01 Jun
Formaciones Vegetales y Clima de España: Regiones Atlántica y Mediterránea
Vegetación de la Región Atlántica
1. Factores Físicos y Humanos en la Región Atlántica
La región atlántica de España, que incluye la cornisa cantábrica y el noroeste peninsular, presenta una vegetación influenciada por factores físicos y humanos. Entre los factores físicos, el clima oceánico, con temperaturas suaves y lluvias abundantes, favorece los bosques caducifolios de robles, hayas y castaños, junto con prados naturales.
El relieve también condiciona la vegetación, con bosques y praderas en las zonas bajas, y matorrales y pastos alpinos en las alturas. Además, los suelos ácidos de la región favorecen especies como los brezos y tojos, mientras que las laderas fértiles albergan bosques densos.
Por otro lado, los factores humanos han transformado la vegetación. La tala de bosques para agricultura, ganadería y uso maderero ha reducido los bosques autóctonos, dando paso a matorrales y prados artificiales. También se ha introducido el cultivo de especies foráneas como el pino o el eucalipto, utilizadas por su rápido crecimiento, aunque con impactos ambientales como la pérdida de biodiversidad.
2. Tipos de Especies y Características
El paisaje vegetal de clima oceánico corresponde a la región floral eurosiberiana, y en él predominan el bosque caducifolio, la landa y el prado.
El bosque caducifolio es denso, de árboles altos, su tronco es recto, de corteza lisa y poco gruesa. La hoja es grande y en el sotobosque predominan musgos y helechos. Las especies características son el roble y la haya. El roble exige humedad y tolera mal el calor y el excesivo frío. Se sitúa entre los 0 y los 1000 m. Prefiere suelos silíceos, su madera es dura. Sus áreas más extensas son Galicia, la cordillera cantábrica y el País Vasco. La haya exige mayor humedad, tolera mal el calor y muy bien el frío, por lo que se sitúa entre los 900 y 1600 m.
Prefiere suelos calizos, aunque tolera los silíceos, su madera es dura, y de buena calidad, y su área principal está en la cordillera cantábrica y el Pirineo navarro. El bosque marcescente de roble y quejigo es propio de este clima.
La landa es una vegetación densa de matorral, y sus especies más abundantes son el brezo, el tojo y la retama.
Los prados son una vegetación herbácea que ocupa grandes extensiones de terreno en los paisajes oceánicos.
3. Aprovechamiento Económico
La vegetación ayuda a mantener a la población en el medio rural al crear empleo en su conservación y explotación.
También proporciona recursos, alimentos para las personas y para los animales, materias primas para la industria y fuentes de energía. Por último, contribuye a proteger y mejorar el medio ambiente, ya que al absorber el CO₂ disminuye la contaminación atmosférica.
La madera de árboles como el roble, la haya y la encina se emplea para la construcción de muebles y utensilios. La corteza del alcornoque se emplea para elaborar corcho, y el fruto del pino y la encina (piñones y bellotas) se emplea para consumo y alimentación de animales
Vegetación de la Región Mediterránea
Factores Físicos y Humanos en la Región Mediterránea
La vegetación de la región mediterránea está condicionada por factores físicos y humanos. Entre los factores físicos, el clima mediterráneo, con veranos secos e inviernos suaves, favorece especies adaptadas a la sequía, como la encina, el alcornoque y el pino carrasco. El relieve también influye: las solanas presentan una vegetación más escasa, mientras que las umbrías albergan mayor densidad. Los suelos, generalmente pobres y erosionables, limitan el crecimiento vegetal. Predominan especies resistentes y de raíces profundas.
Por otro lado, los factores humanos han transformado significativamente el paisaje. La tala de bosques para la agricultura, el pastoreo, y la urbanización ha dado lugar a matorrales como la maquia y la garriga. Además, se han introducido especies como el olivo, y el almendro por su valor económico. Los incendios forestales han degradado amplias áreas, favoreciendo especies resistentes al fuego. La agricultura de secano y el desarrollo urbanístico en costas han fragmentado los ecosistemas.
Tipos de Especies y Características
El paisaje vegetal de la región mediterránea corresponde a la región floral mediterránea, y el predominio es el bosque perennifolio y el matorral.
El bosque perennifolio es poco denso y con árboles de mediana altura porque compiten por el agua. Su tronco es sinuoso, de corteza rugosa y gruesa, y la hoja pequeña y perenne. Las especies más características son la encina, el alcornoque y el pino. La encina soporta la sequía, el calor estival y el frío invernal; se adapta a todo tipo de suelos. Su madera es muy dura y resistente y los bosques se concentran en Sierra Morena, Extremadura y la Sierra de Guadarrama.
El alcornoque necesita cierta precipitación, inviernos moderados y suelos silíceos. Su madera es muy dura y se concentra en el suroeste peninsular, en sectores del sur de Andalucía, norte de Cataluña y Castellón. El pino se adapta a condiciones climáticas extremas y a suelos diversos.
El matorral mediterráneo se divide en tres tipos:
La maquia es muy densa y casi impenetrable. Sus especies principales son la jara, el brezo, el lentisco y la retama.
La garriga está formada por arbustos de poca altura. Entre sus especies destacan el romero, el tomillo y la lavanda.
La estepa está integrada por hierbas bajas, entremezcladas con arbustos espinosos, bajos y discontinuos. Sus especies principales son el palmito, el tomillo, el esparto y la albardinera.
3. Aprovechamiento Económico
La vegetación ayuda a mantener a la población en el medio rural al crear empleo en su conservación y explotación.
También proporciona recursos, alimentos para las personas y para los animales, materias primas para la industria, y fuentes de energía. Por último, contribuye a proteger y mejorar el medio ambiente, ya que al absorber el CO₂ disminuye la contaminación atmosférica.
La madera de árboles como el roble, la haya y la encina se emplea para la construcción de muebles y utensilios. La corteza del alcornoque se emplea para elaborar corcho, y el fruto del pino y la encina (piñones y bellotas) se emplea para el consumo y alimentación de animales.
Relieve de España: Unidades Morfoestructurales y su Influencia
1. Configuración General del Relieve Peninsular
El relieve de la Península Ibérica presenta una forma compacta y maciza, con costas rectas y pocos accidentes, lo que limita la entrada de la influencia marina hacia el interior. La altitud media es elevada, unos 660 metros, debido a la presencia de una gran meseta central y numerosas cordilleras. Además, la disposición periférica de las montañas alrededor de la Meseta actúa como barrera natural, dificultando las comunicaciones y provocando contrastes climáticos entre el litoral y el interior.
2. Grandes Unidades del Relieve Peninsular
El relieve español se organiza en varias unidades morfoestructurales, resultado de la combinación entre la estructura geológica y el modelado del terreno.
Zócalos: Son llanuras antiguas formadas por rocas muy duras como el granito o la pizarra. Si sufren nuevas presiones, no se pliegan, sino que se fracturan, dando lugar a bloques elevados (horst) y hundidos (graben). Se localizan sobre todo en el oeste peninsular.
Macizos antiguos: Son partes del zócalo que se elevaron durante la orogénesis alpina del Terciario. Aunque están formados por materiales antiguos, se rejuvenecieron. Presentan cumbres suaves y redondeadas. Destacan el Sistema Central, los Montes de Toledo y el Macizo Galaico.
Cordilleras de plegamiento: Se formaron también en el Terciario, pero a partir del plegamiento de materiales más blandos y recientes. Son más elevadas y abruptas. Las principales son los Pirineos, la Cordillera Bética y parte de la Cantábrica.
Cuencas sedimentarias: Son zonas hundidas que se rellenaron con sedimentos, como la Depresión del Ebro y la del Guadalquivir. Presentan un relieve más llano y suave.
3. El Relieve como Condicionante de las Actividades Humanas
El relieve influye notablemente en las actividades humanas. En las zonas llanas se ha concentrado históricamente la población y la agricultura, por ser más accesibles y fértiles. En cambio, las montañas dificultan el cultivo y el transporte, y requieren infraestructuras más costosas. También condiciona la distribución de los recursos naturales: en los relieves antiguos se localizan minerales como el carbón, y en las cuencas sedimentarias, materiales de construcción. Por último, el relieve tiene gran valor turístico: montañas, paisajes volcánicos, playas o formaciones geológicas únicas atraen cada vez más visitantes.
Estructuras del Relieve Interior: La Meseta y los Rebordes Montañosos
1. Origen y Características
La Meseta es una gran llanura elevada entre 600 y 800 metros, formada durante la era primaria a partir del antiguo macizo Hespérico. En el Terciario, la orogénesis alpina fracturó este relieve, creando bloques elevados y hundidos. La Meseta se divide en dos sectores: la submeseta norte, más alta, centrada en la cuenca del Duero, y la submeseta sur, más baja y atravesada por los Montes de Toledo.
En su interior, la Meseta presenta tres unidades: el zócalo paleozoico (gran parte del oeste), las sierras interiores (Sistema Central y Montes de Toledo) y las cuencas sedimentarias (páramos, campiñas y cuestas). Rodeando la Meseta, los rebordes montañosos incluyen el macizo Galaico-Leonés, la cordillera Cantábrica, el sistema Ibérico y Sierra Morena, que separa la Meseta del valle del Guadalquivir.
2. Dominio Litológico y Modelado
La Meseta se caracteriza por materiales silíceos (granito, pizarra, cuarcita) en su parte occidental, dando lugar a penillanuras. En las cuencas sedimentarias, la alternancia de materiales blandos (arcillas) y duros (calizas) crea un relieve escalonado con páramos elevados, campiñas onduladas y cuestas inclinadas.
Los rebordes montañosos tienen litologías más variadas: el macizo Galaico-Leonés y el sector occidental de la Cantábrica están formados por rocas antiguas, mientras que el sistema Ibérico y la Cantábrica oriental tienen calizas y materiales secundarios, favoreciendo relieves cársticos y abruptos. Sierra Morena está formada por materiales paleozoicos duros y fracturados.
3. El Relieve como Condicionante de las Actividades Humanas
El relieve influye en las actividades humanas, favoreciendo la agricultura en las llanuras y dificultando el poblamiento en las zonas montañosas. Las dificultades de transporte en la Meseta, rodeada de montañas, han requerido la construcción de túneles y carreteras adaptadas a terrenos difíciles.
El relieve también ofrece recursos minerales como pizarra, wolframio y calizas, y se ha convertido en un atractivo turístico, con zonas montañosas como Gredos, los Picos de Europa y la Serranía de Cuenca
Estructuras del Relieve Exteriores a la Meseta y Relieve Insular
1. Origen y Características
Las depresiones exteriores de la Meseta, la del Ebro y la del Guadalquivir, se formaron en la era Terciaria durante la orogénesis alpina. Son cuencas prealpinas que surgieron entre cordilleras de reciente formación y antiguos macizos, y que se hundieron progresivamente por la subsidencia. Con el tiempo se rellenaron con sedimentos marinos y continentales, originando relieves amplios, planos y de baja altitud. Por su parte, las cordilleras exteriores (Pirineos, Montes Vascos, Costero-Catalana y Béticas) también nacieron en el Terciario, como consecuencia del choque entre las placas africana y euroasiática. Esta colisión plegó los materiales acumulados en las fosas oceánicas entre los antiguos macizos. El resultado son sistemas montañosos complejos y abruptos, con importantes contrastes de altitud y geología diversa. En el contexto de la evolución geológica peninsular, estas formaciones representan la etapa final y más reciente, dominada por la actividad tectónica intensa y el modelado por agentes externos. La Península, tras haber sido arrasada y fragmentada en la era primaria y sedimentada en la secundaria, vio en el Terciario el levantamiento de sus grandes cordilleras y la formación de sus principales depresiones.
2. Dominio Litológico y Modelado
Las depresiones están formadas por materiales blandos como arcillas, margas y yesos, intercalados con calizas y conglomerados. En la depresión del Ebro, el paisaje varía desde los mallos (conglomerados duros) a los badlands (margas erosionadas), pasando por cuestas y hoyas. La depresión del Guadalquivir, más uniforme, presenta campiñas onduladas y relieves residuales como alcores y mesas. Las cordilleras exteriores tienen una mayor variedad litológica. En los Pirineos, encontramos materiales paleozoicos en el eje axial (granito, pizarra), y calizas en los Prepirineos, con relieves glaciares en las cumbres y sierras alineadas en el sur. En los Montes Vascos y la Costero-Catalana
dominan las calizas y materiales antiguos fracturados, formando relieves medios con colinas y valles. Las cordilleras Béticas se dividen en Penibética (paleozoica, alta montaña con cumbres como el Mulhacén), Subbética (calizas y margas, con pliegues y mantos de corrimiento) y la depresión intrabética (hoyas sedimentarias de paisaje árido y erosionado).
3. El Relieve como Condicionante de las Actividades Humanas
El relieve exterior a la Meseta ha condicionado profundamente el asentamiento humano y las actividades económicas. Las depresiones, por su fertilidad, accesibilidad y clima más benigno, han concentrado una parte importante de la población, grandes ciudades y actividades agrícolas intensivas, especialmente en campiñas como las del valle del Guadalquivir o del Ebro. En cambio, las cordilleras han presentado mayores obstáculos para la agricultura y el transporte, lo que ha generado una ocupación más dispersa y una economía basada en recursos naturales (ganadería extensiva, bosques, agua o minerales). También tienen un gran valor paisajístico y turístico, como en los Pirineos, Sierra Nevada o el Parque Natural de Cazorla. A nivel infraestructural, la presencia de montañas ha obligado a desarrollar túneles, puertos de montaña y obras de ingeniería para comunicar la Meseta con la periferia y el litoral.
Paisajes Naturales de España: Factores, Actividades y Entorno
1. Factores del Relieve, Climáticos y de Vegetación
España presenta una gran diversidad de paisajes naturales debido a su variado relieve, clima y vegetación: El paisaje oceánico, en el norte peninsular, se caracteriza por un relieve montañoso, clima húmedo y suave todo el año, y vegetación caducifolia (robles, hayas), además de prados y matorrales densos. El paisaje mediterráneo (interior y litoral) tiene relieve llano u ondulado, clima con veranos secos y calurosos y vegetación adaptada a la sequía: bosque perennifolio (encina, alcornoque), matorral (maquia, garriga) y estepa en las zonas más áridas. El paisaje de montaña, por encima de los 1000 metros, presenta relieve abrupto, clima frío y húmedo, y vegetación escalonada: desde bosques y prados hasta plantas de alta montaña, dependiendo de la altitud y orientación. En el paisaje canario, el relieve volcánico se combina con un clima seco y cálido en las zonas bajas, con vegetación muy original y rica en especies endémicas. En las zonas medias y altas hay distintos pisos vegetales, como laurisilva y pino canario
2. Principales Actividades Económicas (Resumen)
Las actividades económicas en España varían según el paisaje natural: En el paisaje oceánico, predomina la ganadería bovina lechera intensiva, acompañada de algo de agricultura (maíz, huertos) y explotación forestal. La industria ha sido tradicionalmente metalúrgica, y el turismo rural gana protagonismo. En el mediterráneo interior, se practica una agricultura de secano (cereal, vid, olivo) y, en los regadíos, cultivos más intensivos como hortalizas y forrajes. La ganadería ovina y las dehesas son fundamentales. Destaca la industria agroalimentaria y el turismo cultural y de interior. En el mediterráneo litoral, se cultivan productos de alto valor (frutas, hortalizas bajo plástico, cítricos), con un regadío muy tecnificado. La ganadería porcina y bovina está vinculada a la demanda urbana. El turismo de sol y playa es clave. En el paisaje de montaña, las actividades se adaptan a la altitud: huerta en los valles, ganadería extensiva en cotas altas, y explotación forestal en zonas boscosas. Actualmente destaca el turismo rural, de naturaleza o de nieve.
En Canarias, el regadío costero se dedica al cultivo de exportación (plátano, tomate, tropicales), mientras que en el interior hay un policultivo tradicional. La ganadería es limitada, y el turismo internacional es el principal motor económico.
3. Relación con el Entorno y Condiciones Naturales
En cada paisaje natural, las actividades humanas se han adaptado a las condiciones del entorno: En el norte oceánico, las lluvias constantes y los suelos fértiles han favorecido la ganadería y el aprovechamiento forestal, aunque el relieve montañoso limita las grandes explotaciones. En el interior mediterráneo, la sequía estival y la amplitud térmica han impulsado modelos agrícolas extensivos y ganaderos adaptados a la aridez, como las dehesas o el cultivo de secano. En la costa mediterránea, el clima cálido y la abundancia de horas de sol han sido claves para el desarrollo de cultivos hortofrutícolas de exportación y del turismo masivo. En las montañas, el medio físico ha determinado un poblamiento disperso y un uso vertical del espacio, con actividades complementarias según la altitud. En Canarias, la limitación hídrica y el relieve volcánico han obligado a técnicas de cultivo adaptadas y a un gran aprovechamiento de los microclimas. Su clima templado todo el año ha convertido al turismo en el sector predominante
Problemas Medioambientales de España y Políticas Aplicadas
Principales riesgos
La alteración del relieve por actividades extractivas y la construcción de infraestructuras afecta tanto al paisaje interior como al costero. La contaminación atmosférica incluye fenómenos como la lluvia ácida, el ozono troposférico y las partículas en suspensión, generadas principalmente por la industria y el transporte. La reducción de la capa de ozono es causada por los CFC y otros gases. El cambio climático se manifiesta en el aumento de temperaturas, la disminución de precipitaciones y fenómenos extremos. También hay contaminación acústica y lumínica derivadas del transporte, la industria y el alumbrado inadecuado.
La degradación del agua por la alteración de ríos y humedales, y la destrucción de la vegetación debido a incendios y urbanización son riesgos importantes. Además, la contaminación y erosión del suelo y la generación de residuos afectan la sostenibilidad. La reducción de biodiversidad es causada por la fragmentación de hábitats y especies invasoras.
Causas, efectos y políticas
Causas: El uso intensivo de recursos naturales, actividades humanas como la urbanización y la industria, y la emisión de gases contaminantes son las principales causas de estos riesgos. La deforestación, la sobreexplotación de acuíferos y la agricultura intensiva también contribuyen significativamente a la degradación ambiental.
Efectos: La degradación ambiental genera impactos ecológicos y paisajísticos, además de problemas de salud, como enfermedades respiratorias y estrés. La pérdida de biodiversidad y la disminución de recursos naturales afectan la economía y la calidad de vida de las comunidades.
Políticas: Se han implementado leyes y directivas, como la Ley de Calidad del Aire, el Protocolo de Kioto y el Plan Forestal Español. También existen estrategias para gestionar los residuos, proteger la biodiversidad y restaurar los espacios naturales. Además, se promueven medidas para la adaptación al cambio climático y la transición hacia una economía circular.
Problemas sociales y económicos derivados
La salud pública se ve afectada por enfermedades respiratorias, estrés y cáncer de piel debido a la contaminación. La agricultura y ganadería sufren por la pérdida de suelos fértiles, menor productividad y el aumento de plagas. El turismo pierde competitividad con la destrucción de paisajes naturales y la desaparición de zonas atractivas. Los costes económicos aumentan por desastres naturales y la restauración ambiental. La pérdida de biodiversidad reduce los recursos naturales, lo que afecta la producción agrícola y la industria farmacéutica. El abandono rural y la escasez de agua generan conflictos sobre el acceso a este recurso vital, aumentando las tensiones sociales. El empleo en sectores como pesca, agricultura y turismo se ve amenazado por estos problemas ambientales, afectando la estabilidad económica de las regiones. La falta de políticas eficaces para abordar estos problemas también agrava las disparidades regionales y dificulta el desarrollo sostenible.
Álava, Albacete, Alicante, Almería, Asturias, Ávila, Badajoz, Barcelona, Bizkaia, Burgos, Cáceres, Cádiz, Cantabria, Castellón, Ciudad Real, Córdoba, A Coruña, Cuenca, Girona, Granada, Guadalajara, Gipuzkoa, Huelva, Huesca, Jaén, León, Lleida, Lugo, Madrid, Málaga, Murcia, Navarra, Ourense, Palencia, Pontevedra, Salamanca, Santa Cruz de Tenerife, Segovia, Sevilla, Soria, Tarragona, Teruel, Toledo, Valencia, Valladolid, Zamora, Zaragoza, Las Palmas, La Rioja.
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