11 Abr

Trabajo Social Comunitario: Fundamentos y Perspectivas

El ser humano es un ser social que se desarrolla en comunidad, necesitando de la interacción con otros para su desenvolvimiento.

Teorías Clásicas de Comunidad y Sociedad

Ferdinand Tönnies centra su análisis en las diferentes voluntades humanas. Distingue entre:

  • Gemeinschaft (comunidad): Relaciones sociales basadas en la voluntad orgánica, caracterizadas por la vida familiar, la armonía y la participación emocional. El control social reside en la propia comunidad, ejemplificado por la vida rural y las tradiciones.
  • Gesellschaft (sociedad): Relaciones sociales basadas en la voluntad reflexiva, marcadas por la vida urbana, el pacto y la transacción. Los propósitos individuales son determinantes, y el control social se ejerce a través del Estado y la opinión pública.

Émile Durkheim, en La división del trabajo social, diferencia entre sociedades mecánicas (derecho represivo) y sociedades orgánicas (derecho restitutivo), estas últimas surgidas de la división del trabajo.

Pitirim Sorokin interpreta a Tönnies, asociando la ruralidad con la comunidad y lo urbano con la sociedad, basándose en criterios de empleo, densidad y tamaño de la población.

Charles Cooley distingue entre:

  • Grupos primarios: Relaciones cara a cara, intensas y con un fuerte sentido de pertenencia.
  • Grupos secundarios: Relaciones reguladas por normas formales, con interacciones menos profundas.

René König advierte sobre la confusión en el uso del concepto «community», aplicándose a barrios, grupos efímeros o incluso organizaciones corporativas. Subraya la importancia de delimitar el tamaño de la comunidad, considerándola siempre local.

Según Moreno Navarro, una comunidad requiere lazos e intereses comunes, interacción social y un área espacial definida. Pueblos y barrios son ejemplos de comunidades.

Las comunidades forman parte de sociedades más amplias. En la actualidad, la comunidad se presenta como un microcosmos dentro del macrocosmos mundial, observándose un resurgimiento del fenómeno comunitario como respuesta a la globalización, a través de la recuperación de rasgos identitarios.

Jane Addams y la Profesionalización del Trabajo Social

El Legado de Jane Addams: Entre la Compasión y la Acción Social

Jane Addams, figura clave en Chicago, contribuyó a la profesionalización del trabajo social para las mujeres. Su enfoque contrastaba con el de la Madre Cabrini, defensora de los inmigrantes pobres.

Addams buscaba superar la visión de la asistencia social como mera «compasión sentimental», promoviendo una base profesional. Fundó Hull House, un centro comunitario que ofrecía educación, alimentación y apoyo para resolver problemas locales, inspirándose en Toynbee Hall. Estas colonias formaban sociedades de ayuda mutua, proporcionando seguros y préstamos hipotecarios.

Addams criticó el paternalismo de figuras como Pullman, quien, a pesar de crear una ciudad modelo para sus trabajadores, buscaba controlar su pensamiento. Addams abogaba por un rol discreto del trabajador social, similar al de un consultor empresarial.

La Madre Cabrini, por su parte, priorizaba el servicio a Dios a través de la asistencia social, enfocándose en la disciplina y el orden en la educación, en contraste con el modelo cooperativo de Hull House. Addams cuestionaba el lenguaje de compasión de Cabrini, considerándolo potencialmente resignativo.

Addams, cosmopolita y secular, veía en las colonias un modelo de participación social aplicable a diversos grupos. Cabrini se centraba en la identidad dual de los inmigrantes italianos. Addams percibía elementos católicos de compasión como obstáculos en el contexto del capitalismo industrial.

El filósofo Natan Sznaider destaca la ambigüedad entre compasión y solidaridad en los orígenes del trabajo social. La desigualdad puede dificultar la solidaridad, generando desconfianza hacia las motivaciones de los trabajadores sociales.

La experiencia de cuidar a otros en organizaciones jerárquicas versus democráticas revela tensiones. Los conservadores argumentan que el cuidado jerárquico es superior, mientras que la igualdad puede ser desorganizadora.

Prodigalidad y Caritas: Dos Formas de Dar

El acto de dar puede ser manipulador (prodigalidad) o una expresión personal de bondad (caritas). Bataille asocia la prodigalidad con la abundancia natural, mientras que la tradición cristiana ve en la caritas un medio para la superación personal.

Arendt critica la ética cristiana como un obstáculo para la reforma social, argumentando que la benevolencia puede ser una forma de orgullo. Propone que el Estado del bienestar debe centrarse en el bienestar del receptor, dejando de lado los sentimientos del donante.

Cuidar sin Compasión: Un Enfoque Moderno

Reformadores del sistema de bienestar proponen políticas de renta básica, buscando eliminar la necesidad material y minimizar la dependencia emocional en la asistencia social. Estas propuestas implican una fuerte intervención estatal, pero buscan evitar la relación humana directa.

Nancy Chodorow sugiere que las mujeres desarrollan una mayor sensibilidad hacia las necesidades de los demás debido a su crianza. Arendt, sin embargo, buscaba un espacio público libre de consideraciones personales.

Fatiga de la Compasión: Los Límites de la Empatía

La fatiga de la compasión representa el agotamiento emocional ante el sufrimiento persistente. Stanley Cohen la ha estudiado en respuestas públicas a víctimas de la tortura, observando una «indiferencia organizada».

La sensibilidad al sufrimiento puede impedir la participación en la vida cotidiana. La indiferencia se ve interrumpida por momentos de cuestionamiento. Los regímenes jerárquicos protegen contra la fatiga de la compasión eliminando la libre interpretación.

El respeto excesivo también puede ser fatigoso. La prodigalidad puede herir la autoestima del receptor, generando una carga de gratitud. Por estas razones, algunos buscan separar las prestaciones sociales de la compasión, argumentando contra la caritas.

Saul Alinsky y la Acción Comunitaria

Reconstruyendo Comunidades Marginales: El Enfoque de Saul Alinsky

Las sociedades urbanas occidentales enfrentan una creciente disgregación, tribalización y desigualdad. El Tercer Mundo se ha instalado en las metrópolis, generando tensiones interraciales y conflictos sociales.

Saul Alinsky, curtido en las calles de la inmigración judía, creía que las organizaciones e ideologías tradicionales no podían resolver los problemas de la miseria y la discriminación. Abogaba por la acción directa no violenta de los propios afectados.

Su enfoque se basaba en la democracia radical y la autodeterminación. En el barrio Woodlawn de Chicago, Alinsky logró unir a la comunidad negra para luchar contra la insalubridad y la delincuencia, boicoteando a empresas discriminatorias. Esto llevó a la creación de la Northwest Community Organization.

El método de Alinsky se sustentaba en la relación poder-programa-conflicto-negociación. El poder surge de los intereses de los afectados, clarificando los objetivos (programa). El conflicto debe ser estratégico, buscando superar al enemigo. El éxito en el conflicto legitima la negociación y la presentación de alternativas.

Un ejemplo es la lucha contra la expansión de Kodak en Rochester, que amenazaba al barrio negro, conflicto que finalmente ganó la comunidad.

Independientemente de su ideología, los métodos de Alinsky demuestran que la voluntad y la acción pueden lograr demandas sociales consideradas imposibles. Sus estrategias pueden ser útiles para resistir la guetización en las grandes ciudades.

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