29 Sep

El Modernismo Literario

A finales del siglo XIX, la crisis política, económica y social en España se refleja en la literatura a través de dos movimientos principales: el Modernismo y la Generación del 98. El Modernismo busca una renovación formal, con el objetivo de conseguir la belleza y la perfección. Renueva la métrica y el lenguaje poético, influyendo notablemente en la poesía posterior.

Temas y Características

Entre sus temas principales destaca el «escapismo», mediante el cual el poeta se evade de la realidad tanto en el tiempo (evocando el pasado) como en el espacio (trasladándose a lugares exóticos). El amor, el erotismo y el cosmopolitismo son también característicos. Existe, además, una vertiente más intimista con temas como la melancolía, la nostalgia, la angustia y la muerte.

El Modernismo Hispanoamericano y Rubén Darío

El Modernismo surge en Hispanoamérica y su principal difusor es Rubén Darío. En su obra se distinguen tres etapas:

  • Primera etapa: En sus primeros libros, como Azul, mezcla prosa y verso con imágenes y símbolos muy originales.
  • Modernismo estético: Lleva los recursos modernistas y las innovaciones métricas y verbales al extremo en Prosas profanas.
  • Modernismo intimista: En su última época, la poesía de Rubén Darío se vuelve más sobria, menos brillante y más cargada de preocupaciones sociales y existenciales, como se aprecia en Cantos de vida y esperanza.

El Modernismo en España

En España, el Modernismo se desarrolla principalmente en la poesía, con autores como Juan Ramón Jiménez (Arias tristes) y Antonio Machado (Soledades). En la prosa, destaca la obra Sonatas de Valle-Inclán.


La Poesía de la Generación del 27

Contexto Histórico y Literario

El siglo XIX termina con el Desastre del 98, en el que España pierde sus últimas colonias: Cuba, Puerto Rico y Filipinas. El país sufre una profunda crisis económica y conflictos sociales, mientras el mundo vive la Primera Guerra Mundial. Durante el reinado de Alfonso XIII (1902-1931), se instaura la dictadura de Primo de Rivera, a la que seguirán la Segunda República y la Guerra Civil (1936-1939). En la literatura, surge una oposición al Realismo y al Naturalismo.

El Grupo del 27

La Generación del 27 es un grupo de escritores y amigos que, en 1927, conmemoran en el Ateneo de Sevilla el tricentenario de la muerte de Góngora. Se reúnen en la Residencia de Estudiantes y colaboran en las mismas revistas literarias. Sus miembros más destacados son: Lorca, Aleixandre, Salinas, Cernuda, Alberti, Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Prados y Altolaguirre. También se les conoce como Grupo del 27 o Generación de la Amistad. Además de poesía, escribieron teatro y ensayo (Cernuda y Salinas destacaron en la crítica literaria).

Características Principales

  • Mezcla de tradición y modernidad: Reciben influencias de la Edad Media, las metáforas de Góngora, Bécquer, Rosalía de Castro, Juan Ramón Jiménez y las vanguardias (poesía pura alejada del sentimentalismo, ansia de belleza, juego poético, cultivo de la metáfora y uso de imágenes irracionales y visionarias).
  • Variedad de temas: Abordan tanto temas vanguardistas (la técnica, el deporte, el cine) como tradicionales (el amor, la muerte, el paisaje, la soledad).
  • Renovación métrica: Utilizan el verso libre y el versículo, pero también acuden a la métrica clásica como el romance, el soneto, la décima, los cuartetos o las coplas.
  • Combinación de lo culto y lo popular: Crean una literatura tanto para una minoría selecta como para «la inmensa mayoría».
  • Conciliación de lo universal y lo español.

Etapas de la Generación del 27

  1. Primera etapa (1920-1927): Se caracteriza por una poesía de tono romántico con restos modernistas, el influjo de las vanguardias (Ultraísmo, Creacionismo) y de la poesía pura de Juan Ramón Jiménez, y la recuperación de la poesía tradicional.
  2. Segunda etapa (1929-1936): Marcada por el influjo de Machado y Neruda y la llegada del Surrealismo, que trae una poesía «impura» y rehumanizada. La pronta traducción del Manifiesto Surrealista y las visitas de Bretón a la Residencia de Estudiantes (donde vivían Buñuel, Dalí, etc.) tuvieron una gran repercusión. En España, no se llega a la creación inconsciente ni a la escritura automática, pero sí se produce una liberación de la imagen y un enriquecimiento del lenguaje. Es también un periodo con una fuerte tendencia amorosa.
  3. Tercera etapa (a partir de 1936): Con la Guerra Civil, el grupo se disgrega. Lorca es asesinado y Miguel Hernández, encarcelado.
    • Poetas en el exilio: Alberti, Cernuda, Salinas y Guillén expresan la nostalgia por la patria perdida y toman conciencia de los problemas del mundo y del hombre (Segunda Guerra Mundial).
    • Poetas que permanecen en España: Dámaso Alonso, Aleixandre y Gerardo Diego se convierten en maestros de poetas posteriores, con una poesía rehumanizada y desarraigada, propia de la posguerra.

Autores y Obras Poéticas

  • Rafael Alberti: Su poesía presenta una gran variedad de temas, tonos y estilos. Destacan Marinero en tierra (1924) en su etapa neopopularista, Cal y canto (1929) en su fase neogongoriana y vanguardista, y Sobre los ángeles (1929) de influencia surrealista. En teatro, escribió El adefesio (1944).
  • Vicente Aleixandre: Miembro de la RAE y Premio Nobel de Literatura en 1977. Su obra se divide en tres etapas: poesía pura (Sombra del paraíso, 1939-1943), poesía surrealista (Historia del corazón, 1945-1953) y poesía antropocéntrica (Poemas de la consumación, 1968).
  • Dámaso Alonso: Aúna su labor crítico-docente con la investigación y la creación poética. Su libro más importante es Hijos de la ira (1944).
  • Manuel Altolaguirre: Su poesía está dotada de un gran intimismo. Obras: Las islas invitadas (1926) y Poemas de América (1955).
  • Luis Cernuda: Reunió sus diversos libros bajo el título La realidad y el deseo (versión definitiva de 1964).
  • Gerardo Diego: Su obra poética sigue dos líneas paralelas: una tradicional y otra vanguardista (Manual de espumas).
  • Jorge Guillén: Máximo representante de la poesía pura, recogida en obras como Cántico y Clamor, que representan la cara y la cruz de la realidad.
  • Federico García Lorca: Su obra evolucionó desde la sencillez de sus primeros poemas hasta la complejidad de Romancero gitano (1928) y la poesía vanguardista de Poeta en Nueva York (1940). Representa también una de las cimas del teatro español y universal.
  • Emilio Prados: Su poesía abarcó desde el neopopularismo andaluz hasta el surrealismo. Obra destacada: Canción del farero (1926).
  • Pedro Salinas: Considerado el poeta del amor, escribió la trilogía amorosa compuesta por La voz a ti debida (1933), Razón de amor (1936) y Largo lamento (1939).

El Teatro Español Anterior a 1939: Tendencias, Autores y Obras Principales

El teatro que domina la escena española en el primer tercio del siglo XX tiene una clara orientación comercial, ya que busca la aceptación del público burgués.

Teatro Tradicional

Se pueden distinguir tres corrientes principales:

1. Teatro Burgués

Triunfa en las salas comerciales y no presenta una crítica social a la burguesía; incluso, halaga sus intereses más adocenados. Es un teatro reacio a las nuevas tendencias. Destaca la figura de Jacinto Benavente, con dramas rurales como Señora ama y La Malquerida. Su obra menos convencional, Los intereses creados, utiliza el ambiente y los personajes de la «commedia dell’arte» para ofrecer una cínica visión de los ideales burgueses.

2. Teatro Modernista en Verso

Se caracteriza por sus llamativos vestuarios y escenografías, y por un trasfondo ideológico conservador que le garantizaba el aplauso del público. Destacan las obras de Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina, así como las de los hermanos Antonio y Manuel Machado.

3. Teatro Cómico

  • Hermanos Álvarez Quintero: Presentan una escena andaluza cómica con un humor blanco.
  • Carlos Arniches: Realiza piezas cortas con personajes típicos donde utiliza un recurso expresivo castizo de gran fuerza humorística, la «dislocación expresiva». A partir de 1910 cultiva la tragicomedia grotesca, que funde la comicidad externa con la tragedia interna, como en La señorita de Trevélez, donde unos jóvenes gastan una broma cruel.
  • Pedro Muñoz Seca: Creador del «astracán», con obras como La venganza de don Mendo, una burla tremenda del teatro modernista.

Teatro Renovador

Pretende romper con el drama burgués realista de finales del siglo XIX, pero no tuvo gran aceptación por parte del público en España.

  • Autores de la Generación del 98: Buscan renovar el teatro. Unamuno trata en sus obras temas existenciales, de conciencia o fe, despojándolas de elementos escenográficos superfluos (El otro, sobre la doble personalidad, y Fedra, que actualiza la tragedia de Eurípides). Azorín utiliza elementos irreales y simbólicos (Lo invisible y Doctor Death, de 3 a 5). Jacinto Grau intentó la renovación mediante la reutilización de mitos clásicos (El señor de Pigmalión).
  • Valle-Inclán: Es el verdadero innovador. Presenta el ciclo mítico de la trilogía de las Comedias bárbaras, ambientada en una Galicia mítica, primitiva y feudal que produce la degradación del linaje señorial de los Montenegro. Intensifica los elementos grotescos hasta crear el esperpento, una estética sistemáticamente deformadora para evidenciar la degradación social del país, con personajes grotescos y donde tienen cabida todos los tonos poéticos, desde los más aristocráticos hasta los más vulgares. Inaugurará esta técnica en 1920 con Luces de Bohemia, un viaje dantesco por las calles madrileñas de Max Estrella, un poeta bohemio, pobre y ciego.
  • Autores de la Generación del 27: Intentan llevar la renovación lírica a las tablas. Alberti y Salinas consiguieron sus mayores logros en el exilio. Alejandro Casona, con obras como La sirena varada y La dama del alba, mezcla elementos líricos y simbólicos para crear un teatro que gozó de aceptación, aunque sintió decepción al no lograr los mismos éxitos en España.
  • Federico García Lorca: Es el autor más influyente. Trata en sus obras la frustración, el deseo de libertad y el poder opresivo de la sociedad (Mariana Pineda). Llamó «comedias imposibles» a El público y Así que pasen cinco años, de clara influencia surrealista. Sus tragedias de ambientación rural, como Bodas de sangre, mezclan elementos líricos cultos y populares.

Novecentismo y las Vanguardias

Contexto Histórico

El siglo XIX termina con el Desastre del 98, en el que España pierde sus últimas colonias: Cuba, Puerto Rico y Filipinas. El país sufre una profunda crisis económica y conflictos sociales, mientras el mundo vive la Primera Guerra Mundial. Durante el reinado de Alfonso XIII (1902-1931), se instaura la dictadura de Primo de Rivera, a la que seguirán la Segunda República y la Guerra Civil (1936-1939). En la literatura, surge una oposición al Realismo y al Naturalismo.

El Novecentismo o Generación del 14

Este movimiento, que comienza a partir de 1914, depura la expresión literaria y sirve de puente hacia las Vanguardias y la Generación del 27. Sus miembros, pertenecientes a las clases medias, comparten un interés por las novedades de la cultura europea y un enfoque reformista de los problemas sociales, divulgados por ensayistas y novelistas orientados por Ortega y Gasset.

Características del Novecentismo

  1. Gran formación intelectual: Demuestran profundidad y rigor tanto en el pensamiento como en la creación literaria.
  2. Abordan el «problema de España»: Lo hacen con serenidad y menos dramatismo que la Generación del 98, buscando soluciones prácticas y defendiendo la necesidad de europeizar el país.
  3. Gusto por la obra elaborada: Se preocupan por la estética y la pulcritud formal de los textos.
  4. Arte puro: Conciben la literatura como un arte destinado a minorías cultas.
  5. Predominio del ensayo: Cultivan diversos géneros, pero destaca el ensayo.

Géneros, Autores y Obras

  • Narrativa: Los narradores renuevan el género y dan un tratamiento intelectual a los temas, con un predominio del ensayo. La novela incluye reflexiones y descripciones detalladas y líricas, mientras que la trama pierde importancia. Destacan Gabriel Miró (El obispo leproso), con una prosa que busca la perfección formal; Ramón Pérez de Ayala (La pata de la raposa), que introduce técnicas como el perspectivismo, la ironía, el humor incisivo y el simbolismo; y Wenceslao Fernández Flórez (El bosque animado), con una mirada satírica e irónica.
  • Ensayo: José Ortega y Gasset proyectó su pensamiento sobre todos los aspectos de la realidad: historia, arte, psicología, etc. El uso de la metáfora y la ironía confieren a su estilo un carácter muy personal. En La deshumanización del arte defiende la importancia de la obra de arte en sí misma para el placer estético. También destaca Eugenio D’Ors, que escribió sobre cultura y arte.
  • Poesía: La figura clave es Juan Ramón Jiménez, Premio Nobel de Literatura. Inicia la llamada «poesía pura», que se despoja de lo sensorial, lo colorista y la anécdota, creando una poesía difícil para una «inmensa minoría». Sus temas son metafísicos: la belleza, la eternidad y Dios.
  • Teatro: Hubo intentos renovadores por parte de Martínez Sierra y Gómez de la Serna.

Las Vanguardias

Son movimientos europeos de renovación estética y transgresión artística que surgen entre las dos guerras mundiales (1918-1939) y afectan a la pintura, el cine y la música. En España, tuvieron acogida en tertulias y revistas literarias. Gómez de la Serna fue su principal impulsor, manteniéndose al margen de la política y la moral burguesa. Renueva el lenguaje y los géneros literarios. Su obra se caracteriza por las greguerías: frases ingeniosas y metafóricas llenas de humor.

Principales Movimientos de Vanguardia

  • Futurismo: Liderado por Marinetti, rompe con los cánones estéticos y los temas del pasado. Es antirromántico y exalta la civilización mecánica y la técnica. Propone una ruptura con la sintaxis y aborda temas inéditos (se aprecian influencias en poemas de Salinas y Alberti).
  • Cubismo: Nace como escuela pictórica, pero el cubismo literario arranca con Apollinaire y sus «caligramas», poemas en los que la disposición de los versos forma imágenes visuales.
  • Dadaísmo: Con sus ideas, Tristan Tzara abre paso al Surrealismo, defendiendo la fantasía, la irracionalidad, el rechazo de la lógica y la incoherencia.
  • Ultraísmo: Recoge influencias dadaístas y futuristas. Fue un efímero movimiento español cuyo principal promotor fue Guillermo de Torre.
  • Creacionismo: Su padre fue el poeta chileno Vicente Huidobro. No busca imitar la realidad, sino crearla dentro del poema, jugando con las palabras al azar. Sus seguidores en España fueron Larrea y Gerardo Diego.
  • Surrealismo: Es el movimiento más importante. Surge en 1924 con el manifiesto de André Bretón. Pretende liberar a través del arte los impulsos reprimidos por las convenciones morales y sociales, haciendo aflorar lo inconsciente, lo irracional y lo onírico. Busca liberar el poder de las palabras y las metáforas insólitas para transcribir sentimientos sin control racional, haciendo aflorar el «superrealismo». A Larrea se le atribuye la orientación surrealista de los poetas del 27. Reciben la influencia del surrealismo libros como Sobre los ángeles de Alberti, Poeta en Nueva York de Lorca y la obra de Aleixandre. Supuso una liberación de la imagen y un enriquecimiento del lenguaje poético, además de la irrupción en la literatura de lo humano, lo político y lo social.

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