10 Nov
La Crisis del Antiguo Régimen (1808-1814)
1.1. La Crisis de la Monarquía Borbónica
La reacción de la monarquía de Carlos IV fue declararle la guerra a Francia. La guerra fue un fracaso, y a partir de 1799, Manuel Godoy dio un giro radical a la política exterior. Las decisiones de Godoy provocaron la explosión del Motín de Aranjuez, que forzó la dimisión del ministro y la abdicación del rey en su hijo Fernando VII. Napoleón decidió convocar a Carlos IV y a Fernando en Bayona, donde les hizo abdicar y aceptar el nombramiento de su hermano José Bonaparte como rey de España.
1.2. La Guerra de la Independencia (o del Francés)
El 2 de mayo de 1808 se inició la Guerra de la Independencia. Se crearon juntas para dirigir la resistencia, coordinadas por una Junta Suprema Central, mientras grupos de patriotas se organizaron en guerrillas. La resistencia de las ciudades al rendirse ante los franceses (sitios o asedios) contribuyó al desgaste de las tropas invasoras.
El curso de la guerra cambió en 1812, cuando la Campaña de Rusia obligó a Napoleón a desplazar parte de su ejército a ese país. En el mismo año se firmó el Tratado de Valençay, en el cual Fernando VII recuperaba la corona y Napoleón retiraba sus tropas de España.
1.3. Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
La Junta Central convocó una reunión de Cortes en la ciudad de Cádiz, el único territorio no ocupado por los franceses. La mayoría defendió en las Cortes las nuevas ideas del liberalismo e impuso sus opiniones al sector más absolutista. En representación de la nación española se redactó una Constitución, aprobada en 1812 (conocida como «La Pepa»), que reflejaba los principios básicos del liberalismo político.
Las Cortes de Cádiz también aprobaron leyes destinadas a desmantelar el Antiguo Régimen. Sin embargo, la situación bélica impidió la aplicación de todo lo legislado en Cádiz. Los absolutistas y los antiguos privilegiados solo querían el retorno a la situación anterior a 1808.
El Enfrentamiento entre Absolutismo y Liberalismo (1814-1833)
2.1. La Restauración del Absolutismo (1814-1820)
El rey impuso un Golpe de Estado en el que clausuró las Cortes y anuló la Constitución. Durante los meses siguientes se produjo la restauración de todas las antiguas instituciones y se restableció el régimen señorial. Era el retorno del Antiguo Régimen.
2.2. El Trienio Liberal (1820-1823)
Un pronunciamiento protagonizado por el coronel Riego en Cabezas de San Juan (Sevilla) consiguió triunfar y se inauguró el Trienio Liberal. El rey se vio obligado a acatar la Constitución de 1812, a decretar una amnistía y a convocar elecciones.
La Revolución Liberal y las Regencias (1833-1843)
4.1. La Primera Guerra Carlista (1833-1840)
A la muerte del rey Fernando VII, su hija y heredera, Isabel, solo tenía 3 años. Para defender los derechos de su hija, su madre, María Cristina (la regente), buscó el apoyo de los liberales. Así se inició una guerra civil que significó el enfrentamiento entre absolutistas (carlistas) y liberales (isabelinos).
Los partidarios del carlismo eran los defensores del Antiguo Régimen. Los isabelinos presentaban un conglomerado de intereses. La propia monarquía y nobleza tenían como interés esencial la defensa del trono y de sus privilegios, pero vieron en la unión con los sectores liberales la única manera de enfrentarse al carlismo.
La guerra se prolongó durante siete años. Los focos más importantes de la insurrección carlista surgieron en:
- País Vasco
- Navarra
- Cataluña
- Aragón
- Valencia
El Convenio de Vergara puso fin a la guerra, pero el carlismo se mantuvo a lo largo de casi todo el siglo XIX.
4.2. Las Reformas Progresistas
Los liberales estaban divididos en dos facciones:
- Moderados: Partidarios de reformas más limitadas.
- Progresistas: Querían desmantelar toda la estructura del Antiguo Régimen.
Durante la Guerra Carlista, María Cristina impulsó la formación de un gobierno liberal. Entre 1835 y 1837, los progresistas, con Mendizábal al frente, implantaron un régimen liberal. Este proceso culminó con la Constitución de 1837, que inauguró un periodo de monarquía parlamentaria en España. El nuevo texto reconocía la soberanía nacional y los derechos individuales, pero aceptaba el papel moderador de la Corona.
4.3. La Regencia de Espartero (1840-1843)
En 1837, los moderados, con el apoyo de María Cristina, accedieron al gobierno e intentaron dar un giro conservador al proceso de revolución liberal. El progresista general Espartero fue nombrado regente, pero sus medidas librecambistas perjudicaron la naciente industria española, y el autoritarismo con que gobernó le valieron la oposición de buena parte del país.
En 1843, Espartero dimitió y las Cortes avanzaron la mayoría de edad de Isabel II y la proclamaron reina.

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