24 May
Introducción al Contexto de la Obra
Federico García Lorca y su Época
Este fragmento pertenece al acto final de la obra La casa de Bernarda Alba, escrita por el poeta español Federico García Lorca en 1936. Lorca (1898-1936), asesinado durante la Guerra Civil Española, fue un escritor prominente de la Generación del 27, un grupo vanguardista que floreció en un momento de gran efervescencia artística. En ese periodo, destacaron géneros como el surrealismo (el más importante y representativo, que luchaba contra la realidad e intentaba plasmar, por medio de formas abstractas o figurativas simbólicas, las imágenes de la realidad más profunda del ser humano: el subconsciente y el mundo de los sueños), el cubismo o el futurismo.
Aspectos destacados de la vida de Lorca incluyen: la ciudad de Granada, donde residió gran parte de su vida; Nueva York, donde quedó asombrado por la ciudad, su tecnología y el capitalismo, plasmando estas impresiones en Poeta en Nueva York; y Madrid, donde cursó estudios de derecho.
Obras Destacadas de Lorca
Entre sus obras teatrales destacan:
- Bodas de sangre, que explora un noviazgo marcado por conflictos familiares, celos y pasiones reprimidas.
- Yerma, una tragedia que conmocionó a la sociedad conservadora de su tiempo.
- La casa de Bernarda Alba, la última de las tres grandes tragedias que conforman su trilogía dramática.
En poesía, sobresalen:
- Poeta en Nueva York, un clamor por una nueva dimensión humana donde prevalezcan la libertad, la justicia, el amor y la belleza.
- Romancero gitano, que evoca la pena y el sentimiento trágico de la vida andaluza.
- Poema del cante jondo, donde plasma la esencia de lo andaluz.
El Fragmento Clave: Clímax de la Tragedia
Desarrollo Argumental
Este fragmento representa el momento en que la tensión dramática alcanza su punto más elevado, el clímax de la obra. El conflicto acumulado se precipita rápidamente. Adela se ha despedido de Pepe el Romano, pero el encuentro no ha concluido pacíficamente. Llega Martirio y se enfrenta a Adela. De repente, aparece Bernarda, y Martirio acusa a Adela de su indecencia. Bernarda la tilda de «mal nacida», lo que enfurece aún más a Adela, quien le rompe el bastón. Bernarda toma su escopeta, dispara a la oscuridad y da a entender que ha matado a Pepe el Romano, lo cual resulta ser falso. Adela, desesperada, se encierra en una de las habitaciones y se quita la vida.
Temas Centrales
En este fragmento se aprecian temas como el suicidio, la desesperación y la venganza. También se observa un tema central de toda la obra: el enfrentamiento entre el principio de autoridad, encarnado por Bernarda, y el deseo de libertad, representado por Adela y María Josefa.
Espacios y Tiempo
En cuanto a los espacios, se mencionan el corral, de donde Adela regresa tras su encuentro con Pepe el Romano; el patio, escenario del enfrentamiento; y, finalmente, la habitación donde Adela se suicida. El tiempo no se especifica en este fragmento, más allá de la referencia a los ocho años de luto que marcan el inicio de la obra.
Estructura y Personajes
División del Fragmento
Este fragmento se puede dividir en dos partes:
- La primera abarca desde el inicio hasta el disparo y la huida de Adela («¡Pepe! ¡Dios mío! ¡Pepe!»), con el diálogo centrado en Adela.
- La segunda parte se extiende desde «¿Pero lo habéis matado?» hasta «se han levantado los vecinos», donde, ya sin Adela, el diálogo se centra en Bernarda, quien es increpada por la Poncia y sus hijas a causa de su mentira.
Caracterización de Personajes
En este fragmento se perfilan varios de los personajes clave de la obra:
- Adela: Simboliza la libertad, es fuerte y rebelde, encarnando la tragedia central de la obra.
- Martirio: Cuya actitud se resume en una envidia que raya en la crueldad, manifestada continuamente («¡Dichosa ella que lo pudo tener!»).
- Bernarda: Mujer fría y conservadora, que no duda en intentar matar a Pepe el Romano. Su excesiva preocupación por la honra familiar le impide mostrar públicamente sus sentimientos («¡Las lágrimas cuando estés sola!»).
- Magdalena: La más inocente, no interviene de forma muy relevante en este fragmento, pero es quien más quería al padre.
- Angustias: Prometida de Pepe el Romano, solo interviene dos veces, una de ellas amenazando a Adela.
- La Poncia: La criada principal, confidente y mano derecha de Bernarda, es quien descubre el cuerpo de Adela.
- Pepe el Romano: Una de las figuras más significativas de la obra, símbolo de la sexualidad y la libertad.
Género y Estilo
La obra pertenece al género dramático, siendo una tragedia. La prosa es fluida y popular; el estilo y el lenguaje, pese a su aparente sencillez, están sabiamente elaborados. El lenguaje es coloquial y natural, buscando un teatro cercano con un marcado acento popular.
Recursos Estilísticos y Simbolismo
Figuras Retóricas
Se encuentran numerosas exclamaciones, que confieren gran intensidad a los diálogos y resaltan el momento más álgido de la obra. Entre ellas, destaca una exclamación retórica de Bernarda («¡Qué pobreza la mía no tener un rayo entre los dedos!»), que es a su vez un apóstrofe.
También aparecen expresiones metafóricas como: «Esa es la cama de las mal nacidas», «Aquí se acabaron las voces del presidio» o «hubiera volcado un río de sangre sobre su cabeza».
Se observa una comparación o símil y animalización en la intervención de Adela («Ahí fuera está, respirando como un león»).
Una hipérbole en «Tengo el corazón lleno de una fuerza… a mí misma me ahoga».
Y, por último, una personificación en «la muerte hay que mirar la cara a cara».
Todos estos elementos se enmarcan dentro de los recursos estilísticos presentes en este fragmento.
Simbología
Se observan diversas simbologías: el bastón, símbolo del poder de Bernarda; la animalización mencionada anteriormente; y lo nocturno como escenario de la tragedia, entre otras.
Importancia de las Acotaciones
Cabe destacar el abundante uso de las acotaciones en este fragmento, que contribuyen a una escena muy ágil, rica en ruidos y gestos significativos, todo ello reflejado en las propias acotaciones. La más relevante podría ser la referida a La Poncia cuando encuentra a Adela muerta: «se lleva las manos al cuello».
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