06 Sep

La Poesía Mística de San Juan de la Cruz

La poesía religiosa de San Juan de la Cruz se engloba dentro de la rama de la mística, que se ocupa de describir el camino que sigue la mente humana para llegar a un conocimiento profundo de Dios, a la certidumbre de estar mentalmente unido a él. Esta poesía expresa la unión del alma con Dios, que es lo que se denomina “éxtasis místico”.

La poesía mística de San Juan de la Cruz explica la historia de un amor, la relación de una pareja enamorada que se busca, se encuentra y se retira para amarse. Este es el único tema de su poesía: la búsqueda que la amada (el alma) emprende tras el amado (Dios). El proceso corresponderá a la vía purgativa, iluminativa y unitiva.

  • En la vía purgativa (ascética), el alma se libera de las pasiones y los pecados mediante la oración.
  • Posteriormente, en la vía iluminativa, el alma se ilumina para comprender los misterios sagrados (vida y muerte de Cristo).
  • Y en la vía unitiva (mística), el alma entra en contacto con Dios y se produce el éxtasis místico.

La ascética implica la voluntad y un esfuerzo de alejamiento de las tentaciones materiales y sensaciones de las experiencias humanas. La mística, en cambio, es la vinculación definitiva con Dios. Supera una dificultad expresiva por su propia naturaleza. En conclusión, con el simbolismo de San Juan, la realidad queda enriquecida con una nueva dimensión mucho más profunda y verdadera que la aparente.

El Barroco: Conceptismo y Culteranismo

El Barroco es un movimiento cultural del siglo XVII en el que se observa una evolución de las ideas y los aspectos temáticos y formales del Renacimiento. El Barroco se caracteriza porque es una época de crisis en la que la visión del Renacimiento se hace contradictoria y se intensifican algunos tópicos que ya venían dándose en la corriente literaria anterior: la fugacidad de la vida, la desaparición de los goces, entre otros.

Dentro del Barroco destacan dos grandes tendencias: el conceptismo y el culteranismo o gongorismo.

El Conceptismo

El conceptismo es una corriente literaria que profundiza en el sentido o concepto de las palabras, que se pueden definir como una agudeza mental que da preferencia a las ideas con el fin de impresionar la inteligencia o el deseo de decir muchas cosas en pocas palabras. Sus características incluyen:

  • Utilización de frecuentes metáforas y juegos de palabras, como el doble sentido.
  • Un estilo breve y conciso logrado mediante elipsis o eliminación de palabras.
  • Antítesis de palabras, frases o ideas con el fin de impresionar o agudizar la mente.

El máximo representante será Quevedo, donde podemos observar el poema “Érase un hombre a una nariz pegado”, y con no menos importancia, Lope de Vega.

El Culteranismo o Gongorismo

El culteranismo o gongorismo es una corriente literaria que trabaja la forma de las palabras, dejando en segundo plano su contenido. Pretende crear un mundo de belleza, impresionando para ello los sentidos con los más variados estímulos de luz, color, sonido y con un lenguaje culto. Los recursos que abundan son:

  • El uso de la metáfora con el fin de crear un mundo de belleza absoluto.
  • Uso frecuente de cultismos.
  • El abuso del hipérbaton.
  • El uso de palabras parónimas (sonido parecido, diferente significado).

El máximo representante será Góngora.

En conclusión, se ha observado que las diferencias de las corrientes son más teóricas que reales y los críticos han señalado que no son tendencias opuestas, ya que en poemas de Quevedo se pueden observar rasgos culteranos y a la inversa. El culteranismo vendría a ser una evolución del conceptismo en la que importaba más la forma que el contenido.

Métrica Española en los Siglos XVI y XVII

El siglo XVI fue el momento en el que se efectúa la síntesis de lo italiano y lo español. En métrica, continúan las formas introducidas por Garcilaso, pero los poetas vuelven a utilizar la métrica tradicional castellana anónima en composiciones de claro corte popular, especialmente el romance, el villancico, las letrillas y la canción.

El Romance

Los romances son característicos de la tradición del siglo XV. Son poemas narrativos de una gran variedad temática; los hay caballerescos, moriscos, de cautivos, burlescos, amorosos, etc., los cuales consisten en una serie de versos octosílabos con rima asonante en los pares. Los autores del siglo XVII, movidos por la belleza, adoptan este tipo de estrofa y lo enriquecen con temas y recursos formales. Un ejemplo de este sería: “Amarrado al duro barco”.

La Letrilla

La letrilla es una composición poética que se desarrolla a partir del siglo XVI siguiendo el esquema del villancico, aunque también puede responder al esquema métrico del romance, compuesto por versos octosílabos o hexasílabos que riman en consonante o asonante. Algunos versos se repiten a modo de estribillo a lo largo de un determinado número de estrofas, las cuales son simétricas. Un ejemplo de letrilla sería “Ándeme yo caliente ríase la gente”.

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