08 Nov

El Período Helenístico: Contexto y Decadencia de la Polis

El Período Helenístico marca la decadencia de la polis como forma política central. Su origen se encuentra en la política expansionista de Alejandro Magno (discípulo de Aristóteles), quien, desde Macedonia, llevó a cabo una política de conquistas que abarcó todo el mundo griego y gran parte de Asia.

En este contexto, se hizo evidente la debilidad estructural de la polis por dos razones fundamentales:

  1. La polis resultó ser demasiado pequeña para adaptarse a las nuevas exigencias políticas y económicas, perdiendo sus características principales: la autarquía (autosuficiencia) y la autonomía (autogobierno).
  2. Carecía de la fuerza militar suficiente para hacer frente al imperialismo de los nuevos reinos. Las polis se convirtieron en territorios o provincias de un imperio.

La Monarquía Helenística: De Ciudadano a Súbdito

El gobierno de Alejandro Magno y el de sus sucesores (quienes se repartieron el vasto territorio conquistado) se consolidó como la Monarquía Helenística. Esta nueva forma de poder se caracterizó por:

  • El monarca se identificaba con la ley (la Ley Viviente), y los sentimientos de lealtad que el ciudadano profesaba a la polis se trasladaron, en gran medida, a la figura del rey.
  • El rey era concebido como una persona excepcional, de personalidad carismática e, incluso, en casos extremos, como un ser divino.

Esta divinización y centralización del poder produjo la ruptura del fundamento esencial de la polis: la participación activa del ciudadano en la vida política. El antiguo ciudadano, el politēs, pasó a ser un súbdito: un sujeto pasivo de un poder lejano. Si bien el súbdito estaba sujeto al imperio de la ley, esta nueva realidad rompía con la idea elemental de la Grecia Clásica, donde el ciudadano no estaba sometido a la voluntad arbitraria de otro hombre (tiranía).

Las Escuelas Filosóficas Helenísticas: El Refugio Moral del Individuo

La crisis política se trasladó inevitablemente al mundo filosófico. Tras Aristóteles, la clave fue el surgimiento de las Escuelas Helenísticas, caracterizadas por dar primacía al individuo sobre la comunidad y por buscar una solución moral al desarraigo que padecía el antiguo ciudadano, ahora súbdito.

Estas escuelas abandonaron la teoría filosófica y política tradicional para concentrarse en aspectos de tipo moral, buscando hacer frente a la época de crisis. La idea sustancial que comparten es la transferencia de las características de la polis al individuo:

  • Autonomía: Es el individuo quien debe dictarse sus propias normas.
  • Autarquía: Es el individuo quien debe satisfacer sus necesidades y deseos sin depender de los demás.

Las principales escuelas de este periodo son los Cínicos, los Epicúreos y los Estoicos.

1. La Escuela de los Cínicos

El nombre de esta escuela hace referencia a los perros (kynikós). Fue una escuela dispersa, integrada por pensadores que apenas dejaron escritos. Aunque formaban parte de un grupo marginal en Atenas, fueron muy conocidos e influyentes. El pensador más famoso fue Diógenes de Sinope.

Los cínicos adoptaron una visión negativa de la crisis y se caracterizaron por:

  • Rechazar la polis, la vida social y sus convenciones.
  • Defender una vuelta a la naturaleza, entendida como el abandono de las convenciones sociales para que el individuo actúe con plena libertad.
  • Rechazar la legitimidad del poder.
  • Afirmar que el hombre sabio debe apartarse de la política y mostrarse escéptico respecto a cualquier creencia establecida.

2. La Escuela de los Epicúreos

Fundada por Epicuro de Samos, esta escuela establece una base utilitarista para la vida individual y social. Su principio fundamental es que el sabio debe apartarse de la política y buscar el placer (hedoné) y evitar el dolor o la pena.

Características del pensamiento epicúreo:

  • El placer no es necesariamente material; Epicuro destacaba los valores espirituales, el espíritu de la amistad y la educación.
  • Promueve la idea de autosuficiencia espiritual combinada con la austeridad.
  • Su objetivo es evitar el daño moral que los demás pueden producir. Para ello, lo mejor es rebajar el nivel de los deseos.
  • Una vida austera, sin grandes ambiciones morales o materiales, permite evitar el sufrimiento causado por toda expectativa insatisfecha (la ataraxia o imperturbabilidad).

3. La Escuela de los Estoicos

Los estoicos deben su nombre a la Stoa Poikile (Pórtico Pintado) de Atenas, donde se reunían. El estoicismo se desarrolló en tres fases:

  • Stoa Antigua: Griega (autores principales: Zenón de Citio y Crisipo).
  • Stoa Media: Griega y Romana.
  • Stoa Nueva: Romana.

Aportación Positiva y la Cosmópolis

A diferencia de las otras escuelas, los estoicos ofrecieron una aportación positiva a la crisis. Aunque admitían la decadencia de la polis, crearon un nuevo concepto: la Cosmópolis.

El sabio ya no es ciudadano de una polis local, sino ciudadano de una polis universal. Esto implica la existencia de una comunidad universal de sabios que supera las barreras del espacio y del tiempo.

El Fundamento del Derecho Natural

La Cosmópolis posee sus propias normas y su propio derecho, basado en la propia naturaleza humana. La mayor aportación del estoicismo es la idea de que todos los seres humanos son iguales por naturaleza. De este modo, rompieron con distinciones fundamentales de la teoría de la polis, como la diferencia entre griegos y bárbaros, e incluso entre libres y esclavos.

De aquí surge la idea de un Derecho Universal, válido para todos los seres humanos, que se sitúa por encima del Derecho Positivo de cada polis. Este concepto fue adoptado en Roma como el Derecho de Gentes (Ius Gentium) y constituye la base del Derecho Natural.

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