22 Jul
La Poesía Española a partir de 1940: Contexto y Evolución
Marco Histórico y Cultural
Tras la derrota de la República en la Guerra Civil, la represión de la dictadura creó una fuerte ideologización en la cultura. A ello se sumó una pésima situación económica y social, con el régimen observando con atención lo que sucedía fuera de nuestras fronteras, en los frentes de la Segunda Guerra Mundial. La situación era desoladora.
La Poesía de los Años 40: Exilio y Postguerra
La literatura y, en concreto, la poesía, sobre todo durante los años 40 y 50, es crucial recordar la existencia de la literatura en el exilio. Por momentos, parecía que la literatura española más significativa se estaba gestando fuera de España con los poetas en el exilio, la mayoría de ellos pertenecientes a la Generación del 27 como Luis Cernuda, Rafael Alberti o Pedro Salinas, e incluso poetas de generaciones anteriores como Juan Ramón Jiménez. León Felipe se convirtió en el poeta del exilio por antonomasia, al dar voz en sus versos a los republicanos que vivían fuera de su país con obras como Español del éxodo y del llanto.
En España, aparece una generación de poetas, la Generación del 36, que presentaba claras simpatías hacia el régimen franquista. Solo había una excepción: Miguel Hernández.
Miguel Hernández: Compromiso y Tragedia
Miguel Hernández había nacido en 1910 en Orihuela, hijo de un pastor de ganado. Apostó por una poesía cada vez más potente y comprometida, con libros como El rayo que no cesa o Viento del pueblo, escritos durante la Guerra Civil. Durante su encarcelamiento al terminar la guerra, escribió el Cancionero y romancero de ausencias, caracterizado por sus versos sencillos. La trágica muerte de Miguel Hernández en 1942 en las cárceles franquistas supuso una de las páginas más tristes y lamentables de nuestra historia más reciente.
Poesía Arraigada y Desarraigada
Dentro de la Generación del 36, fue Dámaso Alonso quien hablaría de poesía «arraigada» y «desarraigada» para referirse a los poetas de los años 40 que podían sentirse o no cómodos bajo el régimen de Franco. Surgen revistas como Escorial o Garcilaso, que promovían una poética tradicional y clásica tanto en los temas como en la forma, con poetas como Luis García Nieto y, sobre todo, Luis Rosales, con obras como La casa encendida.
La poesía «desarraigada» aparece asociada a 1940. Dámaso Alonso publica Hijos de la ira y Vicente Aleixandre, Sombra del paraíso, obras que representaban una poesía de posguerra, en continuidad con la lírica anterior. A esta corriente hay que sumar la aparición de la revista Espadaña en León.
En los años 40 también sobrevivió una poesía más refinada y poco difundida, la del grupo «Cántico», con Pablo García Baena, así como la poesía más vanguardista de Luis Eduardo Cirlot, cuyo valor no empezaría a ser reconocido hasta los años 60 y 70.
Años 50: La Poesía Social
En los años 50, el régimen de Franco rompió su aislamiento. La Guerra Fría convirtió a Franco en un aliado frente al comunismo. Esto coincidió con la recuperación del tejido industrial. El país estaba cambiando y la literatura que pretendía reflejarlo también. Nació la poesía social con poetas que reivindicaban la paz y la palabra, y que lamentaban la falta de libertad y de justicia. Entre ellos destaca Blas de Otero, a quien le costaría la cárcel y tendría que exiliarse.
Blas de Otero es uno de los poetas más profundos con libros como Ancia o Pido la paz y la palabra, que hablan de España, pero también de su conciencia existencial y religiosa. Junto a él, aparecen Gabriel Celaya con Cantos y versos o José Hierro con Quinta del 42 y Libro de las alucinaciones. Celaya entendía la poesía como un «arma cargada de futuro», un instrumento de cambio social. A ellos hay que añadir la poetisa vasca Ángela Figuera Aymerich, que escribió libros como Mujer de barro o Letanías. También destaca Antonio Gamoneda, que escribió Sublevación inmóvil en 1960.
Años 60: La Poesía como Conocimiento
En los años 60, la situación cambió. Fueron los años del desarrollismo, y España se vio cada vez más integrada en el contexto de las democracias occidentales a pesar de seguir siendo una dictadura. Las riendas del régimen estaban en manos de los tecnócratas. Apareció el fenómeno de la emigración a países como Francia y Alemania, y España se convirtió en un importante destino turístico. Se produjo el retorno de algunos exiliados y la literatura se abrió a nuevas influencias; la Generación del 27 se recuperó con Vicente Aleixandre.
Fueron años en los que el mundo se vio conmovido por la llegada del hombre a la luna y la Guerra de Vietnam. Momentos de vitalidad, donde la poesía se volcó en la introspección y el autobiografismo. La poesía se entendió ahora no como comunicación, sino como conocimiento. Se exploró la realidad con un lenguaje familiar. Destacan los poetas de la Escuela de Barcelona como Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma y José Agustín Goytisolo. Junto a ellos, aparecen poetas como Ángel González con su obra Tratado de urbanismo y Claudio Rodríguez con Don de la ebriedad.
De los Años 70 a Nuestros Días: La Poesía en Democracia y el Siglo XXI
En los años 70, la muerte de Franco y la Constitución de 1978 cambiaron el país de arriba abajo. Se recuperaron libertades como la expresión literaria y, al mismo tiempo, la construcción de un Estado autonómico dio oxígeno a las lenguas catalana, gallega y vasca.
Los Novísimos y la Poesía de la Experiencia
En los años 70, José María Castellet reunió a 10 poetas bajo el nombre de Los Novísimos. Entre ellos están Pere Gimferrer, quien escribió Arde el mar, o Luis Antonio de Villena con El viaje a Bizancio. Son poetas que se caracterizan por un escepticismo decadente y de ahí la etiqueta de «Venecianistas».
A ellos hay que añadir otros poetas que siguieron una trayectoria propia, como Luis García Montero, cercano a la poesía de la experiencia con obras como Habitaciones separadas.
Postnovísimos y Nuevas Voces
En la década posterior, aparecería un grupo presentado por Villena como «Postnovísimos», donde destaca la aparición de varias mujeres como Ana Rossetti con Devocionario, Luisa Castro con Los versos del Eunuco, o Blanca Andreu con De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall.
La Poesía en el Siglo XXI y las Redes Sociales
En los últimos años, ya en el siglo XXI, se ha desarrollado la poesía en redes sociales, que despliega nuevos lenguajes en la lírica. Aunque aún es pronto para valorar su impacto, aparentemente está acercando a nuevos lectores, sobre todo jóvenes, hacia un género, la poesía, que siempre se ha considerado minoritario. Este es el caso de autores como Carlos Salem y su obra Follamantes.
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