vio muy obstaculizada.

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