04 Mar


3.-Estructura o composición de la población.
La diferencia entre sexos: La relación de masculinidad o sex ratio mide la proporción de varones por cada 100 mujeres. Se ha mantenido siempre por debajo de 100 a lo largo del siglo XX, con un mínimo de 92 en los años cuarenta, producto de la guerra, que se alarga durante los cincuenta como efecto de las emigraciones. En la actualidad se encuentra en 96%. La diferencia se explica por la regla general de la mayor mortalidad masculina pero también por el impacto de las emigraciones. El cambio de tendencia a este respecto puede alterar la sex ratio, de hecho en zonas receptoras de inmigrantes la masculinidad supera ya el índice 100 (Ceuta, Almería)- La composición por edad.
La población española presenta una tendencia constante hacia el envejecimiento acelerada en los últimos veinte años gracias al aumento de la Esperanza de Vida. Este proceso se ve acompañado por la reducción de la población joven debido a la caída de la natalidad.
En la actualidad, un 15,7% de los españoles son jóvenes, un 68,3%, adultos y un 16%, viejos, por tanto la población española es técnicamente vieja. Las regiones con más población joven siguen siendo Andalucía, Murcia y Canarias, mientras que las poblaciones más envejecidas son las de Aragón, Castilla León y Rioja.A través de las pirámides de población española se puede observar la evolución de la composición por sexo y edad de la población española.La de 1.887 nos muestra una población muy joven, con alta natalidad y baja esperanza de vida, situación que se mantiene en la de 1.900. La de 1.930 mantiene las mismas características si bien se denota el aumento de la E.V. en el peso de las edades superiores. La de 1.950 refleja una reducción de la base por la pérdida de


nacimiento a consecuencia de la Guerra Civil, sobremortalidad que se refleja en los grupos entre los 25 y 39 años. La de 1.960 recoge el inicio de la época del baby boom en una base muy ancha, pero también el peso de las edades maduras, el entrante de los 20 y 50 años recogen la generación perdida de la guerra. La de 1.970 marca el gran baby boom de los sesenta en la amplia base que contrasta con el déficit de la guerra y postguerra (15-35 años). La de 1.992 recoge la mortalidad de la guerra en las edades entre los 72 y 82 años. El déficit de nacimientos por la guerra se refleja ahora entre los 50 y 55. Finalmente, el descenso de la fecundidad a partir de 1.977 se refleja en la fuerte reducción por la base. En la de 1.995 se hace patente la grave crisis de la natalidad, así como los efectos de la Guerra se van atenuando por la acción de la mortalidad natural en esas edades. En la pirámide de. 2.001 se observa una fuerte reducción de la base fruto de la drástica reducción de la natalidad junto a un ligero ensanchamiento de las edades entre 25 y 34 años, fruto de la inmigración de población extranjera. – El estado civil. Durante todo el siglo XX, el porcentaje de población soltera ha disminuido al bajar el peso de la población joven sobre el total. Sin embargo, si estudiamos sólo el sector de población adulta, la tendencia actual es justamente la inversa, con un fuerte descenso de la tasa de nupcialidad al que acompaña el aumento de separados y divorciados de acuerdo con la tendencia hacia una sociedad más laica y liberal.* Actividad Económica.La población activa se ha duplicado a lo largo del siglo XX, superando el 50% de la población. Ello se debe al peso de la población adulta sobre el total y a la incorporación de lamujer al mundo laboral, actualmente alcanza el 57%


de la población, la mayoría de ella en los grupos de edad entre 25 y 54 años. La diferencia de actividad por sexo es todavía apreciable aunque se reduce, todavía existen casi 20 puntos de diferencias entre los varones y las mujeres. Las tasas de actividad más altas se dan en las regiones industriales o turísticas, mientras que son bajas en las regiones más envejecidas. La distribución por Sectores económicos. El cambio ha sido brutal a lo largo del siglo hacia una fuerte terciarización. En 1.900, el sector primario ocupaba un 60%, a finales del siglo XX, sólo ocupaba un 8,4% frente al 27,4% del secundario y el 54,6% del terciario. En la actualidad el crecimiento del sector terciario le ha hecho llegar al 68% a costa de un secundario en retroceso, 26%. También destaca una mayor diversificación profesional La tasa de paro. Hasta los años 70, el paro no fue un grave problema para España, la falta de incorporación de la mujer al mundo laboral y la salida que la emigración daba al excedente demográfico anulaba el problema. La crisis económica del 74 trastocó enormemente el problema pues se unieron una grave crisis industrial, el fin de la emigración cuando no, la vuelta de muchos emigrantes, la llegada a la edad laboral de las amplias generaciones de los sesenta y la incorporación de la mujer al mundo laboral. El paro creció imparable hasta 1.994, descendiendo posteriormente en torno al 9% de la población activa, afectando de manera muy desigual a las distintas comunidades autónomas, sin embargo el efecto de la crisis económica le ha llevado a valores históricos, en torno al 22%, siempre de manera muy desigual en las distintas comunidades autónomas, destacando en lo negativo, Andalucía y Extremadura, con valores que superan ampliamente el 30%. El paro afecta más a las mujeres que a los varones (el doble de tasa) y a los activos del sector agrario y de la construcción.


Es el más alto de la Unión Europea con distancia, pero sin duda en la realidad está aminorado por la actividad laboral sumergida. – El nivel de instrucción. La tasa de analfabetismo actual es de un 3,3%, superior a la media europea, de ella un 72% son mujeres de avanzada edad. Afecta de manera muy significativa a Andalucia, Castilla-La Mancha y Extremadura.

Los movimientos espaciales de la poblacion española. Natalidad, Mortalidad y crecimiento natural

La natalidad se mide por la Tasa Bruta de Natalidad, que relaciona los nacidos vivos en un año con la población de ese lugar. En general, la natalidad española se ha mantenido alta, aunque en continuo descenso a lo largo del siglo XX. 33,9 %o en 1.900, alcanza valores medios hacia los años 70, 17,9%o en 1.977, para desplomarse en los años finales de siglo hasta los valores más bajos del planeta, 9,1%o en 1.995. El inicio del siglo XXI ha significado un repunte gracias a la natalidad de la población inmigrante, en 2.006 se alcanza una tasa de 10,9%o, pero recientemente ha vuelto a bajar a un 10,29%o de este año.El proceso de caída de la natalidad y la fecundidad se debe al uso masivo de medios anticonceptivos y está relacionado con diversos factores, mayoritariamente vinculados con el desarrollo económico y social del país. Así, podemos destacar:* La emancipación de la mujer y su incorporación al mercado de trabajo.* El coste económico y emocional de la educación y crianza de los niños* La valoración del mayor nivel de vida y de consumo.* El efecto de políticas antinatalistas.* La secularización.* Junto a estos no podemos olvidar el envejecimiento de la población. Sin embargo, con ser una fenómeno general, la reducción de la natalidad y fecundidad no ha sido homogénea, sino que ha habido importantes diferencias geográficas y sociales. Así ambas son mayores en las comunidades del sur (Andalucía, Murcia) y Canarias, se mantienen en niveles medios en las comunidades ricas mediterráneas, y son muy bajas


en las comunidades del norte y del centro, salvo en Madrid. Al mismo tiempo, el descenso en los grupos sociales más humildes y con menor nivel cultural ha sido bastante más tardío. Los movimientos espaciales de la poblacion española. Un aspecto destacado de la población española es su movilidad espacial, tanto dentro del territorio nacional (migraciones interiores) como atravesando las fronteras (migraciones exteriores). A ello se une el hecho de que España se haya convertido en un punto de destino para muchos inmigrantes extranjeros. El efecto de la migración sobre el crecimiento se mide mediante el Saldo Migratorio que sumado al crecimiento natural da el crecimiento real, expresado también en la Tasa Bruta de Crecimiento Real. 2.b.1. Las migraciones exteriores. La emigración española exterior se ha dirigido esencialmente a tres áreas a lo largo del siglo XX.- Norte de África. Importante al inicio del siglo, protagonizada sobre todo, por agricultores del sureste que huían de las pésimas condiciones de trabajo.- América. Su época de apogeo se produce en la primera mitad del siglo XX. Hasta 1.930 se dirigió hacia los países del cono sur, Cuba, México, Estados Unidos y Canadá. La crisis económica mundial la interrumpe, pero la Guerra Civil le da nuevos bríos, ahora relacionada con la persecución que sufren republicanos. Inicialmente la protagonizaron pobres campesinos de Galicia, Asturias y Canarias.- Europa. Ha sido sin duda, la gran emigración española. Su máximo apogeo se alcanza en la década de los sesenta, interrumpida bruscamente por la grave crisis del petróleo en 1.973. Sin embargo, existen antecedentes hacia Francia desde inicios de siglo y un incremento con motivo del final de la Guerra Civil (800.000). La finalización de la Gran Guerra y el periodo de reconstrucción provoca una gran necesidad de mano de obra en los países europeos tales como Francia, Alemania o Suiza


que coincide con el fuerte excedente demográfico español en los años de mayor crecimiento, mientras se mantenían unas condiciones económicas y sociales muy deficientes. Más de un millón de personas salieron del país hasta 1.974, pasando a ser el saldo migratorio a partir de entonces negativo. En esta emigración participaron todas las comunidades pobres pero especialmente Galicia y Andalucía. Repercusiones de estas migraciones exteriores han sido varias:- Efectos positivos. Reducción de la presión en el mercado laboral. Alivio de la presión demográfica. Entrada de divisas.- Efectos negativos. Costes demográficos que supuso la pérdida de la población joven en las regiones emisoras. Rupturas familiares. Difíciles adaptaciones al país de destino con empleos duros, peligrosos y mal remunerados. Despoblamiento de las áreas de salida. 2.b.2. Las migraciones interiores. Es uno de los fenómenos más importantes de la evolución demográfica española contemporánea, especialmente intensificado en la década de los sesenta con la industrialización. Durante la primera mitad del siglo XX, la emigración se dirigió hacia los centros industriales de Cataluña, Levante, País Vasco, Sevilla y Madrid. En los años sesenta se producen importantes desplazamientos que afectaron a más de 10 millones de españoles. Especialmente beneficiadas por la inmigración fueron Madrid, Barcelona, Valencia y País Vasco que recibieron inmigrantes de las regiones más pobres y rurales como Extremadura, Castilla y Andalucía. En los últimos años se ha diversificado el lugar de destino, ha cesado el éxodo rural en favor de una emigración entre centros urbanos. Algunos de los antiguos focos de atracción como el País Vasco o Madrid, se han convertido en centros emisores. Y zonas emergentes se han situado como nuevos focos de atracción (Castilla La Mancha, Canarias)


1.a. Evolución de la población


Los primeros datos aproximados sobre la población hispana pueden encontrarse en la obra de Plinio para la época romana. En esa época, la península y Baleares contaría con unos 6 millones de habitantes, cantidad que, con altibajos, parece mantenerse hasta finales de la Edad Media. El siglo XVI significa el primer gran impulso demográfico que llevaría a rozar los 9 millones de habitantes, la gran mayoría en el territorio castellano. Sin embargo, las graves crisis del XVII, suponen la pérdida de un 25% de la población que vuelve a estancarse en torno a los 6 millones. Durante esta centuria se inicia el proceso de redistribución demográfica, puesto que las pérdidas fueron más importantes en el interior, donde Madrid ya aparece como una isla ecuménica en un espacio semidesierto. El siglo XVIII significa el inicio del crecimiento continuo (10 millones a finales de siglo) confirmándose la tendencia al traslado de la población a la periferia. El siglo XIX, de manera similar al resto de Europa aunque en menor cuantía, significa el inicio del ciclo demográfico moderno. La población casi se duplica, alcanzando en 1.900 los 18 millones y medio, pero su crecimiento esmuy desigual espacialmente, muy centrado en la periferia y en los nuevos núcleos urbanos industriales.Durante la primer mitad del siglo XX se acentúa el crecimiento gracias a la reducción de la mortalidad por los progresos técnicos, sanitarios y económicos. Se produjeron acontecimientos que frenaron el crecimiento como la guerra del Norte de África, la tremenda gripe de 1.918 y, sobre todo, la Guerra Civil, que produjo un déficit demográfico de un millón de personas, entre fallecidos, exiliados y no nacidos. En 1.950, la población se acercaba a los 28 millones de habitantes. Entre 1.950 y 1.980, se produce el mayor crecimiento de la población española gracias al mantenimiento de una fuerte natalidad


que compensaba la sangría de la emigración a Europa y al definitivo descenso de la mortalidad. Se produce en este periodo los mayores cambios en la distribución de la población debido al fenómeno del éxodo rural que convierte al país en una sociedad plenamente urbana. En 1.981, la población superaba los 37 millones y medio. A partir de 1.980, la conversión del país en una sociedad desarrollada y consumista, provoca un brusco cambio en las prácticas reproductivas de los españoles que se manifiesta en un estancamiento de la población, que alcanza los 40 millones en el 2.000.Los primeros años del siglo XXI han significado un nuevo cambio gracias al impacto de la población inmigrante, superándose en la actualidad los 47.millones de habitantes.1.b. La distribución de la población española.La concentración de la población se mide por la densidad de población. En España ha sido siempre muy irregular. La densidad , nunca en valores muy altos, aumenta continuamente desde el siglo XVI, unos 13,5 hb./Km2, Sin embargo, durante la Edad Moderna, .Durante el siglo XIX, la densidad aumenta constantemente , pero sobre todo se inicia el gran proceso de cambio de la distribución espacial, con el fuerte crecimiento de la periferia mediterránea y vasca en detrimento de un interior que se despuebla, salvo la isla de Madrid.El siglo XX ha significado la continuación de las tendencias del siglo anterior, alcanzándose actualmente una densidad de 96,49 hb./Km2, que sigue siendo baja en el contexto de la Unión Europea, de los que sólo superamos a los países bálticos e Irlanda.Las causas que explican esta distribución:* Factores geográficos como los climas extremos del interior y la topografía accidentada* Factores demográficos como el envejecimiento de la población del interior y del medio rural .* Factores socioeconómicos determinados por la concentración de las actividades económicas.

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