20 May
La dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
La crisis de la Restauración se aceleró por varios factores que explican el golpe de Estado de Primo de Rivera en septiembre de 1923:
Causas del Golpe de Estado de 1923
- Prolongada inestabilidad política: fallidos gobiernos de concentración, división interna de los partidos, auge de movimientos de oposición (catalanismo, republicanismo, anarquismo).
- Conflictividad social: (huelgas, atentados, pistolerismo) alentada por la crisis económica tras la Primera Guerra Mundial y las expectativas generadas por la Revolución soviética.
- Reveses militares en Marruecos: rechazo a la guerra de amplios sectores de la sociedad y descontento dentro del Ejército por el Expediente Picasso.
En septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña, Primo de Rivera, perpetró un golpe de Estado que justificó como un intento regeneracionista de solucionar los problemas del país mediante una dictadura temporal. El golpe contó con el apoyo del Ejército, la burguesía (especialmente la catalana, deseosa de restaurar el orden a cualquier precio), así como con la pasividad del Gobierno y las organizaciones sociales. El destino de Alfonso XIII quedó ligado al de la dictadura, al aceptar el golpe y encargar a Primo de Rivera la formación de un nuevo Gobierno. La dictadura se divide en dos etapas según la composición del Ejecutivo, siempre presidido por Primo de Rivera:
Directorio Militar (1923-1925)
El Directorio Militar, compuesto exclusivamente por militares, puso fin al sistema de la Restauración. Sus primeras medidas revelaron ya su autoritarismo: cierre del Parlamento, suspensión de la Constitución de 1876, censura de prensa, centralización (el Gobierno nombraba a los alcaldes y a los gobernadores provinciales, que fueron siempre militares) y represión del catalanismo (supresión de la Mancomunidad, prohibición del uso de la bandera y limitación del catalán al ámbito privado). En los primeros años, Primo de Rivera consiguió un importante apoyo social gracias a:
- Restablecimiento del orden público: conseguido gracias a la ilegalización de las organizaciones anarquistas (CNT) y la prohibición de huelgas y manifestaciones.
- Victoria en la guerra de Marruecos: Primo de Rivera era partidario de abandonar el Protectorado por los gastos que acarreaba y la oposición popular a la presencia española en Marruecos. Se preparó la retirada pese a la protesta africanista. Sin embargo, los ataques de Abd el-Krim en el Protectorado francés hicieron a Primo de Rivera variar su política, acordándose una acción militar conjunta. El desembarco de Alhucemas (1925) permitió recuperar los territorios perdidos en el desastre de Annual y pacificar el Protectorado. Además, Primo de Rivera encargó la defensa de Marruecos a legionarios y regulares, evitando así el desgaste social del envío de tropas de reemplazo (formadas por reclutas españoles).
Directorio Civil (1925-1930)
Los éxitos llevaron a Primo de Rivera a intentar perpetuarse en el poder. Para ello, constituyó un nuevo Gobierno formado por civiles (destacando José Calvo Sotelo, ministro de Hacienda). El Directorio Civil persiguió tres grandes objetivos:
- Paz social: se crearon comités paritarios de patronos y trabajadores para resolver los conflictos laborales. Primo de Rivera intentó atraerse a líderes sindicales socialistas como Largo Caballero (UGT, que participó en estos comités hasta 1928) manteniendo la persecución a anarquistas y comunistas.
- Prosperidad económica: la dictadura impuso una política económica intervencionista basada en el proteccionismo arancelario, los monopolios estatales en sectores estratégicos (Telefónica, CAMPSA) y la construcción de infraestructuras. Sin embargo, aunque la economía prosperó favorecida por la coyuntura internacional, las medidas provocaron un aumento de la deuda pública que obligó a devaluar la peseta para favorecer las exportaciones.
- Institucionalización del régimen: Primo de Rivera intentó perpetuar la dictadura creando un nuevo partido, la Unión Patriótica, y un nuevo parlamento, la Asamblea Nacional Consultiva (compuesta por miembros de la Unión Patriótica y funcionarios nombrados por el Gobierno), que debía elaborar una constitución. El resultado fue un fracaso: la Unión Patriótica no logró convertirse en un partido de masas y la Asamblea Nacional quedó debilitada por el rechazo del PSOE a participar en ella.
Crisis y fin de la dictadura
La conflictividad aumentó a partir de 1928 debido a varios factores, desencadenando el final de la dictadura:
- Reorganización de la oposición: conservadores y liberales exigieron elecciones y poner fin a la suspensión de la Constitución de 1876. Los partidos republicanos formaron Alianza Republicana, que obtuvo el apoyo de los principales intelectuales de la época (Ortega y Gasset, Unamuno). El catalanismo reforzó la presión contra la política centralista.
- Aumento de la movilización obrera: la crisis económica provocó un incremento de la conflictividad social. El anarquismo recuperó fuerzas (reorganización de la CNT y fundación de la FAI) y la UGT puso fin a la colaboración con el régimen.
- División en el Ejército: la supresión de la escala cerrada dio lugar a varias intentonas golpistas como la Sanjuanada.
- Revuelta universitaria: causada por el rechazo de los estudiantes al proyecto de homologación de los títulos de los colegios universitarios religiosos. Estuvo liderada por el sindicato universitario FUE (Federación Universitaria Escolar).
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