15 Abr

La Semana Trágica de Barcelona (1909): Testimonio de José Pijoán

Carta de José Pijoán a Juan Maragall, 31 de julio de 1909

Este texto, una carta privada de José Pijoán a Juan Maragall escrita el 31 de julio de 1909, ofrece un testimonio directo sobre la Semana Trágica de Barcelona. Pijoán, un observador culto y cercano a los hechos, describe el ambiente de desorden, la quema de iglesias y la actitud de la población ante la represión. La Semana Trágica, una revuelta social originada por el descontento popular por la guerra de Marruecos, donde las clases trabajadoras eran enviadas al frente mientras las clases acomodadas podían evitarlo mediante un pago, comenzó con una huelga general pacífica que degeneró en disturbios, especialmente en barrios obreros como el Paralelo y el Poblenou. Pijoán relata la quema de conventos e iglesias, un acto interpretado como una rebelión contra el poder eclesiástico, visto como aliado del gobierno y las élites. Critica la falta de liderazgo de los lerrouxistas, seguidores de Alejandro Lerroux, quienes, en su opinión, podrían haber organizado la revuelta. Finalmente, menciona la dura represión gubernamental, que incluyó el estado de guerra y fusilamientos, generando indignación generalizada. La Semana Trágica marcó un punto de inflexión en la política española, aumentando la oposición al régimen de la Restauración y debilitando al presidente Antonio Maura.

El Manifiesto de Primo de Rivera (1923): El inicio de la dictadura

Manifiesto de Primo de Rivera, 14 de septiembre de 1923

El Manifiesto de Primo de Rivera, publicado el 14 de septiembre de 1923, anuncia el golpe de Estado que dio inicio a la dictadura militar en España. El general Miguel Primo de Rivera justifica su acción como una respuesta necesaria a la crisis política, social y económica, presentándose como el salvador de la nación. Critica duramente a los políticos de la Restauración, acusándolos de corrupción e ineficacia. Denuncia el caos social, los asesinatos políticos, la corrupción, la crisis económica y la inestabilidad derivada de la guerra de Marruecos. También señala la propaganda comunista y separatista como amenazas a la unidad nacional. El manifiesto destaca por su tono autoritario y militarista. Primo de Rivera afirma que su golpe no necesita justificación, pues es el «pueblo sano» quien lo exige. Su plan inmediato es la creación de un Directorio Militar, apartando a los partidos políticos. El contexto del manifiesto es la crisis del sistema de la Restauración (1874-1931), agravada por la derrota de Annual (1921) en la guerra de Marruecos, el auge del movimiento obrero, los conflictos sociales y el terrorismo anarquista. Primo de Rivera contó con el apoyo del rey Alfonso XIII, quien respaldó la dictadura.

La Constitución de 1931: Pilares de la Segunda República

Constitución de la República Española, 1931

La Constitución de 1931 establece los principios de la Segunda República Española. Algunos artículos destacados son:

  • Art. 1: Define a España como una República democrática de trabajadores, con todos los poderes emanando del pueblo. Establece la bandera tricolor: roja, amarilla y morada.
  • Art. 3: Declara la separación entre Iglesia y Estado, sin religión oficial.
  • Art. 11: Reconoce el derecho de las provincias con características comunes a organizarse en regiones autónomas.
  • Art. 26: Extingue el presupuesto del clero y disuelve las órdenes religiosas que no acepten la autoridad estatal.
  • Art. 36: Otorga igualdad de derechos electorales a hombres y mujeres mayores de 23 años.
  • Art. 67: Define al presidente de la República como Jefe del Estado.
  • Art. 68: Establece la elección del presidente por las Cortes.

La Ley de Bases de la Reforma Agraria de 1932: Transformación del campo español

Ley de Bases de la Reforma Agraria, 1932

La Ley de Bases de la Reforma Agraria de 1932, una medida clave de la Segunda República, buscaba mejorar las condiciones del campesinado y reformar el sistema agrario, especialmente en regiones con grandes latifundios como Andalucía y Extremadura. La ley permitía destinar tierras del Estado a asentamientos campesinos. Se creó el Instituto de Reforma Agraria para ejecutar la ley y facilitar la asignación de tierras y créditos a los campesinos. Las tierras susceptibles de expropiación incluían las ofrecidas voluntariamente, las no explotadas directamente por sus dueños, las adquiridas con fines especulativos, y las incultas o mal cultivadas. La ley buscaba reducir la concentración de tierras y promover la justicia social, pero enfrentó resistencia de los terratenientes y dificultades en su implementación.

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