23 Sep
Poesía Social y Anhelo de Libertad en la Obra de García Cabrera
Por su propio carácter de poesía social, el lenguaje es sencillo, pero condensado literaria y expresivamente a través de recursos estilísticos. El poeta recurre al hipérbaton para realzar ideas y conceptos clave: versos 6 y 7 que destacan la imagen de la soledad y la presencia de los otros respectivamente, así como en el verso 16, que evoca la idea de la esperanza (la alegría del mar). Mediante la antítesis del verso 15 (del combate en que muero y en que vivo), el poeta nos recuerda su lucha por la existencia en libertad, lucha que emprende a través de su palabra personificada (mis palabras se liberen).
Son varias las metáforas empleadas por García Cabrera: ya en el segundo verso destaca silencio amordazado para incidir en la ausencia de la libertad en esa isla imaginaria o real y en el individuo reprimido por las circunstancias. Las metáforas y metonimias, expresadas en estructuras paralelísticas rítmicas, describen en varios versos a los esperanzados (horizontes y manos de esperanza, v.7), a los que sufren (“aquellos que no cesan/de mirarse la cara en sus heridas vv.8 y 9), a los fuertes de espíritu o luchadores (aquellos que no pierden/ el corazón y el rumbo en las tormentas, vv.10 y 11) y, por último, en los versos 12 y 13, los perseguidos (los que lloran de rabia/ y se tragan el tiempo en carne viva). Es como si el poeta se propusiera reformular de nuevo las bienaventuranzas y exclamar bienaventurados los esperanzados, los martirizados por el sufrimiento, los fuertes de espíritu y los que sufren persecución porque ellos entrarán en el reino de los cielos, entiéndase aquí formarán parte de esa isla, un montículo aislado en medio de un mar que bate sus costas, rompiendo las mordazas y las cadenas de sus habitantes. En este caso la isla se convierte en el símbolo de la libertad para lo cual es consagrada, y de nuevo parece haber reminiscencias cristianas, cuando todos partan su pan en esa isla.
Y así, la isla es el símbolo, el espacio donde habita el hombre, pero a la vez también puede convertirse en su prisión (silencio amordazado) en contraposición del otro gran símbolo de su obra poética: el mar (v. 16), que abre la posibilidad de libertad a través de la conexión con el término orillas (v. 5).
Entre los versos 3-5 llama la atención la aliteración por repetición del fonema vibrante /r/ en varias palabras que quedan marcadas significativamente: entierren, libertad, rumores, orilla, palabras que quedan marcadas significativamente aportando énfasis expresivo.
García Cabrera logra la condensación expresiva en torno al tema con el uso de un léxico relacionado con la libertad (libertad, orillas horizontes, esperanza, mar); la represión, el sufrimiento (silencio amordazado, heridas, tormentas, rabia, combate) y el ser humano, a través de sucesivas metonimias (manos, cara, corazón, carnes).
En cuanto a los verbos, es interesante señalar el uso del futuro con el que se abre el poema (habrá) que aporta un valor de certeza de que sus sueños de libertad se cumplirán, frente a las formas del presente de subjuntivo, con las que el poeta plantea su deseo, hipótesis: que no sea, cuantos partan, … Paralelamente, Cabrera recurre al presente de indicativo para expresar el momento en el que reflexiona sobre esas ansias de libertad: solo no estoy, están conmigo, los que lloran, etc.
Frente a la construcción simple y rotunda solo no estoy, las oraciones que aparecen son, en su mayoría, compuestas, muchas de ellas subordinadas de relativo o sustantivas: «un día habrá una isla que no sea silencio amordazado, …aquellos que no cesan, “Que me entierren en ella, / donde mi libertad dé sus rumores/ a todos los que pisen en sus orillas), lo que le permiten a García Cabrera profundizar en la descripción de sus pensamientos y anhelos.
Esta sencillez expresiva, pero a la vez profunda, literaria, conmovedora, comprometida,… es un claro ejemplo de poesía social, que reivindica un valor importantísimo de la libertad en la vida del individuo en sociedad. Denunciar una injusticia, reclamar derechos fundamentales es algo que también se hace y se ha hecho desde la tribuna de las artes, en general, y Pedro García Cabrera lo hace a través de la palabra, al mismo nivel estético que otros escritores españoles que recurrieron como arma de lucha a la poesía social en los años 50 y 60 del siglo pasado: Blas de Otero, Gabriel Celaya, Pedro Lezcano o Agustín Millares Sall, entre otros.
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