01 May

TEMA 6. LA NOVELA ESPAÑOLA DEL Siglo XX


En los inicios del franquismo, España vivíó lo que se ha denominado quinquenio negro: una época caracterizada por el hambre, la pobreza, la represión, el silencio y el terror de un régimen que arrasó con todos los restos del bando vencido.En España los tres años de Guerra Civil habían provocado el exilio de gran parte de los intelectuales que habían apoyado la República.  A su vez, el triunfo definitivo de las fuerzas franquistas sumíó al país en un régimen de terror y ejecuciones que ha hecho que España siga siendo, a día de hoy, el segundo país del mundo por número de personas desaparecidas. El dictador impuso un régimen fascista sostenido por el ejército con la convivencia la Iglesia Católica, acabó con la libertad de prensa y forzó el exilio y el silencio de miles intelectuales, profesores, escritores…Lo cual produjo una terrible ruptura de la vida cultural del país, que había florecido anteriormente.

Los años 60 fueron los del desarrollismo y gracias al turismo y a la emigración,  España se abríó a nuevas influencias y costumbres y comenzó a recibir de nuevo noticias del extranjero.

la muerte del dictador desencadenó un proceso de democratización que, pese a las dificultades, convocó las primeras elecciones democráticas desde la guerra y promulgó la vigente constitución. Además se produjo la recuperación para el público español de gran cantidad de obras que habían sido prohibidas durante el franquismo.

    La Guerra Civil provocó un trauma colectivo y supuso una ruptura brutal entre el esplendor cultural del primer tercio del siglo y la ruina posterior. A su vez, la censura franquista, el aislamiento internacional, la represión política y la ausencia de libertades esquilmaron la cultura española. Los escritores afectos a la dictadura cantaron las pasadas glorias imperiales; mostraron una imagen edulcorada de España. En el contexto de los años 60 se inscriben novelas como Tiempo de Silencio de Luis Martín Santos, que comienzan a importar las grandes innovaciones técnicas del arte narrativo que se habían llevado a cabo durante el Siglo XX.

      El triunfo del régimen totalitario de Franco en 1939 tuvo entre otras consecuencias, la ruptura cultural de carácter liberal progresista y el aislamiento de Europa.La novela de las primeras décadas de posguerra sufríó las consecuencias, como que dejaron de publicarse traducciones de obras extranjeras. A su vez, la simplicidad de formas narrativas y la realidad que vivía el país se observa en obras como:La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela, Nada de Carmen Laforet y La sombra del ciprés es alargada de Miguel Delibes.

Entre las carácterísticas del Realismo social de la época destacan la limitación de la presencia del narrador, el protagonismo de la situación y de contexto, el comportamiento justificado de los personajes por las circunstancias sociales y políticas que los rodean, el personaje que funciona como arquetipo y la condensación espacio-temporal.

Camilo José Cela, premio nobel de literatura, es un personaje polémico que gozó de gran popularidad desde su primera novela La familia de Pascual Duarte.En ésta, que es la representante del tremendismo, aparece su visión negativa de los seres humanos(asesinato, sexo…). Sin abandonar su visión pesimista radical, evoluciónó a formas narrativas más complejas en las que destaca La colmena, novela colectiva en la que personajes se entrecruzan y malviven en una miseria moral y material en el Madrid de la época.




    Aunque nacida en Barcelona, la infancia y adolescencia de Carmen Laforet transcurrieron en Las Palmas de Gran Canaria, de donde regresó para estudiar Filosofía y Letras. Con esta experiencia escribíó Nada, cuya protagonista es una joven que llega a Barcelona para estudiar en la universidad, pero el choque con el falso mundo universitario la llevan a una crisis existencial que refleja el estado de ánimo de muchos jóvenes.La sombra del ciprés es alargada, primera novela de Miguel Delibes, está dominada por la angustia existencial y la obsesión por la muerte. A su vez, escribíó Los santos inocentes, duro retrato de la explotación a una humilde familia campesina por parte de los terratenientes.

Con esta última, critica los prejuicios burgueses y la mentalidad tradicional de la clase media,

incorporando procedimientos narrativos como el monólogo interior y el empleo de la lengua coloquial.Otro autor importante sería Gonzalo Torrente Ballester con su trilogía Los gozos y las sombras y La saga/fuga de J.B.

 La gran novedad literaria de los años 50 es la aparición de jóvenes escritores que han vivido la guerra siendo niños y que comienzan a mostrar una visión crítica de ésta. Varios de estos se acercaron a la ideología marxista pero como observadores. A su vez, estas novelas muestran una clara influencia del cine y en especial del neorrealismo italiano.

La aparición del Jarama, la novela más representativa del Realismo social, consagró a Rafael Sánchez Ferlosio como novelistas. Las descripciones y los diálogos vulgares nos retratan el vacío de una juventud víctima de las circunstancias sociales de la época.

Carmen Martín Gaite publicó Entre visillos, su primera novela extensa en la que denunciaba la difícil situación de las mujeres en Salamanca, su ciudad natal.

La obra de Ana María Matute, siempre entre la ficción y la autobiografía, refleja un mundo conflictivo en el que los débiles y los pobres son víctimas de la crueldad, con la guerra como telón de fondo. Entre sus obras destacan Los abel, protagonizada por hermanos enfrentados y Olvidado rey Gudú, relato fantástico ambientado en la Edad Media.

De esta época también podemos destacar a José Manuel Caballero Bonald con su obra Ágata ojo de gato.

A comienzos de los años 60 varios factores contribuyen a que muchos escritores se replanteen los presupuestos ideológicos del Realismo social. La revisión de la narrativa social se lleva a cabo mediante la recuperación de los modelos de la narrativa europea y norteamericana, junto con la procedente de Hispanoamérica.Entre los rasgos de la narrativa de estos años podemos destacar la incorporación del punto de vista múltiple, el uso del monólogo interior y la fusión de géneros literarios.

Tiempo de Silencio, de Luis Martín Santos, es el primer fruto plenamente logrado de esta renovación. En esta obra, el narrador no refleja objetivamente la realidad sino que la distorsiona e interviene el relato con comentarios irónicos y distintos puntos de vista.

Juan Marsé, Premio Miguel de Cervantes, destaca por sus obras ambientadas en Barcelona que intentan también superar el simplismo en el que había caído el Realismo social. Entre estas sobresalen Últimas tardes con Teresa y Si te dicen que caí.

La trayectoria literaria de Eduardo Mendoza se inició con La verdad sobre el caso de Savolta, novela ambientada en la violenta Barcelona de 1918 que sorprendíó por la mezcla de estilos, por el sentido de humor que recorre toda la obra y por la mezcla de géneros.

El murciano Miguel Espinosa también destacó con su primera novela, Escuela de Mandarines.

Finalmente, podemos mencionar al periodista y escritor Francisco Umbral, que fue también autor de una intensa y estremecedora novela, Mortal y rosa, sobre la muerte de su hijo de seis años a causa de leucemia. Además, podemos destacar su labor como ensayista, cronista y columnista durante varias décadas.


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