27 Sep

La Oposición al Régimen de la Restauración

A) El Carlismo

Vencidos en la Tercera Guerra Carlista (1872-1876) y con Carlos de Borbón Austria-Este exiliado en Venecia, los carlistas, aunque seguían siendo contrarios al régimen liberal, aceptaron participar en las elecciones a través de partidos políticos. Así, Ramón Nocedal formaría el Partido Católico Español, que acabó rompiendo con el propio Carlos de Borbón por considerar al pretendiente demasiado liberal.

B) Los Nacionalismos

En consonancia con los movimientos nacionalistas italiano o alemán de la segunda mitad del siglo XIX, surgen en Cataluña, en el País Vasco y en menor medida en Galicia movimientos literarios y lingüísticos que derivan hacia movimientos políticos nacionalistas. Estos movimientos se vieron reforzados por el proyecto de república federal fallida durante el Sexenio Democrático.

El Nacionalismo Catalán

Apareció primero como un movimiento literario en catalán para catalanes conocido como la “Renaixença”. El catalanismo arraigó entre la burguesía industrial catalana —muy beneficiada, sin embargo, por los aranceles comerciales—. El obispo Torras y Bages concibió el catalanismo desde un planteamiento regionalista conservador; Valentí Almirall, desde planteamientos republicanos, creando el partido Unió Catalanista. En 1892 se elaboraron las “Bases de Manresa” como programa político nacionalista. La crisis de 1898 debilitó a España y animó al nacionalismo catalán a dar otro paso, creando en 1901 la Lliga Regionalista de Catalunya, que aspiraba a la autonomía política.

El Nacionalismo Vasco

Surgió de la pervivencia de instituciones propias, conservadas a través de los fueros, y del enriquecimiento de una burguesía industrial ligada al desarrollo de la siderurgia que atraía importantes contingentes de migrantes del resto de España. El ideólogo del nacionalismo vasco será Sabino Arana, quien defendía la cultura vasca, el euskera y la etnia vasca, llegando a planteamientos abiertamente racistas y xenófobos. Fundaría en 1895 el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y desarrollaría su invención de “Euskadi”, la eterna patria vasca, en abierta incompatibilidad con España.

El Nacionalismo Gallego

Con un origen rural y campesino, careció de la burguesía como clase social nacionalista. Reivindicando el gallego como elemento diferencial, y pese a los esfuerzos de Alfredo Brañas, aún no pasó de su fase literaria y regionalista.

C) Los Partidos Republicanos

Tras el fracaso de la república federal, los republicanos se escindieron en cuatro tendencias: republicanos unitarios (Salmerón), partidarios de una sola República Española; los republicanos federales (Pi i Margall), partidarios de una república de repúblicas; los republicanos revolucionarios (Ruiz Zorrilla); y los republicanos posibilistas (Emilio Castelar). En 1908, Alejandro Lerroux fundaría en Barcelona el Partido Republicano Radical, republicano, revolucionario y extremadamente anticlerical.

D) Los Sindicatos y Partidos Obreros

El movimiento obrero fue creciendo en España a medida que avanzó la industrialización, y comenzó a organizarse durante el Sexenio Democrático en torno a las dos grandes corrientes:

Los Anarquistas

Son partidarios de la destrucción del Estado y de todos sus “elementos represivos” (policía, Guardia Civil, Ejército, magistraturas, etc.), de la desaparición de la propiedad privada y de la Iglesia, mediante la “acción directa” (sabotajes, atentados terroristas, magnicidios, etc.). Pretenden la implantación de un sistema social basado en pequeñas comunidades autosuficientes y autogestionadas (comunas). No creen en la participación política, por lo que no fundarán partidos. Serán mayoritarios entre los jornaleros andaluces y extremeños y entre los obreros textiles catalanes. En España, comienzan con la llegada en 1870 de Giuseppe Fanelli, discípulo de Bakunin, quien creará la sección española de la Asociación Internacional de los Trabajadores (Iª AIT). Prohibidos tras el golpe del general Pavía en 1874, serán de nuevo legalizados por Sagasta en 1881. Su actuación terrorista se incrementará a finales de siglo en toda Europa y en España.

Los Marxistas o Socialistas

Seguidores de las ideas de Carlos Marx, los socialistas aspiran a la desaparición de la burguesía y del capitalismo mediante la revolución violenta organizada por ellos para establecer la sociedad sin más clase social que la de los trabajadores y la imposición de la dictadura del proletariado en la que los medios de producción serían propiedad del Estado. El fracaso de la “Comuna de París” en 1871 obligó a los marxistas, comunistas o socialistas, a cambiar de estrategia mediante la creación de partidos socialistas para la participación en elecciones. Paul Lafargue, yerno de Marx, vivió en Madrid entre 1871 y 1873, lo que permitió formar un núcleo de trabajadores de artes gráficas entre los que se encontraba Pablo Iglesias. Este fundaría en 1879 el Partido Socialista Democrático Obrero Español con todos los caracteres de un partido marxista, es decir, exclusivamente obrero, republicano y revolucionario. En 1888 se creará el sindicato socialista Unión General de Trabajadores (UGT). El socialismo arraigará entre los obreros industriales de Madrid y entre los mineros de Vizcaya y Asturias.

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