08 Abr

T-11: La Dictadura Franquista (1939-1975)

11.1 El Franquismo: Fundamentos Ideológicos del Régimen Franquista en el Contexto Histórico Europeo

El régimen de Francisco Franco fue una dictadura militar que se impuso mediante la represión y cuyos antecedentes están en la Guerra Civil Española (1936-1939). El golpe militar de julio de 1936 se convirtió en una guerra prolongada, lo que llevó a los sublevados a crear la Junta de Defensa Nacional, encargada de organizar el territorio bajo su control. El 1 de octubre de 1936, la Junta reunida en Salamanca nombró a Franco Jefe de Estado y Generalísimo de los ejércitos, concentrando en su figura el poder militar y político. Posteriormente, el 1 de enero de 1938, se creó el Estado Nacional con sede en Burgos, consolidando el régimen franquista.

El nuevo régimen tenía un carácter personalista y autoritario, donde Franco concentraba todos los poderes: era Jefe del Estado y del Gobierno, Generalísimo de los ejércitos y Jefe del partido único, el Movimiento Nacional. Se inspiró en modelos autoritarios europeos y acuñó el título de Caudillo, similar a otros líderes totalitarios. Su ideología se basaba en el tradicionalismo, con defensa de la religión, la familia y el orden social, el anticomunismo, con represión contra cualquier ideología opuesta, y la unidad de España, rechazando nacionalismos periféricos.

El estado franquista estaba basado en una administración centralizada, autoridad y jerarquía. Se reconocían únicamente organizaciones sociales como los sindicatos controlados por el Estado y la familia, fomentando la natalidad. La Falange Española Tradicionalista y de las JONS fue el único partido permitido. El régimen adoptó símbolos históricos como el águila imperial, el yugo y las flechas de los Reyes Católicos y el lema “Una, Grande y Libre”. El Ejército y la Iglesia Católica fueron los principales apoyos del régimen.

Al inicio, el franquismo tuvo una fuerte influencia del fascismo italiano, definiéndose como Nacionalsindicalista, pero a partir de 1943, Franco rechazó la etiqueta de fascista y consolidó el régimen como Nacionalcatólico, estableciendo su alianza con la Iglesia. Se impuso una interpretación propia de la democracia, denominada “Democracia orgánica”, que eliminaba los partidos políticos y solo reconocía como órganos de representación la familia, el municipio y el sindicato.

El régimen se sustentó en Leyes Fundamentales, como el Fuero del Trabajo (1938), la Ley de Cortes (1942), el Fuero de los Españoles (1945), la Ley del Referéndum Nacional (1945), la Ley de Sucesión (1947) y la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958), que establecían el ideario franquista.

Los apoyos políticos del régimen fueron diversos. La Falange, de inspiración fascista, tuvo gran influencia en los primeros años, controlando la propaganda, los sindicatos y el Movimiento Nacional. Su fundador, José Antonio Primo de Rivera, murió en la Guerra Civil, lo que permitió a Franco someterla a su autoridad. Con el tiempo, su influencia decayó en favor de los católicos, provenientes de la CEDA y la Asociación Católica Nacional de Propagandistas. La Iglesia Católica fue un pilar clave del régimen, y en los años 50, el Opus Dei ganó influencia en la gestión económica con los llamados gobiernos tecnócratas.

Los monárquicos también jugaron un papel en el franquismo, divididos entre carlistas (tradicionalistas que defendían el foralismo y la ley sálica) y juanistas (seguidores de Don Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII, que aspiraba a restaurar la monarquía). Sin embargo, Franco mantuvo el control absoluto del poder y evitó una restauración monárquica inmediata.

El régimen franquista contó con amplios apoyos sociales, ya que cualquier oposición fue perseguida y reprimida. Los vencedores de la Guerra Civil impusieron una moral basada en el catolicismo y la disciplina militar, atrayendo a clases altas, clases medias y pequeños propietarios rurales, que se identificaban con valores como la familia, la religión, la propiedad privada y la autoridad.

El control ideológico comenzó desde la infancia con la enseñanza de la Formación del Espíritu Nacional y organizaciones juveniles como el Frente de Juventudes y la Sección Femenina. La educación y los medios de comunicación estaban completamente censurados y controlados por el Estado.

El Ejército fue la columna vertebral del régimen, recibiendo privilegios y ocupando altos cargos administrativos. La Iglesia Católica, otro pilar fundamental, presentó la Guerra Civil como una “cruzada” contra el ateísmo y consolidó el nacionalcatolicismo como la base ideológica del franquismo. Gracias a su apoyo, el Vaticano reconoció el régimen y se firmaron acuerdos que fortalecieron la presencia de la Iglesia en la sociedad española.

En conclusión, el franquismo fue una dictadura militar y autoritaria, basada en la represión, el nacionalismo, el catolicismo y el control social. Se impuso tras la Guerra Civil, consolidando un régimen donde Franco concentró todo el poder hasta su muerte en 1975.


10.1 La Guerra Civil Española y su Historiografía

La Guerra Civil Española ha generado una vasta bibliografía que supera los 20.000 libros. Durante el conflicto, ambos bandos construyeron relatos propagandísticos: los republicanos defendían la legitimidad democrática frente al fascismo, mientras los sublevados justificaban su alzamiento como preventivo ante una revolución comunista. En la posguerra, el franquismo consolidó la visión de «cruzada» (Arrarás, de la Cierva), mientras que los hispanistas extranjeros (Preston) abordaron el conflicto con objetividad, destacando la polarización ideológica. Con la Transición, surgió la narrativa de reconciliación como «guerra fratricida». Desde los años 80 y 90, nuevos estudios analizaron la violencia franquista y el contexto social. En el siglo XXI, la historiografía se amplió hacia temas como campos de concentración y explotación económica, aunque persisten retos y vacíos documentales.

10.2 La Zona Nacional: Organización y Consolidación del Poder Franquista

El levantamiento militar de 1936 no tenía un modelo político claro, ya que existían monárquicos, conservadores y fascistas. Inicialmente, el liderazgo estaba dividido entre Sanjurjo, Mola y Franco. Tras la muerte de Sanjurjo en un accidente aéreo, se formó la Junta de Defensa Nacional en Burgos, dirigida por el general Cabanellas. El 1 de octubre de 1936, la Junta nombró a Franco Jefe de Gobierno y del Ejército, consolidando así su poder político y militar.

El nuevo régimen se organizó en torno a un sistema autoritario y centralizado. En 1937, Franco promulgó el Decreto de Unificación, fusionando las fuerzas políticas que apoyaban el alzamiento en una sola entidad: la Falange Española Tradicionalista de las JONS. Así, Franco logró el control absoluto sobre la estructura política del régimen.

El franquismo se consolidó como una dictadura militar apoyada en tres pilares fundamentales: el ejército, la Iglesia católica y la Falange. Se derogó la Constitución republicana, se abolieron los estatutos de autonomía y se prohibieron los partidos políticos y sindicatos. El régimen se caracterizó por una fuerte represión, encarcelamientos masivos y fusilamientos de opositores, consolidando el poder absoluto de Franco en un Estado autoritario y centralizado.


11.1 Francisco Franco: El Caudillo y la Estructura del Régimen

Francisco Franco, militar con escasa formación política pero gran habilidad de mando, instauró una dictadura militar tras la Guerra Civil Española. El golpe de 1936 fracasó y se convirtió en una guerra prolongada, tras lo cual se creó la Junta de Defensa Nacional que lo nombró Jefe de Estado y Generalísimo el 1 de octubre de 1936. En 1938 se consolidó el Estado Nacional con sede en Burgos, donde Franco asumió también la presidencia del gobierno, unificando el poder militar y político bajo su mando, incluyendo a falangistas y carlistas.

Características del Régimen Franquista
  • Personalismo y Autoritarismo:
    • Franco concentra todo el poder: Jefe de Estado, Jefe de Gobierno, Generalísimo y Jefe del Partido Único.
    • Se autodenomina «Caudillo»
  • Ideología:
    • Tradicionalismo: Defensa de la religión, la familia y el orden social.
    • Anticomunismo: Rechazo total a ideologías opuestas al régimen.
    • Unidad de España: Centralización administrativa y rechazo al separatismo.
  • Estructura del Estado:
    • Administración centralizada, autoridad y jerarquía.
    • Única organización social: sindicatos controlados por el Estado.
  • Partido Único:
    • Movimiento Nacional (Falange Española Tradicionalista y de las JONS).
    • Rechazo del término «partido» para evitar asociaciones con la democracia liberal.
  • Símbolos y Mitos:
    • Águila imperial, yugo y flechas (símbolos de los Reyes Católicos y Falange)
    • Lema: «Una, Grande y Libre».
  • Apoyos Sociales:
    • Ejército:.
    • Iglesia Católica: Clases altas, medias y rurales.
Leyes Fundamentales del Franquismo:
  • Fuero del Trabajo (1938): Regula derechos y deberes laborales bajo el control estatal.
  • Ley Constitutiva de las Cortes (1942): Crea unas Cortes de carácter consultivo, sin poder legislativo real.
  • Fuero de los Españoles (1945): Proclama derechos y deberes, pero subordinados al régimen.
  • Ley de Referéndum Nacional (1945): Permite convocar referendos para legitimar decisiones del régimen.
  • Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado (1947): Declara a España como un reino y garantiza la continuidad del franquismo.
  • Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958): Define los principios ideológicos del régimen, consolidando el nacionalcatolicismo.
  • Ley Orgánica del Estado (1967): Actualiza la estructura institucional y define la «democracia orgánica».

En los primeros años, la Falange tuvo gran influencia, controlando medios de comunicación, propaganda y sindicatos. Su poder decayó en favor de los sectores católicos, especialmente a partir de los años 50, con la entrada de los tecnócratas del Opus Dei en el gobierno, que gestionaron la política económica. Los monárquicos también apoyaron el régimen, aunque divididos entre carlistas y juanistas. Sin embargo, la figura de Franco prevaleció sobre cualquier intento de restauración monárquica.

El franquismo contó con apoyo social significativo debido a la represión de la oposición y la imposición de una moral católica y un orden social conservador. El ejército y la Iglesia fueron fundamentales en la estructura del poder, siendo el ejército la columna vertebral del régimen y el clero uno de sus principales aliados. La educación se orientó al adoctrinamiento, destacando la Formación del Espíritu Nacional y organizaciones juveniles como el Frente de Juventudes y la Sección Femenina, que inculcaron los valores del régimen desde la infancia.


11.3 La Economía y la Sociedad Durante el Franquismo

Tras la Guerra Civil, España quedó devastada: destrucción de infraestructuras, pérdida de reservas de oro y disminución de la población activa. Además, el estallido de la Segunda Guerra Mundial y el aislamiento internacional condenaron al país a una economía autárquica, basada en el autoabastecimiento y el intervencionismo estatal. Se nacionalizaron sectores estratégicos (RENFE y eléctricas) y se creó el INI para fomentar la industria nacional, pero el modelo fue ineficaz y provocó escasez y cartillas de racionamiento.

En 1957, ante el fracaso económico, el régimen incorporó a los tecnócratas del Opus Dei, que impulsaron políticas de liberalización. El Plan de Estabilización de 1959 abrió la economía, devaluó la peseta y promovió la inversión extranjera. Posteriormente, los Planes de Desarrollo (1964-1975) modernizaron la industria, crearon polos industriales en provincias y fomentaron el turismo, logrando el «milagro económico español«. La renta per cápita se duplicó, el PIB casi se triplicó y sectores como la automoción (con SEAT) y el turismo crecieron notablemente.

No obstante, el crecimiento económico dejó desigualdades: el desarrollo se concentró en Cataluña, Madrid y el País Vasco, mientras el interior permanecía atrasado. Además, el empleo generado fue insuficiente, lo que provocó la emigración masiva hacia Europa, enviando remesas que ayudaron a equilibrar la balanza de pagos.

Socialmente, España pasó de una sociedad rural a una urbana, con un aumento de la clase media gracias al incremento de la renta per cápita y al consumo de bienes como electrodomésticos y automóviles. La juventud comenzó a demandar mayor libertad y apertura, alejándose de la rígida moral católica. Estos cambios sentaron las bases de la futura transición democrática, marcando el inicio de una modernización socioeconómica en el país.

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