10 Oct

Partidos Políticos: Fundamento de la Participación Ciudadana

La máxima forma de participación ciudadana en el sistema democrático se da a través de los partidos políticos. En efecto, mediante ellos, toda persona tiene derecho y la posibilidad de elegir y ser elegido para desempeñar cargos públicos, legislativos o ejecutivos. La Constitución Nacional, con la reforma del año 1994, considera a los partidos políticos como órganos fundamentales del sistema democrático. Promueve la actividad de estos y dispone que el Estado debe sostenerlos económicamente. La ley establece que la única forma de participación política para la selección de candidatos a cargos públicos electivos y posterior participación en actos electorales debe verificarse únicamente y solo a través de los partidos políticos.

Partidos de Notables

Estos partidos eran agrupaciones políticas destinadas a la promoción electoral de personalidades que se destacaban por su pertenencia a una clase social acomodada. Estas personas se dedicaban a la actividad política de forma no permanente, y quienes los apoyaban se reunían solo esporádicamente, siempre para las elecciones, con el objeto de preparar la campaña electoral y establecer los candidatos.

Los Partidos de Notables eran organizaciones con ideas poco precisas o generales, integrados por:

  • Terratenientes
  • Comerciantes
  • Militares
  • Profesionales destacados

Estos partidos se desarrollaron en la Argentina en el siglo XIX, donde la participación política se hallaba restringida al fraude electoral. A esta etapa se la denominó la Oligarquía Argentina. Estos partidos decían defender el interés general o común, pero en realidad protegían los intereses de la clase social a la que pertenecían. En el Congreso Nacional, los legisladores tenían libertad para decidir su opinión o voto sin estar sometidos a la denominada disciplina partidaria. En nuestro país, ejemplos de Partidos de Notables fueron los roquistas (adeptos a Julio Roca) y los mitristas (partidarios de Bartolomé Mitre).

Partidos de Masas

La clase obrera y gran parte de los sectores medios comenzaron a formar sus propios partidos políticos con el doble objetivo de reclamar por el derecho al voto y por mejores condiciones de vida. A diferencia de los Partidos de Notables, los Partidos de Masas se caracterizaban por:

  • Una organización más estable.
  • Tener una carta o estatuto que regía la vida del partido.
  • Un programa político o conjunto de ideas preciso y detallado.
  • Una férrea disciplina interna.
  • Una conducción centralizada en dirigentes que se dedicaban a la política a tiempo completo.

Asimismo, no fijaban restricciones para afiliarse, permitían el ingreso a la organización siempre y cuando se respetara el estatuto y las directivas del partido. Estos partidos se convirtieron en eficaces instrumentos de movilización del pueblo, por lo que reciben el nombre de Partidos de Masas (por las grandes masas que convocan). Cuando a fines del siglo XIX y comienzos del XX un grupo de países establecieron el voto universal, secreto y obligatorio, estos partidos demostraron su impresionante poder, adquiriendo una representación parlamentaria cada vez mayor.

Principales Partidos Políticos Argentinos

La Unión Cívica Radical (UCR)

Los orígenes de la UCR se remontan a la Revolución del Parque (1890), un amplio movimiento político opositor al gobierno del presidente Miguel Juárez Celman. Los radicales siguieron el liderazgo de Leandro N. Alem y reclamaron comicios libres y limpios, honradez en la administración pública y respeto por las autonomías provinciales. Tras el fallecimiento de su fundador y jefe, la UCR quedó bajo la conducción de Yrigoyen. Entonces, la organización se dedicó a la abstención electoral como forma de protesta frente al fraude generalizado en las votaciones para cargos públicos.

En 1912, se estableció el Sufragio Universal (masculino), Secreto y Obligatorio (Ley 8.871, conocida como Ley Sáenz Peña). Con la vigencia de estas nuevas reglas de juego político, en 1916 la UCR llegó por primera vez a la Presidencia argentina, durando 15 años. Durante los mandatos de Yrigoyen (1916-1922 y 1928-1930) y Marcelo T. de Alvear (1922-1928), el país prosiguió con su crecimiento económico, experimentó mejoras sociales, reformó su sistema educativo universitario y se mantuvo neutral en política exterior. En 1930, un golpe militar desalojó a Yrigoyen del gobierno.

La UCR durante la Década Infame y el Peronismo

Con los conservadores en el poder, se reinstalaron el fraude y la proscripción electoral como prácticas políticas, lo que dio lugar a una época conocida como la Década Infame (1930-1943). En ese período, las fuerzas conservadoras formaron una alianza con antiguos radicales que venían cuestionando desde tiempo atrás el estilo de liderazgo de Yrigoyen: los radicales antiperonistas. En las elecciones presidenciales de 1946, la UCR integró la Unión Democrática, una amplia alianza de partidos que fue derrotada por Perón. El radicalismo se convirtió en el principal opositor del gobierno justicialista.

Tras el derrocamiento militar de Perón en 1955 y la posterior proscripción del peronismo, la UCR se dividió en dos partidos: la Unión Cívica Radical Intransigente (Frondizi) y la Unión Cívica Radical del Pueblo (Balbín). Las dos organizaciones lograron obtener la Presidencia de la República con Frondizi en 1958 e Illia en 1963. Ambos mandatarios fueron desplazados del poder por golpes militares. En 1973, con la vuelta de la democracia, la UCR recobró la denominación partidaria original y se reconcilió con el justicialismo.

El Retorno a la Democracia (1983)

En el fin de la dictadura militar, el radicalismo protagonizó un importante proceso de renovación interna encabezado por Raúl Alfonsín, quien finalmente llegó a liderar el partido. En 1983, ganó las elecciones nacionales y se convirtió en el nuevo presidente de los argentinos (1983-1989). Su gestión se caracterizó por la restauración de la democracia y las libertades individuales, y la defensa de las instituciones republicanas de gobierno. En 1999, la UCR, en coalición con el FREPASO (Alianza), llevó al gobierno a Fernando de la Rúa.

Partido Justicialista (PJ)

El Partido Justicialista se originó a mediados de la década del 40, después de que un golpe militar desplazó al gobierno conservador del presidente Castillo. Comenzó a adquirir cada vez mayor importancia un coronel del Ejército, Perón, gracias a su programa de protección social de los trabajadores y de defensa contra la explotación patronal. Los trabajadores perseguidos durante el régimen conservador hallaron en él un líder con el que podían identificarse. Rivalidades internas dentro del régimen militar obligaron al presidente Farrell a destituir y encarcelar a Perón. El 17 de octubre de 1945, una multitud de obreros del Gran Buenos Aires marchó hacia la sede del gobierno para exigir su liberación. Ante esta manifestación, el régimen militar se derrumbó y convocó a elecciones presidenciales para 1946, en las que vencieron las fuerzas que apoyaron a Perón.

Primeros Gobiernos Peronistas (1946-1955)

Perón impulsó durante su gestión de 1946 a 1955 una fuerte intervención estatal en la economía a fin de promover el crecimiento basado en la industrialización, la nacionalización de los servicios públicos, la neutralidad en política exterior, la promoción de bienestar social y la adopción de numerosas reformas a beneficio de los trabajadores, la vasta sindicalización, así como la creación de asociaciones empresariales y profesionales. Su esposa, Eva Perón, fue una figura emblemática del peronismo. En 1955, un nuevo golpe militar derrocó a Perón y se abrió un nuevo ciclo de casi veinte años caracterizado por la presencia de las Fuerzas Armadas en la política, el aumento de la violencia política y la creciente radicalización de los reclamos y las protestas sociales.

El Justicialismo Post-Perón

En 1973, el Justicialismo ganó nuevamente las elecciones presidenciales en un clima de grandes expectativas, pero también de graves tensiones ideológicas y de luchas por el poder. Tras la muerte del líder histórico en 1974, la crisis económica y la violencia desatada por los grupos guerrilleros fueron el marco de un nuevo golpe de las Fuerzas Armadas contra el régimen democrático en 1976.

Tras la dictadura militar y la derrota electoral en 1983, el peronismo inició un proceso de renovación interna liderado, entre otros dirigentes, por Antonio Cafiero y Carlos Menem. En 1989, Menem fue electo presidente y, durante su gestión (1989 y 1999), encaró una profunda reforma del Estado mediante la privatización de las empresas públicas, impulsó la estabilidad económica y la desregulación y apertura de los mercados, y reorientó la política exterior del gobierno, promoviendo un acercamiento a los EE. UU.

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