07 Sep

La Educación en los Siglos XVI y XVII: Reestructuración Curricular

Durante la segunda mitad del siglo XVI y las primeras décadas del siglo XVII tuvo lugar en toda Europa una profunda reestructuración del currículo en las diversas instituciones docentes. En la Europa luterana, la iniciativa fue de pedagogos como Melanchton o Sturm, y de las autoridades eclesiásticas, municipales y estatales. En los países católicos, al esfuerzo de ayuntamientos, diócesis y parroquias, se sumaron numerosas órdenes religiosas: jesuitas, escolapios, etc.

Dicha transformación se tradujo, en primer lugar, en el abandono del estudio del latín, aunque en algunos países, Francia e Italia, por ejemplo, se siguió enseñando los rudimentos de la lectura por medio de oraciones escritas en dicha lengua. Por otra parte, a diferencia de lo que sucedía durante la Edad Media, la lectura no fue la única disciplina de la enseñanza básica: a ella se sumaron la escritura, pero concebida como caligrafía, y el cálculo, en este caso orientado hacia el comercio. Junto a las tres disciplinas citadas, que tenían un carácter instructivo, formaban parte de la enseñanza elemental otras dos: la doctrina cristiana y la urbanidad, vinculadas a su vertiente formativa.

Al igual que durante la Edad Media y en la época del Humanismo, la enseñanza media siguió dominada por el estudio de las lenguas clásicas. En la segunda etapa de la enseñanza literaria, la disciplina reina era, sin embargo, la Retórica, sin duda por su utilidad práctica y su capacidad para formar la inteligencia. Las nuevas disciplinas de carácter científico, incluso las más florecientes, como las matemáticas, la física y la astronomía, nunca llegaron a formar parte del corazón de la enseñanza secundaria. En cuanto a las disciplinas y profesiones propias de la enseñanza superior, se mantuvo la estructura típica de la universidad medieval: tres facultades mayores (teología, derecho y medicina), junto a la facultad de artes.

Ilustración y Modernidad: Un Nuevo Orden Cultural y Filosófico

Definición de la Ilustración

La Ilustración es un movimiento intelectual, crítico, reformista y metodológico, con el propósito de establecer un nuevo orden cultural, político, social, económico, religioso, etc., de carácter no trascendente, apoyado en la razón y en la confianza en la educación y el progreso. Aunque no es un movimiento unívoco y homogéneo, pues, aunque con rasgos comunes, tuvo matices variados:

Matices Geográficos de la Ilustración

  • Inglaterra: Se considera pionera de la Ilustración con cuatro características: reformismo antropocéntrico y racionalista (sustitución de la religión revelada por la religión natural), tradición científica empírica, énfasis en la moral sensista (bondad innata del hombre) y la apuesta por un reformismo político en contra de la soberanía regia y a favor de mayor tolerancia política.
  • Francia: Se caracterizó por la radicalidad de las ideas que llevó a un enfrentamiento con la Iglesia y el poder regio, desembocando en la Revolución de 1789.
  • España: El rasgo más característico fue que siguiera siendo especialmente cristiana, frente al carácter deísta (reconoce un dios como autor de la naturaleza, pero sin admitir revelación ni culto externo) de la Ilustración francesa e inglesa. Se distinguen dos etapas:
    1. Hasta 1770: Con una labor crítica a la cultura española y con figuras como Feijoo.
    2. Hasta comienzos del siglo XIX: Con tres corrientes ideológicas: la sensista, antimodernista y modernidad tradicional; y con figuras como Jovellanos.
  • Hispanoamérica: El proceso fue similar al de España, pero algunos años posteriores.

Características del Espíritu Ilustrado

  • Racionalismo: La razón como la fuente de verdad. Su preocupación no será tanto fundamentar que el hombre es un ser pensante, sino determinar cuál es el método que garantiza el saber o la certeza. La respuesta fue unánime: el método científico (hipotético-deductivo) que apoyará la certeza en las leyes.
  • Naturalismo: Concepto de naturaleza inmanentista (no trascendente), considerándola la única realidad, negación de la dicotomía naturaleza-espíritu, reino regido por leyes que, si son conocidas, nos permitirán predecir; y donde naturaleza y razón se hallan unidas en una relación constante. Todo ello rompe con la tradición cultural cristiana y abre cauces a una nueva concepción cultural que influirá en el mundo contemporáneo.
  • La Felicidad y el Mito del Progreso: La felicidad es de carácter secular, el anhelo de felicidad inmanente y material ha de disfrutarse en el más acá. El apoyo a este deseo sería el concepto de progreso y de la historia, ya que los ilustrados veían el pasado como una sucesión de hechos (guerras, violencia, catástrofes, etc.) debidos a valores irracionales (superstición, ignorancia, intolerancia, irracionalidad religiosa, etc.), por lo que hay que romper con la tradición y construir un nuevo orden basado en la razón y en la ciencia mecánica.
  • La Religión Natural: Debido a los problemas religiosos e ideológicos, surge una religión natural que busca sustituir la religión revelada. No negaban la existencia de Dios, pero solo como creador del universo; a partir de ahí, entraba el hombre para actualizar el orden natural a través de su voluntad y la razón.
  • Secularización de la Cultura: Con una connotación sociopolítica, desde el Tratado de Westfalia que puso fin a la Guerra de los Treinta Años (1648), se enfrentaron dos formas de ver la realidad: la tradicional católica, teocéntrica (objetiva, universal) y la racionalista, antropocéntrica, secular (racionalista, subjetiva, individual). Esta fue la que triunfó y la que marcaría la cultura secular de la Ilustración. Sometieron a revisión la intervención de la Iglesia en el mundo, que se tradujo en un mayor protagonismo del Estado, que se presentaba como soberano exclusivo y absoluto. Por tanto, se invierte el orden y será el poder laico quien organice y configure la misión de la Iglesia.

La Educación en la Ilustración: Un Derecho Fundamental y Vía de Progreso

  • Derecho Fundamental: Uno de los aciertos de la Ilustración fue considerarlo como uno de los derechos fundamentales e inalienables de la condición humana.
  • Perfeccionamiento: La mayoría entendieron que se trataba de desarrollo y perfeccionamiento de la inteligencia o razón; por ello, educación e instrucción se presentaron como equivalentes.
  • Vía de Progreso: Consideraron que la educación era una vía de progreso individual y social. Esta idea proyectaba un optimismo pedagógico desaforado hacia la felicidad, el bienestar, etc.
  • Carácter Utilitario: Ya que se trata de fuente de felicidad (bienestar, progreso, dominio material de la naturaleza), se deduce que la instrucción o educación tienen un carácter funcional.
  • Criticismo: La crítica al pasado fue una de las notas dominantes de la Ilustración, sobre todo crítica a la Iglesia y al plano curricular y metodológico. De las humanidades grecolatinas y la virtualidad de la metodología escolástica, se pasaba a las artes mecánicas y a una metodología didáctica más activa, práctica y empírica.
  • Carácter Nacional, Universal, Obligatorio, Uniforme y Cívico: La educación era un deber irrenunciable que le incumbía dirigir a la sociedad y, en concreto, al Estado. Así, a partir del siglo XVIII, la educación se convertirá en objeto constitucional e instrumento fundamental de la construcción nacional. Esa educación nacional debía ser: pública, sin exclusiones, universal, obligatoria, gratuita, uniforme y cívica.

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