04 Oct
España al Servicio de Napoleón (1799-1808)
Desde 1799, Napoleón es Primer Cónsul de Francia con poderes absolutos, y España se convierte en una mera comparsa del expansionismo de Bonaparte. En 1801, Godoy, valido de Carlos IV, intervino en la Guerra de las Naranjas contra Portugal para cerrar sus puertos al comercio británico. Godoy ocupó una veintena de pueblos portugueses en el entorno de Olivenza.
La Batalla de Trafalgar y el Bloqueo Continental
- En 1804, Napoleón, tras ser coronado emperador, decretó de nuevo la guerra contra Inglaterra. España apoyó a Francia y su flota cayó destrozada en la Batalla de Trafalgar (octubre de 1805, cerca de Barbate) ante la escuadra del almirante Nelson.
- La céntrica plaza londinense de Trafalgar Square conmemora dicha victoria. Los barcos capturados por los ingleses fueron llevados hasta Gibraltar, pero la fuerte tormenta terminó de hundirlos.
- La alianza con Napoleón significó el fin de la potencia naval española, la incomunicación con América y el desarrollo del comercio ilegal inglés con América.
Personajes clave de la época: Carlos IV (un rey “cortito”), María Luisa de Parma, Godoy, Batalla de Trafalgar, José I, Murat.
El Tratado de Fontainebleau y la Crisis de la Monarquía
Tras la derrota de Trafalgar, y dentro de la política de bloqueo continental de Napoleón contra Inglaterra, se firmó el Tratado de Fontainebleau (octubre de 1807). Francia decidió conquistar y dividir Portugal. Tras la invasión de Portugal, más de 100.000 hombres llegan a España al mando de Junot y Murat, y comienzan a invadir el territorio español. En febrero de 1808, Murat, cuñado de Napoleón (casado con su hermana Catalina), es nombrado lugarteniente de Napoleón en España y ocupó Madrid.
A partir de aquí ocurrieron tres acontecimientos clave en la crisis de la monarquía española:
- El Motín de Aranjuez.
- Las Abdicaciones de Bayona.
- El estallido de la Guerra.
Motín de Aranjuez (Marzo de 1808)
Godoy encargó al General Castaños formar un ejército para repeler a los franceses y tramó la huida de la familia real a Cádiz para, en caso de derrota, ir a América.
Las Abdicaciones de Bayona
Carlos IV se arrepintió y escribió a Napoleón haciéndole saber su abdicación forzada. Napoleón se ofreció como mediador y los citó a ambos en Bayona, en el castillo de Marracq, donde forzó la cesión de la corona española a su hermano, José Bonaparte.
Obras de Goya que reflejan la época: El Motín de Aranjuez, El 2 de Mayo, Los Fusilamientos del 3 de Mayo, El Coloso.
La Guerra de la Independencia (1808-1814)
La Guerra de la Independencia se inició el 2 de mayo de 1808. Pocas horas después, el general Murat fusiló a centenares de madrileños como escarmiento, hecho recogido en el cuadro «Los fusilamientos del 3 de mayo» de Goya.
Fases de la Guerra
1ª Fase: El avance francés hasta la Batalla de Bailén (Junio-Octubre 1808)
En junio de 1808, un ejército de 170.000 hombres se adentra en España. Se suceden levantamientos antifranceses por toda España, lo que lleva a la creación de Juntas Provinciales de Defensa en todas las capitales. Con delegados de estas juntas se formó una Junta Central Suprema de 34 miembros en Aranjuez, presidida por Floridablanca, que coordinó la guerra y pidió ayuda a Inglaterra.
El mariscal Dupont conquistó el centro de Castilla y trató de entrar en Andalucía, pero fue derrotado en Bailén por las fuerzas de las Juntas de Granada y Sevilla, al mando del general Castaños. Ello provocó las iras de Napoleón, quien calificó a Dupont de estúpido y cobarde.
2ª Fase: Dominio Francés y Guerra de Desgaste (1808-1812)
En menos de un mes, Napoleón entró de nuevo en Madrid, mientras que la Junta Central se refugió en Sevilla y más tarde en Cádiz. Napoleón se marchó a finales de 1808 ante las noticias de rearme de Austria.
En 1810, casi todo el territorio peninsular estaba en manos de Francia, aunque con resistencias clave:
- Massena trató de conquistar Portugal, donde había desembarcado un ejército británico al mando del duque de Wellington, pero no logró su fin.
- Soult conquistó toda Andalucía y asedió Cádiz con 20.000 franceses, pero no pudo tomar la ciudad, protegida por una flota hispano-británica, el ejército del duque de Alburquerque (que llegó a Cádiz un día antes que los franceses) y el río Santi Petri, que fue un foso insalvable.
A estas alturas, solo quedaron libres Lisboa, Galicia, Cádiz y la España insular. Entonces se acentuó la guerra de desgaste y el papel de las guerrillas. Hostigaban por sorpresa al enemigo, mandados por un jefe de cuadrilla. Sus objetivos solían ser pequeñas guarniciones de retaguardia, caravanas de abastecimiento y soldados rezagados.
3ª Fase: La Campaña de Rusia y el Fin de la Guerra (1812-1814)
La necesidad de tropas para la Campaña de Rusia debilitó la presencia francesa en España. El duque de Wellington desembarcó en Lisboa y derrotó a los franceses en La Albuera y Arapiles. José I contraatacó y ocupó de nuevo Madrid, pero Wellington se retiró a Salamanca con su ejército intacto.
Balance de la Guerra
Fue una «guerra total» con 500 batallas en las que nadie se daba por vencido. Se obligó a abandonar España a todos los que hubieran aceptado un cargo bajo el reinado de José I Bonaparte.
La Dualidad Política: Las Dos Españas
En la vertiente política, hubo dos gobiernos paralelos: el de José I Bonaparte y el de la Junta Suprema Central (y posteriormente las Cortes de Cádiz).
El Gobierno de José I Bonaparte y los Afrancesados
El gobierno de José I Bonaparte fue apoyado por los afrancesados, españoles que juraron fidelidad a José I Bonaparte. Muchos de ellos eran intelectuales, partidarios de reformas ilustradas en materia social y política que veían posibles con José I.
El Estatuto de Bayona (1808)
Antes de llegar a España, José I convocó en Bayona una asamblea de notables que elaboró el Estatuto de Bayona, una carta otorgada que reconocía el poder casi absoluto de José I Bonaparte, la religión católica como oficial del Estado, pero también algunos derechos. El Estatuto sirvió de ejemplo, al menos parcialmente, a la Constitución de Cádiz.
La mayoría de la población estaba en contra de José I y de los afrancesados por considerarlo un gobierno intruso. Tras el final de la Guerra, 10.000 afrancesados tuvieron que exiliarse y abandonar el país; otros fueron detenidos y ajusticiados por los patriotas antifranceses.
El Frente Patriótico: La Junta Central y la Regencia
El Frente Patriótico se articuló en torno a la Junta Suprema Central en Aranjuez. Sus miembros eran reformistas como Floridablanca y Jovellanos. Tras la victoria de Bailén, la Junta Central se refugió en Sevilla y más tarde en Cádiz, cuya posición la hacía inexpugnable (protegida por la marina inglesa y un cuerpo del ejército al mando del duque de Alburquerque).
La Junta Central nombró una Regencia de 5 miembros (enero de 1810), una especie de gobierno provisional, que convocó las Cortes de Cádiz.
Las Cortes de Cádiz y el Origen del Liberalismo
Las Cortes de Cádiz (1810-1814)
Las Cortes de Cádiz son el primer eslabón del liberalismo español del siglo XIX. Desde 1811, tras el fin de la epidemia de fiebre amarilla, pasaron a reunirse en la Iglesia de San Felipe Neri de Cádiz. Debido a la guerra, muchos diputados fueron elegidos como sustitutos entre las personas de cada provincia que se hallaban en Cádiz (burgueses liberales, funcionarios ilustrados e intelectuales que se habían concentrado allí).
Facciones Políticas en las Cortes
- Los Liberales (o innovadores): Partidarios de reformas profundas.
- Los Jovellanistas: Partidarios de un reformismo moderado.
- Los Absolutistas: Defensores del Antiguo Régimen y del poder absoluto del rey.
La Constitución de Cádiz de 1812: «La Pepa»
La Constitución de Cádiz de 1812 fue elaborada por una comisión de las Cortes, presidida por Ranz Romanillos, secretario de la Junta de Bayona y traductor del Estatuto de Bayona. Fue aprobada por los diputados el día 19 de marzo de 1812, día de San José, por lo que se la conoce popularmente con el apelativo de «La Pepa».
Es la Constitución más extensa de las habidas en España (384 artículos, divididos en 10 títulos), ya que reguló minuciosamente la organización política (elecciones, organización de ayuntamientos y diputaciones), es decir, cuestiones que son propias de leyes ordinarias.
Principios Fundamentales y Organización del Poder
- Derechos del Ciudadano (Título II): Recoge una amplia declaración de derechos: igualdad de los españoles ante la ley, libertad de pensamiento, de imprenta, inviolabilidad del domicilio, propiedad privada y los demás derechos de los individuos «de ambos hemisferios», colocando en pie de igualdad los territorios peninsulares y las colonias americanas.
- División de Poderes: Proclamada en los Títulos III («de las Cortes»), IV («del Rey») y V («de los tribunales y administración de Justicia»).
- Poder Legislativo (Cortes): Cortes unicamerales elegidas mediante sufragio universal masculino indirecto para varones mayores de 25 años. Para ser diputado se requería la condición de propietario. Se creó una Diputación Permanente para atender a los asuntos urgentes.
- Poder Ejecutivo (Rey): El rey es cabeza del poder ejecutivo, pero su poder legislativo es escaso. Posee el veto suspensivo (no absoluto) durante dos veces. Si una ley se votaba tres veces, se consideraba aprobada, aunque fuera sin el consentimiento del rey.
Organización Territorial y Social
- Título VI (Gobierno Municipal): Regula el nombramiento de alcaldes de los ayuntamientos por sufragio indirecto. En las provincias habría un «Jefe Superior Político», nombrado por el rey, precedente de los Gobernadores Civiles.
- Título VII (Hacienda): Propone crear un impuesto único proporcional a la capacidad económica de cada español y el fin de los privilegios (intentando establecer la Única Contribución, proyecto de Ensenada del siglo XVIII).
- Título VIII (Fuerzas Armadas): Establece la obligatoriedad del servicio militar y refuerza la Milicia Nacional, un ejército formado por ciudadanos cuya función era la defensa del sistema constitucional y la expulsión de los franceses.
- Título IX (Instrucción Pública): Establece que a partir de 1830, todos los españoles deberían saber leer y escribir. Para ello, se crearían escuelas de primeras letras en todos los pueblos de la Monarquía.
- Título X: Establecía que no podrían introducirse enmiendas en el plazo de 8 años.
Valoración
La Constitución de Cádiz se inspiró en la Constitución francesa de 1791. Solo duró 2 años, un mes y 14 días.
Apuntes sobre la Crisis Sucesoria y el Liberalismo Post-Fernando VII
1. La Cuestión Sucesoria y el Origen del Carlismo
Fernando VII carecía de descendencia. Por ello, su hermano, el infante Carlos María Isidro, aspiraba a sucederlo. A fines de 1829, Fernando se casó por cuarta vez con su sobrina María Cristina de Nápoles, buscando un heredero.
La Ley Sálica, introducida por Felipe V en 1713, dificultaba gobernar a las mujeres. En 1789, Carlos IV hizo aprobar una Pragmática Sanción que anulaba la Ley Sálica, pero no fue publicada. En 1830, Fernando VII mandó publicar la Pragmática de su padre en La Gaceta de Madrid.
En octubre de 1830 nació una niña: la futura Isabel II, que fue nombrada Princesa de Asturias. Fernando VII murió el 29 de septiembre de 1833. En su testamento reafirmó a su hija Isabel, de tres años de edad, como heredera del trono y nombró a su esposa regente: María Cristina de Borbón-Dos Sicilias asumió la Regencia del país durante la minoría de edad de su hija.
2. Liberales Progresistas y Moderados
La lucha partidista entre los liberales impidió que el sistema tuviese una larga vida. Tras la llamada Revolución de 1840, consistente en múltiples revueltas urbanas por la elección de los alcaldes, María Cristina renunció a la regencia y se exilió en París (se casó en secreto en 1833 con un guardia de Corps o de palacio para no perder la regencia). Fue necesaria una segunda regencia, la del general Espartero.
Liberales Progresistas (o Exaltados)
- Composición: Miembros de la mediana y pequeña burguesía, oficialidad media del ejército y profesionales liberales.
- Ideología: Querían una nueva constitución (como la de Cádiz con retoques conservadores, redactada por Agustín Argüelles, jefe de los liberales en Cádiz).
Liberales Moderados (o Doctrinarios)
- Composición: Clase media-alta (terratenientes, comerciantes, intelectuales conservadores, nobles y altos mandos militares) que cuentan con el apoyo de la Corona.
- Ideología: Querían mantener el Estatuto Real. Defienden la soberanía compartida; el orden público; sufragio censitario restrictivo; el nombramiento de alcaldes por el gobernador civil o ministro; estado centralizado y el bicameralismo con un Senado que limite los “excesos” del Congreso.
- Líderes: Martínez de la Rosa, Istúriz, Pérez de Castro, Alcalá Galiano, y más tarde el general Narváez, González Bravo o Alejandro Mon.
3. La Constitución de 1845 y el Gobierno de O’Donnell
La Constitución de 1845 marcó el predominio moderado. Las reformas del bienio progresista no repercutieron en la calidad de vida de las clases populares, solo en la libertad de prensa. Junto a un ciclo de malas cosechas, hubo también sublevaciones carlistas. Por ello, Espartero dimitió y la reina encargó el gobierno a O’Donnell.
El Gobierno de la Unión Liberal (1858-1863)
Destaca el Gobierno Largo del General Leopoldo O’Donnell o Gobierno de la Unión Liberal (1858-1863), un nuevo partido de «centro» formado por los más conservadores del Partido Progresista y los más radicales del Partido Moderado.
O’Donnell restableció la Constitución de 1845, añadiendo un acta adicional para darle un aire más progresista. Se incentivó la industrialización española:
- Economía: Desarrollo de la industria textil catalana, gracias a la prohibición de entrada de manufacturas de algodón inglesas y la modernización técnica; al desarrollo de los Ferrocarriles. Entre 1859 y 1875 España pasó de 28 km a 6.124 km de vía.
- Finanzas: La Ley de Sociedades Anónimas facilitó el nacimiento de empresas y de la banca moderna: nacen Cajas de Ahorro como la de Madrid (1839) y los bancos Barcelona (1845), de Sevilla (1856), de Bilbao y Santander (1857).
La Ley Moyano de Educación (1857) es la base de la secularización o desaparición de la Iglesia en las instituciones de enseñanza superior. Durante el Gobierno de O’Donnell, España participó en conflictos internacionales como la expedición franco-española a la Conchinchina (actual Vietnam, 1857 a 1862).

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