06 Nov

La Prehistoria en la Península Ibérica

El Paleolítico

Durante esta etapa, la península fue habitada por diferentes especies de homínidos. Se divide en tres fases principales:

  • Paleolítico Inferior: Se desarrollaron el Homo antecessor y el Homo heidelbergensis. Eran nómadas, recolectores y cazadores que usaban instrumentos de piedra fabricados por ellos mismos. Lucían robustos y tenían una fisonomía arcaica pronunciada.
  • Paleolítico Medio: Surgió el Homo neanderthalensis, organizado en tribus que se refugiaban en cuevas para protegerse de las bajas temperaturas de la glaciación. La producción de herramientas se especializó.
  • Paleolítico Superior: Apareció el Homo sapiens. Vivían en cuevas, donde surgió el arte rupestre, o en asentamientos itinerantes. Se dedicaban a la caza y a la recolección de frutos.

El Neolítico

Esta etapa supuso una revolución en el modo de vida, marcada por el surgimiento de la agricultura y la ganadería.

  • Neolítico Inicial: La sociedad se volvió sedentaria, lo que trajo consigo el pastoreo, la agricultura de secano y la fabricación de útiles elaborados en piedra pulida.
  • Neolítico Medio: La aparición de la cerámica permitió el trueque y la capacidad para almacenar alimentos. Se instauró la agricultura de regadío y se consolidó la ganadería.
  • Neolítico Final: Apareció el megalitismo (construcciones con grandes piedras), un fenómeno directamente relacionado con la creciente complejidad y jerarquización de la sociedad.

Pueblos Prerromanos y Colonizadores Mediterráneos

Durante la Edad de los Metales, la Península Ibérica fue habitada por diversas culturas autóctonas y recibió la influencia de pueblos colonizadores del Mediterráneo.

Pueblos Prerromanos

  • Tartesos: Se organizaban en una sociedad jerárquica y monárquica en el Valle del Guadalquivir. Su riqueza se basaba en la abundancia de metales.
  • Íberos: Pueblos autóctonos que vivían en la costa mediterránea. Eran agricultores, ganaderos y metalúrgicos. Conocían la escritura (lenguas ibéricas) y el uso de la moneda.
  • Celtas: De origen centroeuropeo, se establecieron en el noroeste peninsular entre los siglos IX y X a.C. Eran pueblos guerreros que dominaban la metalurgia, el arado y vivían en poblados fortificados llamados castros.
  • Celtíberos: Surgieron de un proceso de aculturación entre celtas e íberos, dando origen a un pueblo principalmente ganadero del interior peninsular.

Colonizadores Mediterráneos

  • Fenicios: Fundaron enclaves comerciales como Gadir (Cádiz) y Malaka (Málaga). Aportaron innovaciones cruciales como la escritura alfabética y el torno de alfarero.
  • Griegos: Se instalaron en las costas catalanas, donde fundaron colonias como Emporion (Ampurias) y Rhode (Rosas). Comerciaron con productos como aceite, vino y cerámica.
  • Cartagineses: Originarios del norte de África, expandieron su influencia y fundaron Cartago Nova (Cartagena) bajo el liderazgo de Aníbal Barca. Su rivalidad con Roma desembocó en las Guerras Púnicas.

La Hispania Romana

La Conquista

La llegada romana a la península se debió al enfrentamiento contra los cartagineses en la Segunda Guerra Púnica. El proceso de conquista se desarrolló en varias fases:

  1. Tras el ataque de Aníbal a Sagunto, Roma desembarcó en la península y conquistó el este y sur peninsular, controlando el litoral mediterráneo y los valles del Ebro y el Guadalquivir.
  2. En una segunda fase, se conquistó el interior peninsular, enfrentándose a una fuerte resistencia de pueblos como los celtíberos, liderados por figuras como Viriato o en ciudades como Numancia. También se anexionaron las Islas Baleares.
  3. Finalmente, el emperador Augusto culminó la conquista con el sometimiento de los pueblos del norte en las guerras cántabro-astures.

Una vez pacificada, Hispania se dividió administrativamente en provincias como la Baetica, Lusitania y Tarraconensis.

La Romanización

La romanización fue el proceso de asimilación de la cultura y el modo de vida romanos por parte de los pueblos hispanos. Se basó en elementos clave:

  • El latín: Se impuso como lengua común.
  • El derecho romano: Regulaba las relaciones privadas y la administración. La concesión de la ciudadanía fue un paso fundamental.
  • La religión: Inicialmente se difundió el panteón politeísta romano, pero a partir del siglo IV se impuso el cristianismo.
  • Obras públicas: Se construyó una vasta red de calzadas, puentes, teatros, foros y acueductos, como el de Segovia, que vertebraron el territorio.

Roma explotó intensamente los recursos naturales de Hispania, especialmente la agricultura (tríada mediterránea: trigo, vid y olivo) y la minería (plata y hierro). Las calzadas y las ciudades impulsaron el comercio. La sociedad hispanorromana era estratificada y esclavista. De ella surgieron personajes ilustres como los filósofos Séneca y Lucano.

La Monarquía Visigoda

La caída del Imperio Romano fue causada, en parte, por la presión de diversos pueblos bárbaros. Entre ellos se encontraban los visigodos, quienes inicialmente pactaron con Roma. Asentados en la Galia, fueron derrotados por los francos y se vieron obligados a desplazarse hacia la península, donde, aprovechando la debilidad imperial, fundaron el Reino Visigodo de Toledo.

La Unificación de la Península

Los monarcas visigodos lograron unificar el territorio a través de varias medidas clave:

  • Unidad política y territorial: Liderada por el rey Leovigildo, quien reforzó el poder monárquico y conquistó los territorios restantes.
  • Unidad religiosa: Alcanzada cuando el rey Recaredo se convirtió al catolicismo en el III Concilio de Toledo, abandonando el arrianismo.
  • Unidad jurídica: Culminada por Recesvinto, quien promulgó el Fuero Juzgo, un código de leyes único que otorgaba los mismos derechos a visigodos e hispanorromanos.

Organización Política y Social

El reino se organizaba en torno a una monarquía electiva, en la que los nobles elegían al rey, lo que generaba una gran inestabilidad. El poder militar recaía en el ejército y en los dux (jefes militares y políticos provinciales). Una institución fundamental fueron los Concilios de Toledo, asambleas que reunían al rey y a altos cargos eclesiásticos para tratar asuntos tanto religiosos como políticos.

Los Reinos Cristianos Medievales

Modelos de Repoblación y Organización Social

A medida que los reinos cristianos avanzaban hacia el sur, llevaron a cabo un proceso de repoblación del territorio conquistado a Al-Ándalus, utilizando varios métodos:

  • Presura o aprisio: Típica de la primera fase, consistía en la ocupación de tierras despobladas con el permiso del rey. El primero en llegar y cultivar la tierra se convertía en su propietario.
  • Fueros y Cartas Puebla: El rey concedía privilegios (fueros) a los nuevos colonos de una ciudad o territorio para atraer población. A cambio, estos pagaban impuestos y prestaban ayuda militar.
  • Repartimientos: Tras la conquista de grandes ciudades, el monarca repartía las tierras y propiedades entre los nobles y las órdenes militares que habían participado en la conquista.
  • Capitulaciones: Acuerdos por los que se permitía a la población musulmana (mudéjares) permanecer en el territorio a cambio de su sumisión y el pago de tributos.

Señoríos y Sociedad Estamental

La organización feudal se basaba en los señoríos, que podían ser de dos tipos:

  • Señorío territorial: El señor poseía la propiedad de la tierra, que era trabajada por sus siervos a cambio de una parte de la cosecha.
  • Señorío jurisdiccional: Además de la tierra, el señor ejercía la justicia, cobraba impuestos y tenía poder sobre los habitantes del territorio, que eran vasallos suyos.

La sociedad era estamental y se dividía en dos grandes grupos:

  • Privilegiados: La nobleza y el clero. No pagaban impuestos, poseían la mayor parte de la tierra y ocupaban los altos cargos.
  • No privilegiados: Campesinos, artesanos y la emergente burguesía de las ciudades. Sostenían al resto de la sociedad con su trabajo e impuestos.

La Baja Edad Media (Siglos XIV-XV)

En los siglos XIV y XV, los principales reinos peninsulares consolidaron sus modelos políticos, aunque con diferencias notables, manteniendo siempre una sociedad estamental.

  • Corona de Castilla: Se caracterizó por un fortalecimiento progresivo del poder real. Tras la guerra civil entre Pedro I y Enrique de Trastámara, la nueva dinastía fortaleció la monarquía con un ejército permanente y una administración más eficaz. Las Cortes representaban a los estamentos y tenían un papel consultivo.
  • Corona de Aragón: Era una confederación de reinos (Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca), lo que dio lugar a un modelo pactista. El rey debía gobernar respetando las leyes y fueros de cada territorio y pactando con sus respectivas Cortes. El Compromiso de Caspe (1412) instauró la dinastía Trastámara también en Aragón.
  • Reino de Navarra: Fortaleció su autonomía a través de instituciones como las Cortes y el Fuero General, que limitaban el poder del monarca.

A pesar de sus diferencias, todos los reinos buscaron consolidar y fortalecer la autoridad del rey frente a la nobleza feudal.

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