27 Ago

PATIO DE LOS LEONES:

-La Alhambra de Granada es la obra arquitectónica más característica del arte nazarí. Fue construida entre los siglos XIII y XV por distintos sultanes de la dinastía nazarí, lo que explica la falta de unidad de criterios en su desarrollo. Su nombre (Alhambra) significa “la roja”, en alusión a los ladrillos rojizos de su exterior. Fue concebida como una ciudad-palacio que cumplía funciones residenciales y militares. De ahí, las diferencias entre un exterior sobrio, imponente y amurallado y un interior exquisitamente decorado. A pesar de la complejidad de la planta y de las transformaciones sufridas a lo largo de los siglos, se pueden distinguir en ella las tres partes del palacio musulmán: el mexuar o sala en la que el sultán administraba justicia y recibía a sus súbditos; el diwan o dependencia donde se celebraban las recepciones y se situaba el salón del trono; y el harén, en el que se ubicaban las habitaciones privadas del príncipe. La vida en el palacio se desarrollaba fundamentalmente en torno a dos de los patios: el de los Arrayanes, que constituía el centro del diwan, y el de los Leones, que era el centro del harén. El Patio de los Leones fue obra del príncipe Mohamed V (1353-1391) y es quizá el patio más famoso de todo el conjunto arquitectónico que forma la Alhambra. Su recargada decoración es muestra del esplendor del arte islámico. En el Patio de los Leones pueden apreciarse los elementos característicos de la arquitectura islámica. Se trata de un patio-jardín rectangular, en cuyos lados menores se sitúan dos pabellones precedidos de pórticos. Éstos se sostienen mediante finas columnas cuya función era más decorativa que arquitectónica. Sus basas eran estilizadas y los fustes estaban ornamentados con anillos. Sobre los capiteles, decorados con atauriques o decoración vegetal, se sitúan los arcos apuntados y peraltados, profusamente decorados con mocárabes simulando estalactitas. Estos mocárabes se repiten por los cuatro lados del patio. La decoración no se reduce a las columnas y los arcos sino que se extiende también a las bóvedas y los frisos. En las paredes interiores de los pórticos se observan azulejos decorados, que proporcionan una cierta elegancia al conjunto. La riqueza decorativa permite hablar de un verdadero horror al vacío, característico del arte del Islam.

En su origen, la decoración de la Alhambra fue policromada; hoy aún se conserva color en algunas de sus partes. Cabe resaltar la capacidad de este palacio para aunar belleza y exquisitez ornamental con la pobreza de los materiales empleados. Se aprecia un marcado contraste entre el refinamiento decorativo y la tosquedad con la que se han trabajado los leones de la fuente, que ponen de manifiesto la escasa evolución de la escultura musulmana. Debe considerarse igualmente la importancia simbólica que adquiere el agua en el arte islámico. Este aspecto no debe extrañar en una civilización que tuvo su origen en el desierto. El agua es considerada como un preciado tesoro y aporta a la construcción una especial sensación de frescor e, incluso, de musicalidad cuando ésta fluye y está en movimiento.



INTERIOR DE LA MEZQUITA:

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La imagen pertenece al interior de la mezquita de Córdoba, que es uno de los edificios más importantes del arte islámico. Se enmarca dentro del arte del periodo califal, que corresponde a la dominación de la dinastía Omeya. -La mezquita es el edificio más característico de la arquitectura islámica. Es el lugar en el que se reúnen los fieles para hacer la oración común de los viernes. Aunque su función era eminentemente religiosa, también se administraba en ella la justicia y se enseñaba el Corán en su madraza. La mezquita de Córdoba fue construida por Abderramán I en el año 785 y sufrió posteriormente diversas ampliaciones. A mitad del siglo IX, Abderramán II, debido al crecimiento de la ciudad, amplió la mezquita de Córdoba prolongando las naves hacia el sur, derribando la quibla y añadiendo ocho tramos nuevos. Posteriormente, Abderramán III amplió el patio. La tercera reforma llegó en la segunda mitad del siglo X, en tiempos de Alhaken II, que continuó la prolongación de las naves hacia el sur y construyó varias cúpulas gallonadas. Por último, a finales del siglo X, Almanzor amplió la mezquita hacia el este y el mirhab quedó descentrado. -La mezquita de Córdoba refleja la importancia política, económica, cultural y artística que adquirió la Córdoba califal del siglo X y a través de ella podemos observar muchas de los rasgos que caracterizaron a las construcciones hispanomusulmanas.

-La arquitectura hispanomusulmana empleaba, generalmente, materiales constructivos pobres, que contrastan poderosamente con la riqueza decorativa interior. Ésta produce gran dinamismo, como puede apreciarse en la imagen que nos ocupa. La profusa ornamentación se conseguía a través de yeserías, placas de mármol o alabastro, mosaicos, escritura decorativa o, como en este caso, mediante la multiplicación de arcos dobles cuyas dovelas alternan el colorido.

-Los arquitectos musulmanes solían aprovechar columnas procedentes de construcciones preislámicas, por lo que los edificios presentan generalmente una gran diversidad en los soportes. En este caso, los arcos alternan dovelas en blanco y rojo, como se aprecia en la imagen del interior de la mezquita presentada en este ejercicio. Las columnas no tienen basa, su fuste es liso y el capitel se decora con hojas de acanto. Sobre estos últimos, se superponen modillones de rollo. El interior de la mezquita es oscuro para crear el clima intimista que favorezca a la oración. La multiplicación de arcos y columnas transmite, además, la sensación de un bosque arquitectónico que propicia la oración.

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