21 Jun

La Filosofía Moral de Immanuel Kant: Razón y Deber

Immanuel Kant (1724-1804) fue un influyente filósofo y científico de la época ilustrada, un periodo en el que la razón humana comenzó a liberarse de ataduras religiosas. Para Kant, la razón posee dos vertientes o fuentes fundamentales:

  • Razón Teórica: Centrada en el conocimiento de los hechos (cómo son las cosas). Su disciplina es la ciencia, que estudia el ser y formula juicios con lenguaje descriptivo.
  • Razón Práctica: Centrada en el conocimiento moral (cómo debe ser la conducta humana). Su disciplina es la ética, que estudia lo que «debe ser» y, a su vez, formula imperativos con lenguaje prescriptivo.

Obras Clave de la Ética Kantiana

La ética de Kant está principalmente recogida en obras fundamentales como:

  • Fundamentación de la metafísica de las costumbres
  • Crítica de la razón práctica
  • Metafísica de la moral
  • La religión dentro de los límites de la mera razón

Además, su pensamiento ético se extiende a un gran número de ensayos sobre temas prácticos, históricos y religiosos. Sin embargo, las posiciones principales de su filosofía moral se encuentran también en la Crítica de la razón pura.

Libertad, Causalidad y el Fundamento de la Moral

Kant afirma que la libre voluntad y la causalidad natural son compatibles, siempre que no se considere la libertad humana un aspecto del mundo natural. La causalidad y la libertad se dan en ámbitos independientes: el conocimiento se limita a la primera y la moralidad a la segunda.

En la ética de la «razón práctica», Kant pretende dar respuesta a la segunda pregunta que preocupa al ser humano: ¿qué debo hacer? Así, el objetivo de su obra es fundamentar la moral, es decir, establecer las condiciones de la posibilidad moral. Al igual que en el conocimiento, Kant considera que para que un principio moral sea válido, debe ser universal y necesario (que todo el mundo lo acepte y respete).

Kant dedica su obra Crítica de la razón práctica a desarrollar una reflexión crítica sobre las teorías morales existentes y a elaborar una distinta: la ética formal o sin contenido.

Éticas Materiales vs. Ética Formal Kantiana

Las teorías éticas anteriores a Kant propusieron éticas materiales (imperativos que nos dicen qué debemos hacer). Por ejemplo, Aristóteles declara que el máximo bien para el ser humano es el desarrollo de la racionalidad.

Para Kant, estas propuestas morales son problemáticas porque:

  • Fundamentan sus mandamientos en la experiencia (a posteriori), lo que impide su universalidad y necesidad.
  • Conducen a heteronomías, donde la voluntad es determinada por algo externo al propio sujeto, en lugar de por su propia razón.

Kant se propone elaborar una ética formal a priori que nos diga qué características debe tener nuestra actuación, postulando que el sujeto posee una serie de libertades universales.

El Imperativo Categórico y la Voluntad Buena

La moral kantiana se concreta a través de varias preguntas fundamentales:

¿Cómo debemos actuar?

Debemos obrar de buena voluntad. No es tan importante lo que se hace como la voluntad con la que se hace.

¿Cuándo nuestra voluntad es buena?

La voluntad es buena cuando actúa por respeto al deber, sin otras razones que el cumplimiento del deber. Esta ley es el imperativo categórico.

¿Qué significa actuar por deber?

Significa someterse a la ley moral por respeto a ella misma. Para explicarlo, Kant cita un ejemplo sobre la fijación de un precio y cómo un comerciante puede actuar de diferentes formas:

  • Conforme al deber: Actúa correctamente, pero por una inclinación o interés (ej. para mantener la clientela).
  • Por deber: Actúa correctamente porque es su obligación moral, sin importar las inclinaciones o intereses. Esto es obrar de buena voluntad.
  • Contrario al deber: Actúa de forma incorrecta.

Kant menciona que el valor moral de una acción no reside solo en actuar conforme al deber, sino en actuar por deber.

¿Cuándo actuamos por deber? ¿Cuál es la forma que debe determinar toda ley moral o imperativo?

La respuesta es: cuando actuamos como seres racionales. La buena voluntad actúa por deber cuando actúa de un modo universal, de acuerdo con una máxima universalizable, utilizando el imperativo categórico. Kant también menciona la autonomía moral: es la conciencia moral la que dicta la acción, y la razón o la voluntad comprende que ese imperativo se ajusta a la forma que lo convierte en una norma universal y necesaria.

Los Postulados de la Razón Práctica

Para Kant, el respeto al deber es la base de la vida moral: hacer lo que se debe, y no lo que se desea o quiere. Es más, el «ideal» de la vida moral o «santidad», la máxima virtud para Kant, es el ajuste perfecto entre voluntad y razón. Este ideal de virtud es muy difícil de conseguir.

Para que la ética tenga sentido y la moralidad sea posible, Kant establece tres «postulados de la razón práctica», que son verdades que debemos aceptar por fe, aunque no puedan ser demostradas por la razón teórica:

  1. La Inmortalidad del Alma: Aceptar la inmortalidad del alma es imprescindible para que la ética tenga sentido, ya que permite un progreso infinito hacia la santidad.
  2. La Libertad de la Voluntad: Debemos creer que la voluntad es libre. Si admitimos que la acción humana se ajusta a una ética, debemos admitir que es posible la libertad en el mundo, es decir, la voluntad que desea y la razón que propone. Si queremos que nuestra vida moral tenga sentido, debemos creer que se puede alcanzar la unión entre voluntad y razón.
  3. La Existencia de Dios: Debemos aceptar la existencia de Dios. Para Kant, la expresión de «santidad» es la realización del ajuste entre voluntad y razón, y la fe en Dios es lo que debe guiar nuestra vida y conducta.

Así, los ideales de la razón pura se han convertido en «ideales» o «postulados de la razón práctica», y Kant ha encontrado así una misión para la metafísica, no como conocimiento de lo trascendente, sino como fundamento de la moralidad.

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