04 May

Filosofía Moderna: Introducción y Racionalismo

Desde el punto de vista filosófico, la Edad Moderna se inicia a partir del pensamiento de **Descartes**. Descartes inicia un interés (un giro) hacia el **conocimiento**: qué conocemos y qué criterios tenemos para decir que nuestro conocimiento es verdadero. A partir de su reflexión se inaugura el **idealismo**, que consiste en la afirmación de que no conocemos realidades, sino pensamientos de una realidad que suponemos que existe como detonante de nuestros pensamientos o ideas. Conocer no es conocer realidades, sino ideas, contenidos mentales. Es por ello que pueden explicarse los errores intelectuales cometidos en el pasado. Este interés por el conocimiento y la preocupación sobre qué es verdadero se deriva de una desconfianza generalizada propia de una época de crisis (siglo XVII) que culmina en una época de gran optimismo, de plena confianza en la **razón** como garante de un progreso sin fin; será el **siglo de las Luces**, la **Ilustración**, el siglo XVIII.

Para justificar esa desconfianza con la que se inicia la Edad Moderna, hay que tener en cuenta que se trata de un periodo de crisis generalizada derivado de los acontecimientos culturales, científicos y religiosos producidos durante el **Renacimiento**. Y es un periodo de crisis política con guerras religiosas, como la **Guerra de los Treinta Años**, en la que participó Descartes, y una posterior serie de **revoluciones burguesas** que culminarán en la **Revolución Francesa** y que suponen la caída del **Antiguo Régimen** y abren las puertas al **parlamentarismo** y la **democracia**. En este último aspecto, destacar la contribución de los **filósofos contractualistas** (**Locke**, **Hobbes**, **Rousseau** y el prudente **Kant**). Todo ello perfila una época histórica que desconfía de la tradición. Se trata de evitar el error en el que se ha estado durante siglos, al permitir que instancias ajenas a la razón decidieran sobre la verdad de nuestros conocimientos y organizaran nuestras vidas.

Características del Racionalismo

Descartes (**Leibniz** y **Spinoza**) es también fundador del **Racionalismo**, una corriente **epistemológica** que sostendrá la existencia de **ideas innatas** en nuestra mente, es decir, nuestra mente posee ideas al margen de la **experiencia**. El modelo de conocimiento es el matemático; la **deducción** es un método infalible si se sustenta en premisas, en datos incuestionablemente verdaderos. El conocimiento se expresará mediante **juicios** (enunciados, argumentos) **analíticos** (no aportan información) **a priori** (que prescinden de la experiencia, son anteriores a ella).

El Pensamiento de Descartes

Conocimiento en Descartes

Pretendió buscar por sí mismo un conocimiento seguro. Defiende (al igual que **Sócrates**) que la **razón** por sí misma, por su propia naturaleza, tiende a la verdad, por lo que si descubrimos su dinámica natural hallaremos el **método** que evite el error y garantice pensar correctamente. Su principal objetivo es, por tanto, el estudio y descubrimiento del método (de ahí que sus principales obras sean Discurso del método y Reglas para la dirección del espíritu).

El método cartesiano consta de dos pasos o etapas:

  1. Análisis: en la que interviene la **intuición intelectual** y consiste en dividir el problema en partes simples.
  2. Síntesis: en la que interviene la **deducción**, que consiste en ir ordenadamente de lo simple hasta lo complejo, en relacionar entre sí los conceptos haciendo razonamientos.

Su estrategia metodológica es la **indagación introspectiva**, es decir, para saber cómo funciona la mente y cuál es su método natural, debe observarse a sí mismo, y en dicha auto-observación hallará el método y desarrollará su filosofía. El punto de partida de la auto-indagación cartesiana es la **Duda Metódica**, que consiste en poner en entredicho todo conocimiento que hay en la mente con la finalidad de encontrar una primera verdad indubitable que le servirá de premisa para deducir el resto de verdades. Así, parte de:

  • Dudar de todo conocimiento empírico, pues los sentidos nos engañan en ocasiones, suficiente para desconfiar de ellos.
  • Dudar de la existencia de la realidad que creemos percibir, pues a veces nos engañamos con mundos que en realidad no existen.
  • Dudar de las verdades matemáticas, para lo que precisa postular la posibilidad de la existencia de un ser poderoso (hipótesis del **genio maligno**) que nos hace creer verdadero todo lo que pensamos racionalmente, siendo en realidad un engaño.

Y puesto que descubre que puede dudar de todo, cae en el **escepticismo**, afirmando que no hay verdad absoluta y segura. Y es en este momento cuando encuentra finalmente una primera verdad indubitable: su propia existencia como sujeto pensante. Aunque todo lo que creemos saber fuera falso, no podemos dudar de que lo hacemos, es decir, existo como alguien que duda, que cree, que piensa, y si **PIENSO, EXISTO** (**COGITO ERGO SUM**). Esta verdad se intuye con total **claridad y distinción**, es decir, con **EVIDENCIA**, y estas características se postulan como **criterio de verdad**: todo lo que se intuya con igual claridad y distinción se afirmará con certeza.

Metafísica y Antropología en Descartes

Metafísica en Descartes

Se tiende a decir que Descartes defiende un **pluralismo metafísico**, pero lo cierto es que la existencia de la realidad material (el mundo) y de Dios son deducidas a partir de su mente; la única realidad a la que llega mediante una deducción impecable es la idea de yo, la **res cogitans**. Descartes, a través del hallazgo intelectual del cogito ergo sum, concluirá la existencia de la **RES COGITANS**, de un yo, sujeto o **sustancia pensante**, que piensa **IDEAS** y que Descartes divide en tres tipos:

  • Ideas adventicias: las que parecen provenir de una realidad exterior.
  • Ideas facticias: las que construye o imagina el sujeto a partir de las anteriores.
  • Ideas innatas: las que posee el entendimiento por sí mismo, descubiertas a partir del cogito, que servirán como **criterio de verdad**, es decir, estas ideas son evidentes e indubitables.

En su autoindagación, Descartes descubrirá la **idea de infinito**, que no proviene de la experiencia ni del propio sujeto, que es finito, por lo que afirmará y demostrará (utiliza, entre otros, el **argumento ontológico**) la existencia de la **RES INFINITA**, es decir, para “salir” de su propia mente, precisa acudir a Dios, **sustancia infinita** que será la causante de mi idea innata de infinito y que, al ser infinitamente bueno, garantizará a su vez la idea de la existencia de la **RES EXTENSA**, **sustancia extensa**, mundo, realidad material que Descartes define, al igual que la ciencia moderna, como extensión cuantificable; frente a las otras dos sustancias, que son inmateriales, espirituales, aunque una limitada y la otra infinita. Este esquema es un **dualismo** de sustancias.

Ser Humano en Descartes

Tiene una **visión dualista** del ser humano, formado por dos sustancias opuestas:

  • El **alma** (**sustancia pensante**), inmaterial, que es la razón y la voluntad.
  • El **cuerpo** (**sustancia extensa**), material y sometido a las **leyes mecánicas** que rigen el universo físico; el cuerpo es una máquina.

A partir de esta definición, se plantea el dilema de la “**comunicación de las sustancias**”, pues si estamos compuestos por dos sustancias distintas e independientes, ¿cómo el alma influye en el cuerpo? y ¿cómo el cuerpo transmite información a nuestra mente? La solución de Descartes consistió en relacionar el alma con un órgano al que denominó **glándula pineal** y que situó en el cerebro, que transmitiría unas “realidades” que circularían a través de la corriente sanguínea, poniendo en contacto la actividad del alma con la del cuerpo. En cuanto a la **libertad humana**, el hombre solo es libre cuando su **razón** guía su **voluntad**, imponiéndose a las **pasiones corporales** (algo que nos recuerda a **Platón**). La realidad física, al igual que la interpreta la física moderna, excluye la libertad de la naturaleza; esta se mueve mecánicamente, determinada por leyes necesarias. Es el alma inmaterial la que impide que seamos una “cosa” más del mundo.

Empirismo e Ilustración

Empirismo: Características Generales

El **empirismo** surge como reacción contra el **dogmatismo** de la filosofía **racionalista**. Proponen como origen del conocimiento la **sensación**, la **experiencia** (de ahí el término empirismo) y, a diferencia del Racionalismo, consideran que la mente al nacer es **tabula rasa**; nacemos sin contenidos, aunque con capacidades. Todo conocimiento es **contingente**, es decir, su verdad o falsedad dependen de la existencia de sensaciones; por tanto, la experiencia es **principio de conocimiento** y **criterio de verdad**. El conocimiento se expresará mediante **juicios** (enunciados, argumentos) **sintéticos** (que aportan información) **a posteriori** (posteriores a la experiencia).

Empirismo: Teoría del Conocimiento

Los empiristas defendieron que todos los contenidos de nuestra mente proceden exclusivamente de la **experiencia sensible** y solo son verdaderos si proceden de ella. Solo conocemos nuestras propias **percepciones**, que son **hechos de conciencia** que experimentamos dentro de nosotros mismos. Las percepciones pueden ser:

  • Impresiones: es la huella que deja en nuestra mente la percepción sensorial.
  • Ideas: son resultado de la **imaginación** y la **memoria** a partir de las impresiones.

Las impresiones y las ideas pueden ser **simples** (no admiten división) o **complejas**. De impresiones simples se derivan ideas simples; de las impresiones complejas, ideas complejas (v.g., una pared blanca es una impresión simple, su recuerdo: una idea simple; una pared blanca en una habitación es impresión compleja, su recuerdo: una idea compleja). Pero las ideas complejas también pueden proceder de la combinación de ideas, y es aquí donde puede radicar la falsedad de algunas de ellas, pues interviene no la memoria, sino la imaginación, que tiende a asociar impresiones que no se han producido juntas en la percepción.

Características Generales de la Ilustración

Las características generales de la **Ilustración** incluyen:

  • **Confianza en la Razón** y lucha contra la **superstición**, la **tradición**, el **criterio de autoridad** y el analfabetismo.
  • La **educación** (ilustrar) es garantía de **progreso** individual y social, de ahí que interese su extensión a la población.
  • Creencia en el **progreso** siempre que se deje en libertad la razón. El progreso es una tendencia natural de la historia humana.
  • **Confianza en el conocimiento científico**, que se presenta como modelo de conocimiento, dando valor a las **matemáticas** como lenguaje de la realidad.
  • Proceso de **secularización**, lo que implica una separación entre los asuntos religiosos y los políticos; se entiende la religión como una opción personal y no un asunto de Estado.
  • A nivel político, hay tendencia a defender tesis **contractualistas**, por lo que se rechazan las **monarquías absolutas** y se fomenta el **parlamentarismo** y la **división de poderes**, lo que implica una ampliación de derechos a un mayor porcentaje de población, de ahí la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, aunque… ¡SE OLVIDARON DE LOS DERECHOS DE LAS MUJERES!

Nace así la denominada **primera ola feminista**, que aparece en el siglo XVIII y se prolonga hasta principios del siglo XX, con la figura francesa e “ilustrada” de **Olympe de Gouges** (Marie Gouze), quien publica en 1791 La Declaración de Derechos de la Mujer y la Ciudadana, donde se reclama una igualdad de derechos políticos (“… si la mujer tiene el derecho de subir al patíbulo, ella debe tener igualmente el derecho de subir a la tribuna…”). Es “ilustrada” porque vivió durante el periodo denominado Ilustración y porque luchó por tener una formación que le fue negada por ser mujer y de origen humilde. Es conocida por ser precursora del activismo en protesta contra la negación de derechos civiles y jurídicos a las mujeres y participar en la primera acción colectiva organizada en defensa de nuestros derechos. Es conocida por sus obras de teatro, discursos y panfletos, pues se le negó la posibilidad de fundar un periódico o de publicar en ellos; en cualquier caso, su voz se levantó para concienciar de la exclusión y opresión a las que se les sometía por el hecho de ser mujer. En 1793 es acusada y encarcelada por conspirar contra la República Francesa en una obra de teatro y finalmente condenada a la guillotina.

Tres años después, en 1796, la filósofa y escritora inglesa **Mary Wollstonecraft** publica su libro Defensa de los derechos de la mujer, donde, siguiendo el principio ilustrado de **confianza en la razón**, argumenta contra la mantenida e incuestionada inferioridad intelectual de las mujeres y en favor de su instrucción y educación al igual que los hombres, contribuyendo al progreso de la humanidad. Se centra en una reivindicación del derecho a la educación para todos y en hacer una crítica al papel de sumisión asignado a las mujeres, lo que las relegaba a tareas carentes de importancia, ninguneando su capacidad crítica y de pensar por ellas mismas. Tanto ella como su hija Mary Shelley (autora de Frankenstein o el moderno Prometeo) mantuvieron una vida creativa e independiente económicamente de sus maridos.

Ética: El Emotivismo de Hume

La ética de **Hume** se denomina **emotivismo** al establecer como criterio moral los **sentimientos** o **pasiones**. Afirmará que, en el caso de la moral, la **razón** está al servicio de los sentimientos, pues la función de la razón es conocer, y el **conocimiento** por sí mismo no obliga a nada; el conocimiento no es causa suficiente para actuar (contra el **intelectualismo socrático**): “el que sepamos que X es bueno no implica necesariamente obligación de hacer X”. El **deber ser** no se deriva del **ser**. La razón colaborará proporcionando los medios para la consecución de nuestras acciones. Solo el **deseo** nos incita a actuar, y deseamos aquello que nos produce **agrado-placer** y evitamos y rechazamos lo que nos produce **desagrado-dolor**. Aunque el sentimiento es **subjetivo**, es **universal** porque todos los seres humanos compartimos un **instinto moral** llamado **simpatía** (**empatía**) que nos permite compartir y comprender los sentimientos ajenos. El origen de este sentimiento humanitario es la **utilidad** o inutilidad de las conductas, interpretando como tales aquellas que contribuyen o no a la **felicidad colectiva**, es decir, a despertar en nosotros el agrado-placer o su contrario. Una acción tiene **mérito** cuando contribuye a producir un sentimiento de agrado en uno mismo y los demás, y lo agradable no es un concepto metafísico, sino verificable por experiencia. Su pensamiento tuvo influencia en el **utilitarismo** del XIX (**Bentham**, **Stuart Mill**), que definió como bueno lo que beneficia a la mayoría.

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