14 Jul

Reconstrucción Semiótica de la Imagen: Argumento, Signos y Relaciones Peirceanas

Al observar una composición visual, una imagen, esta nos permite empezar a expresar ideas de forma metafórica. La intencionalidad comunicativa de esta imagen no es el reconocimiento literal de los objetos denotados, sino el entendimiento del mensaje o la forma en la que vamos a leer estos elementos, lo que implica una superación de los mismos (connotación). Tomando en cuenta el ground (en tanto a la mente y el contexto en que se interpreta la imagen, es decir, el contexto de pandemia), si no existiera la pandemia, lo interpretaríamos como una persona que se está burlando o haciendo una broma.

Podemos reconocer icónicamente a una persona con un objeto en su nariz para protegerse de algo. Tenemos símbolos como el objeto que, teniendo en cuenta el contexto de pandemia, indica que las personas están siendo afectadas por la COVID-19 y usan ese objeto para protegerse.

En cuanto al argumento, podríamos decir que están usando este objeto (barbijo) para no estar afectados por la COVID-19. Esta composición visual nos muestra cómo esta persona usa lo que está a su alcance para no contagiarse. Nos hace sentir miedo a contagiarnos, pero el mensaje que se encuentra debajo nos da la esperanza de que es una forma de sobrevivir a este virus mortal.

El Poder del Hacer Semiótico en la Imagen Visual (Según Prof. Lonchuk)

La imagen visual posee la fuerza y el poder del hacer semiótico. Está compuesta por un conjunto de signos, los cuales son muy potentes desde una perspectiva comunicativa. El hacer cognitivo nos permite construir un objeto al que hay que temerle, y el hacer pragmático lo inviste de valores culturales, en este caso, negativos, ya que o nos protegemos o nos destruye. Estos signos que podemos apreciar en la imagen nos indican que debemos quedarnos en casa. Nos muestran una composición que reconocemos que dialoga con el uso correcto del barbijo y aquello que no hay que usar. Nos hacen creer en la pandemia mediante estos signos que vemos a simple vista; estos nos hacen saber que la pandemia está representada por diferentes signos, como por ejemplo, el uso de estos objetos como tapabocas y el mensaje de cómo sobrevivir a un virus global mortal.

Capacidad Representativa de la Imagen y Procedimientos Interpretativos

La intencionalidad de esta imagen es denotativa, ya que podemos apreciar a una persona con un objeto característico en su nariz. Este diseño va acompañado de ciertos gestos, como si quisiera dar un mensaje de cómo cuidarse ante este virus global. El contexto en el que esta imagen fue tomada da a entender que es la pandemia de la COVID-19. En cuanto al reconocimiento de los signos, nos dan a entender que fue en ese contexto, ya que debajo de la imagen dice “Cómo sobrevivir a un virus global” y las personas hacen alusión al uso del barbijo. La capacidad representativa de esta imagen radica en la necesidad de usar el barbijo para poder sobrevivir a este virus.

Presencia y Enunciación Encarnada: El Cuerpo como Cavidad (Según María José Contreras)

La presencia del cuerpo se constituye como el centro deíctico y se vincula con la percepción que tenemos gracias a él. El cuerpo habita en un tiempo y un espacio, y a través de su presencia percibimos e interpretamos los hechos que suceden. A su vez, esta interpretación estará cruzada por la emotividad, la cual estará directamente relacionada con el concepto de “cuerpo como cavidad”. Los cuerpos interactúan con el mundo y tienen experiencias que dejan huellas en forma de memoria emotiva; estas memorias condicionan la forma de ver el mundo y de interpretar los sucesos. En esta imagen se pone de manifiesto la presencia del cuerpo, la cual sería la presencia del hombre habitando un tiempo (pandemia) y un espacio (su casa). A su vez, su campo de presencia está ampliado, ya que puede relacionarse con otras personas con las cuales no comparte el mismo espacio físico. El hombre está presente gracias al cuerpo, “su carne”, e interactúa en su rol de modelo, “sí mismo”. Por otra parte, por medio de expresiones faciales y articulaciones físicas, podemos ver que le cuesta adaptarse a las reglas de la aplicación, por lo cual se pone de manifiesto el concepto de cuerpo como cavidad; es decir, las experiencias que este hombre tuvo llevando a cabo su rol como modelo en esta pandemia no coinciden con su antigua forma en la que le tomaban fotos. La memoria propia acerca de cómo desempeñaba su rol es muy diferente a cómo lo tiene que hacer ahora.

Emociones como Efectos de Sentido y Sentimientos (Según María de los Ángeles Montes)

Las emociones son una respuesta semiótica frente a un estímulo; son efectos de causas y dependen de juicios, creencias y valoraciones previos. Estas se inscriben dentro de un programa narrativo que llamamos sentimiento, el cual organiza las emociones, las jerarquiza, en función de la sociedad, de la época en la que vivimos y de la cultura. Las emociones toman por asalto al cuerpo, es decir, no se puede tener un control de estas. Primero se perciben como estímulos físicos, pero no sabemos qué son; a esto se le llama interpretante inmediato afectivo. Luego, las personas hacemos un esfuerzo por entender qué está sucediendo; esto recibe el nombre de interpretante dinámico o energético. Finalmente, logramos ponerle un nombre a lo que sentimos, ya que recordamos que en el pasado hemos tenido la misma afectación; esto se conoce con el nombre de interpretante final. En esta imagen podemos observar que el hombre presenta un estado emocional de insatisfacción; percibimos esto por sus ojos y cejas. Interpretamos esto en función de las típicas formas en las que se manifiesta la insatisfacción en nuestra sociedad. Teniendo en cuenta el contexto, entendemos que la causa de su estado emocional son los cambios que trajo aparejada la pandemia: las nuevas formas de comunicación, el lugar en el que va a desempeñar su rol de trabajo, estudio, etc.

Desarrollo del Concepto de Enunciación Encarnada y Figuras Icónicas del Cuerpo (Contreras)

El cuerpo habita en un tiempo y un espacio, y a través de su presencia percibimos e interpretamos los hechos que suceden. Esta interpretación estará cruzada por la emotividad, la cual estará directamente relacionada con el concepto de “cuerpo como cavidad”. Los cuerpos interactúan con el mundo y tienen experiencias que dejan huellas en forma de memoria emotiva; estas memorias condicionan la forma de ver el mundo y de interpretar los sucesos. En esta imagen se pone de manifiesto la presencia del cuerpo, la cual sería la presencia de la persona habitando un tiempo (pandemia) y un espacio (su casa). A su vez, su campo de presencia está ampliado, ya que puede relacionarse con otras personas con las cuales no comparte el mismo espacio físico. El hombre está presente gracias al cuerpo, “su carne”, e interactúa en su rol de modelo, “sí mismo”.

Las cuatro figuras icónicas del cuerpo dan lugar a cuatro memorias sensoriales y figurativas:

  • La primera memoria sería de inscripción y correspondería a la figura del cuerpo-envoltura y al movimiento de deformación. Permite el contacto con el mundo y otros cuerpos; en ese sentido, se ofrece como superficie de inscripción. La inscripción sería su carácter acumulativo, generando una organización sintáctica de las huellas.
  • La segunda memoria sensorial corresponde a la traza. La diferencia entre ella y la huella es que la traza proviene desde el interior y se conserva en el interior del cuerpo. Se puede decir que sería la memoria muscular, que se activa en la acción y contiene la capacidad de integración y ligazón para aprehender secuencias de movimientos. Es muy importante, ya que es la encargada de analizar las atmósferas y los estados emocionales que emanan de la carne del mundo, mediante el contagio intercorporal, es decir, una reacción hipoicónica de sintonización sensorial, afectiva y tímica.
  • La tercera memoria es la huella deíctica que caracteriza la figura del cuerpo-punto; su movimiento típico es el desplazamiento. En esta memoria son importantes las operaciones de prospección y retrospección, en la vinculación de dimensión espacial y temporal.
  • Y la última memoria es la diégesis propia del cuerpo-cavidad y su movimiento de agitación, que sería la memoria propia del teatro interior.

El Miedo en la Imagen y su Configuración como Sentimiento (Lotman y Montes)

En este caso, la fuente del peligro está clara: el miedo tiene un destinatario “real” confuso y el objeto que lo genera es el mismo, tanto para la víctima que lo sufre como para la persona que ve la imagen. La persona es parte de una serie fotográfica que deja en evidencia qué objetos podemos usar de nuestra casa para simular una mascarilla. Las emociones son una respuesta semiótica frente a un estímulo; son efectos de causas y dependen de juicios, creencias y valoraciones previos. Estas se inscriben dentro de un programa narrativo que llamamos sentimiento, el cual organiza las emociones, las jerarquiza, en función de la sociedad, de la época en la que vivimos y de la cultura. Las emociones toman por asalto al cuerpo, es decir, no se puede tener un control de estas. Primero se perciben como estímulos físicos, lo cual se desprende del interpretante dinámico. Finalmente, logramos ponerle un nombre a lo que sentimos, ya que recordamos que en el pasado hemos tenido la misma afectación; esto se conoce con el nombre de interpretante final.

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