09 Ago
La Guerra de la Independencia Española: Antecedentes, Fases y Consecuencias
Carlos IV reinaba en España, coincidiendo con las revueltas en Francia, factor que condicionó su reinado. Tras una época de enfrentamiento, las tensiones se resolvieron cuando Godoy firmó con Napoleón el Tratado de Fontainebleau para repartirse Portugal: una parte sería para Francia, otra para España y otra personal para Godoy. El Motín de Aranjuez, dirigido por un grupo de nobles, provocó la caída de Godoy y la huida de Carlos IV a Francia.
En Bayona, Napoleón obligó a abdicar a Carlos IV y a su hijo Fernando VII, y proclamó rey de España a su hermano José I Bonaparte. El Dos de Mayo de 1808 se produjo en Madrid el primer levantamiento de carácter popular contra la ocupación francesa, aunque este fue violentamente reprimido al día siguiente.
Fases de la Guerra de la Independencia
La guerra se dividió en tres fases principales:
Primera Fase (1808)
Esta fase tuvo lugar tras el fracaso del levantamiento de Madrid. En ella se produjo el primer sitio de Zaragoza. El hecho más destacado fue la Batalla de Bailén, donde el ejército francés fue derrotado por el español. Esta derrota tuvo una doble repercusión: estratégica y propagandística, al demostrar que el ejército napoleónico no era invencible.
Segunda Fase (1808-1812)
La segunda fase de la guerra estuvo determinada por las consecuencias derivadas de la Batalla de Bailén. Por un lado, el emperador francés organizó la Grande Armée (un poderoso ejército dirigido por el propio Napoleón) con el que saqueó Burgos y tomó Madrid. Por otro lado, Zaragoza sufrió el segundo sitio. Lo más decisivo en esta fase de la guerra fueron las innovaciones estratégicas introducidas por los españoles: la guerra de desgaste, caracterizada por la acción de guerrillas.
Tercera Fase (1812-1814)
La tercera fase de la guerra se inició cuando Napoleón se vio obligado a retirar de España gran parte de sus tropas para destinarlas a la campaña de Rusia. Los ejércitos anglo-españoles, bajo el mando del Duque de Wellington, aprovecharon esta circunstancia para intensificar su ofensiva, que culminó con la victoria en la Batalla de los Arapiles. El ejército francés sufrió numerosas derrotas, destacando las batallas de Irún y San Marcial. La Guerra Peninsular terminó con la firma del Tratado de Valençay (1813), por el que Napoleón restituía la Corona de España a Fernando VII.
Consecuencias de la Guerra de la Independencia
Como consecuencia de la guerra, cabe destacar:
- Pérdidas demográficas: Se estima que hubo entre 300.000 y 1 millón de muertos.
- Destrucción económica: Abandono de las tierras de cultivo, destrucción de infraestructuras (caminos y puentes) y de la escasa industria nacional.
- Pérdida de patrimonio histórico-artístico debido a saqueos y bombardeos.
- Efectos morales y psicológicos debido a los fusilamientos y la crueldad de la contienda.
- La formación de un nuevo tipo de militar más intervencionista en la vida política.
- La división del país en dos tendencias políticas (liberales y absolutistas), que marcaría el siglo XIX español.
- El estímulo de los primeros movimientos emancipadores de las colonias americanas, aprovechando el vacío de poder en la metrópolis.
El Reinado de Fernando VII: Liberalismo frente a Absolutismo y la Independencia Americana
Con la firma del Tratado de Valençay, Napoleón reconoció a Fernando VII como rey de España. El reinado de Fernando VII (1814-1833) se puede dividir en tres fases principales:
Fases del Reinado de Fernando VII
El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Este período comenzó con la llegada de Fernando VII a España. En Valencia recibió el Manifiesto de los Persas, un escrito absolutista que le instaba a implantar el Antiguo Régimen y, por tanto, la monarquía absoluta. Fernando VII derogó la Constitución de 1812 y con ello se dio inicio a una dura represión que obligó a miles de liberales a exiliarse. Desde el punto de vista económico, la Guerra de Independencia había significado la ruina de la agricultura y la destrucción de la escasa industria nacional. La situación se agravó por la lucha de las colonias americanas por su independencia, y el malestar se fue generalizando.
El Trienio Liberal (1820-1823)
La sublevación del coronel Rafael del Riego en Cabezas de San Juan inauguró un nuevo período donde los liberales pusieron en marcha una política que recuperaba parte de la obra legislativa de las Cortes de Cádiz. En política, se recuperó la legislación contenida en la Constitución de 1812. Fernando VII finalmente juró la Constitución, pero, a pesar de ello, conspiró contra los liberales, apoyó a las fuerzas absolutistas y mantuvo conversaciones secretas con las potencias de la Santa Alianza. Esto, junto con la falta de apoyo social y la crisis interna de los liberales, hizo que no pudieran consolidar su Trienio. Las potencias absolutistas, reunidas en el Congreso de Verona (1822), decidieron acabar con el régimen liberal y restablecer la soberanía absoluta del monarca.
La Década Absolutista u Ominosa (1823-1833)
Este período tuvo su inicio cuando el ejército de los Cien Mil Hijos de San Luis, enviado por la Santa Alianza, entró en territorio español y repuso a Fernando VII como monarca absoluto. Comenzó así una política de represión dirigida contra los liberales. Fueron más de diez los pronunciamientos liberales fuertemente reprimidos, entre los que destacamos la revuelta de los Malcontents en Cataluña, la de Espoz y Mina en Bayona y la de Torrijos en Málaga. Los absolutistas intentaron una serie de reformas con escasos resultados para solventar la situación de crisis.
El asunto más grave de este período fue la publicación de la Pragmática Sanción por Fernando VII, por la cual permitía a su hija Isabel ascender al trono en perjuicio de su hermano, Carlos María Isidro, lo que sentaría las bases de las Guerras Carlistas.
La Independencia de las Colonias Americanas
Durante el siglo XIX también se desarrolló el proceso de independencia política de la mayor parte de los territorios españoles en América. Los criollos americanos rechazaron a José I Bonaparte y se organizaron en juntas locales. Aprovechando el vacío de poder en la metrópolis, algunas juntas declararon la independencia.
La lucha por la independencia pronto degeneró en una guerra civil entre los partidarios de la secesión y los fieles a la metrópolis, o entre la burguesía nacionalista y los explotados mestizos e indígenas. Se enfrentaron los cuerpos expedicionarios españoles a los patriotas americanos, saliendo España derrotada y perdiendo así todas sus colonias a excepción de Cuba y Puerto Rico.
Deja un comentario