19 Nov
Suplementación Nutricional: ¿Cuándo es Necesaria?
La suplementación nutricional consiste en el uso de productos concentrados de nutrientes, como vitaminas, minerales, aminoácidos o extractos vegetales, que se consumen con el fin de complementar la dieta habitual. En principio, una alimentación equilibrada y variada debería cubrir todas las necesidades nutricionales de una persona sana. Sin embargo, existen situaciones en las que la suplementación puede ser necesaria o beneficiosa, especialmente cuando hay deficiencias nutricionales, enfermedades, alto nivel de actividad física o dietas restrictivas.
La función principal de la suplementación es ayudar a cubrir carencias o reforzar las necesidades del organismo en determinadas situaciones. Aunque una alimentación equilibrada y variada debería ser suficiente, en la práctica muchas personas no consiguen cubrir todos los requerimientos diarios debido a malos hábitos alimentarios, estrés, enfermedades o etapas vitales concretas.
Ejemplos de Suplementación Necesaria
- Deportistas de alto rendimiento: Las demandas energéticas y nutricionales son elevadas. Puede ser útil suplementar con proteínas (suero de leche o proteína vegetal), hierro, vitamina D o magnesio, ya que se pierden por el sudor y el esfuerzo muscular.
- Mujeres en edad fértil: Pueden requerir suplementos de hierro y ácido fólico para prevenir anemias y defectos en el desarrollo del sistema nervioso del bebé (especialmente durante el embarazo).
- Personas celíacas o con intolerancias alimentarias: Suelen necesitar suplementos de calcio, vitamina B12 y zinc, debido a la mala absorción intestinal.
- Dietas veganas o vegetarianas: Necesitan suplementos de vitamina B12, ya que esta vitamina solo se encuentra de manera natural en alimentos de origen animal. También pueden beneficiarse de fuentes vegetales de omega-3 (derivadas de algas).
- Personas con baja exposición solar: La falta de vitamina D es común, y la suplementación ayuda a mantener los niveles óptimos y prevenir problemas óseos o de inmunidad.
- Personas mayores: El envejecimiento reduce la capacidad de absorber nutrientes como el calcio o la vitamina B12, por lo que los suplementos pueden contribuir a mantener una buena salud ósea y cognitiva.
Otro ejemplo es la suplementación con omega-3 (aceite de pescado o microalgas), que tiene beneficios demostrados en la salud cardiovascular y cerebral. Sin embargo, es importante recordar que la suplementación no debe sustituir una dieta equilibrada, sino complementarla. El exceso de suplementos puede ser perjudicial; por ejemplo, un consumo elevado de vitamina A o hierro puede generar toxicidad. Por ello, la suplementación debe ser siempre personalizada, indicada por un profesional sanitario o nutricionista y adaptada a las necesidades individuales. El objetivo debe ser siempre mantener un equilibrio entre dieta, ejercicio, descanso y, solo cuando sea necesario, recurrir a suplementos específicos.
Nutrición Ortomolecular: El Equilibrio de las Moléculas Correctas
La nutrición ortomolecular es una corriente de la medicina alternativa propuesta por Linus Pauling, que busca mantener la salud y prevenir enfermedades mediante el uso de cantidades óptimas de sustancias naturales presentes en el cuerpo, como vitaminas, minerales, aminoácidos, enzimas y ácidos grasos. El término ‘ortomolecular’ significa ‘molécula correcta’, y su objetivo es proporcionar al organismo los nutrientes en las proporciones adecuadas para optimizar sus funciones metabólicas y corregir desequilibrios bioquímicos.
Según este enfoque, muchos trastornos de salud se deben a desequilibrios o carencias de ciertos nutrientes. A diferencia de la nutrición convencional, que se basa en cubrir los requerimientos mínimos diarios, la ortomolecular busca alcanzar niveles “óptimos”, que pueden variar según la edad, el estilo de vida o el estado de salud de cada persona. Así, no todas las personas necesitan las mismas cantidades de cada nutriente.
Aplicaciones y Nutrientes Clave
Ejemplos prácticos incluyen:
- Vitamina C: Utilizada en altas dosis para reforzar el sistema inmunológico y como antioxidante.
- Magnesio: Esencial para el sistema nervioso; su deficiencia puede provocar estrés o insomnio. Alguien sometido a un alto nivel de estrés puede requerir más magnesio.
- Zinc y Selenio: Utilizados como potentes antioxidantes.
- Complejo B: Para mejorar la energía celular y la salud neurológica.
- Triptófano y Magnesio: Para controlar la ansiedad y favorecer el sueño, ya que el triptófano es precursor de la serotonina.
- Aminoácidos: Como la glutamina para proteger el intestino o la carnitina para mejorar el metabolismo energético en deportistas.
- Ácidos Grasos Omega-3: Contribuyen a la salud cardiovascular y cerebral, e influyen positivamente en el estado de ánimo.
- Fitonutrientes: Como la curcumina o el resveratrol, por sus efectos antiinflamatorios y protectores celulares.
A diferencia de la medicina convencional, la nutrición ortomolecular se centra en la prevención y en la individualización del tratamiento. No obstante, debe aplicarse bajo supervisión profesional, ya que el uso excesivo de suplementos puede causar desequilibrios o interferir con medicamentos. En resumen, promueve el uso racional y personalizado de los nutrientes naturales como herramienta terapéutica y preventiva, fomentando el equilibrio bioquímico del cuerpo para alcanzar un estado óptimo de salud.
Galénica Vegetal: Transformación de Plantas Medicinales
La galénica vegetal es la rama de la farmacología o farmacotecnia que estudia la transformación de plantas medicinales en formas farmacéuticas útiles, seguras y efectivas. Se basa en los principios de la galénica general, pero aplicados a productos de origen vegetal. Su finalidad es obtener preparados que mantengan las propiedades terapéuticas de las plantas, garantizando su estabilidad, pureza y biodisponibilidad.
Las plantas medicinales contienen una gran variedad de sustancias beneficiosas, como aceites esenciales, flavonoides, taninos o alcaloides. Para que estas sustancias sean efectivas, deben prepararse correctamente. En la galénica vegetal, se seleccionan las partes de la planta con mayor concentración de principios activos (hojas, flores, raíces o frutos) y se someten a procesos como secado, maceración, infusión o extracción con alcohol o agua.
Formas Farmacéuticas y Ejemplos
A partir de estas técnicas se elaboran productos como:
- Tinturas y Extractos Fluidos: Por ejemplo, la manzanilla (*Matricaria chamomilla*) puede procesarse en infusiones para problemas digestivos o extractos fluidos para usos tópicos antiinflamatorios.
- Cápsulas y Comprimidos: El Ginkgo biloba se transforma en comprimidos para mejorar la circulación cerebral; el hipérico (*Hypericum perforatum*) en cápsulas para aliviar síntomas leves de depresión; o la valeriana en cápsulas para mejorar el sueño.
- Ungüentos o Aceites Esenciales: El aceite esencial de lavanda es conocido por sus propiedades relajantes.
La galénica vegetal también considera aspectos cruciales como la estandarización, que garantiza que cada dosis contenga una cantidad constante de principios activos, y la conservación, que evita la degradación del producto por luz, humedad o temperatura. Además, tiene en cuenta la seguridad, eliminando componentes tóxicos o ajustando las dosis terapéuticas adecuadas. En definitiva, la galénica vegetal combina el conocimiento tradicional de las plantas medicinales con técnicas farmacéuticas modernas para obtener preparados eficaces y seguros, asegurando que los beneficios terapéuticos de la fitoterapia sean accesibles y fiables para el consumo humano.
Nutrición y Fitoterapia para la Salud Mental
El estrés, la ansiedad y la depresión son trastornos mentales frecuentes que afectan tanto al bienestar emocional como físico. La salud mental está estrechamente relacionada con la alimentación y los hábitos de vida, ya que nutrientes como las vitaminas, los minerales y los ácidos grasos influyen directamente en el funcionamiento del sistema nervioso y en la producción de neurotransmisores como la serotonina o la dopamina. Por eso, una dieta desequilibrada puede afectar al estado de ánimo y aumentar la vulnerabilidad a estos trastornos.
El Eje Intestino-Cerebro y los Neurotransmisores
La nutrición desempeña un papel esencial en la regulación del sistema nervioso. Un déficit de nutrientes como magnesio, vitaminas del grupo B, zinc, hierro, omega-3 o triptófano puede agravar los síntomas de estrés o depresión, ya que estos participan en la síntesis de neurotransmisores responsables del equilibrio emocional. Por ejemplo, el triptófano, presente en el plátano o el pavo, es precursor de la serotonina; los ácidos grasos omega-3 de los pescados azules favorecen la función cerebral, y el magnesio ayuda a relajar el sistema nervioso. Además, una alimentación equilibrada rica en frutas, verduras y cereales integrales mejora el equilibrio intestinal, donde se produce gran parte de la serotonina, demostrando que una microbiota sana influye positivamente en el estado de ánimo.
Estrés
El estrés es la respuesta natural del cuerpo ante una situación de presión o demanda. Cuando se mantiene en el tiempo, se vuelve perjudicial y provoca cansancio, insomnio e irritabilidad. Desde la nutrición, es importante aportar vitaminas del grupo B, magnesio y alimentos ricos en triptófano. Desde la fitoterapia, se pueden emplear plantas adaptógenas como la ashwagandha o la rodiola (*Rhodiola rosea*), que ayudan al cuerpo a adaptarse mejor a las situaciones de estrés físico y mental. El ginseng también es un adaptógeno que potencia la energía y reduce la fatiga mental.
Ansiedad
La ansiedad es un estado de inquietud o miedo excesivo, que puede ir acompañado de síntomas físicos como taquicardia o dificultad para dormir. Una dieta equilibrada, con menos cafeína y azúcar y más omega-3, magnesio y vitaminas B, puede ayudar a controlar sus efectos. En cuanto a las plantas medicinales, la valeriana (*Valeriana officinalis*), la melisa o la pasiflora (*Passiflora incarnata*) tienen propiedades calmantes y relajantes, útiles para reducir la tensión nerviosa y facilitar el sueño.
Depresión
La depresión es un trastorno emocional más profundo, asociado con una disminución de los neurotransmisores relacionados con el bienestar. Nutrientes como la vitamina D, los omega-3 y el folato desempeñan un papel importante en la prevención y mejora del estado de ánimo. En el ámbito de la fitoterapia, el hipérico o Hierba de San Juan (*Hypericum perforatum*) ha mostrado eficacia en casos de depresiones leves y moderadas.
En conclusión, el control del estrés, la ansiedad y la depresión requiere un abordaje integral que combine una buena alimentación, ejercicio físico, descanso adecuado y apoyo emocional, junto con el uso responsable de plantas medicinales y nutrientes esenciales. La nutrición y la fitoterapia actúan como herramientas complementarias que pueden mejorar el equilibrio emocional y la calidad de vida sin depender exclusivamente de fármacos químicos.

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