22 May
El País Vasco durante la Dictadura Franquista (1939-1975)
La dictadura de Franco abarcó desde el final de la Guerra Civil (1939) hasta su muerte (1975). En el País Vasco, este periodo se diferencia en dos etapas principales: una larga posguerra (1937-1953), conocida como la Autarquía, y una época de gran desarrollo económico (1953-1975), que se subdivide en tres periodos: Apertura, Desarrollismo y Final. El año 1953, marcado por la firma de los acuerdos hispano-norteamericanos, representó el inicio del reconocimiento internacional del franquismo y su definitiva consolidación, estableciendo la separación entre ambas etapas.
La Posguerra (1937-1953)
Impacto Económico y Social
Los daños materiales causados por la Guerra Civil en el País Vasco se concentraron principalmente en el sector eléctrico y en la red viaria, mientras que el entramado industrial quedó prácticamente intacto. Esta situación se explica, en el caso de Bizkaia, por el hecho de que Franco utilizó el potencial económico vasco para vencer a los republicanos. Sin embargo, una vez finalizada la guerra, surgieron problemas para el abastecimiento de materias primas; las minas de hierro vizcaínas comenzaron a agotarse y la industria vasca experimentó un crecimiento débil.
La sociedad vasca sufrió importantes pérdidas demográficas debido a la guerra, con miles de personas fallecidas y desplazadas al extranjero. No obstante, dentro de la sociedad vasca, también existieron grupos sociales que apoyaron la sublevación militar. La burguesía vasca se enriqueció con el crecimiento industrial, mientras que las clases trabajadoras padecieron la miseria. La supresión de los conciertos económicos en Bizkaia y Gipuzkoa en junio de 1937 supuso una escasez de recursos para que las diputaciones pudieran realizar sus funciones sociales, culturales y de equipamientos.
La Oposición al Franquismo en la Posguerra
En esta etapa, la oposición al franquismo fue minoritaria y difícil. En el exterior, destacó la labor del Gobierno Vasco en el exilio, dirigido por J. A. Aguirre, quien en Francia firmó el Pacto de Bayona en 1945, defendiendo el restablecimiento de la República.
En el interior, el renacer del movimiento obrero comenzó con la huelga fallida de 1947 en Bilbao, en la que participaron la UGT, ELA y la CNT. A esta le siguió la de 1951, que no solo afectó a Bilbao, sino también a industrias de Gipuzkoa y Vitoria.
El Desarrollo Económico y la Oposición (1953-1975)
Expansión Industrial y Financiera
La reindustrialización del País Vasco fue generalizada, desarrollando las industrias preexistentes y creando nuevas en los territorios interiores de Álava y Navarra. A partir de 1959, sectores como la máquina-herramienta, el químico y la construcción naval experimentaron un gran crecimiento.
La financiación industrial contó con capital privado y, gracias al Plan de Estabilización, también con capitales extranjeros. Este impulso fue especialmente relevante en Navarra y Álava, con iniciativas institucionales, y en Gipuzkoa, donde nació el cooperativismo en 1956 en Mondragón, con la empresa ULGOR y la Caja Laboral Popular.
Cambios Demográficos y Sociales
La llegada masiva de inmigrantes procedentes de Castilla, León, Galicia y Extremadura provocó un enorme crecimiento demográfico, al compás de la industrialización. Este fenómeno tuvo una especial incidencia en Gipuzkoa y Bizkaia.
En los años 60, surgió en el País Vasco una clase media muy numerosa y una nueva clase obrera apolítica, que toleraba la falta de libertades a cambio de un nivel de vida aceptable.
Renovación de la Oposición Vasca
La oposición vasca también se renovó durante la década de los 50. Dentro del nacionalismo, la organización terrorista ETA, fundada en 1959, vino a sustituir a un PNV muy debilitado. El movimiento obrero, por su parte, fue liderado desde Bizkaia por el sindicato clandestino CCOO, relacionado con el Partido Comunista.
La década de los 60 estuvo salpicada de huelgas muy importantes, como:
- La de 1961 en Altos Hornos de Bizkaia y Beasain.
- La de 1962, donde el movimiento obrero vasco enlazó con el asturiano.
- La Huelga de Bandas de Echávarri en Bizkaia de 1966.
El régimen franquista respondió con una dura represión, aplicando los denominados «estados de excepción».
A partir de 1968, ETA incrementó su actividad, definiéndose a sí misma en su V Asamblea (1966) como un «movimiento socialista de liberación nacional». Los jóvenes militantes de ETA se basaron en el nacionalismo de Sabino Arana; sin embargo, este nuevo nacionalismo adoptaría una vertiente violenta.
Su primer asesinato fue el del comisario de policía Melitón Manzanas en Irún, pero el de mayor repercusión fue el del jefe de Gobierno Carrero Blanco en 1973. Entre ambas fechas se localiza el Proceso de Burgos (1970), que, aunque pretendía eliminar la organización terrorista, generó una fuerte reacción en parte de la opinión pública española y tuvo gran repercusión internacional.
El Final del Franquismo y la Crisis Económica
A finales del franquismo, el fortalecimiento de la oposición vasca era evidente. A los movimientos huelguistas y la actividad de ETA se sumó una homilía del obispo de Bilbao, Añoveros, quien, por defender el reconocimiento de la identidad vasca, tuvo un enfrentamiento con Arias Navarro.
Franco murió en 1975, tras firmar las «ejecuciones de septiembre» contra dos miembros de ETA y tres del FRAP. Paralelamente, los efectos de la crisis económica generada por la Crisis del Petróleo detuvieron el crecimiento económico vasco, revelando sus debilidades estructurales:
- Escasa competitividad.
- Un excesivo consumo energético basado en la importación de petróleo.
- Graves problemas medioambientales.
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