08 Nov

Dios: La Res Infinita y el Fundamento de la Certeza

Lo único de lo que dispongo es una proposición fundamental: “Yo, que pienso, existo”. Tenemos un YO que no es un cuerpo, sino una “cosa que piensa” (la res cogitans). El pensamiento siempre opera a través de ideas.

Los Dos Aspectos de las Ideas

Las ideas se analizan bajo dos aspectos distintos: atendiendo a su acto mental y fijándonos en su contenido objetivo. En su primer aspecto, todas las ideas son iguales, consistiendo en ciertas afecciones o acontecimientos en nuestra mente o espíritu. En cuanto a su contenido objetivo (la realidad representada), Descartes distingue tres clases de ideas:

Clasificación de las Ideas por su Contenido

  1. Ideas Adventicias: Tienen su origen en realidades distintas del YO que las piensa (Ejemplo: la idea del ordenador).
  2. Ideas Ficticias: Se construyen a partir de ideas adventicias (Ejemplo: la idea de sirena, construida a partir de las ideas adventicias de pez y mujer).
  3. Ideas Innatas: No son ni adventicias ni ficticias. Son ideas que la razón encuentra en sí misma, como la idea de infinito.

Las ideas adventicias no nos suministran conocimiento cierto, pues dependen de los sentidos y pueden ser puestas en duda. Las ficticias, al ser manejadas por la imaginación y el libre albedrío, nada evidente pueden mostrar. El auténtico conocimiento proviene de las ideas innatas, aquellas que la razón encuentra en sí misma y cuyo contenido objetivo coincide con la realidad. Entre estas ideas innatas, Descartes encuentra la idea de pensamiento y, de manera crucial, la idea de infinito, que identifica con Dios.

Al introducir a Dios, Descartes rompe el círculo de soledad en que se había encerrado y sitúa en Él el fundamento último de la verdad del conocimiento.

Pruebas de la Existencia de Dios

Descartes demuestra que la idea de Dios no es adventicia ni ficticia; por lo tanto, debe ser innata. Al identificar a Dios como lo infinito, lo entiende como un ser que no tiene ninguna limitación. Presenta tres argumentos principales:

  1. Argumento Ontológico (Versión Cartesiana): Si Dios es el ser sumamente perfecto, la existencia debe ser una de sus perfecciones, por lo que hay que afirmar que ese ser existe. Es una versión del argumento ontológico de San Anselmo.
  2. Argumento de la Finitud del Yo: El YO cartesiano, al que se llega desde la duda, es un sujeto contingente, finito y limitado. Hay que concluir que el ser humano ha tenido que ser producido por un ser que posea todas las perfecciones, a saber, Dios.
  3. Argumento de la Causa de las Ideas: Aun dudando de la existencia del mundo, el ser humano posee la idea de Dios, que es la idea de una sustancia infinita, eterna y todopoderosa. Solo un ser infinito puede ser la causa de la idea de infinito que poseemos.

Dios como Garantía de la Verdad del Conocimiento

Una vez que Descartes ha demostrado la existencia de Dios, sitúa en Él el fundamento de los conocimientos evidentes y el criterio de certeza. Dios es la realidad que permite superar la subjetividad del pensador. Existe fuera del YO otra sustancia, la perfecta, un ser que no puede permitir que las ideas claras y distintas sean un engaño.

Dios es la garantía del criterio de certeza, pero a Él hemos llegado por el mismo criterio. Este es el famoso Círculo Cartesiano.

El Mundo como Sustancia Extensa (*Res Extensa*)

Existen sustancias corpóreas que poseen caracteres distintos de la sustancia pensante. Descartes encontró la primera realidad en sí mismo como sustancia pensante. Establece su concepto de sustancia concibiendo clara y distintamente que “no necesita de otra cosa para existir”.

La Definición de Sustancia en Descartes

Junto a la sustancia pensante, encuentra a Dios, la Sustancia Infinita. A Él le corresponde plenamente la definición de sustancia, pues existe de tal manera que no necesita de otro para existir (existe en sí y por sí). Las sustancias creadas (pensante y extensa) existen en sí, pero no por sí, ya que necesitan de Dios para su creación y conservación.

El Mecanicismo y la Extensión

Descartes, para explicar los problemas físicos, ha pretendido reducir la realidad material a una estructura matemático-geométrica. Las figuras geométricas son medibles, puros órdenes de puntos, líneas y superficies. Solo aquello que es medible es la pura extensión.

Concibo la materia sin sus otras cualidades (secundarias), pero no sin longitud, anchura y profundidad, que son los caracteres esenciales de la extensión. Los cuerpos son concebidos como la sustancia extensa.

Descartes concibe el universo como una gran máquina. Todos los fenómenos se explican por los movimientos de las partículas en la materia. No hay un fin o propósito (teleología), solo causa eficiente; rechaza la causalidad formal y final. Las plantas, los animales y el cuerpo humano son puros mecanismos. Para explicar su actividad no hay que recurrir a ningún alma; todo se explica por las mismas fuerzas que operan en el resto del universo.

El Dualismo Mente-Cuerpo

Descartes plantea el problema de la comunicación de las sustancias o las relaciones entre el alma y el cuerpo. Si cada una de las sustancias existe con absoluta independencia, la única respuesta que encuentra Descartes para su interacción está en Dios. Dios hizo el mundo de tal manera que los conceptos e intuiciones de nuestra mente son válidos para él.

En el caso del hombre, Descartes señala un lugar donde se une el alma y el cuerpo: la glándula pineal.

La Moral Provisional

En el Discurso del Método, Descartes presenta las líneas generales de su moral bajo el título de Moral Provisional. Sus reglas principales son:

  1. Hay que obedecer las leyes y costumbres del país.
  2. Se debe seguir con decisión las resoluciones una vez tomadas.
  3. Aconseja que se venza uno a sí mismo antes que a la fortuna, modificando los propios deseos en lugar del orden del mundo.

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