22 Nov
Planificación Educativa y Desarrollo Social: Abordaje de Conflictos en la Infancia
Este documento aborda los conflictos propios del desarrollo social y la planificación educativa necesaria en el ámbito del desarrollo social infantil.
1. Conflictos Propios del Desarrollo Social en la Infancia (0-6 años)
Los conflictos del desarrollo social en niños de 0 a 6 años son consecuencia del proceso evolutivo y de las interacciones con adultos y otros niños.
Aparecen cuando el niño adquiere nuevas capacidades que generan conflictos internos y cambios en sus relaciones. Son sucesos naturales y necesarios, ya que, bien resueltos, le permiten avanzar en su desarrollo.
Es necesaria una intervención educativa que considere el conflicto como fuente de aprendizaje. Si se mantienen más allá de la edad evolutiva correspondiente, se convierten en trastornos que requieren tratamiento especializado.
Conflictos más comunes:
- Ansiedad por la separación: Aparece hacia los 8 meses. Si se prolonga, puede causar dependencia y dificultades de adaptación.
- Oposición al adulto: Surge hacia el segundo año (conocida como la “edad del no” o “yo solo”). Es natural, pero debe abordarse para evitar que se prolongue.
- Conflictos con los iguales: Frecuentes por juguetes o espacio. Generan empujones, mordiscos o golpes. Son normales hasta los 3-4 años.
Estos conflictos deben tratarse como momentos idóneos para el aprendizaje de normas, límites y autocontrol.
2. Las Conductas Agresivas
La agresión es cualquier conducta que pretende herir física o psicológicamente, y su rasgo principal es la intencionalidad.
A los 2 años aparece como reacción ante la autoridad o la posesión de objetos (agresión instrumental).
A partir de los 3-4 años disminuye, gracias al lenguaje y al autocontrol. Si persiste, se considera un trastorno, ya que la agresión pasa a ser un fin en sí misma.
Características de los niños agresivos:
- Poca tolerancia a la frustración y escaso autocontrol.
- Error perceptivo: Interpretan las acciones de los demás como hostiles.
Factores familiares que influyen en la agresión:
- Poco afecto y hostilidad.
- Control mediante castigo físico (“afirmación de poder”).
- Falta de coherencia en las normas.
- Presencia de conflictividad en la pareja.
2.1. El Manejo de los Mordiscos
Los mordiscos son frecuentes entre el año y medio y los tres años. Al principio son exploratorios, pero luego se convierten en una forma de expresar frustración o excitación.
Estrategias para controlar los mordiscos:
- Enseñar comportamientos alternativos (caricias, consolar).
- Ayudarle a identificar y nombrar emociones.
- Separarle del grupo si está excitado y ofrecerle calma.
- Reaccionar con un “no” rotundo y explicar que el mordisco hace daño.
- Atender al niño agredido sin reforzar la conducta del que muerde.
Si la conducta se repite, se debe informar a las familias sin dramatizar.
3. El Riesgo de Exclusión Social
Algunos niños están en riesgo de inadaptación, por lo que la escuela debe actuar de forma preventiva.
Causas principales del riesgo de exclusión:
- Sociales: Carencias económicas, culturales, drogadicción, paro, etc.
- Pertenencia a minorías étnicas o religiosas.
- Familiares: Violencia, negligencia, sobreprotección.
- Personales: Discapacidad.
Respuesta educativa preventiva y compensadora:
- Favorecer la asistencia y participación del niño.
- Coordinarse con Servicios Sociales y otros organismos.
- Proporcionar en la escuela un ambiente afectivo, estimulante y seguro.
4. El Desarrollo de las Habilidades Sociales
Según Inés Monje, las habilidades sociales son conductas necesarias para relacionarse eficazmente con iguales y adultos.
El niño con competencia social tiene más relaciones, mejor autoestima y aceptación. Las habilidades sociales se aprenden.
Habilidades sociales trabajadas en la escuela:
- Básicas: Sonreír, saludar, pedir favores.
- Para hacer amigos: Unirse al juego, compartir, cooperar.
- De comunicación: Mantener conversaciones, participar en grupo.
- Para resolver conflictos: Identificar problemas y buscar soluciones.
- Relacionadas con emociones y opiniones: Expresar y recibir emociones, defender opiniones.
- Para relacionarse con adultos: Conversar y resolver problemas con ellos.
4.1. La Educación Incidental
La educación social y afectiva no solo se enseña con actividades planificadas, sino también a través de la vida diaria en el aula.
La educación incidental es aquella que se da de forma espontánea, sin planificación, a través de la imitación, identificación y vivencias.
Lo que el niño observa en su entorno tiene más peso que lo que se le dice. La escuela debe cuidar estos aspectos y colaborar con las familias para ofrecer modelos positivos y alternativas saludables de ocio.
5. El Periodo de Adaptación a la Escuela
Es el tiempo desde que el niño llega al centro hasta que se integra completamente. Su objetivo es que el niño se familiarice con el nuevo entorno, sus compañeros y educadores.
Importancia del periodo de adaptación:
- Para el niño: Pasa de un entorno conocido a otro nuevo.
- Para las familias: Deben confiar y aprender a separarse.
- Para los educadores: Observan y conocen al niño.
No hay una única estrategia válida: cada niño tiene su ritmo. Debe haber colaboración con las familias (reuniones, entrevistas, visitas previas).
Dificultades más comunes:
- Imposibilidad de realizar el proceso completo por motivos laborales.
- Enfermedad del niño.
- Dificultades por parte de los padres (exceso de ansiedad o interferencias).
- Incorporaciones a mitad de curso.
El educador debe mostrarse afectuoso y comprensivo, evitando que el niño genere una dependencia excesiva.

Deja un comentario