19 Dic
La Crisis del Antiguo Régimen (1788-1833): Liberalismo frente a Absolutismo
El periodo político comprendido entre 1788 y 1833 abarca tres etapas fundamentales: el reinado de Carlos IV, la Guerra de Independencia y el reinado de Fernando VII, que a su vez se subdivide en otras tres etapas. El punto de partida fue el Antiguo Régimen, cuyas características principales son: una economía agraria, una sociedad estamental y la monarquía absoluta. Durante este periodo acontecen las primeras experiencias liberales de nuestra historia, que sirven de inspiración para el modelo liberal en España.
El Reinado de Carlos IV y el Impacto de la Revolución Francesa
Carlos IV, para aliviar los problemas hacendísticos, seguirá los pasos de su padre con la venta de “vales reales” (títulos de deuda pública). Exprimió más las colonias americanas, aumentando el deseo de independizarse. Con el estallido de la Revolución Francesa, el rey y su ministro Floridablanca frenarán las tímidas reformas y cerrarán las fronteras creando un “cordón sanitario”. El Conde de Aranda (nueva mano derecha del rey) quería evitar una guerra contra Francia sabiendo que favorecería a su rival colonial, Gran Bretaña; pero cuando Luis XVI es guillotinado a finales de 1792, será sustituido por Manuel Godoy.
Este iniciará una guerra contra Francia, la “Guerra de la Convención” (1793-1795), que resultó desastrosa para España y la convertirá en un títere para los franceses. La vieja alianza franco-española se renueva con los Tratados de San Ildefonso. Godoy desamortizará bienes eclesiásticos para sanear la hacienda. El Estado Llano es el que más sufre la crisis y las consecuencias de las guerras.
1808: El Colapso de la Monarquía y la Guerra de Independencia
1808 fue un año horrible. Tras el Tratado de Fontainebleau de 1807 para repartirse Portugal, en enero entran a España tropas francesas. El 17 de marzo de ese mismo año se produce el “Motín de Aranjuez” (una revuelta de privilegiados donde el hijo del rey estaba involucrado). Al día siguiente, Carlos IV destituye a Godoy y abdica en su hijo; días más tarde le suplica ayuda a Napoleón Bonaparte.
El 2 de mayo, el desconcierto del pueblo empuja a una revuelta en Madrid duramente reprimida. Napoleón convoca a padre e hijo en Bayona y hacen las paces, cediéndole el poder del trono a Napoleón; el 5 de mayo se producen las Abdicaciones de Bayona. La población organiza una resistencia armada con Juntas Supremas Locales cuya sede irá variando: Madrid, Sevilla y finalmente Cádiz. En junio se producen los sitios de Zaragoza y Gerona. El 7 de julio, José I Bonaparte se proclama rey de España. Llegó con una Carta Otorgada (Estatuto de Bayona) con postulados liberales: abolición de la Inquisición, eliminación de aranceles y aduanas, entre otros. La llegada de José I supuso la caída del absolutismo y del Antiguo Régimen por un tiempo. José I fue aceptado por los afrancesados.
Desarrollo de la Guerra y las Cortes de Cádiz
La Guerra de Independencia se desarrolla en un contexto de guerra europea contra Napoleón. El 19 de julio de 1808 se produce el triunfo antifrancés en Bailén. En noviembre, las tropas francesas vuelven a controlar todo el territorio. Desde entonces se desarrolla la guerra de guerrillas. En 1810, la Junta Suprema Central convoca elecciones a Cortes. Los representantes, liberales en su mayoría, promulgaron una constitución el 19 de marzo de 1812, conocida popularmente como “La Pepa”, con medidas como: la abolición de la Inquisición, la soberanía nacional y la división de poderes.
La intervención inglesa en España con el Duque de Wellington, junto al fracaso de la campaña de Napoleón en Rusia en 1812, va a favorecer victorias importantes anglo-españolas. Este contexto de inestabilidad y de crisis va a favorecer insurrecciones en las colonias americanas. A finales del verano de 1813, José I abandona el reino y se firma el Tratado de Valençay, que suponía el abandono de las tropas francesas y el regreso de Fernando VII.
El Reinado de Fernando VII “el Deseado” (1814-1833)
Este periodo se divide en tres etapas diferenciadas:
- 1) Sexenio Absolutista (1814-1820): Se inicia con la llegada a España del rey. En Valencia recibe en abril el Manifiesto de los Persas, escrito por 69 diputados absolutistas instándole a que restaure el Antiguo Régimen. En mayo, Fernando VII suprime la Constitución y restaura la monarquía absoluta. Los liberales son perseguidos y detenidos. Otros problemas de Fernando VII van a ser los problemas crónicos de la Hacienda, ya que al mantener los privilegios se impide una reforma fiscal y el comienzo de la industrialización.
- 2) Trienio Liberal (1820-1823): Se inicia con la sublevación del coronel Rafael del Riego. Exigen al rey que jure la Constitución de 1812; este, asustado, accede. Los exiliados liberales regresan y aparecen dos tendencias: los moderados o doceañistas (partidarios de la Constitución de 1812) y los exaltados, que querían ir más allá. El 7 de julio de 1822, una contrarrevolución es rechazada por la Milicia Nacional. Este fracaso llevó a los absolutistas y a Fernando VII a recurrir a la Santa Alianza y a los Cien Mil Hijos de San Luis, que atraviesan la frontera al mando del Duque de Angulema el 7 de abril de 1823, invadiendo el país y derrotando a los liberales. Riego es capturado y condenado a la horca.
- 3) Década Ominosa (1823-1833): Se produjo la derogación de la legislación liberal de la etapa anterior y una oleada de represión contra los liberales que les obligó al exilio o a la cárcel. Debido a la mala situación económica, se introdujeron reformas que obligaron a parte de la nobleza a contribuir a los gastos del Estado (pagar impuestos), lo que provocó que esta se convirtiera en un núcleo de oposición al rey: los llamados ultraabsolutistas.
Esta última etapa se vio marcada por la cuestión sucesoria. Fernando VII se casó con María Cristina de Borbón y tuvieron una hija, Isabel. Fernando VII, con el objetivo de abolir la Ley Sálica, promulgó la Pragmática Sanción. Esta decisión no fue bien recibida por los ultraabsolutistas, que querían que el rey fuera el hermano de Fernando VII, Carlos María Isidro. Esto dio lugar al surgimiento de dos bandos, Carlistas e Isabelinos, dando inicio a la Primera Guerra Carlista (1833-1839).
Legado de las Experiencias Liberales
Durante este periodo se producen las dos primeras experiencias liberales de nuestra historia: las Cortes de Cádiz y el Trienio Liberal. La Constitución de 1812 sirvió de modelo e inspiración del liberalismo del siglo XIX en España y también inspiró constituciones tanto en Europa como en América.
Análisis de la Constitución de 1812
El texto presentado posee naturaleza jurídica, ya que es la Constitución que se promulgó en Cádiz el 19 de marzo de 1812. Es una fuente primaria donde se recoge todo el ordenamiento jurídico-político que debía regir el devenir de España. Por ello, es un documento público dirigido a todos los ciudadanos españoles. El autor son las Cortes de Cádiz, convocadas por la Junta Central Suprema en 1810 con el objetivo de gobernar los territorios no ocupados por los franceses.
Es la constitución más extensa de nuestra historia con 384 artículos. Está impregnada del ideario liberal, aunque mantiene aspectos como la importancia del rey y la exclusividad de la religión católica. A continuación, se detallan los artículos más representativos:
- Art. 1, 2 y 3: Tratan sobre dónde reside la autoridad suprema del poder político, es decir, la soberanía nacional. Esta reside en la nación y es indivisible. Se hace referencia a los españoles de “ambos hemisferios”, incluyendo las colonias de ultramar.
- Art. 4: Se refiere a los derechos y libertades individuales, instando al Estado-Nación a proteger la propiedad privada.
- Art. 8: Establece la igualdad frente a la ley y la obligatoriedad de contribuir a los gastos del Estado según los haberes, eliminando la exención fiscal de los privilegiados.
- Art. 15, 16 y 17: Señalan la división de poderes: el legislativo reside en las Cortes con el Rey, el ejecutivo en el Rey, y el judicial en los tribunales de justicia.
- Art. 92: Establece un sufragio universal masculino indirecto.
- Art. 366: Defensa del derecho a la enseñanza primaria y la educación en el catecismo católico.
Contexto Histórico de las Cortes
Las Cortes de Cádiz se contextualizan en un periodo agitado. Tras las Abdicaciones de Bayona y el nombramiento de José I, se produce el levantamiento antifrancés. En las zonas no ocupadas se crearon Juntas Provinciales, dependientes de la Junta Suprema Central, que asumió la soberanía nacional para defender la integridad del país. La configuración de las Cortes representaba a una minoría intelectual: eclesiásticos, militares y funcionarios.
En su seno convivían tres ideologías:
- Liberales: Partidarios de reformas revolucionarias.
- Absolutistas: Llamados despectivamente “serviles”, que querían mantener el viejo orden.
- Constitucionalistas: Partidarios de reformas moderadas.
Las Cortes desmantelaron la arquitectura del Antiguo Régimen mediante una obra legislativa que establecía la libertad de imprenta, la abolición de los señoríos jurisdiccionales y la libertad de empresa. Aunque los ciudadanos reconocían a Fernando VII como rey, lo hacían bajo la figura de rey constitucional. La llegada de Fernando VII en 1814 y el Manifiesto de los Persas supusieron la derogación de “La Pepa”. A pesar de su simbolismo, su vigencia fue reducida e intermitente: de 1812 a 1814, durante el Trienio Liberal (1820-1823) y brevemente entre 1836 y 1837.

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