05 Jul

Valoración Crítica de San Manuel Bueno, Mártir

Obra escrita por Miguel de Unamuno, integrante de la llamada Generación del 98 y publicada en 1931. Es una obra en la que se reflejan los problemas existenciales que asediaban a su autor, con un deseo infinito de ser creyente y a la vez la imposibilidad de hacerlo, generándose lo que él mismo llamó: «un hambre de Dios».

Por tanto, el protagonista de la obra, un cura que ha perdido la fe, pero que lo disimula por el bien de su pueblo, por lo que se le retrata como «nuestro santo», sería el reflejo del propio Unamuno.

Personajes y Simbolismo

Los otros dos personajes principales son Ángela, la narradora-testigo, y Lázaro, su hermano. Ambos serían la encarnación y el producto del contexto histórico en el que nace la obra. Los integrantes de la Generación del 98 estaban muy preocupados por la situación de España: depauperada, atrasada tecnológicamente y con unos índices de analfabetismo dramáticos. Así, Ángela y el resto de habitantes de Valverde de Lucerna serían España. No juzgan ni se plantean inquietudes; tan solo siguen a pies juntillas los dictados que les han sido dados.

Lázaro sería la mente progresista que llega con aires renovadores del extranjero y con ganas de luchar por el cambio del país. Por eso, lo primero que hace es mandar a Ángela al colegio, aunque a su pesar fuese católico, ya que la educación sería el motor del cambio nacional. En España, en ese momento, bajo la dictadura de Primo de Rivera, la educación, casi en su totalidad, era de carácter religioso, mientras que los intelectuales vinculados al Regeneracionismo apostaban por una educación de tipo krausista, que en España se materializó en la Institución Libre de Enseñanza y en la persona de Francisco Giner de los Ríos.

Lázaro intenta que su madre y su hermana se trasladen a la ciudad, ya que él mismo dice:

  • «En la aldea se entontece, se embrutece y se empobrece uno»
  • «Civilización es lo contrario de ruralización»
  • «(…) ¡Y luego el campo! ¡El campo! Este campo feudal»

Pero en ellas pervive el alma anquilosada de la tradición del «viejo mundo».

Conclusión

De esta manera, se puede concluir que San Manuel Bueno, Mártir, además de una bellísima y delicada novela filosófica, cargada de simbolismo, es un retrato de la España decadente y en proceso de desintegración, fusionado con el agónico y desesperanzado sentimiento de su autor.

Valoración Crítica de la Obra ¡Ay Carmela!

¡Ay Carmela! es una obra escrita por José Sanchís Sinisterra en 1986. Nos ofrece la historia de la última actuación de «Carmela y Paulino, variedades a lo fino», que se ven obligados a representarla, en condiciones denigrantes, ante el bando nacional, durante la Guerra Civil Española. El espectáculo incluye una parodia burlesca contra la República, número ideado para humillar a los prisioneros republicanos, que acabará desencadenando la tragedia. Carmela es fusilada, y Paulino queda solo y no tiene más consuelo que emborracharse y recibir las visitas del espíritu de Carmela.

Contexto Histórico y Temática

Esta obra es un producto del período histórico en el que se ambienta, ya desde el título de la misma, puesto que está tomado del estribillo de una famosa y popular canción del ejército republicano, El paso del Ebro, alusiva a aquella terrible batalla (con cuyo estribillo abre la obra Paulino: «Pero nada pueden las bombas, rumba, la rumba, la rumba va…»).

Al igual que les pasó a miles de ciudadanos españoles, los protagonistas se ven abocados a un destino fatal por unas circunstancias políticas que no eran las suyas propias, ya que Carmela no muere por ideología, sino reclamando su propia dignidad; Paulino es la representación de la humillación, ya que se somete a las exigencias del poder y a las sogas con las que el miedo te inmoviliza («Afónico, sí… eso es lo que te pasa: que te quedas afónico en cuanto hay que pelear por algo»).

No podemos olvidar que Franco recibió en aquellos momentos la ayuda decisiva del nazismo alemán de Hitler y del fascismo italiano de Mussolini, y precisamente un teniente italiano fascista será el que obligue a llevar a cabo la representación a Paulino y Carmela.

A pesar de los años transcurridos desde el conflicto bélico, pese a haber conseguido instaurar la democracia en el país y estar atravesando el período de la Transición, la memoria histórica sigue presente, y la idea de las dos «Españas» sigue perturbando los pensamientos de los artistas.

Estructura y Recursos Dramáticos

No parece casual que la obra se organice en dualidades que tocan todos los aspectos:

  • La estructura: dividida en dos actos y un epílogo.
  • El argumento: la supervivencia frente a la humillación.
  • El tiempo: a través de la técnica del flashback, a partir de los recuerdos de Paulino y la presencia fantasmal y metafórica de la Carmela muerta.
  • El espacio: donde se confunde lo vivo y lo muerto.
  • Los personajes: Carmela y Paulino, y hasta el propio público (nacionales y republicanos).

Todo ello empleando el motivo del metateatro, cuyo efecto aumenta con referencia a otros autores, por ejemplo César Vallejo, e incluso algunos convertidos en personajes, como Federico García Lorca:

P: «¿Federico García Lorca?»

C: «Ese mismo.»

P: «¡Caray! García Lorca. ¿Y ha estado allí contigo?»

C: «Conmigo, sí, allí en la cola.»

Conclusión

A modo de conclusión, diremos que, aunque desde el punto de vista del contexto de guerra la obra pueda parecer démodé, en cuanto a su valor simbólico tiene perfecta vigencia, ya que al final Carmela es víctima y símbolo de lo que el poder brutal ejecuta contra todo aquel que se rebela, y conjuga lo vulgar y lo sublime, la ternura y el patetismo, el humor hecho de equívocos y dobles sentidos de palabras, aunque tampoco falta una buena dosis de ironía inteligente.

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